sábado, 7 de julio de 2018

Uruguay, sin Cavani, poco pudo hacer ante esta Francia italianizada (Jornadaonlime)




                                                  Desde Nizhny Novgorod



La selección francesa, pocas veces tan “italiana” como en estos días, debido a que privilegia el pragmatismo y entrega la pelota a su rival para aprovechar cada uno de sus errores, se clasificó para la semifinal del Mundial de Rusia al vencer sin atenuantes a Uruguay por 2-0 con goles de Varane y Griezmann, éste último, ayudado por un grave error del arquero Fernando Muslera.

Parecía a priori un parrido parejo, tomando en cuenta la trayectoria de los dos equipos en el torneo, pero la ausencia de Edinson Cavani en el ataque uruguayo, por un edema en el gemelo izquierdo, resultó fundamental porque los “celestes” no tienen, ni en Christian Stuani, ni en su reemplazante posterior. Maxi Gómez, a un jugador de características similares y de un nivel como el del delantero del PSG.

Desde este punto, los dos centrales de gran jerarquía en Francia, Raphael Varane y Samuel Umtiti, comenzaron a sentirse cómodos por tener que estar menos pendientes de los movimientos del ataque uruguayo, y todo se simplificó con el gol de cabeza del primero, porque para los galos, en este Mundial, no hay mejor cosa que marcar un gol y esperar al rival para liquidarlo a la contra con la velocidad de Kylian Mbappé, una de las revelaciones del certamen.

Uruguay, con un equipo joven, especialmente en el renovado mediocampo, que no conserva ni un solo jugador en la zona respecto de Brasil 2014, se las vio en figurillas para acercarse al arco de Hugo Lloris, que de todos modos se lució en la única gran oportunidad de los celestes, cuando Martín Cáceres cabeceó al gol pero el arquero del Tottenham alcanzó a desviar la pelota en, tal vez, la mejor atajada del campeonato.

Pero fuera de esta jugada, el equipo uruguayo no pudo acercarse al área francesa, y en cambio, comenzó a emerger la elegancia de Paul Pogba, bien respaldado por Ngolo Kanté, y con muy buen desempeño de sus laterales Benjamin Pavard y Lucas Hernández.

Por si esto fuera poco, a los 16 minutos del segundo tiempo llegó el remate de Antoine Griezmann, envenenado, y lo que parecía un a pelota fácil para Muslera, se le terminó colando al mejor estilo de Karius, del Liverpool, en la final de la Champions League de Kiev ante el Real Madrid.

Si algo necesitaba Francia era aumentar la ventaja a 2-0 a media hora del final. Entonces, ya el equipo comenzó a jugar más que nunca “a la italiana”, concepto aprendido por su entrenador, Didier Deschamps, en sus tiempos de jugador de la Juventus, y con el ingreso de Setevn Nzonzi por Corentin Tolisso, ya se paró con un doble cinco que hizo impenetrable su zona defensiva.

El partido, más allá de algún tumulto, bien frenado por el árbitro argentino Néstor Pitana, otra vez de muy buen arbitraje, estaba definido demasiado antes, por lo parejo que parecía en el inicio.

Francia y Uruguay habían jugado la final del Mundial sub-20 en 2013 y varios jugadores de ambos equipos llegaban ahora a este partido decisivo como producto del trabajo. Pasaron los galos, y esperan ahora por el ganador del Brasil-Bélgica en semifinales.



No hay comentarios: