sábado, 22 de agosto de 2020

Neymar, la estrella del fútbol que atrae amores y odios, vive de fiesta en fiesta, es paradigma mundial de las simulaciones en las faltas y busca ser el mejor jugador del mundo (Infobae)


 

Por estas horas, Neymar acapara los primeros planos del mundo por dos razones diferentes atadas al mismo hecho. Por un lado, sus grandes actuaciones en el “Súper 8” de la Champions League de Lisboa, que catapultaron a su equipo, el París Saint Germain (PSG), a la final del domingo ante el Bayern Munich, pero por otro, por aparecer en un video, que se viralizó, festejando con sus compañeros al ritmo de la canción “Hawái”, compuesta por el colombiano Maluma para su ex novia Natalia Barulich, a la que ahora se vincula a la estrella del fútbol, considerada por muchos como el mejor jugador brasileño después de Pelé.

La vida de Neymar está en constante movimiento y desde muy joven se fue acostumbrando a las grandes marquesinas, desde sus éxitos con el Santos, o sus participaciones con la selección brasileña, hasta su condición de celebridad, por la que ocupa permanentes espacios en las revistas del corazón o las redes sociales.

Neymar da Silva Santos Jr nació en la ciudad paulista de Mogi das Cruces el 5 de febrero de 1992. Su padre, Neymar da Silva, también fue futbolista y forma parte de su entorno, mientras que su madre, Nadine Santos, separada de su padre, también acaparó pantallas y redes sociales al conocerse que estaba en pareja con un gamer de menos edad que su hijo.  En ese mismo año de su nacimiento se trasladaron a Santos, y ya cuando comenzó la ganancia de buen dinero, el jugador se compró una casa del lado de Vila Belmiro. Es que ya a sus 15 años ganaba diez mil reales al mes, y un año más tarde, veinticinco mil.

Comenzó jugando al fútbol sala en el Tumiaru, llevado por un reconocido ojeador de futuros cracks, Betinho (Roberto Antonio dos Santos), quien recuerda que desde que lo vio jugar “supe que sería tan bueno como Robinho”, a quien también descubrió y es el ídolo de la infancia de Neymar y que llevó al Santos a la final de la Copa Libertadores 2003, perdida ante el Boca de Carlos Bianchi.

“En 1998 estaba formando un equipo con niños nacidos entre 1991 y 1992. Vi a Neymar corriendo por la tribuna y fui a hablar con su padre. Me llamó la atención porque corría como si fuera una llanura y luego noté que tenía habilidad, agilidad y coordinación motora. Y a eso lo ligué con la genética porque vi a su madre, que era delgada y alta, y a su padre, que tenía un buen biotipo, y lo seleccioné”, recuerda Betinho, quien agrega que en la comparación como Robinho a la misma edad, “lo veía mejor a este chico”.

Para el ojeador de cracks, “un jugador como Neymar nace cada mil millones de seres humanos. El cielo es su límite porque tiene un talento innato. Se supera en todo lo que hace. Su mente va un segundo delante de los demás, y algo importante: tiene los cimientos de su familia, porque sus padres siempre estuvieron a su lado y eso ha marcado la diferencia”.

Tras pasar por otros clubes de San Pablo como Portuguesa Santista o Gremetal, Neymar terminó ingresando a la Academia del Santos en 2003, reconocida por sacar grandes cracks como Pepe, Bruno Coutinho Martins, Clodoaldo, Diego Walsh, Elano, Alex, y se destacaba tanto en los equipos juveniles del “Peixe” que se lo comenzó a comparar con Robinho o Pelé, también surgidos de este club.

Fue allí en la Academia santista que conoció y se hizo amigo de Paulo Henrique Ganso (ahora en el Fluminense), quien también se convertiría en estrella del fútbol brasileño, pero Neymar generaba las máximas expectativas, tanto que a los 14 años viajó a España para fichar por el Real Madrid, pero aunque pasó la prueba, el Santos no lo quiso ceder. Volvió entonces a su club y terminó debutando en Primera en 2009, a los 17 años, el 7 de marzo y ante Oeste, entrando como suplente faltando treinta minutos. Ya a la semana siguiente consiguió su primer gol oficial ante el Mogi Mirim y si bien el Santos terminó perdiendo la final ante el Corinthians, totalizó 14 goles en 48 partidos. Apenas un año más tarde, en 2010, fue campeón paulista con 14 goles en 19 partidos, y terminó una brillante temporada con 42 goles en 60 partidos y con apenas 18 años. Fue considerado el mejor jugador del año y entonces comenzaron a llegar ofertas para contratarlo desde el West Ham (12 millones de euros) o el Chelsea (20 millones) y su agente, Wagner Ribeiro, afirmaba que el sueño que tenía era el de ser el mejor jugador del mundo.

Ya para ese entonces, se iba convirtiendo de a poco en una estrella difícil de controlar. Siempre moviéndose con mucha gente a su alrededor, tuvo un primer incidente importante ante el Goianense, cuando su director técnico, Dorival Jr, mandó a otro compañero suyo a patear un penal que le provocaron a él porque había fallado el último que le había tocado rematar, en la final de la Copa de Brasil (que igualmente el Santos terminó ganando). Neymar dio media vuelta, le dio la espalda al DT y debió ser calmado por un juez de línea y también discutió con su capitán, Edu Dracena.

Apenas un mes más tarde, el diario deportivo brasileño “Lance!” publicó un informe que decía que Neymar y otros jugadores habían estado con prostitutas después de un partido ante Gremio en Porto Alegre, lo que fue grabado por cámaras de seguridad del hotel en el que se alojaba el equipo. Dorival Jr, el DT, pudo ver el video, se mostró indignado, y exigió un castigo, e incluso Pelé también salió a criticar a estos jugadores, pero el que se acabó yendo fue el entrenador, aunque el ahora crack del PSG pidió disculpas. Sin embargo, a fin de año fue votado como tercer mejor jugador del continente, sólo por detrás de los argentinos Andrés D’alessandro y Juan Sebastián Verón. Meses antes, Pelé y Romario le llegaron a pedir públicamente a Dunga que lo convocara para integrar la selección brasileña en el Mundial de Sudáfrica 2010, sumados a una importante presión mediática y una lista de miles firmas, pero el DT no aceptó colocarlo entre los veintitrés definitivos y aunque sostuvo que se trataba de “un jugador extremadamente talentoso”, le faltaba experiencia internacional.

El crecimiento del Santos y de Neymar ya era notable. En 2011 y con 19 años, ya era un jugador consolidado. Fue campeón sudamericano sub-20 en Perú (y goleador del torneo con 9 tantos, dos de ellos en la final ante Uruguay),  y participó de la Copa América de Argentina, en la que Brasil fue eliminado por penales ante Paraguay.

Ese mismo año, el Santos fue campeón de la Copa Libertadores luego de 48 años (en tiempos de Pelé). Al empatar 0-0 en Montevideo y vencer 2-1 en San Pablo a Peñarol. Neymar marcó uno de los goles y fue considerado la figura del partido, y pocos meses después, el presidente del club, Luis Ribeiro, denunció que el Real Madrid se lo quería llevar y que los españoles adujeron un precontrato que no era verdadero y lo reportó a la FIFA, mientras el jugador extendió su acuerdo con los paulistas hasta el Mundial 2014. Era claro que después de ese torneo, pegaría el salto al fútbol europeo, y quien se encontraba en el primer lugar entre los aspirantes era el Barcelona, que  venció los brasileños 4-0 en la final del Mundial de Clubes de Japón, en la que tuvo piedad en el segundo tiempo, en el que decidió bajar la cortina, y según los rumores, tuvo relación con la posible llegada de Neymar, aunque ésta se produjo años más tarde.

Lo cierto es que Neymar, que llegó a tierras japonesas con una tremenda promoción (su agente repartió ante la prensa un CD de sus jugadas con el apoyo de nueve sponsors), regresó a Brasil fascinado con el Barcelona y con la chance de haber podido saludar y enfrentar a Lionel Messi, uno de sus ídolos como jugador. Pocos días más tarde fue elegido como mejor futbolista sudamericano del año y se llevó el premio “World Soccer” al mejor jugador joven del mundo. Ya para ese entonces, Neymar confiaba plenamente en su talento, al punto de que el 21 de junio afirmó que podía ganar el Balón de Oro por su cuenta, lo que provocó la reacción inmediata de Diego Maradona, sosteniendo que el mejor era Messi.

Tanto como dentro de la cancha, en la que buscaba a los adversarios para hacerles provocar infracciones y mantenía duelos verbales con muchos de ellos, Neymar hacía algo parecido fuera de la línea de cal, como cuando el 13 de agosto de ese 2011 publicó en Twitter “juez ladrón” por fallos del árbitro Sandro Ricci con los que estaba enojado y por una tarjeta amarilla que le habían sacado, pero poco después eliminó el mensaje y adujo que le habían utilizado la cuenta. Sin embargo, el árbitro decidió juicio por daños morales y le reclamó veinte mil reales. El futbolista debió terminar pagando quince mil.

Neymar ya había tocado techo en Brasil y en 2012 ganó el Botín de Oro y el “Globolinha” de Oro al mejor gol, que recibió de manos de Pelé, luego de marcar 42 tantos en 47 partidos. En 2013, formó parte de la selección brasileña que ganó como local la Copa Confederaciones, y si bien fue elegido como mejor jugador en cuatro de los partidos, extrañamente fue resistido por una parte del público, aunque el equipo parecía proyectado para realizar un gran Mundial al año siguiente.

Sin embargo, el Mundial 2014 no resultó lo que se esperaba. El equipo de Luiz Felipe Scolari aparecía muy nervioso en cada partido, con una tensión tal, por tener que ganar la Copa como local, que los jugadores lloraban desconsoladamente tras cada partido que les permitía avanzar. Ya en cuartos de final ante Colombia, cuando la expectativa crecía, Neymar sufrió la fractura de la tercera vértebra lumbar tras un rodillazo de Camilo Zúñiga, y eso le impidió continuar jugando en el certamen. El impacto fue brutal. Justo llegaba la semifinal contra Alemania y la estrella del equipo, el jugador con más llegada, quedaba al margen. El partido fue una pesadilla y el 7-1 final, un masazo a las ilusiones del “scratch”, que terminó cuarto, también vapuleado por Holanda (3-0). “Después del partido contra Alemania me encerré en mi cuarto y lloraba como un niño”, reconoció más tarde.

Ya desde la temporada 2013/14 había sido fichado por el Barcelona, con un contrato por cinco temporadas, que generó una enorme polémica, y que terminó con la renuncia de Sandro Rosell como presidente del club, que desde entonces quedó hasta hoy en manos de Josep María Bartomeu.

Si bien el Barcelona adujo que el pase costó 57 millones de euros, investigaciones posteriores elevaron la cifra real a más de 200 millones, según datos que Eduardo Musa, ex mano derecha del padre de Neymar hasta que rompieron en 2015, entregó a la Justicia española, sumando el pase, el contrato, los derechos de imagen y lo que percibió la agencia (NR Sports)

El verdadero contrato, en manos de la Justicia española, hablaba de “arrendamiento de servicios profesionales” entre el Barcelona y una sociedad controlada por Neymar padre con el objetivo de “actividades de observación y asesoramiento de jugadores según el convenio entre el Santos y el Barcelona” y el Barsa se hacía cargo de la rescisión de contrato entre el Santos y Neymar (40 millones de euros), otros 17 millones para el Santos, 9 millones por dos amistosos con todo el dinero para los brasileños, 7,9 millones para la adquisición de supuestos tres futbolistas, una comisión extra para el padre por 2,5 millones.

En el Barcelona, Neymar comenzó ganando la Supercopa de España, con la dirección técnica de Gerardo Martino, pero aunque ya mostró destellos de calidad, pudo despegar definitivamente desde la siguiente temporada, la 2014/15, cuando el equipo ganó el “Triplete” (Copa del Rey, Liga Española y Champions League) y luego el Mundial de Clubes (despachando al River de Marcelo Gallardo con un 3-0 en Japón) y ya se destacaba la poderosa MSN (la delantera compuesta por Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar), con Luis Enrique como entrenador.  Esa temporada terminó con el brasileño en la terna por el Balón de Oro junto a Messi y a Cristiano Ronaldo, y en el Equipo del Año de la FIFA.

Al terminar la temporada 2016/17, comenzaron los rumores de un posible fichaje de Neymar por parta del multimillonario París Saint Germain (PSG), para lo cual tenía que pagar la cláusula de rescisión, tasada en 222 millones de euros, debido a que el Barcelona no pretendía desprenderse de él. En esos días, el dirigente Jordi Mestre sostenía que Neymar se quedaría en el club “en un 200 por ciento”, mientras que Bartomeu afirmaba que pagar esa cláusula por parte de los franceses era “incumplir con el “Fair Play Financiero” de la UEFA,  pero nadie creía que se haría efectiva.

La última semana de julio y los primeros días de agosto, los rumores iban aumentando. Desde el entorno de Neymar se daba a entender que Messi opacaba al astro brasileño, no lo dejaba ser la máxima figura del equipo por lo que el rosarino ya representaba, y que el brasileño, que aspiraba a lo máximo, podía tener en un club repleto de estrellas y con las máximas aspiraciones, una proyección al Balón de Oro en un futuro próximo pero además, ser la imagen del Mundial de Qatar 2022, debido a que éste es el país que sponsorea al PSG.

Aún así, Gerard Piqué llegó a decir que creía haberlo convencido y hasta escribió en las redes sociales “se queda”, mientras que sus compañeros sudamericanos del ataque le pedían que lo reconsiderara y sólo encontraban silencio y misterio como respuesta.

Por fin, el 3 de agosto de 2017, el PSG depositó la cláusula de los 222 millones de euros para incredulidad de muchos en el Barcelona, y se llevó al jugador, que fue presentado con toda la pompa en el estadio de Parque de los Príncipes. Neymar pasaría a cobrar los mismos 30 millones de euros netos al año que percibía su ex compañero Messi, pero más bonus por rendimiento, y eso lo convertía en el jugador mejor pago del mundo.

Pero este pase, en realidad, formaba parte de una enorme trama de intereses en la que estuvieron involucrados dirigentes y representantes, con cifras siderales y evasión impositiva. Ya en 2010, el agente israelí Pinjas Zahavi había intentado transferirlo al Chelsea cuando Neymar jugaba en el Santos, y el paquete financiero era tan fuerte que el Barcelona, que lo tenía en la mira, temió perderlo, pero el crack esperó su momento y quiso ir al club catalán.

Pero Zahavi volvió a aparecer en 2017, cuando intervino otro de sus amigos, el multimillonario Nasser Al Khelaiffi, representante de los intereses de Qatar en Francia (y quien intervino en la famosa cena con Michel Platini y Nicolás Sarkozy que desvió el voto del presidente de la UEFA para el Mundial 2022 que iba a ir hacia Estados Unidos y a cambio de ese voto, también se ofreció que Qatar se quedara con las acciones mayoritarias del PSG).

Para cerrar definitivamente la operación, y eludir el Fair Play Económico de la UEFA, el PSG le cedió a Neymar la totalidad de sus derechos de imagen. A su vez, el Barcelona se negó a pagarle la prima de renovación acordada, de 26 millones cuando éste se fue al equipo francés, y terminaron en la Justicia. Ésta determinó en junio pasado que el brasileño tendrá que pagarle al club catalán 6,7 millones de euros (aunque la entidad reclamaba 22,5 millones), aunque la sentencia puede ser recurrida.

En el PSG tuvo sus altos y bajos, aunque siempre mostró su gran calidad, con varias lesiones que lo mantuvieron alejado de los estadios, algunos enfrentamientos, en especial con el uruguayo Edinson Cavani, su compañero de ataque, aunque acabaron haciendo las paces, y la frustración de no poder ganar la Copa de Campeones de Europa pese a la hegemonía en los torneos locales.

Sin embargo, lo que fue un idilio inicial, con sus camisetas y todo el merchandaising agotado a su llegada en 2017, se fue diluyendo y hasta llegó a ser abucheado en septiembre de 2019 en un partido contra Estrasburgo por la Ligue 1, cuando regresó tras cuatro meses de ausencia –su último partido había sido ante Angers- y ante rumores de negociaciones para marcharse de regreso al Barcelona. En la tribuna apareció entonces una pancarta que invitaba a su padre a ponerlo en venta en un barrio carioca de prostitución.

Así como en el PSG tuvo altos y bajos, no fue distinto en la selección brasileña. Tras la desilusión del Mundial 2014, fue convocado para la Copa América de Chile en 2015, pero fue expulsado cuando ya había terminado el segundo partido de la fase de grupos ante Colombia, por un altercado –le tiró un pelotazo a Pablo Armero y luego, un cabezazo al defensor Jeison Murillo-, y le dieron cuatro fechas de suspensión y sólo podía regresar en la final, a la que su equipo no accedió, y una multa de diez mil dólares.

Al año siguiente tenía una nueva oportunidad de conquistar un título con la Copa América Extra de los Estados Unidos, pero el Barcelona no lo dejó participar porque le había dado para optar entre este torneo y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y Neymar prefirió éstos últimos, y no sólo consiguió, por fin, la medalla dorada por primera vez para el fútbol de su país, sino que fue el encargado de definir la serie con su quinto penal (luego de que Weverton le atajara el suyo a Nils Petersen) ante los alemanes (5-4), luego de empatar 1-1 en los noventa minutos (el propio Neymar había abierto el marcador con un tiro libre).

Otra vez tuvo la chance de jugar un Mundial en Rusia 2018, al que llegó como estrella de su equipo, pero fue eliminado por Bélgica en los cuartos de final, y tampoco pudo jugar la Copa América de 2019 como local, por otra lesión que lo volvió a marginar en su propia casa.

Como no podía ser de otro modo, así como siempre fue reconocido futbolísticamente en su país, le tocó vivir algunas situaciones polémicas con la “verde-amarilla” como el incidente del 27 de marzo de 2011 en un amistoso ante Escocia en Londres, cuando se quejó de “una atmósfera de racismo” en el estadio, porque fue abucheado por los británicos. La Federación Escocesa adujo entonces que el abucheo fue porque había fingido una lesión. Neymar señalaba que el racismo estaba relacionado con un plátano que se había arrojado desde la tribuna pero un aficionado alemán, que estaba en la tribuna de la hinchada brasileña, reconoció que fue el responsable, y entonces, los escoceses exigieron un pedido de disculpas por parte de la Confederación Brasileña (CBF), que no llegó porque Neymar se defendió diciendo que no acusó a ninguna persona o grupo de hinchas.

Si con la selección brasileña lleva convertidos 61 goles en 101 partidos (0,60 de promedio), con los distintos equipos tiene 311 goles en 493 partidos (0,63).

En 2012, la revista “Sports Pro” lo nominó como el atleta más comercializable del mundo. Pero también se extendió su fama por la exageración en las caídas en las infracciones que le cometen, con memes y hasta campañas publicitarias. En julio de 2018, en una subasta benéfica de su fundación, se refirió a las burlas por sus simulaciones. “Las he visto y me las tomé con humor. Incluso en mi Instagram publiqué una broma sobre eso, con unos niños. Mi fútbol es de gambeta, de encarar a los adversarios. No puedo decirle a mis rivales ‘con permiso, mi amor, quiero hacer un gol¨. Tengo que intentar eludirlo y ellos no me van a dejar pasar, me van a hacer falta”, indicó. “Muchas veces, soy más rápido que otros jugadores y me terminan haciendo faltas. Los árbitros están para ver eso. ¿Creen que me gusta recibir faltas? No, porque duelen, lastiman. Después de los partidos, me pongo hielo cuatro o cinco horas. Es complicado, pero quien no vivió nunca eso de verdad, nunca lo va a saber”.

Si fue Rosell el que llevó al Barcelona a Pepe Costa cuando asumió como vicepresidente de Joan Laporta en 2003, su hijo Álvaro Costa vivió en Brasil y fue muy importante para el Barcelona por su buen dominio del portugués y su capacidad para relacionarse con los jugadores y en la adaptación de Neymar, que llegó en 2012 y para el acercamiento del agente André Cury por su amistad que hicieron en los tiempos de Nike Brasil.

Costa fue quien acercó a Cury a Rosell y se le atribuye haber sacado la foto de Rosell con Ronaldinho en 2003 en la campaña electoral que le dio el triunfo a Laporta y el responsable de haber traido jugadores brasileños como Keirrison en 2009 (14 millones de euros y ni siquiera jugó un amistoso) o Henrique en 2008 (10 millones sin tampoco jugar un partido oficial) pero lo más importante de Cury es haberse metido entre el padre de Neymar y el Real Madrid. En 2017 no pudo haber nada para detener el pase al PSG pero a cambio pudo colocar a Arthur y ya quedó como representante del Barcelona en Brasil.

Neymar, además de estar siempre rodeado de mujeres bonitas o su padre, tiene un inseparable grupo de amigos que conserva desde la infancia, conocidos como “Los Toiss”, apodados así como producto de una deformación de la frase coloquial, en portugués, “É nós” (somos nosotros) y que se popularizó entre adolescentes brasileños para expresar confianza entre los miembros de un conjunto de personas. De “Nós” fue derivando hasta reemplazar la “N” por la “T”, que de hecho, es el símbolo que mostraban sus amigos uniendo los brazos, en un gesto que define una canción bailada muchas veces por Neymar, “Eh, tudo toiss”, que es como se llaman entre ellos cuando están de buen humor.

Varios de estos amigos se instalaron con Neymar en Barcelona y cobran 11000 euros cada uno por distintos servicios al jugador, al que tratan de alegrarle la vida y levantarlo anímicamente en los momentos difíciles, y suelen quedarse con él con los videojuegos o jugando al póker hasta avanzada la noche, con croupieres facilitados por los casinos. En esas mesas jugaba el hijo de Pepe Costa, encargado de las relaciones del Barcelona con los jugadores, y que en los últimos años acompaña a Messi a todas partes, sin despegarse de él. De hecho, Álvaro Costa, el hijo de Pepe, se marchó al PSG junto con Neymar y cumple con él la misma función que su padre tiene con Messi.

La amistad de los Toiss generó que se hicieran un tatuaje conjunto, y suelen concurrir a presentaciones del futbolista y hasta que viajaran en el mismo avión junto al resto del plantel del Barcelona durante una gira a los Estados Unidos. Algunos de ellos realizan también trabajos profesionales para el crack, como Gilmar Cebola Araujo (29), encargado de la fotografía y los videos para luego subirlos a las redes sociales, aunque también lanzó su propia línea de ropa, tiene un salón de tatuajes y una productora de eventos.  “Jota” Amancio (25), otro de los más cercanos a Neymar, es su consejero personal y es casi como un hermano y jugó con él en las divisiones juveniles del Santos, mientras que Carlos Henrique gestiona la parte económica del clan.

Por otra parte, Gustavo Almeida (26) y Cristian Guedes trabajan en la empresa de Neymar (NR Sports), con labores de consultoría para artistas, mientras que Guilherme Pitta es el encargado de encontrar las mejores actividades y lugares de ocio a los que concurrir.

“Vive en una olla a presión y somos un escape. No hablamos de fútbol. Somos una forma de que él libere el estrés de su vida. Estamos juntos para conversar o viajar”, asegura uno de los miembros de la banda. Tienen fama, acuden a las mejores fiestas, siempre acompañados de figuras como Lewis Hamilton, Ronaldo, o los ángeles de “Victoria´s Secret”, se los ve en los mejores yates por las aguas de Ibiza o Saint-Tropez, o viajan en avión hasta Las Vegas, o cenan en restaurantes prestigiosos. El español Ander Herrera, compañero de Neymar en el PSG, cuenta que en una de las fiestas organizadas por ellos “había un piso para solteros y otro para casados. Mi mujer no me dejaba solo ni para ir al baño”.

Una de las últimas fiestas fue la que organizó Neymar con sus compañeros del PSG para festejar el pase a la final de la Champions League en Lisboa, en la que aparecen, en imágenes subidas por Ángel Di María, cantando el tema “Hawái”, de Maluma, que está inspirada en la ex novia del colombiano Natalia Barulich, que aparece ahora en distintas posiciones románticas en las redes sociales junto a Neymar, con quien participó en una sesión de fotos para la revista “GQ”.

Maluma y Neymar eran amigos desde que el colombiano actuó en el festejo del cumpleaños del futbolista en 2018, organizado a toda pompa en París y hasta había animado a cantar el “Feliz Cumpleaños” al hijo del brasileño, Davi Lucca da Silva Santos (que tuvo a sus 19 años con Carolina, de 17), que se emocionó hasta las lágrimas. Ahora, el artista decidió cerrar su cuenta de Instagram.

Si Neymar es una estrella mundial, también es famosa su hermana, Rafaella Beckran, muy activa en las redes sociales hasta convertirse en una influencer de nivel internacional, y que suele ver todos los partidos del crack y luego opina sobre ellos y además, en el caso de que ocurriese algo con su hermano o éste recibiera alguna crítica, suele ser la primera en utilizar sus cuentas para salir en su defensa. Tiene más de cinco millones de seguidores en instagram, y de hecho, en Europa hay una teoría muy singular sobre las lesiones de Neymar y la fecha de cumpleaños de Rafaella. Casualmente, cada vez que se acerca ese día, el brasileño suele sufrir alguna lesión que lo obliga a viajar a Brasil. Muchas veces lo acusaron de usar esas lesiones como excusas para acompañarla en su aniversario.

Rafaella aumentó mucho su popularidad cuando estuvo en pareja con Gabriel Barbosa, “Gabigol” (el verdugo de River en la final de la pasada Copa Libertadores, jugando para Flamengo), hasta que rompieron al iniciarse 2020.

Neymar siempre hace referencia a su fe cristiana. “La vida sólo tiene sentido cuando nuestro máximo ideal es servir a Cristo”, suele decir, y antes de los partidos suele publicar una foto en Instagram que dice “Que Dios nos bendiga y nos proteja”.

Tostao, uno de los jugadores del mágico equipo campeón mundial en México 70, sostiene que Neymar “será el mejor jugador de la historia de Brasil, solo detrás de Pelé. No cabe duda de que es un fenómeno, un jugador espectacular, que hace bien todo lo que un delantero tiene que hacer. Remata bien, elude bien, patea bien los tiros libres y es veloz. Ronaldo y Romario hacían cosas más específicas pero Neymar es como Messi, que hace todo durante un partido y si no es el mejor porque está en la misma época que Messi y Cristiano. Rivaldo, Figo o Kaká fueron considerados mejores jugadores del mundo y Neymar está por encima de ellos. Necesita mejorar eso de que se sigue enojando mucho en los campos de juego y a veces provoca encontronazos con los adversarios, pero sus números son impresionantes”.

Pelé llegó a decir que Neymar “es el mejor jugador del mundo, técnicamente. Messi y Cristiano son sólo superstars”.

“No porque otras personas se enojen voy a cambiar mi estilo de juego. Haré lo mismo siempre. Esto es fútbol”, insiste Neymar, a un paso de convertirse quizá, y por fin, en el rey.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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