martes, 9 de junio de 2020

Entrevista exclusiva con José Luis Chilavert, que no se calla nada: “Mi juicio con la Corrupbol es parte de la lucha de clases, Domínguez es el jet-set y yo soy pueblo” (Jornada)




El ex gran arquero paraguayo de Vélez Sársfield, San Lorenzo y su selección nacional, José Luis Félix Chilavert, nunca tuvo pelos en la lengua, y tampoco ahora. En esta larga y exclusiva entrevista con “Jornada”, no dejó tema sin tocar en referencia a la Conmebol: las fortunas que ganan los dirigentes en desmedro de los jugadores, el rol del sindicato de futbolistas, la AFA y su presidente, Claudio “Chiqui” Tapia, las quejas de Messi por las irregularidades en los arbitrajes en la pasada Copa América y hasta el caso de River y sus dos jugadores suspendidos por doping en 2017. Chilavert fue querellado por el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, y denuncia que fue amenazado de muerte en los últimos días.



-         ¿Cómo estás llevando la cuarentena, José Luis?
-         Tranquilo, acá en mi departamento de Buenos Aires, leyendo mucho online, y contento, porque estoy presentando pruebas contra esta conducción de la “Corrupbol” porque no puede ser que el fútbol sudamericano siga aceptando estas cosas que pasan. Hay que poner un límite. Y creo que estoy en el camino correcto.
-         Alejandro Domínguez, el presidente de la Conmebol, te hizo una querella por calumnias e injurias por tus acusaciones contra él y su conducción por corrupción.
-         Presentaremos la defensa. Yo estoy dispuesto a ir hasta el final. Y mis abogados (Alejandro Sánchez Kalbermatten en Argentina, Pedro Wilson Marinoni en Paraguay) dicen que Domínguez puede terminar en prisión con las pruebas que tenemos (la audiencia de conciliación es el próximo 16 de junio en Asunción). Yo estaba esperando que me denunciase. Pensaba que era más inteligente, pero no. Hasta sus tweets son pruebas. Él basa todo en calumnias e injurias pero no tiene argumentos sólidos para presentar.
-         También recibiste amenazas…
-         Así es, en el buzón de voz de mi teléfono, así que presentamos una denuncia por amenazas, que llegaron dos días después de la querella
-         ¿Qué te dijeron, si se puede saber?
-         “Che, paraguayo, dejá de hacerte el boludo de hablar de la Conmebol. Te vamos a hacer mierda a vos y a los tuyos. ¿Clarito, paragua?”. Mis abogados creen tener identificada la voz. De todos modos, si me llega a pasar algo a mí o a mi familia, culpo directamente a Domínguez. En la Justicia de Estados Unidos, Paraguay y Argentina saben perfectamente quién puede ser el responsable.
-         Siempre te quise preguntar. ¿No temés que con el poder que tiene la Conmebol, la Justicia no falle a tu favor aunque tuvieras razón?
-         No, para nada, Ellos serán la Conmebol pero yo soy José Luis Chilavert y confío en mis pruebas y en mis abogados y además, ahora, esta querella me abre las puertas porque ahora estos dirigentes estarán forzados a presentar los números de sus ganancias, de los balances y vamos a ver qué pasa, pero por algún lado esto tienen que saltar, porque hay algo muy importante…
-         A ver…
-         La Justicia y el Comité Ejecutivo tienen más poder que el presidente y si éste no va con la verdad, los que lo tienen que sacar de su lugar son los presidentes de cada federación y si no lo hacen, son cómplices.
-         ¿Y cómo está ahora la situación internacional de Alejandro Domínguez?
-         Ahora Gianni Infantino, el presidente de la FIFA, está peleado con Domínguez porque lo dejó mal parado cuando llegó a acuerdos con la UEFA. Fijate que después de esa reunión “de trabajo” UEFA-Conmebol, Infantino no fue a Paraguay, a la sede de la Conmebol porque sabe que so le genera inestabilidad.
-         Ahora aparece una serie sobre el FIFA-Gate…
-         Siempre que está en juego el dólar interviene la Justicia norteamericana.  Estoy seguro de que la serie le va a encantar a muchos y muchos deben estar asustados. Todavía no la vi pero la voy a ver.  Ellos hacen desde siempre lo que quieren y hacen fortuna cuando los clubes no se pueden sostener, pero ellos se llenan los bolsillos. Tanto hacen lo que quieren que  fijate lo que fue el escándalo en la final de la Copa Libertadores 2018 entre Boca y River.
-         ¿hacia dónde apuntás?
-         Lo de Infantino y Domínguez ese sábado en la segunda final del Monumental que se suspendió, diciendo que el partido se tenía que jugar igual cuando había jugadores de Boca que no estaban en condiciones de hacerlo, no fue otra cosa que una patoteada. Osvaldo Pangrazio, que sigue siendo jefe médico de la Conmebol, y que es familiar muy cercano a José Napout (dirigente paraguayo que llegó  ser presidente de la Conmebol e involucrado en el FIFA-Gate), presentó un certificado médico que habilitaba para jugar cuando él no es oftalmólogo y varios jugadores tenían lesiones en la vista. Eso es un escándalo, pero todos siguen ahí, como si nada pasara y no puede ser. Y Domínguez trabajó con Napout. Además, te hago una pregunta.
-         Dale
-         ¿Cuánto se recaudó en la final de Madrid? Nunca se supo exactamente cuál fue la recaudación de ese partido, y es la final de la Copa Libertadores. ¿Cómo puede ser que estas cosas pasen? Tengo todos los papeles que hablan por sí solos. La Conmebol es una entidad sin fines de lucro y Domínguez cobra una fortuna,  cada presidente de federación cobra 44.000 dólares por mes y los empleados por debajo de Domínguez cobran 30.000 dólares,  y se les pagan bonos de 100.000 dólares anuales, además de sus salarios, cuando la ley paraguaya no acepta que se pagan bonos en una entidad sin fines de lucro como la Conmebol. Pero me enteraré de muchas más cosas cuando se vean obligados a presentar las pruebas.  Además, si tienen tanto éxito, tan buenos balances, ¿por qué no soñar con estadios lujosos como los que tienen en Europa? Y resulta que la mayoría de mis compañeros están mal, y ellos, llenos de dinero. No cierran esas cuentas.
-         Otro tema controversial de esta Conmebol es el tema de las intervenciones en las federaciones.
-         Es terrible eso. Intervienen en Uruguay, pero no lo hacen en Ecuador o Perú, con situaciones mucho más graves. Ni hablar en el caso de Edwin Oviedo, ex presidente de la Federación Peruana, involucrado en casos en os que intervino la Justicia (detenido con prisión preventiva por los casos “Los Wachiturros de Tumán” y “Los Cuellos Blancos del Puerto”) pero ni así ameritaba una intervención. Hacen lo que quieren y nadie dice nada. Por ejemplo, Infantino y Domínguez fueron muchas veces a Brasil para reunirse con el ex presidente de la Confederación Brasileña (CBF), Marco Polo del Nero, que era la única manera de verlo porque él no puede salir de su país porque lo agarra Interpol por el FIFA-Gate. Y ellos sabían todo eso y sin embargo, viajaban a verlo. O sea que eran cómplices.
-         El único Marco Polo que no viaja
-         Exactamente
-         Y ni hablar en el caso de los dos jugadores de River con doping en la Copa Libertadores (Lucas Martínez Quarta ante Emelec de Ecuador, y Camilo Mayada ante Melgar de Perú, por la fase de grupos en 2017)  que todavía no se sabe qué fue lo que consumieron, porque se sabe que los jugadores ingirieron un diurético que sirve para tapar el doping. y mis abogados siguen esta causa, pero nos tratan de tontos y hacen la vista gorda. Y esto lo saben el presidente del club, el médico…pero no pasa nada. Me imagino que la Conmebol debe tener los informes del laboratorio y espero que nos de alguna respuesta
-         Es muy duro lo que decís…
-         Pero es sí. En el fútbol, los únicos sanos son los jugadores y fijate que en la pasada Copa América de Brasil, Messi dijo lo que sentía. Cuando Messi dijo lo que dijo, me extraña que no lo hayan defendido. Quedó comprobado que todos los dirigentes son cómplices y que hacen lo que se les da la gana. La Conmebol se maneja como una dictadura, que oculta los salarios que ganan y se llevan fortunas, mientras hay muchos clubes en todo el continente que no se pueden sostener económicamente.
-         ¿Y por qué pensás que los sindicatos de los futbolistas no dicen nada ni se quejan?
-         Habrá que preguntarles a los sindicalistas. Yo estoy orgulloso porque debo ser el último dinosaurio o guerrero vivo que se mete en el antro de la corrupta Conmebol. Pero parece mentira que los dirigentes ganen cientos de miles de dólares y yo conozco chicos que juegan en Primera y que tuvieron que vender empanadas para sobrevivir. Yo lucho por defender los derechos del jugador.
-         También hay controversia por lo del spray de los tiros libres. El inventor de ese spray, el argentino Pablo Silva, está en un juicio millonario contra la Conmebol y la FIFA.
-         Los que inventaron el spray tienen que pedir una indemnización millonaria por lo que les hicieron. ¿Cómo no les van a pagar? Es penoso que se esté usando en todo el mundo y que ellos no reciban lo que merecen. Me solidarizo con ellos.
-         Nadie se atreve a decir estas cosas…
-         Y bueno. Muchos dicen que callado ganaría millones pero en la vida hay que ser leal y honesto y no se puede quedarse callado con el amaño del doping en el fútbol o con la corrupción. Hay que denunciarlo. Hay que defender el fútbol limpio, transparente, normal, sin doping. Esto que pasa con Domínguez es parte de la lucha de clases. Por un lado, él pertenece al jet-set y yo, al campo popular. Yo nací pobre y conseguí todo en mi vida con educación y trabajo. Yo pude demostrar en 25 años de trayectoria todo mi patrimonio cuando él quebró todas las empresas y es un inepto. Además, su familia colaboró con la dictadura de Stroessner y se beneficiaron en ese tiempo.
-         Y entrando ya en el fútbol argentino, ¿cómo ves lo que pasa en la AFA?
-         Por un lado, no entiendo al presidente Tapia porque después de lo que le hicieron a la selección argentina en la Copa América pasada, me citó dos veces al predio de Ezeiza para conversar y hablaba muy mal de Domínguez, y  ahora es íntimo de él, pero además, congelaron los descensos para beneficiar a los clubes amigos, y tampoco entiendo por qué decidieron tan pronto las plazas a la Copa Libertadores de 2021.
-          

lunes, 1 de junio de 2020

A 35 años de Heysel, un hito en la historia de la violencia en el fútbol (Jornada)




Todo estaba preparado en Heysel, el estadio belga de Bruselas, para otra fiesta del fútbol europeo y mundial: Liverpool y Juventus iban a enfrentarse por la final de la Copa de Campeones de Europa (hoy Liga de Campeones), cuando una hora antes de iniciarse el partido, los hooligans ingleses comenzaron a atacar a los tifosi italianos, que quedaron apretujados contra las vallas y el muro en el final de las gradas en su tribuna, tratando de escapar, con un luctuoso saldo de 39 muertos (32 de ellos, italianos).

Esa tragedia, ocurrida el 29 de mayo de 1985, marcaría, para gran parte del fútbol del mundo, un antes y un después. Los equipos ingleses serían descalificados por años para participar de competencias europeas, pero las autoridades decidieron, por fin, no quedarse sólo con las sanciones y por una vez en la vida, apostaron a la investigación social para tratar de averiguar qué sucedía, por lo que acordaron con la Universidad belga de Lovaina, y algunos de los resultados fueron sorprendentes.

En esa final, en la que la victoria de la Juventus sobre el Liverpool (con gol de Michel Platini) fue sólo anecdótica, se llegaron a contar 600 heridos de gravedad, al borde de la asfixia, que fue la principal causa de los 39 fallecimientos.

Se trataba, a priori, de un gran acontecimiento deportivo porque esa final lo tenía todo: dos clubes de renombre como Liverpool y Juventus, y grandes cracks como Michel Platini, el polaco Zbigniew Boniek, el danés Michael Laudrup o los italianos Paolo Rossi, Gaetano Scirea y Antonio Cabrini para los blanquinegros, así como Kenny Dalglish (una gloria “red”) o el temible goleador Ian Rush para los ingleses, que iban por el doblete consecutivo en Europa, y que habían caído en Japón, ante Independiente, por la Copa Intercontinental en diciembre de 1984. A fines de 1985, la “Vecchia Signora” le ganaría a Argentinos Juniors una memorable final intercontinental en Tokio, por la vía de los penales.

La cuestión es que tratando de escapar del acoso de hooligans en estado de ebriedad y con palos, no sólo generaron que muchos hinchas italianos saltaran al césped, sino que enardecieron a otros desde distintos sectores de la cancha que también ingresaron al campo de juego, munidos de lo que podían encontrar para enfrentarse, hasta que las fuerzas del orden fueron apaciguando una situación completamente irregular.

Sin embargo, hubo otro problema adicional: se determinó el cierre de los accesos a las tribunas para evitar que ingresaran más agentes, por lo cual éstas acabaron siendo jaulas en las que muchos, desesperados, quedaron atrapados y el resultado no pudo ser peor y la TV se encontró con imágenes que jamás había previsto, con cadáveres tendidos en el césped y que recorrieron el mundo.-

Parecía imposible que se jugara en esas condiciones y el acuerdo entre los clubes y los futbolistas era muy claro: se negaban a jugar pero todos entendieron que la situación se complicaría más aún de no hacerlo, con tanta gente enardecida que había viajado muchos kilómetros para asistir a la final, que, entonces, comenzó una hora y media después del horario convenido.

Tras esa tragedia, los clubes ingleses fueron condenados por la UEFA a no disputar por cinco años las competencias europeas, y el Liverpool, a diez (aunque luego la sanción quedó fija en seis), aunque la violencia no paró en Inglaterra y apenas cuatro años más tarde, el fútbol de ese país estremeció otra vez a la sociedad con otro hecho terrible, la masacre de Hillsborrough, con 96 muertos y 766 heridos en 1989, en el contexto del enfrentamiento entre Nottingham Forest y el Liverpool, a partido único, por la semifinal de la Copa, en el estadio de Sheffield Wednesday, y que dio lugar al llamado “Informe Taylor”, en 1990, por el cual, el juez Taylor hizo caso al informe que recibió y llegó a la conclusión de que la historia que justificaba la violencia, acerca de la supuesta embriaguez de los hinchas del Liverpool eran falsas y que la Federación Inglesa (FA) no verificó la validez del certificado de seguridad del estadio sede de aquel partido, y consideró que el accionar de la Policía fue “la causa fundamental” del desastre.

Ese informe de 174 páginas terminaba con algunas recomendaciones que coincidirían con lo investigado por la Universidad Lovaina tras los trágicos episodios de Heysel: 1) Todos los espectadores deben estar sentados, 2) Remodelación de estadios sin rejas entre tribunas para evitar asfixias, 3) los clubes deben ser responsables de la seguridad y de la recepción de los aficionados, por lo cual deben contar con personal de orientación (stewards), 4) establecimiento de una unidad de coordinación para comunicaciones e informaciones referidas a los hooligans, e instalación de cámaras de vigilancia en circuitos cerrados, 5) Debe haber un registro nacional del perfil del aficionado, 6) establecer una coordinación de los servicios de asistencia médica y de emergencia, 7) Generar un marco de sanciones para todo tipo de agresión u ofensa en espectáculos deportivos.

La tragedia de Heysel, entonces, fue un antes y un después para la violencia en el fútbol europeo. Por lo pronto, significó el final de una era futbolística porque impedidos de jugar por sanción, los clubes ingleses perdieron aquella preponderancia que venía de los finales de los años Setenta cundo desde 1978 ganaron seis de las siete Copas de Campeones hasta 1984, y el hooliganismo fue aprovechado por el thatcherismo neoliberal en el gobierno británico entre 1979 y 1990 para cambiar muchas de las reglas de asistencia a los estadios, y el fútbol pasó a ser un espectáculo de clase media, elevando demasiado el precio de entradas y abonos anuales a plateas hasta convertirlo en un show de élite, especialmente desde el inicio de la Premier League en 1992.

Pero lejos de allí, del otro lado del Océano Atlántico, el fútbol argentino no parece haber aprendido la lección, sin investigar el fenómeno de la violencia en los estadios ni desde los organismos estatales ni demasiado seriamente desde las universidades y mucho menos la AFA, al punto de que como en tantos otros órdenes fue una ONG, Salvemos Al Fútbol, conducida por el ex juez Mariano Bergés, la que lleva la delantera en todos los datos estadísticos y en las principales denuncias de los casos.
Por otra parte, no se suele hacer demasiado distingo entre “hooliganismo” y “barrabravismo”, como si todo fuera lo mismo, cuando hay notables diferencias entre unos y otros. Por empezar, los ingleses se caracterizan por ser violentos “par time”, y los argentinos, “full time”, es decir que hasta pueden ser contratados, en sus momentos “ociosos” por dirigencias de otros clubes, o ligadas a la política o hasta de las agrupaciones universitarias, con el propósito de pintadas en paredes callejeras, represión en manifestaciones, o hasta delitos que cuentan con la vista gorda de supuestas fuerzas del orden público.

En una oportunidad, a principios de este siglo, funcionarios argentinos de seguridad pagaron la visita a Buenos Aires de un investigador inglés con la supuesta voluntad de tratar de solucionar, por fin, el problema de la violencia en el fútbol argentino. A los pocos días de estadía, el británico fue crudo y sostuvo que no podía hacer nada. Les explicó que era imposible pensar en un cambio de situación cuando no encontraba el principal motivo para trabajar: voluntad real. Y se marchó con las manos vacías, con escepticismo total.

La ONG “Salvemos Al Fútbol” detalla que en el fútbol argentino hay contabilizadas hasta el momento 334 víctimas fatales (http://salvemosalfutbol.org/lista-de-victimas-de-incidentes-de-violencia-en-el-futbol/),  de las cuales 232 lo fueron desde que Julio Grondona asumiera como presidente de la AFA en 1979.

También la ONG sostiene en sus últimos informes, con lo que coincidimos, que en los últimos años apareció en la Argentina un nuevo fenómeno, la llamada “Violencia intra-barras” que suplantó en gran medida a la “Violencia Inter-Barras”, es decir, hechos de violencia ocurridos en el seno de una misma barra brava de un equipo, a partir de distintas facciones que pelean por el botín de los distintos negocios del fútbol (droga, reventa de entradas, viajes con el equipo y a los torneos internacionales con la selección argentina, estacionamiento con trapitos, etc). Pese a este fenómeno, siguen sin estar permitidos, en muchos casos y desde 2013, el ingreso de los hinchas visitantes a los estadios, o en la mayoría de ellos se constituyeron “pulmones” entre las tribunas, que es lo mismo que tratar de tapar el cielo con un pañuelo.

Y cuando por fin apareció algún dirigente valiente que enfrentó a los violentos, como el ex presidente de Independiente, Javier Cantero, no tuvo el apoyo que necesitaba y más bien al contrario, el propio sistema lo fue separando, avergonzado por quedar señalado ante su inacción, sino complicidad.

Ya se lo resume muy bien el líder de la barra brava de Boca, “Rafa” Di Zeo, al asombrado periodista de Canal Plus de España, Jon Sistiaga, enviado a la Argentina para un documental sobre la violencia en el fútbol (https://www.youtube.com/watch?v=VXg4_7eR2_c&t=16s),  cuando marca el teléfono de un conocido fiscal, que estaba a cargo de la seguridad del club, y que había sido invitado a su casamiento: “Es que tener poder, es tener el teléfono de los que tienen poder”.