sábado, 9 de enero de 2021

Boca y River, muy complicados para la vuelta de semifinales en Brasil aunque con distinto estado de ánimo (Kicker, Alemania)


 

Ninguno de los dos sacó un buen resultado en los partidos de ida en Buenos Aires y sin embargo, llegan con muy diferente estado de ánimo para la definición de la semifinal de la Copa Libertadores 2020.

River Plate, animador de las últimas seis ediciones, de las que llegó cinco veces a la semifinal y ganó dos, fue vencido de manera contundente por 3-0 ante Palmeiras en la cancha de Independiente (su estadio se está remodelando) pese a dominar por completo hasta la llegada del primer gol brasileño promediando el primer tiempo y a partir de allí se desinfló completamente.

Es evidente que ya no es el equipo seguro que era desde que perdió a sus estrellas (el defensor Lucas Martínez Quarta, los volantes Exequiel Palacios y Juanfer Quintero y los delanteros Ignacio Scocco y Lucas Pratto), y si bien sigue teniendo mucha posesión de balón, sufre mucho en las dos áreas: le hacen muchos goles y convierte demasiado pocos para todo lo que domina a sus rivales.

“Hay que ir por una noche épica a Brasil, de esas que muy pocas veces ocurren, no queda otra opción”, sostuvo un preocupado Marcelo Gallardo, en referencia al partido del próximo martes en San Pablo, y agregó que “ahora tenemos un sentimiento amargo”. La eliminación podría ponerle fin al ciclo de Gallardo luego de seis años y medio.

El muy mal estado de ánimo de River es evidente, al punto de que se le escapó el sábado una gran chance de ser finalista de la Copa Diego Maradona  al caer con un juego irreconocible 2-0 ante Independiente, que  atraviesa una larga crisis.

Por el contrario, Boca llega también complicado, luego de no haber podido ganarle a Santos como local, y con un mal desempeño, pero confía en poder avanzar el miércoles con un gol (que valdrá doble)  en el estadio Villa Belmiro, o bien por penales, apelando a la tradición por la que suele irle bien en tierras brasileñas en los torneos internacionales (en esta Copa venció 1-0 a Inter en Porto Alegre por la ida de los octavos de final).

“El rival vino a hacer su negocio pero Boca ha pasado por este tipo de situaciones y en esta Copa hemos perdido un solo partido y fue como locales. Si me preguntan si el del 0-0 fue el partido deseado, por supuesto que digo que no”, sostuvo Miguel Russo, quien fue el entrenador que ganó la última Copa Libertadores para Boca en 2007.

Boca, que al empatar el sábado 2-2 ante Argentinos Juniors consiguió el pasaje a la final de la Copa Diego Maradona, llega fortalecido anímicamente aunque sin conseguir un buen funcionamiento colectivo, y en medio de una polémica con el Santos.

Al día siguiente del partido de ida, se supo que dos jugadores brasileños, el arquero John  y el defensor Wagner Leonardo (suplente) dieron positivo de coronavirus y no podrán estar en la vuelta. En Boca creen que en el Santos ya lo sabían (aunque los hisopados antes de partir a Buenos Aires dieron negativo) y creen que por eso, el entrenador Cuca determinó que el equipo no regresara al vestuario en el entretiempo y se quedara en el césped. El temor es que los jugadores de Boca se pudieran haber contagiado.

Sin embargo, varios videos demostraron que es habitual que Cuca de las charlas técnicas en el césped y que el arquero John abrazó a cada uno de sus compañeros antes del partido.

 

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