domingo, 23 de septiembre de 2018

El Girona-Barcelona en Miami puede causar mucho daño al fútbol español (Yahoo)





“Que se lo quite de la cabeza. No se va a jugar en Miami”. Parece una respuesta más a un tema específico, y sin embargo, es un tema mucho más complicado de lo que se pueda creer. Quien lo manifiesta es nada menos que Luis Rubiales, el nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), y se refiere al intento del Girona y el Barcelona, los dos equipos catalanes que casualmente empataron 2-2 en el pasado fin de semana en el Camp Nou, de jugar la revancha en los Estados Unidos como modo, en principio, de ganar más dinero extendiendo el negocio hacia otras tierras.

Sin embargo, la respuesta de Rubiales no es a los dos clubes en particular sino a la insistencia del presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), Javier Tebas Medrano, para que este partido entre Girona y el Barcelona, que debe jugarse el próximo 26 de enero en Montilivi, se dispute en Miami, lo cual es motivo de una enorme polémica porque eso implicaría abrir el juego a otras sedes del planeta para intentar vender el fútbol español pero desde su propia liga oficial.

Rubiales y Tebas Medrano están muy enfrentados desde antes de que el primero asumiera, meses atrás, la presidencia de la RFEF. El segundo ya había manifestado antes de las elecciones que no lo veía capaz para el cargo, al que finalmente accedió, y a partir de este conflicto manifestó sin inconvenientes, y en las redes sociales que “es evidente que no nos llevamos bien” pero que lo prefiere antes que su antecesor, Ángel María Villar, 29 años en el cargo hasta que tuvo que salir por corrupción.

Lo que de fondo está en juego es una larga disputa de poder que incluye no sólo expandir los negocios del fútbol español sino también las formas de hacerlo. En este punto, desde el primer día que asumió, acertado o no, Rubiales parece dispuesto a una cruzada muy complicada en el contexto del fútbol español, como poner determinados límites.

Ya lo hizo a los pocos días de asumir, cuando en cierto modo se vio obligado a despedir a Julen Lopetegui como entrenador de la selección española a cuarenta y ocho horas del debut en la Copa del Mundo pasada, porque no podía aceptar, y menos como recién llegado al poder tras tantos años de Villar, que el Real Madrid diera a conocer que el entonces DT del equipo nacional luego del torneo de Rusia sin siquiera haber sido consultado y cuando este dato bien pudo haberse mantenido en secreto hasta que acabara la participación de “La Roja”.

Así como se enfrentó al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, en junio pasado, ahora volvió a hacerlo con Tebas Medrano, al que le da a entender que lo cree posible de todo con tal de sacar más dinero para la LFP, tal como se lo expresa en la carta que le envió como respuesta a la solicitud para que Girona y Barcelona jueguen en Miami, cuando sostiene que no hay ninguna autorización de los órganos competentes, ni de los órganos de los clubes, y le recuerda que para que se apruebe este partido, tiene que pasar por el acuerdo de todos los clubes que juegan en Primera División y que, además, esto perjudicaría, por ejemplo, a los aficionados que hubieran comprado ya entradas o que tuvieran abonos para ese partido en forma anticipada.

Rubiales y Tebas Medrano ya han tenido otra discusión pública, mediante Twitter, acerca de un tema parecido, el de los partidos jugados en estos últimos tiempos con altísimas temperaturas y por una razón parecida a la del intento de trasladar el Girona-Barcelona a Miami: el cambio de horario del inicio para que el fútbol español llegue a muchos más mercados.

Rubiales se refirió entonces a “horarios disparatados para partidos jugados a más de 30 grados de temperatura y no vale todo. No se puede poner en riesgo la salud por dinero” y abogó por retrasar el horario de 16 a 20, lo que dio lugar a que Tebas le respondiera que en aquella frase “hay mucha demagogia porque días pasados hubo 32 grados en Aragón y sin embargo hubo 114 mil personas disfrutando de las carreras sin quejas”.

Tebas insistió que en el pasado Mundial “se llegó a jugar partidos con 37 grados y no pasó nada” y que la LFP tiene protocolos de temas climáticos, y hasta llegó a afirmar que “sabemos que en Valencia iban a aparecer aficionados fingiendo golpes de calor”.

El tema parece no tener fin. Rubiales insiste en que Tebas Medrano “se quite de la cabeza” el tema y que no habrá partido en Miami, lo cual cuenta con el respaldo del propio Florentino Pérez, más enfrentado al presidente de la LFP que a él, y también de la FIFA y de la UEFA, mientras acusa a su enemigo político de “estar preso de la TV, que le dice a qué hora se juegan los partidos, mientras él se calla”. Desde la RFEF también aclaran que, tal como ocurrió en la Supercopa reciente, en Marruecos, una cosa es programar partidos en el exterior que tengan sólo una final, y otra, muy distinta, es un encuentro liguero con abonos anuales y derechos de TV ya vendidos y que pueden perjudicar a los que de buena fe pagaron por anticipado.

Muchos resaltan algunos hechos positivos de Tebas Medrano como el haber alejado a los ultras de los estadios españoles, el relanzamiento del fútbol femenino, su lucha contra el amaño de partidos. El aumento de los ingresos en los clubes y la rebaja de sus deudas con Hacienda, pero Rubiales se encargó, en estas horas, de ponerle límites a los negocios sin ética, a creer que todo es posible para sacar un poco más de dinero.

La batalla no terminó y ahora el Girona, el Barcelona y Tebas Medrano quieren elevar su queja al Consejo Superior del Deporte, en España, mientras que todavía la cuestión puede derivar en un asunto  político entre los intereses de Madrid y los de Cataluña.

El Girona-Barcelona de enero parece un cuento de nunca acabar.


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