lunes, 3 de mayo de 2021

Sergio Goycochea y los otros penales para la historia: los de la Copa América 1993, el último título de la selección mayor argentina (Infobae)


 

Habían pasado tres años casi exactos de aquella noche memorable del 3 de julio de 1990 en el estadio napolitano de San Paolo, cuando atajó los penales de Roberto Donadoni y Aldo Serena y la selección argentina eliminaba a Italia para jugar su segunda final mundialista consecutiva, cuando el 4 de julio de 1993, Sergio Goycochea volvió a convertirse en un jugador fundamental para que el equipo albiceleste ganara su segunda Copa América consecutiva al vencer 2-1 a México en la final, en el estadio Monumental de Guayaquil, con dos goles de Gabriel Batistuta, lo que terminaría siendo el último título oficial hasta hoy.

Goycochea fue elegido como el mejor jugador del torneo después de los decisivos penales que atajó en los cuartos de final ante Brasil y en la semifinal ante Colombia, además de tener destacadas actuaciones durante todo el campeonato, formando parte de un equipo que dirigía Alfio Basile y que obtuvo también la Copa Confederaciones  (1992), la Artemio Franchi (1993), y que había ganado de manera brillante la anterior Copa América de Chile en 1991, además de haber mantenido un invicto de treinta y tres partidos oficiales.

No había sido fácil la llegada de esa selección argentina a la Copa América de Ecuador. Otra vez sin la presencia de Diego Maradona, que había terminado la temporada en el Sevilla y sin claridad sobre su futuro, Basile había optado por repetir la base del plantel que había ganado la Copa América de 1991 aunque esta vez tampoco estaba Claudio Caniggia, mientras que Leonardo Rodríguez fue perdiendo el puesto ante Néstor Gorosito, Darío Franco se lesionó gravemente en el partido debut ante Bolivia y el propio Goycochea no había conseguido la continuidad deseada pese a la fama lograda después de los cuatro penales atajados entre los cuartos de final ante Yugoslavia y la semifinal ante Italia en el Mundial 1990 o luego de haber sido campeón de América en 1991.

Tras su paso por Racing Club (1990-91), recaló en el modesto Brest de Francia (1991), volvió a Sudamérica para jugar en Cerro Porteño (1992) y cruzó de vereda paraguaya para defender el arco de Olimpia (1992-93).

La mayoría de los componentes de ese plantel, que tenía una base en jugadores como Fabián Basualdo, Jorge Borelli, Oscar Ruggeri, Ricardo Altamirano, Gustavo Zapata, Fernando Redondo, Diego Simeone, Néstor Gorosito y Gabriel Batistuta (al que se le agregaban en el ataque Alberto Acosta, Claudio García o Ramón Medina Bello, dependiendo del partido), aceptó con los años que la Copa América de 1993 no se ganó con la misma brillantez ni superioridad que la de 1991, pero argumenta que el calor y especialmente la lesión de Franco fueron importantes en la diferencia de rendimiento.

La selección argentina debió jugar en el Grupo C en un torneo dividido en tres zonas con cuatro equipos cada una, y con rivales como Bolivia, México (uno de los invitados, el otro fue Estados Unidos) y Colombia.

En el debut, venció a Bolivia 1-0 con un gol de Batistuta a los 8 minutos del segundo tiempo, para empatar luego 1-1 ante México, que dirigía Miguel Mejía Barón y que contaba con jugadores como el arquero Jorge Campos, el goleador Hugo Sánchez y volantes como Alberto García Aspe y Luis Roberto Alves “Zague”, con un gol de Ruggeri en el primer tiempo tras estar en desventaja y haber sido superado en el balance de los noventa minutos.

En el tercero y último partido, la selección argentina volvió a empatar 1-1 ante Colombia, que dirigía Francisco Maturana con la base de una generación dorada y jugadores como Leonel Álvarez, Freddy Rincón, Carlos Valderrama o Antonio Valencia. Ni bien comenzó el partido, Simeone puso en ventaja al equipo de Basile pero inmediatamente empató Rincón, que se fue expulsado a los 45 minutos.

Ya en los cuartos de final, al quedar segundo en el grupo, el equipo argentino se vio obligado a jugar ante Brasil en el estadio Isidro Romero Carbo de Guayaquil y otra vez se evidenció una notable paridad ante un rival que contaba con jugadores como el arquero Zetti, laterales como Cafú, un volante como Zinho y delanteros como Edmundo y Muller, dirigido por el veterano entrenador ex campeón mundial Carlos Alberto Parreira.

El partido tenía connotaciones especiales porque la selección argentina venía de eliminar a Brasil en los octavos de final del Mundial de Italia y de vencerlo dos veces en la Copa América de Chile 1991 y Muller puso en ventaja al “Scratch” a los 37 minutos del primer tiempo, pero empató Leonardo Rodríguiez a los 24 minutos del segundo, de cabeza, cuando recién había ingresado como suplente. Esto obligó a una definición por pernales y allí comenzó a emerger, una vez más, la figura de Goycochea, atajando el remate de Boiadeiro cuando todos habían convertido el suyo en la tanda de cinco (Zinho, Cafú, Müller, Roberto Carlos y Luisihno para Brasil, y Gorosito, Simeone, Leo Rodríguez, Acosta y Medina Bello para Argentina). Jorge Borelli tuvo en sus pies la definición, no falló, y el equipo de Basile pudo pasar a la semifinal.

Otra vez con el estadio Isidro Romero Carbo (en el que juega como local el Barcelona de Guayaquil) como testigo, y ante treinta mil personas, argentinos y colombianos volverían a verse las caras como en la fase de grupos y volvieron a empatar aunque esta vez, sin goles y con demasiadas precauciones para los dirigidos por Maturana, especialmente desde que Rincón fuera expulsado a los 45 minutos, pero lograron ir a la definición por penales.

Allí la situación se pareció bastante a la definición contra Brasil porque durante la tanda de los cinco penales, todos convirtieron (Gorosito, Batistuta, Simeone, Leonardo Rodríguez y Acosta para Argentina, Asprilla, Mendoza, Pérez y Valderrama para Colombia) –Goycochea llegó a manotear la pelota pero se le escapó hacia adentro del arco- hasta que llegó el remate de Aristizábal y e arquero argentino, una vez más, pudo evitar el gol y le quedó otra vez a Borelli la posibilidad del pase a la final, y no falló.

Ya en la final del 3 de julio, en el estadio Monumental de Guayaquil, la selección argentina venció 2-1 a la mexicana con dos goles de Batistuta y Goycochea –que no encontraba sitio ni en el fútbol europeo ni en la Argentina-  fue elegido por la prensa especializada como mejor jugador del torneo. Otra vez los penales lo habían encumbrado al título y a la gloria.

“Los recuerdos son, obviamente, los mejores porque tuve la posibilidad de ganar dos Copas América seguidas y es difícil tener malos recuerdos cuando se es campeón –sostuvo Goycochea en una entrevista-. Sin embargo, en Ecuador también pasamos malos momentos como cuando se lesionó Darío Franco ante Bolivia, con fractura de tibia y peroné. Eso significó mucha angustia para el grupo, pero fue una gran etapa la que vivimos entre 1990 y 1993, y en lo personal, en el pico de mi rendimiento”.

Con los años, Goycochea admitió su cábala a la hora de la definición por penales; orinar antes de las ejecuciones es en el césped del campo de juego. “Durante el Mundial de Italia, en los cuartos de final en Florencia,, hacía mucho calor y yo tomé mucho líquido. ¿A dónde iba a ir? No podía dejar la cancha. Además, cuando llegan los penales es un momento en el que vos querés que te queden bien los guantes, las medias perfectas y a los nervios lógicos no les podía sumar las ganas de orinar. Entonces, junté a varios muchachos. Si te quedás solo como un boludo, queda medio raro. Más que taparme era simular una acción para que dijeran ´están hablando de lo que viene’. Hacía que elongaba para favorecer la posición y que no se dieran cuenta afuera. Y después de Yugoslavia, hubo que repetir la acción, pero contra Italia no tenía tantas ganas, era de noche. Pero lo provoqué igual, en el mismo sector de la cancha y todo. Si vamos a hacer la cábala, vamos a hacerla bien”,

Goycochea nació el 17 de octubre de 1963 en la localidad bonaerense de Lima y con la selección argentina ya había integrado el equipo que disputó el Mundial sub-20 de 1981 en Australia, el que ganó la medalla dorada en los Juegos del Sur en Chile en 1986, el plantel que disputó la Copa América de 1987 como local hasta que por fin pudo jugar su primer Mundial en Italia 1990, cuando era el tercer arquero en la consideración del director técnico Carlos Salvador Bilardo, pero Luis Islas se negó a viajar como suplente, y Nery Pumpido se lesionó en el segundo partido ante la Unión Soviética en Nápoles. Entonces debió ingresar de urgencia y no desaprovechó su oportunidad y hasta no estuvo lejos de atajar el penal del alemán Andreas Brehme, en la final de Roma.

Al regreso del Mundial de Italia 1990, Goycochea se convirtió en un personaje popular y en modelo. Ya con Basile como entrenador, también ganó la Copa Confederaciones 1992 y la Copa Artemio Franchi en 1993 aunque aceptó ser suplente de Islas en el Mundial de Estados Unidos 1994.

Uno de sus peores momentos en el fútbol ocurrió el 5 de septiembre de 1993, cuando la selección argentina fue derrotada 5-0 por Colombia en Buenos Aires en el último partido del grupo clasificatorio, lo que obligó al equipo albiceleste a disputar dos partidos de repechaje ante Australia para poder conseguir el boleto. Dos días más tarde de la dura caída en el Monumental ante el equipo de Francisco Maturana, fue invitado al programa de TV del periodista Bernardo Neustadt, “Tiempo Nuevo”, y allí el ex delantero José Sanfilippo criticó su actuación y le dijo “pibe, te comiste todos los amagues”, lo que generó que Bilardo fuera a buscarlo al canal para “rescatarlo” y llevárselo del estudio, aunque el entonces arquero rechazó el ofrecimiento.

Goycochea comenzó su carrera en 1979 en Defensores Unidos de Zárate hasta que llegó a River en 1983 y permaneció hasta 1988 sin poder consolidarse como titular. Luego siguió su carrera en Millonarios de Colombia (19898-90), regresó a River (1993-94), compartió equipo con Diego Maradona en deportivo Mandiyú de Corrientes (1994-95), vistió la camiseta del Inter de Porto Alegre (1995-96), fue campeón de la Supercopa y de la Recopa sudamericana con Vélez (1996-97), y se retiró en Newell´s (1997-99).

Una vez que dejó de jugar al fútbol, fue modelo publicitario y conductor de diversos programas de televisión.

 

 

 

 


No hay comentarios: