martes, 27 de octubre de 2015

Infantino, el candidato a la FIFA que el Establishment buscaba (Jornada)




-         ¿Usted se animaría a entregar las medallas a los jugadores en la final de la Copa América?
-         ¿Yo? ¿Por qué me lo pregunta?
-         Porque Angel Villar dice que él no quiere entregarlas y él es el número dos de la FIFA presente aquí y usted es el secretario general de la UEFA. Capaz que usted puede hacerlo, en ese caso.
-         Ah, sí, ¡encantado si me lo proponen!

Gianni Infantino, el simpático pelado que vemos habitualmente en los sorteos de Champions League y Europa League en Nyon, Suiza, en la sede de la UEFA mostrando las bolillas, respondía así a este periodista en el vacío hotel Gran Hyatt de Santiago de Chile el día anterior a la final de la Copa América de este año.

Al fin habíamos entendido, con el colega y amigo uruguayo Javier De León, por qué Angel María Villar, presidente de la Federación Española, uno de los vicepresidentes de la FIFA y uno de los capos de la UEFA, dormía por tantas horas una siesta tirado en uno de los sillones del lobby.

Ningún dirigente de la Conmebol se había acercado, por temor a ser apresados por Interpol en el FIFA-Gate y el rumor de que el propio Villar o alguien de su confianza deberían entregar las medallas al día siguiente, a falta de un dirigente sudamericano, crecía.

Villar nos diría, al entreabrir los ojos y sacándose las lagañas en el sillón, al saber nuestra nacionalidad, que “ustedes han tenido un compatriota que ha sido el mejor dirigente de la historia del fútbol, Don Julio Grondona”, ante nuestra escéptica mirada, para rematar con que “no me pidan que hable porque no lo hago desde hace veintisiete años, y lo bien que hago”.

Villar esperaba la llegada de Infantino, en un vuelo, a pocas horas de la final y cuando nos acercamos al abogado italiano especializado en derecho deportivo, de 45 años, con estudios de Economía y que habla varios idiomas, y que, además, nos dijo que nos conocía perfectamente cuando ensayamos una mínima presentación.

Infantino irrumpió en el mundillo cercano al presidente de la UEFA, Michel Platini, cuando éste venció al sueco Stefan Johansson por apenas dos votos (27-25) en 2007, y entonces el mismísimo presidente francés, Jacques Chirac, le colocó a un ex agente de Gabinete, Jean Louis Valentin, graduado en la Escuela Nacional de Administración (ENA), al igual que el ex asesor de Joseph Blatter en la FIFA, y casualmente ahora contrincante de Infantino para la presidencia jugando una especie de rol disidente, el también galo Jérôme Champagne.

Muchos sospecharon entonces que Blatter colocó en la UEFA a un clon suyo, y Valentín se transformó en el formador dirigencial de Platini, acompañándolo a todos lados en la sombra. Y en ese equipo apareció Infantino como secretario general sin ninguna casualidad. Es oriundo, de hecho, de la misma región que Blatter.  El equipo se completó con el jefe de Prensa también francés, claro, William Gaillard, y el compatriota y ex presidente de la Liga Francesa, Jacques Thébault, a cargo de la Comisión de Estrategia, que debía coordinar entre la UEFA y la FIFA.

Más estrecha relación que esa, imposible. Infantino representa la continuidad de un manejo dirigencial de los negocios del fútbol que comenzó a implementarse durante 1974, cuando el  belga-brasileño Joao Havelange sorprendió al mundo al vencer en elecciones para presidente de la FIFA al inglés sir Stanley Rouss, cooptando los votos de las federaciones del “Tercer Mundo” (Asia, Africa y Sudamérica), para lo que, se dice, circularon sobres con muchísimo dinero la noche previa a los comicios.

En realidad, como bien sostiene el periodista alemán Thomas Kistner en su libro “FIFA Mafia”, Havelange, luego continuado por Blatter desde 1998, y que éste proyectaba seguirlo con Platini, a quien preparó desde la UEFA, forma parten de un conglomerado de dirigentes que, como Juan Samaranch en los años ochenta y noventa en el COI, y actualmente Thomas Bach en esa institución, responden a las líneas maestras trazadas por Horst Dassler, nada menos que el hijo del fundador de Adidas, Adi Dassler, por encima de todo.

Blatter llegó a decir de Horst, fallecido de cáncer a los 51 años que “desde el principio, Horst y yo nos sentimos como dos almas gemelas. Él mne enseñó los pequeños detalles de la política en materia deportiva. Para mí fue un gran maestro”.

Infantino aparece desde un perfil muy bajo para la presidencia de la FIFA en el último día posible, el de ayer, cuando vencían las candidaturas, y no es para nada casual:  lo que sucedió, como ya comentamos en Diario Jornada, es que el establishment no conseguía a nadie potable que garantizara el futuro a toda esta clase dirigente compuesta por los europeos que responden a la conducción de la UEFA y sus eternos aliados de la Conmebol, presos de una inédita situación de acoso judicial desde Suiza y Estados Unidos por distintas causas que los mantiene encarcelados, o buscados, o juzgados o extraditados.

Si la Conmebol está descabezada, no muy distinto es lo que ocurre en la UEFA, con Platini, su presidente, suspendido por la Comisión de Ética de la FIFA hasta el 5 de enero, y entonces excluido de la candidatura presidencial como se planificó desde que Blatter fue obligado a salir (y aunque siga pensando en quedarse en el Poder cuando se vuelvan a reunir el 26 de febrero).

Por eso, el intento desesperado de la UEFA y la Conmebol, reunidos sus dirigentes en la terraza del hotel Baur Au Lac de Zurich (el mismo de las redadas del 27 de mayo pasado), fumando habanos, dirigidos por Villar y su hijo abogado Gorka, que extrañamente es director deportivo de la Conmebol y cobra por año más que lo que se llevan Olimpia y Cerro Porteño por derechos de TV.

Así es que salió casi lógicamente el nombre de Infantino, hasta con el rumor de que éste sería una especie de Héctor Cámpora de “Perón Platini” y resignaría su cargo para dárselo a su jefe galo si cuando éste cumpla su sanción el 5 de enero, se le permite postularse, aunque la FIFA niegue la mayor.

Infantino tendrá varios rivales en la elección de FIFA, aunque nadie cuenta con tantos avales: lo apoyan UEFA, Conmebol, parte de Africa y una Concacaf que se hizo amiga desde que Sudamérica le aceptó rescindir el contrato con Datisa para los derechos de TV de la Copa América Extra de los Estados Unidos 2016.

Además de Champagne, se presentarán Mussa Bilty, de Liberia (con cinco avales), El jeque de Bahrein, Salman Bin Ebrahim Al Khalifa, el multimillonario empresario sudafricano Tokio Sexwalle (colaborador y amigo de Nelson Mandela), el príncipe de Jordania, Alí Bin Al Hussein y el ex futbolista internacional de Trinidad y Tobago, David Nakhid.

Infantino aparece por fin como candidato, siendo que Conmebol no está para colocar a nadie y la UEFA no vio con la mejor cara a dirigentes como Michel Van Praag (Holanda), Wolfgang Niesbach (Alemania) o David Will (Inglaterra). Villar, menos que menos, por estar siendo investigado por la FIFA y la Justicia, y porque ocupa el cargo de la UEFA de Platini durante su suspensión y siempre ha preferido moverse en las sombras.

El Establishment ya tiene quien los represente, aunque haya sido sobre la hora y de penal.

domingo, 25 de octubre de 2015

La liga entra en la normalidad (Yahoo)



Cuando se han jugado nueve jornadas del extenso torneo de la liga española de treinta y ocho finales, que acabará en mayo próximo, es decir, menos de un cuarto del total de los partidos, ya todo se comienza a ordenar tal cual como la mayoría de los analistas podía prever.

Ya Real Madrid y Barcelona, atravesando distintas etapas en sus juegos, por lesiones, rachas positivas o negativas, y sanciones, lideran la liga y con el Atlético Madrid, el tercero en discordia para cualquier pelea por el título de campeón en los últimos años, es el único tercero y con ciertas chances reales de darles alcance o al menos, molestarlos.

Es que la liga española se va ciñendo a una estricta lógica, que de alguna manera deberá modificarse en las próximas temporadas si no se quiere desde los dirigentes, arruinar el enorme negocio y lo futbolísticamente atractivo de un campeonato que busca expandirse por el mundo y que ya vislumbra finales de Supercopa Española en Asia o que va cambiando el horario y los días de tantos partidos para poder aumentar la torta de las ganancias.

Real Madrid, a diferencia de otros años, esta vez parece más sólido que el Barcelona, cuando estamos a menos de un mes del gran clásico. Desde la llegada de Rafa Benítez como entrenador blanco, éste le imprimió un sistema más fuerte en lo defensivo, aunque emerge inesperadamente la figura de Keylor Navas, el costarricense reemplazante de Iker Casillas luego de una década y media como titular del  ahora arquero del Porto.

Del medio hacia adelante, este Real Madrid va desplazando definitivamente su punto fuerte al ataque, dejando el mediocampo como un mero espacio de tránsito para volcarse al ataque con los laterales y la potencia de los delanteros, aunque incluso en muchos partidos Benítez se haya decidido más por un 4-4-2 que por un 4-3-3.

También es verdad que Real Madrid tuvo en este torneo demasiadas bajas de importancia, desde Gareth Bale o Karim Benzema en el ataque, como James Rodríguez en la creación, y hasta Sergio Ramos en la línea defensiva. Pero cuenta con un plantel largo que puede hacer frente sin problemas ante estas carencias.

Tiene a favor que su poder de gol es inmenso y bien lo sabe el Celta de Vigo, que cuenta con muy buen juego, que ha tenido casi la misma posesión que los blancos, pero que en el 2-1 profundizó el ir por el empate permitiendo el ida y vuelta, y allí acabó sucumbiendo no sólo por su mayor pegada, sino también por la gran actuación de Navas.

El Barcelona tiene un andar mucho más sinuoso por el liderato. La sensación es que se acaba imponiendo en muchos partidos por su gran ataque y especialmente por la enorme calidad de algunos de sus jugadores mucho más que por su estructura de equipo, que parece resentida por dos razones fundamentales: la plantilla muy corta y la lesión que aleja a su gran figura, Lionel Messi, por dos meses de los campos de juego.

El Barcelona ha tenido problemas para superar a equipos a los que siempre ganó con facilidad y en casi todos los casos en los que esto ocurrió fue por soberbias actuaciones ya sea de Neymar en algunas oportunidades, o el uruguayo Luis Suárez (una máquina de hacer goles) en otras y hasta de Ivan Rakitic en otras, como por ejemplo en Champions League.

Pero el Barcelona no parece superar por mucha distancia a los equipos desde lo colectivo, con algunos jugadores que atraviesan un momento complicado, desde Gerard Piqué hasta Daniel Alves o el propio Javier Mascherano, indiscutido hasta ayer mismo.

La ventaja del Barcelona es que Messi podría regresar para el Clásico y si no ocurre, al menos sabe que desde enero podrá regresar a fichar y ya sumará a Aleix Vidal, a Arda Turan, y muy posiblemente un centrodelantero de peso en el área como recambio (¿Van Persie?) y hasta crece la chance del regreso de Nolito, lo cual cambiaría radicalmente la estructura.

Por detrás de ellos llega un Atlético Madrid, que mucho más allá de los dos puntos que debe descontarles, en esta jornada ante el Valencia en el Vicente Calderón rescató lo más importante: aquél funcionamiento que se destacó desde la llegada de Diego Simeone a la dirección técnica, con el que avasalló a su rival “Che”, y que por primera vez aparece la sensación de que los nuevos jugadores recientemente fichados comienzan a dar los frutos esperados.

El colombiano Jackson Martínez mostró toda su potencia, apareció en toda su dimensión el belga Yannick Ferreira Carrasco, y ya se conoce el potencial de los jóvenes argentinos Angel Correa y Luciano Vietto.

Sumado a esto, y más allá de haber sufrido al final, el Atlético arrolló al Valencia desde lo posicional, la presión en el medio y el juego colectivo, a partir de recuperar premisas de otros tiempos: un arquero sólido (Oblak), una línea defensiva fija (Juanfran, la dupla central uruguaya de Giménez y Godín, y Filipe Luis), tres de los cuatro volantes fijos, y apenas rotación en la dupla atacante.

Será difícil que las posiciones superiores de la Liga se alteren mucho hasta el final. Todo lo contrario, apenas con la intromisión del Celta o un muy buen equipo como el Sevilla, parece que la tendencia será la que comienza a reflejar la novena jornada.


La Liga Española es demasiado lógica y no se necesitó llegar ni al primer cuarto de su trayecto para comprobarlo.

jueves, 22 de octubre de 2015

El establishment de la FIFA no encuentra candidato (Jornada)



El próximo 26 de octubre vencerá el plazo para presentar candidaturas a la presidencia de la FIFA para el Congreso previsto el 26 de febrero de 2016, y pocas veces el establishment, el Poder constituido del fútbol mundial, se encontró con una encrucijada semejante: no aparece nadie potable, ante la suspensión de quien estaba apuntado a suceder al también penalizado Joseph Blatter, el francés Michel Platini.

Hoy sólo aparecen dos dirigentes con chances, aunque ninguno de ellos representa al viejo Poder: el príncipe jordano Ali Bin Al Husein, apoyado por Diego Maradona, y el ex futbolista trinitense David Nakhid, que busca por todos los medios aclarar que no sólo no tiene nada que ver con su compatriota Jack Warner (suspendido de por vida en la FIFA) sino que siempre estuvo del lado opuesto.

Por estas horas, la alianza de la familia Villar (el presidente de la Real Federación española de Fútbol y titular interino de la UEFA, Angel María, y su hijo Gorka, abogado y director general de la Conmebol pese a ser español) y los dirigentes sudamericanos que siempre le han respondido, buscan juntos una solución para presentar una candidatura a la FIFA que busque continuar con los negocios cerrados desde hace tantos años y que por primera vez corren serio peligro, debido a que hay dos causas paralelas que siguen las Justicias de Suiza y Estados Unidos, y que motivaron la caída de muchos dirigentes amigos.

El sucesor natural de Blatter, luego de la caída del suizo del 27 de mayo pasado tras la redada organizada por el FBI, sumado a que los auspiciantes norteamericanos le dieron la espalda al igual que importantes mandatarios, iba a ser Platini, quien ya era el heredero mucho antes pero se había distanciado del suizo cuando éste se endulzó con el cargo y no lo quiso abandonar (de hecho, sigue pensando en continuar pese a todo el viento en contra y algo va maquinando para febrero).
Pero el francés cayó también, encadenado a Blatter, al comprobarse que cobró del presidente de la FIFA 2 millones de francos suizos (1,8 millones de euros) por trabajos indemostrables en 2011 y que correspondían, supuestamente, a 2003.

Con esta suspensión y la imposibilidad de presentar su candidatura, Platini no sólo debe esperar casi un milagro (que el Comité Electoral de la FIFA reconsidere su caso para el 5 de enero, aunque el titular del organismo, Doménico Scala, ya dio a entender que se trataría de un “conflicto de intereses” entre él y Blatter, lo que lo dejaría casi sin chances) sino que también perdió la UEFA a manos de su amigo Villar.

Por eso es que en las últimas horas, Villar, su hijo (involucrado en un posible juicio que le harán los clubes uruguayos por presiones para que aceptaran continuar con derechos de TV espurios en los torneos sudamericanos, con amenaza de sanciones y hasta prohibiciones de participar en los torneos de Conmebol) y los dirigentes sudamericanos, deambulaban por el mismo hotel Baur au Lac de Zurich de la redada de mayo, pensando en alguien que pueda representarlos como candidato, a falta de Platini, pero no aparece nadie potable a poco del límite del plazo.

Al menos es lo que vinieron conversando, habanos de por medio, Villar, su hijo Gorka, el titular de la Conmebol, el paraguayo José Angel Napout, y el presidente de la Federación Colombiana, Luis Bedoya, miembro del Comitè Ejecutivo de FIFA y que trata de “jefe” al español.

La situación no es nada fácil: con los viejos dirigentes con prisión o a punto de caer, Platini y Blatter suspendidos, lo mismo que otro amigo, el coreano Chung Mon Joon, y ahora en cuestión el alemán Wolfgang Nierbach (involucrado en la supuesta compra de votos para el Mundial de Alemania 2006 que destapó la revista “Der Spiegel”), el único nombre que apareció en el cónclave es el del presidente de la Confederación Asiática y amigo de Platini, el sheik Salman Bin Al Khalifa, de Bahrein, pero no hubo quórum y la respuesta de los dirigentes de la Conmebol fue fría y apelaron a que entre el 26 y 27 de noviembre en Río de Janeiro, se evaluará con los titulares de las diez federaciones.

Pero todos saben quién es este dirigente de Bahrein: el diario inglés The Guardian reveló que organizaciones de Derechos Humanos pidieron al presidente interino de la FIFA, el camerunés Issa Hayatou, que impida al jeque ser candidato al haber formado parte de un comité
que identificó a deportistas, entre ellos futbolistas, que participaron en protestas populares en el país 2011. Detenidos, los deportistas fueron torturados. La organización Human Rights Watch se sorprendió de que "un miembro de la familia real de Bahrein sea lo más limpio que la FIFA tiene para ofrecer".

Tampoco Mohamed Bin Hammam, de Qatar, puede ser candidato como lo intentó otras veces suspendido de por vida, pero no todo termina allí. El escándalo puede ser mucho mayor porque el Comité de Ética de la FIFA anunció que estudia la propia situación de Villar, quien se negara a atestiguar ante el ex agente del FBI Michael García por supuesta compra de votos para la elección de las sedes de los mundiales 2018 y 2022 en 2010.

No sólo Villar es investigado, sino el alemán Franz Beckenbauer, que formaba parte del Comité Ejecutivo de la FIFA en 2010 y que ya fue suspendido por 90 días en junio de 2014.
Villar es hoy titular interino de la UEFA, representante de la UEFA en el Comité de Emergencia de la FIFA, y presidente de la Comisión organizadora del Mundial 2018 y en el caso de caerle una sanción, debería renunciar a todo ello, sumada su propia federación, de la que es presidente, al mejor estilo grondoniano, desde 1988.

El caos, entonces, sería muchísimo mayor, mientras Villar se mantiene tranquilo y sostiene que Platini apelará, como último recurso, al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) si la FIFA no lo exonera.

La comisión de ética confirmó también que tiene abiertos procesos de investigación contra Worawi Makudi (Tailandia, suspendido 90 dias), Jeffrey Webb, Ricardo Teixeira, Amos Adamu, Eugenio Figueredo y Nicolás Leoz, todo ellos ex altos dirigentes de la FIFA.

Makudi fue exonerado a fines de 2011 por la FIFA, acusado de haber utilizado 860.000 dólares del proyecto Goal para embellecer sus terrenos privados presentando papeles que muestran que ha derivado ese dinero a su propia asociación nacional….aunque eso ocurrió “apenas” 8 años más tarde porque el proyecto Goal era de 2003.

Votó por Alemania 2006 casualmente cuando consiguió para su país dos partidos, uno ante el Bayern Munich y el otro, ante la selección alemana.

Beckenbauer rondaba las negociaciones, según cuenta en su excelente libro “FIFA-Mafia” el periodista alemán Thomas Kistner.

La Federación Tailandesa es la primera aspirante asiática a la instalación de las costosas escuelas Aspire de Qatar para formar talentos. Se colocarìan en una zona próxima a Bangkok , en la que Makudi tiene casualmente terrenos propios.

Kistner se pregunta si efectivamente Platini “es el hombre para una nueva era” y vinculó su ascenso en la UEFA por sus continuos viajes por Europa del Este, en países como Kazajistán, Azerbaiján, Chipre o Bielorrusia.

Platini acabó votando a Qatar para el Mundial 2022 pese a haberse manifestado previamente en contra. Sin embargo, tal como en su momento lo denunció la revista France Football, cambió a último momento, luego de una cena con el entonces premier francés Nicolás Sarzoky y el emir qatarí Hamad Bin Khalifa Al Thani.

Al poco tiempo, Al Jazzeera compró los derechos de TV de la Liga Francesa desde 2012 a 2016 por 240 millones de euros y los derechos para Francia de todos los partidos de la Europa League hasta 2015. Y no sólo eso: su hijo Laurent pasó a administrar los fondos de los millonarios qataríes que adquirieron el Paris Saint Germain (PSG).

Justamente, son los jeques que manejan estos clubes los que más gastan en Europa, pero Platini dice que controlará el Fair Play económico.

¿Esa es la renovación de la FIFA?

lunes, 19 de octubre de 2015

Pelear por Messi es inútil (Yahoo)



En la prensa española aparecieron por estos días portadas llamativas con una posible batalla entre la selección argentina y el Barcelona por contar con Lionel Messi en sus equipos, a partir de que se calcula que en un mes, el super crack estaría ya recuperado de su lesión y podría iniciar su regreso a la actividad profesional.

Si bien las situaciones futbolísticas son diferentes, tanto la selección argentina como el Barcelona lo necesitan con cierta urgencia porque ninguno de los dos está teniendo solidez en sus competencias y entonces, tratándose del mejor jugador del mundo, se parte de la creencia de que su aporte resultaría fundamental para cambiar el rumbo.

La selección argentina debe jugar dos de los partidos más complicados de toda la serie de los dieciocho correspondientes a la clasificación para el Mundial de Rusia 2018 en el grupo sudamericano, no sólo por los rivales que tendrá (Brasil  como local y Colombia fuera de casa), sino porque no sólo ha obtenido un solo punto en sus primeras dos presentaciones ante Ecuador y Paraguay, sino que el equipo no ha mostrado ninguna solidez y también padece la lesión de otro de sus grandes atacantes, Sergio Agüero.

Los partidos ante Brasil y Colombia, que serán los últimos dos oficiales de 2015, se jugarán el 13 y el 17 de noviembre, mientras que apenas cinco días más tarde, el Barcelona deberá visitar al Real Madrid en el estadio Santiago Bernabeu por la Liga Española y como es lógico, el entrenador Luis Enrique Martínez pretende contar con su mejor jugador en ese partido siempre tan especial para los culés.

La prensa española, y especialmente la catalana, está acostumbrada a este tipo de polémicas que suelen llenar importantes espacios en los diarios deportivos y en los medios electrónicos y ya han comenzado a abrir el paraguas sobre la posible disputa entre la selección argentina y el Barcelona para contar con el jugador en ocasiones tan importantes, cuando es claro que su recuperación hará que sea complicado jugar para ambos equipos y someterse a tanto desgaste.

¿Pero es realmente así? ¿Realmente hay tanta pugna por el crack? Desde el punto de vista de la selección argentina, al menos, de momento su entrenador (y casualmente ex entrenador del Barcelona en la temporada pasada), Gerardo Martino, sólo ha dicho que desde ya que le encantaría poder contar con Messi pero siempre agregó que no va a desgastar al jugador si nota o sabe que no está en su plenitud para poder jugar y que en ese caso, lo mejor será que regrese en perfecto estado para 2016, cuando a los albicelestes les esperan muchos compromisos por la clasificación para el Mundial y al mismo tiempo, a mitad de año, una nueva Copa América, en este caso la Copa América Extra de 16 equipos, que se jugará en los Estados Unidos para festejar el Centenario de la Conmebol y que contará con representantes de la Concacaf.

Es decir que al menos desde la selección argentina no parece haber animosidad a una pugna con el Barcelona, con el que siempre hubo un entendimiento entre las partes y si bien Messi le dio mucha más cabida al equipo albiceleste en la temporada previa al Mundial, en la reciente todo es mucho más equilibrado, no ha estado en algunas convocatorias y en otras ha jugado algunos minutos en partidos que no fueron considerados fundamentales.

El mayor problema que afronta Martino, podría decirse que es mucho más simbólico y anímico que enteramente futbolístico. Es que la selección argentina, además de no sacar muchos puntos para Rusia 2018 no ha jugado nada bien y pese a que Messi es muy criticado por un sector de la prensa y de la sociedad, es muy evidente que en este equipo es demasiado necesario y hasta hay un mínimo temor a que pese a tanta riqueza de la plantilla, se complique la clasificación al Mundial.

En ese sentido, se cree que el aporte de Messi es demasiado importante como para no esperar un milagro y que pueda aparecer jugando nada menos que en el clásico ante Brasil del mes próximo.

Por el lado del Barcelona, aunque el equipo es líder en la Liga y tampoco parece tener grandes problemas en su grupo en la Champions League, también resulta evidente que el Barcelona, en una temporada en la que recién puede fichar en invierno, y habiendo dejado ir a Pedro Rodríguez, a Gerard Deulofeu y a Martín Montoya, sumado a diferentes lesiones de otros jugadores, tiene una plantilla demasiado corta.

Además del problema numérico de los jugadores con que cuenta, es claro que hay algunos que no están en su mejor nivel (Munir, Sandro, el propio Piqué, Adriano) y la falta de Messi ha pesado demasiado en la baja en el juego.

El propio sábado pasado por la Liga, puede llamar a engaño observar la estadística del 5-2 en el Camp Nou al Rayo Vallecano, con una exhibición de Neymar (que justamente culmina su suspensión en la clasificación al Mundial y podrá regresar ante Argentina), autor de cuatro goles.

Pero el Barcelona no jugó bien otra vez y apeló a la contundencia del brasileño en un magnífico partido, y a la colaboración de otra estrella como el uruguayo Luis Suárez, para establecer una distancia que no se reflejó en el partido ante el muy digno equipo madrileño dirigido por Paco Jémez, que le plantó mucha cara y le generó varias ocasiones de gol.

Por todo esto, suena muy importante para el Barcelona que Messi pueda llegar a tiempo ante el Real Madrid, pero tampoco parece fácil que llegue en su plenitud y la gran pregunta es si el Barcelona tendrá la paciencia para esperarlo, si no llega en las mejores condiciones, o si lo forzará a volver de todos modos, y si eso pasa, entonces en ese caso, qué hará la selección argentina.

De momento, también Luis Enrique le ha quitado hierro a cualquier polémica y ha dicho que cree que tanto él como Martino sólo quieren lo mejor para Messi.


¿Será que la prensa española exagera o será que hay un conflicto real en puerta? En pocos días lo sabremos.

viernes, 16 de octubre de 2015

La física y el fútbol (Un cuento de Marcelo Wio)



La brisa de una intención apenas lo rozó. Emolumento Pascolucci – mediocampista de Rayo del Sur Club de Football - salió disparado como arrojado por una catapulta violenta  con aires de pretensión de horadar las murallas de una ciudad sitiada.  Emolumento rodó histriónicamente por el césped y luego resbaló.

Emolumento se había olvidado que debido a la escacez por la que atravesaba el país – debido en parte a la práctica ausencia de lluvias y al inusual aumento de temperaturas de los dos últimos años -, el gobierno había decidido racionar ciertos bienes; entre ellos, la fricción. Desde las 19.30 de ese día, hasta las 7.00 de la mañana siguiente, quedaba anulada.

Así pues, Emolumento siguió resbalando – pasó por debajo de los tablones de madera que hacían las veces de grada e inseguridad a la vida de las personas; y salió a la calle larga que salía del pueblo. Al día siguiente lo acercó al pueblo un viajante de comerció que se lo encontró a unos doscientos y pico de kilómetros, dormido al costado de la ruta.


jueves, 15 de octubre de 2015

Deportivo Potlatch (Un cuento de Marcelo Wio)





Subsiste el club porque siempre – especialmente en época de bonanza – hay personas que estiman más prestigiosa la derrota o, más bien, el victimismo consentido que surge del fracaso sistemático del propio equipo. Y es que, acaso no haya mayor adicción que el sufrimiento y la autocompasión resultante…

Pero el caso del Depor, como se conoce al club, es otro. Y es que la mayoría de sus hinchas resulta ser de clases más bien acomodadas, lo que a priori podría parecer contradictorio, pero que en realidad es bien comprensible: en algún ámbito hay que expiar (“perder”) las culpas, las miserias – y las religiones, convengamos, están muy venidas a menos, muy… desprestigiadas para ofrecer este servicio (lo que le quita valor, validez, relevancia… lustre a la… penitencia, a la “sanción”).

Usted escuchará decir a esos mismos hinchas que el “amor a los colores”, que el “encanto del club chico, de barrio”, que de “Deportivo Potlatch uno nace, no se hace” y todos esos embustes del inconsciente, trampas del recato, del prestigio; astucias subliminales de toda fe que involucra la convicción de un beneficio: el padecimiento, el castigo futbolístico asegura o concede (casi diría, consiente) el éxito económico y social; a la vez que redime…las manchas del honor… no, más bien a la respetabilidad, a la imagen que hubiesen podido producirse a raíz del susodicho éxito… Un negocio redondo.

Así, después de todo, Deportivo Potlatch no… ofrenda nada, no regala nada, sino que utiliza la victoria del rival, se aprovecha de lo que para cualquier pelandrún podría pasar por mediocridad, por otras mil interpretaciones igualmente erradas…

¿Sabe cuál es el número de socios de Deportivo Potlatch? Estamos hablando de uno de los llamados “clubes chicos”, de los que jamás ganó nada... Le cambio la pregunta, ¿cuántos socios tiene Club Atlético Laureles, el último campeón, un grande de la liga? Tiene 53.547. Ahora, ¿cuántos tiene el Depor? ¡Tiene 57.233!
¿Entiende?

Y, claro, a todo esto, cuanto jugador de madera anda porfiándole fútbol al destino, tiene un club en el que se le valora… su ineptitud, su tozudez… su falta de amor propio, en definitiva.


Usted miraba al Depor con un cierto… ¿cómo decirlo? ¿Cariño piadoso? 

¿Idealización? ¿Cómo la… emulación de una utopía? Amigo, descrea de las utopías; quien las persigue, busca en realidad un privilegio… ¿Por qué se cree que justamente este club, entre todos, tiene ese aura de utopía?


Nota: Potlatch es el nombre de una ceremonia practicada por los pueblos indios de la Columbia Británica (EE.UU., Canadá). Tomaba la forma de festín ceremonial en el que el anfitrión mostraba su riqueza e importancia regalando sus posesiones, queriendo dar a entender que tenía tantas que podía permitirse hacer tantos regalos. Por tanto, se puede decir que el potlatch consistía en cambiar regalos por prestigio, que se incrementaba con el valor de los bienes distribuidos. Johan Huizinga (Homo Ludens) explica que “en el potlatch no se demuestra la superioridad tan solo con el regalo de los bienes, sino, más bien, en forma más decisiva, con la destrucción del patrimonio propio, para disponer fanfarronamente de manifiesto que se puede prescindir de él…”.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Hay que rearmar a la selección argentina



En pocos meses, la selección argentina se fue deshilachando, fue perdiendo los conceptos que componían aquella idea que Gerardo Martino planteó y gustó cuando comenzó un ciclo que prometía cambios interesantes y cierta vuelta a las fuentes.

¿Cómo no confiar en Martino, luego de haber visto a aquel Newell’s Old Boys que ganara tan bien el torneo argentino de 2013? Nada raro. Todo muy sencillo, con el regreso al 4-3-3 dependiendo del fútbol propio a cambio de haber vivido tanto tiempo de los errores ajenos, pese a contar con los Messi, Agüero, Di María.

Por fin, para la pasada Copa América de Chile, emergía un equipo más tradicional, que respetara el juego por abajo, con la lógica renovación generacional por el paso del tiempo, pero con la base estable de los finalistas del Mundial de Brasil.

Sin embargo, la Copa América, pese a que el equipo llegó a la final, dejó algunas dudas, como el fallido debut ante Paraguay, cuando casi se pierde, o el sufrido triunfo ante Uruguay, cuando varios cabezazos de los celestes salieron lamiendo los palos así como anoche entró el de Diego Godín ante Colombia.

Aún así, hubo pasajes de buen fútbol si bien no de tan gran fútbol como algunos medios rápidamente se entusiasmaron. Por ejemplo, ante Colombia se jugó aceptablemente, y no tan bien como se nos hizo ver. Pero en la final, ya Chile se impuso claramente en lo táctico más allá de que como en la final de Brasil, Argentina lo pudo ganar y lo tuvo en sus manos en los últimos segundos.

Pero el germen de algunos problemas de hoy ya comenzaban a observarse. Cierto quedo anímico, no tan pronunciado en Chile aunque sí en la final, ahora aparece palpable en algunos jugadores. Cierto resquebrajamiento en los conceptos, cierta endeblez a la hora de imponer el juego propio, la reiterada ausencia de algunos jugadores importantes, sumada a la convocatoria de otro como Carlos Tévez (además de que es utilizado en un puesto que no es el propio), resistido por mucho tiempo por la mayoría de los jugadores de peso del plantel.

Todo esto fue minando contra el rendimiento del equipo. Porque si bien es cierto que ni Facundo Roncaglia ni Emanuel Mas son Pablo Zabaleta ni Marcos Rojo, tampoco son mediocres y sin embargo, no han rendido en su nivel habitual, mientras que la falta de Lucas Biglia generó un cambio de sistema con el ingreso de un “doble cinco” como el muy buen volante Matías Kranevitter, pero ya no era lo mismo, y a Javier Pastore, más lento que lo habitual, se lo aisló de los delanteros en vez de acercarlo a ellos como armador que es.

La sensación es que muchos jugadores están por debajo de su nivel, que el sistema no les resulta cómodo porque no les llegan los conceptos que determinan “la idea” y es el rendimiento, sumado a los resultados, lo que genera confianza.

Siguen, creemos, dando vuelta los habituales clichés alrededor de la selección, como que hay que jugar en Europa (o estar a punto de) para acceder al equipo, y que circula una lista de una cantidad de nombres a los que el cuerpo técnico sigue, y esos nombres casi no incluyen jugadores que no estén en el Viejo Continente, por lo que un crack como Lucas Pratto, campeón del torneo local con el Atlético Mineiro, figura y goleador en ese certamen, no es tenido en cuenta, o Mauro Icardi es visto de reojo por sus continuas apariciones en la prensa rosa, como si eso lo hiciera mejor o peor a la hora de definir ante el arco rival.

Los antecedentes de Martino en el Barcelona en la pasada temporada (también con Messi en el equipo) pueden contribuir a pensar que el rosarino está desperdiciando una segunda gran oportunidad en su carrera, aunque aquella vez haya sido presa de la falta de fichajes que luego sí le trajeron a su sucesor, Luis Enrique.

De cualquier modo, aparecen circunstancias por las que uno tiende a ver que Martino piensa demasiado las cosas en un nivel fotográfico, es decir, más estáticas, que en el cinematográfico, más dinámicas. Algo así como aquella frase con tintes cómicos de Alfio “Coco” Basile acerca de que cuando comienzan los partidos, las fórmulas y los números cambian porque los muñequitos se mueven.

Acaso sea este el punto de partida para la selección de Martino: menos “Metegol” y más verde césped. Más conceptos que ayuden a desarrollar la idea, a plasmarla en la cancha, a la hora de los bifes, que ya comenzó a correr.

Si eso no comienza a ocurrir en noviembre, ante Brasil y Colombia, es posible que la cinta se atasque y que ya sea difícil desarrollarla.  La selección necesita respuestas rápidas y no pasa sólo por contar o no con Lionel Messi (que desde ya) sino tener un sistema claro, que ayude a tantos jugadores talentosos con que se cuenta, como pocos equipos en el mundo.


Que no se desperdicie otra chance como tantas que ya se han perdido por esos preconceptos nacionales que tanto daño hacen. El partido más importante ya empezó.

lunes, 12 de octubre de 2015

Argentina y Brasil, perdidos sin Messi ni Neymar (Yahoo)




Hay una coincidencia general entre todos los analistas del fútbol sudamericano en que esta clasificación para el Mundial de Rusia 2018 ha tenido uno de los comienzos más extraños que se recuerden. Acaso el más extraño de todos. Porque nunca ocurrió que en el grupo sudamericano, las selecciones de Argentina y Brasil comenzaran perdiendo y de manera tan contundente.

Hay un punto en común, no sólo entre ellas, sino también podría sumarse a la uruguaya, aunque obtuvo un resultado diferente y al revés que las dos potencias continentales, pudo vencer por primera vez a Bolivia en la altura de La Paz 0-2.

La coincidencia entre las tres selecciones es que tuvieron que debutar en el grupo sudamericano (son diez equipos, se clasifican directamente los cuatro primeros y el quinto deberá jugar una repesca ante una selección de Oceanía) es que ninguno de los integrantes del tridente ofensivo del Barcelona, tan determinante en la pasada temporada en la liga española y en el fútbol europeo, Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar, pudo jugar.

En el caso de Brasil, cuya generación no tiene precisamente el talento de otras anteriores, evidenciando una baja cada vez más pronunciada que hasta puede poner en peligro su clasificación para un Mundial por primeras vez en su historia, cayó con total justicia 2-0 ante el reciente campeón de América, Chile, que sacó partido también a su condición de local.

Es cierto que el partido se acabó definiendo desde la mitad de la segunda parte en adelante,  con goles de los delanteros Eduardo Vargas y Alexis Sánchez, pero “La Roja” fue dominadora durante todo el partido, en base a un talento como pocas veces tuvo esta selección.

Sin jugadores de peso y basado mucho más en aquellos que al menos tienen roce internacional por jugar en las mejores ligas europeas, como Oscar, Willian, Hulk o Douglas Costa, el punto fuerte de la selección que ahora dirige Dunga está mucho más localizado en la solidez defensiva (comenzaron jugando Dani Alves, Miranda, David Luiz y Marcelo) que en el resto del terreno, y sintió especialmente la falta de Neymar, a quien le queda un partido de suspensión de los cuatro que recibiera en la pasada Copa América y tampoco podrá estar en el compromiso como local ante Venezuela.

Este equipo brasileño es mucho más europeo que varios anteriores, basado en un fútbol alegre, con muchas variantes y un gran talento en todos sus jugadores, hoy reemplazado por variantes tácticas, fortaleza defensiva, y lo que pueda realizar arriba Neymar.

El caso uruguayo es parecido, al no contar tampoco con el también suspendido Suárez, que está terminando de purgar su larga suspensión por aquél episodio con Giorgio Chiellini en el pasado Mundial 2014, pero a diferencia de los de Dunga, el veterano entrenador Oscar Tabárez ha logrado dotar a “La Celeste” de una estructura, de un sistema táctico definido, con un sistema 4-4-2, y aunque ya ha terminado la generación de “Los Diegos” (Lugano, Pérez y Forlán, uno en cada línea), ha sabido reemplazarlos por un conjunto más combativo y menos talentoso, que hasta pudo sacar un muy buen resultado pese a que tampoco contó con su otra figura del ataque, Edinson Cavani.

Si el panorama es duro para Brasil, pocos se imaginaban que lo sería para la selección argentina, aún cuando no podrá contar con su máxima estrella, Messi, por los cuatro partidos (de los dieciocho totales de la clasificación sudamericana) de 2015 hasta que se recupere de la lesión.

Tanto su entrenador, Gerardo “Tata” Martino, como muchos de sus compañeros, habían remarcado la necesidad de demostrar que el equipo albiceleste cuenta con demasiadas estrellas como para sufrir por la falta del mejor jugador del mundo, aunque su talento sea inigualable.

Sin embargo, que Sergio Agúero se haya resentido a poco de iniciado el partido de una pequeña lesión que comenzó en su última participación en el Manchester City por la Premier League (ese día marcó cinco goles en veinte minutos y reconoció que debió salir reemplazado mucho antes pero quiso continuar, motivado por su faceta de goleador),  y la lesión de Lucas Biglia ante Ecuador, complican aún más el panorama, tras un pésimo inicio de clasificación.

Si de los cuatro partidos de 2015 había uno en el que muchos descontaban la victoria de la selección argentina, era sin dudas como local ante Ecuador y sin embargo, fue notablemente superada en lo táctico, sin poder contener a los dos veloces extremos Jefferson Montero y Antonio Valencia, que además tuvieron que enfrentar a los dos laterales suplentes argentinos (Emanuel Mas por la izquierda y Facundo Roncaglia por la derecha), por  lesiones de Marcos Rojo y de Pablo Zabaleta.

Al margen de las lesiones (tampoco pudieron estar Fernando Gago ni Ever Banega, mientras que Martino no convocó a Gonzalo Higuaín), este equipo argentino parece deshilachado, yendo de más a menos si se toma como referencia el partido debut del ciclo de Martino ante Alemania (ganó 2-4), en el que tampoco jugó Messi.

Sucede que Javier Mascherano no pasa por su mejor momento en el medio, Javier Pastore juega demasiado retrasado, Angel Di María (aún sin el rodaje necesario tras su larga lesión) muy aparcado en un extremo, y Carlos Tévez demasiado de punta, y no por detrás del nueve como en la Juventus en la temporada pasada o en Boca en la actual.

Sólo el ingreso del joven Angel Correa parece una bocanada de aire fresco pero es demasiado poco para un duro 0-2 en casa ante Ecuador, un equipo sólido y ordenado, dirigido por el argentino Gustavo Quinteros.

En los otros dos partidos, Paraguay aprovechó un grave error defensivo en el final para ganarle a Venezuela 0-1 como visitante, mientras que aunque le costó más que antes, Colombia venció como local, en el segundo tiempo, 2-0 a Perú.

Salvo el caso de Bolivia y Venezuela, este grupo clasificatorio sudamericano aparece como uno de los más parejos y estrechos de los últimos tiempos y puede depararnos alguna sorpresa si tomamos en cuenta la historia. No tanto, si nos atenemos al presente.


El fútbol quedó huérfano de Messi (De Volkskrant)




Y de repente, el fútbol quedó huérfano de Lionel Messi. Aunque lo sufren especialmente el Barcelona y la selección argentina, todos los aficionados se han quedado sin posibilidades de verlo jugar por lo menos por siete semanas, hasta que se recupere de la rotura del ligamento colateral interno de la rodilla izquierda, que según los médicos especializados, no deja secuelas en el jugador,  y que genera una de las grandes preocupaciones: si volverá a ser el que era.

El mundo del fútbol había comenzado a desacostumbrarse a las lesiones de Messi. La última había sido el 10 de noviembre de 2013 ante el Betis y se trató de la rotura del bíceps femoral izquierdo y determinó ocho semanas de baja, y en aquella oportunidad, Gerardo Martino lo padeció como entrenador del Barcelona, mientras que ahora lo hace “del otro lado”, como entrenador de la selección argentina.

Si el doctor Vicente Concejero, especialista de Rodilla de la clínica CEMTRO de Madrid, sostiene que la forma de las rodillas de los buenos futbolistas acaba protegiendo su parte interna” y que se trata de “una lesión frecuente”, que varía en su tratamiento si la lesión es parcial (más largo) o total (tres a cuatro semanas) y que no se necesita llegar a una operación. Con esto coincide el médico de la selección argentina, Homero de Agostino.

Es la duodécima lesión de Messi en toda su carrera profesional (tuvo una muy importante apenas llegado al Barça, siendo un adolescente, que hizo peligrar su fichaje por el club) desde que el 2 de febrero de 2006 tuviera una elongación del bíceps femoral de su pierna derecha ante el Atlético Madrid y estuviera quince días de baja.
De todos modos, las alarmas se encendieron porque tanto el Barcelona como la selección argentina son dos equipos “Messi-dependientes”.

Al Barcelona le llega en un momento muy complicado porque el club ya se encontraba en un semestre especial al no poder fichar jugadores debido a la sanción que le aplicó la FIFA de dos mercados sin incorporar jugadores por su operatoria con juveniles no permitida por el reglamento.

Si ya era un plantel corto, el club permitió la salida de jugadores disgustados con sus suplencias (Pedro y Martín Montoya), dejó ir a Gerard Deulofeu al Everton, y Xavi Hernández siguió su carrera en Qatar, sumado a la reciente grave lesión de Rafinha y la más corta, de esta semana, de Andrés Iniesta.

Si desde hace largo tiempo Messi aporta un plus al equipo, se vio claramente durante su último partido de Champions ante el Bayer Leverkusen como local en el Camp Nou que como nunca, y utilizando la frase que suele repetir Johan Cruyff, el Barcelona pasó de ser “más que un club” a “un club más”, capaz de perder contra cualquier equipo más o menos ordenado que se decida a atacarlo como el alemán, hasta que se retrasó y lo pagó muy caro.

El contraste con Messi es enorme, no porque vaya a repetirse tan fácil, pero el argentino, ante el mismo rival, había llegado  a marcarle cinco goles en 2012, en aquel recordado 7-1 por otra Champions.

Este Barcelona tan cercano a la normalidad, necesita como nunca a Messi, si bien tiene la tranquilidad de que no parece posible quedarse fuera de su grupo en el torneo europeo, y que la Liga Española es muy larga como para perderlo todo en estas semanas, y hasta existe la chance de que Messi llegue al clásico ante Real Madrid el 21 de noviembre próximo.

Con la selección argentina, las cosas son más complicadas. Porque la gente es muy suspicaz y como siempre ha tenido muchos detractores y fue tan criticado por su mala final de la pasada Copa América ante Chile, hasta se había corrido el rumor (jamás confirmado aunque tampoco rechazado de plano) de que el crack dejaría al equipo albiceleste por un tiempo.

Sin embargo, hasta participó (y jugó) en dos partidos amistosos sin ninguna importancia en Estados Unidos ante Bolivia y México en setiembre, y con su mujer a punto de dar a luz (acaba de ser padre por segunda vez).

Esta muestra de compromiso con la selección argentina había ahuyentado esas dudas que había sobre su intento de distanciarse de la selección argentina, harto de críticas exageradas, pero justo en el momento clave del comienzo de la clasificación para el Mundial de Rusia 2018, faltará en los cuatro partidos de 2015( un cuarto de los dieciséis totales),  los dos de octubre ante Ecuador y Paraguay, aunque más duro será estar ausente en los dos de noviembre, ante Brasil en Buenos Aires y Colombia, en Barranquilla, dos de los más riesgosos.

Para el equipo argentino llegó el momento de demostrar, como primero en el ranking mundial, que Messi no lo es todo y que tiene una buena cantidad de jugadores y un sistema, que lo respaldan, pero puede servir también para que aquellos que se resisten a aceptarlo como crack, entiendan su dimensión y la diferencia de calidad que puede aportar.


viernes, 9 de octubre de 2015

La ausencia de Messi no es lo único



Un razonamiento lógico para comenzar esta columna: Nicolás Otamendi tuvo un serio conflicto con el Valencia, que no lo dejaba ir, para pasar al Manchester City en una cifra récord. El pase de Angel Di María, del Manchester United al PSG fue de los más caros de la historia. El regreso de Carlos Tévez a Boca fue uno de los más conmovedores de la historia después de ser, tal vez, el mejor jugador de la Juventus de la doble corona italiana y finalista de la Champions League. Sergio Agüero es uno de los goleadores históricos de la Premier League y venía de meter cinco en veinte minutos con el Manchester City.

Estamos citando jugadores que se destacan en los mejores equipos del mundo y en cada línea. En casi todos los puestos, la selección argentina tiene jugadores de primerísimo nivel que atemorizan a cualquier rival, y no hemos citado a Lionel Messi entre ellos. Mesi es, en todo caso, la prima Donna, la estrella de las estrellas, que en este caso, en este partido de anoche ante Ecuador, y en los próximos tres partidos de la clasificación mundialista para Rusia 2018, no podrá jugar por su conocida lesión.

Entonces, ¿qué ocurre? ¡Esta selección argentina baja tanto sólo porque no esté Messi? ¿esta selección argentina baja tanto porque además de Messi, Agüero llegó con una pequeña lesión que lamentablemente –una vez más con la albiceleste- se agravó a poco de comenzar el partido?

No parece.

Entonces, ¿es el director técnico, Gerardo Martino el que no sabe cómo manejar este equipo? Es decir, el mismo Martino que sacó campeón argentino a Newell’s Old Boys en 2013 (hace dos años, no hace veinte), con un esquema que gustó a la mayoría, el que ganó tantos títulos en Paraguay, o el que, con esta misma selección y también sin Messi le ganó a Alemania metiéndole cuatro goles en Alemania, no sirve o no sabe de fútbol?

No parece tampoco.

¿Y entonces? Entonces es que la inapelable derrota, la más que justa derrota de anoche 0-2 con Ecuador obedece a otras cuestiones que sí están relacionadas con Martino, pero también con lo estructural del fútbol argentino.

En este ciclo que lleva poco más de un año con la selección, los conceptos de Martino se fueron desdibujando. Es decir, las ideas generales de cómo jugar, la táctica del equipo, fue sucumbiendo ante la estructura. Algo así como que Martino tiene una gran idea original (4-3-3, un diez que maneje el equipo-Javier Pastore, como socio ideal de Messi-, volver a las fuentes, dominar los partidos, tener la pelota), pero no logró (y no sólo, sino que se alejó del objetivo) plasmarlo en el terreno de juego. Como si las ideas de Martino necesitaran luego de un Marcelo Gallardo para ponerlas en práctica a la hora de la verdad, en el verde césped.

Porque la selección argentina jugó varias veces ante Ecuador, como un amistoso en este mismo ciclo, en los Estados Unidos, y con Messi, y ni así pudo superarlo. Los partidos ante Ecuador (un muy buen equipo, con dos volantes-extremos muy rápidos como Montero y Valencia, un buen manejo de pelota, una base que viene trabajando desde hace mucho) fueron siempre parejos en los últimos tiempos, y con todo respeto por esta buena selección, dirigida por un entrenador capaz como Gustavo Quinteros, no puede ser que ante ella todos los partidos sean iguales de parejos, o ya desparejos por superioridad rival, con la jerarquía de los argentinos. Algo, o más que algo, falla en todo esto.

Y lo que falla es estructural, no es sólo de planteo de partidos. Venimos sosteniendo reiteradamente en este blog que esta selección argentina es un equipo sin alma, cuyo punto de encuentro con la argentinidad hay que bucear para encontrarlo. Un equipo europeizado, cuyo concepto abarca el vínculo con el glamour, los grandes pases, los entrenadores más tacticistas, el gran mundo del fútbol, pero que fue alejando a los jugadores de la pertenencia original en todos los aspectos.

Nos preguntamos cuando terminó la Copa América cuál es el sentimiento de argentinidad, el punto de encuentro con la gente de un equipo que en su mayoría vive lejos, trata de mantenerse distante de la gente en el contacto cotidiano aún cuando estos jugadores ya se concentran para un partido del equipo nacional, que no atiende a la prensa más que a los siete-ocho medios más importantes pero desdeña al resto de los compatriotas, o que (aunque es anecdótico), uno de sus jugadores más importantes, más reconocidos, hace publicidad para ir a veranear….al Uruguay.

Es cierto, parecen datos menores y tal vez, cada uno de ellos lo sea. Pero a la hora de lo táctico y lo anímico, eso también juega. En lo táctico, hay una enorme confusión con muchos de estos jugadores “ricos” porque aunque la corriente vaya para otro lado, desde aquí insistimos en un concepto futbolístico fundamental: aunque el fútbol argentino está muy devaluado, aunque se juegan partidos horribles, el jugador argentino (extendible al brasileño, al uruguayo y tantos otros sudamericanos pero básicamente en éstos) pierde técnica y gana en táctica cuando pasa a jugar al fútbol europeo.

Los ejemplos sobran pero Sergio Agüero era un 10 en Independiente y de a poco se fue transformando en un 9. Carlos Tévez era un 9-10 en Boca y de a poco se fue transformando primero en un extremo (peleaba el puesto con Agüero en esa posición) o en un 9 por afuera, y ahora resulta que es un mediapunta por detrás del 9 (como en la Juventus, o en este tiempo en Boca)  y para Martino es directamente un 9. Angel Di María se fue también de una manera de Rosario Central, en el Real Madrid fue incluso volante creativo para acabar como extremo.

Es decir que la selección argentina refleja, como no podía ser de otra manera, el problema de fondo, estructural, del fútbol argentino, que desde hace muchos años vive de la venta de jugadores al exterior y debe adecuar hasta su sistema táctico a lo que el centro de poder del fútbol necesita.

Como alguna vez dijo en un paso por la Argentina con su sinceridad brutal, Ricardo Lavolpe, “acá se sigue usando el táctico –el 10- cuando ya en Europa no se usa más”. El atraso, para el director técnico, pasa por no hacer “lo que se hace en Europa”. Entonces, de nada sirve convocar a jugadores del torneo local porque hoy mismo, el torneo local está pensado para vender jugadores a Europa, donde se juega de determinada manera, que no es nuestra manera original.

El fútbol argentino es una copia del europeo en cuanto a sistemas de juego, como ahora lo son Brasil, Uruguay, y hasta comienzan a serlo los africanos (como se vio en los últimos mundiales en los que no hubo un atisbo de originalidad en ellos) porque en todos los casos, nos referimos a la periferia que necesita sí o sí vender al centro,. Porque es el modelo existente que genera pingües negocios. Pero a ese modelo, este fútbol escaso de originalidad y funciones desdibujadas, confusas, alejadas de nuestro estilo clásico, perdido en función de esos negocios.

Esto no significa que no se pueda ganar, aún así, pero para eso, se requiere de una convicción especial, de una capacidad para plasmar lo que se cree, y una enorme capacidad de debate ante medios de comunicación que tienen como función trabajar para ese negocio al que hicimos referencia.

No es casual que muchos periodistas, algunos de renombre, se refieran al fútbol local como “el mercado local” aunque se supone que no tienen ningún interés en ese negocio. Pero los traiciona el inconsciente colectivo. Es un mercado y hay que vender (jugadores, y con ellos, noticias al mundo).

Y en lo que sí podemos ya entrar en Martino es en este terreno, el de las convicciones para imponer un estilo que implica romper con lo europeizante sin muchos entrenamientos, manteniendo un grupo fuerte y unido, con las metas claras, con jugadores que estén a gusto unos con otros y que no sientan que todo lo hecho anteriormente en este sentido comienza a resquebrajarse.

En todos estos sentidos, ésta selección argentina no parece tener rumbo. Varios jugadores no rinden a su nivel (Mascherano, Di María), otro como Angel Correa, una gran aparición, estaba pasado de revoluciones, Agüero llegó con una lesión, los dos laterales, Facundo Roncaglia y Emanuel Más, fueron netamente superados por los rivales, y Pastore no pudo tener la fuerza de conductor que se buscaba, pero tampoco Erik Lamela parece que pudio ser la solución al problema, acaso algo pudo aportar Nicolás Gaiotán y poco más.

Aún así, no parece un problema sólo individual. Los rendimientos individuales suelen empeorar si no encuentran un sustento colectivo, como al revés, muchos jugadores sólo aceptables acaban siendo grandes figuras si los sostiene un equipo sólido (Ramiro Funes Mori, Rolando Schiavi, Clemente Rodríguez y tantos otros en la historia).
El gran problema de esta selección argentina es cómo reconducir esta situación. Tal vez el martes se le gana a Paraguay y todo queda como un mal recuerdo, pero no parece que las cosas vayan a ocurrir así…

La selección ecuatoriana llegó no menos de ocho veces con peligro claro de gol, y con un poco más de puntería, hasta el resultado de anoche pudo ser otro 0-5 como el de aquel 5 de setiembre de 1993 ante Colombia, claro que aquel equipo de Francisco Maturana tenía otra brillantez, que éste ecuatoriano, pero el resultado bien pudo ser como aquél.

Ahora, ya no hay tiempo para laboratorios. La selección argentina se está jugando una plaza para el Mundial de Rusia 2018 y deberá jugar casi un cuarto del ciclo sin Messi, lesionado. Serán en total cuatro partidos de los dieciséis. No es poco. Y sin embargo, insistimos, el problema no es Messi aunque ni hace falta extendernos en la tontería de los que llegaron a plantear que el gran crack del Barcelona no es necesario.

Messi es necesario porque es el mejor jugador del mundo, el más desequilibrante del planeta y si es argentino, va de suyo que es el primero que debería ser convocado.
El problema no pasa sólo por su ausencia, como hemos escrito, sino por problemas mucho más graves y estructurales. Y si se dice que la selección ecuatoriana lleva tiempo trabajando junta, la argentina también. Es decir que si el rival de anoche encontró un funcionamiento colectivo, no hay razón para que el equipo argentino no lo vaya encontrando y sin embargo, la sensación es que va de más a menos.

La diferencia está en que pocos equipos pasan a jugar de contragolpe hace apenas un año y tres meses, en un Mundial, a la posesión en la Copa América del año siguiente. Agua y aceite. De jugar al error ajeno, a depender de lo propio. ¿A qué quiere jugar la dirigencia de la AFA? ¿Cuál es el proyecto?


No es que Martino sepa o no de fútbol, sino que se necesita una capacidad especial para dirigir a la selección argentina: manejo de grupos, ideas claras, pero también algún sistema para llevarlas a cabo. Estos tiempos de derrotas en momentos claves no suelen ser demasiado indulgentes y ya conoce el paño porque le tocó vivir algo parecido un año atrás en el Barcelona. Si se repite ahora, ya no podrá ser casualidad.