viernes, 20 de agosto de 2021

La aventura del español Borja Valero, de la Fiorentina a terminar su carrera en el contracultural Centro Storico Lebowski (Infobae)


 

Cincuenta y un días antes, había decidido colgar los botines tras su última temporada en la Fiorentina. Por eso sorprendió que el español Borja Valero, ex jugador de la selección española, anunciara su regreso pero para jugar en la sexta división italiana y en un club muy particular, el Centro Storico Lebowski, fundado en 2010 por estudiantes que no creen en un fútbol de negocios y cada vez más alejado de los hinchas.

El CS Lebowski toma su nombre de la película “El Gran Lebowski” de los hermanos Coen, estrenada en 1998, y en la que trabajan destacados actores como Jeff Bridges, John Goodman, Julianne Moore, Steve Buscemi, Phillip Seymour Hofman y John Turturro, y uno de los lemas del club es “creer en el fútbol romántico”.

La película “El Gran Lebowski” comenzó siendo decepcionante en la taquilla estadounidense y recibió críticas variadas, pero de a poco, su repercusión fue aumentando hasta transformarse en una película de culto, con secuencias surrealistas y diálogos fuera de lo convencional, al punto de que sus fanáticos suelen organizar la “Lebowski Fest” desde 2002.

El CS Lebowski comenzó jugando en la Terza Categoría (noveno y último nivel del fútbol italiano) y ya ascendió hasta el torneo Promozione (sexta). Se trata de un club que cree en la autogestión y tiene una organización horizontal: todos los socios (el carnet cuesta 25 euros) toman todas las decisiones en igualdad de condiciones. Por votación, cada año, deciden sobre los fichajes, uniformes, pretemporada, y las actividades. Los hinchas son también los empleados del club, encargándose de las labores más básicas, como cortar el césped y organizar eventos benéficos con los niños de la comunidad para recaudar fondos para el equipo y, a la vez, vender mercancía de la entidad, o por simple solidaridad, como en el caso de los trabajadores despedidos de la empresa “GKN” (muchos de ellos, socios del club) o en apoyo de la ciudad alemana de Colonia tras la inundación sufrida en julio pasado, o para una escuela de fútbol gratuita construida en Piazza Tasso, en el corazón de Florencia.

En el CS Leboski no hay jerarquías, ni presidente ni comisión directiva, y ya cuenta con un equipo femenino y una escuela de fútbol infantil, de la que justamente Valero será instructor. Cuando terminan los partidos, los jugadores comparten una especie de “tercer Tiempo” con los hinchas y suelen concurrir siempre a los eventos benéficos, al ser también hinchas del club, que es seguido por unas 400 personas –cuenta actualmente con mil socios- en las tribunas tanto de local como de visitante.

Este club tiene gran presencia en las redes sociales, y no fue casualidad que Valero fuera presentado en un video cantando junto con los hinchas, que se hacen llamar “Los últimos que quedan”.

La contratación de Valero comenzó a partir de uno de los famosos videos irónicos del club en las redes sociales cuando sus socios se enteraron de que el jugador español, pese a abandonar el fútbol, pretendía seguir viviendo en Florencia, por lo que aprovechó para publicar un montaje del volante con la camiseta del CS Lebowski y le formuló una propuesta para seguir jugando, aunque fuera en la sexta categoría, y para sorpresa de sus hinchas, terminó aceptando al quedar impresionado “con la organización, las divisiones inferiores y el compromiso social con el medioambiente”.

Irónico como siempre, el 29 de julio pasado, el CS Lebowski emitió un comunicado en Instagram que negaba “categóricamente” cualquier negociación con Valero “por no entrar en el parámetro del club desde el punto de vista de las características humanas”.

“Como bien sabrás si nos sigues –insistió el club ante sus esperanzados hinchas-, intentamos abrirnos camino sin tantos escrúpulos en el fútbol moderno aplicando de forma coherente sus reglas duras y recetas despiadadas: individualismo, exasperación, egoísmo, resultados a toda costa, transformación de la hinchada en meros consumidores. Entonces, ¿cómo podríamos interesarnos por un jugador sincero, sensible y humilde, inteligente, apegado a la camiseta que lleva, consciente en el juego de que representa a una comunidad, capaz de ponerse a disposición del grupo?”.

“Además- siguió el irónico comunicado-no entendemos cómo Borja Valero puede estar tan enamorado de nuestra ciudad que decide quedarse allí y vivir una vez finalizada la andadura futbolística con la Fiorentina. Este sentimiento parece revelar un bagaje emocional que no va bien con las ambiciones del Centro Storico Lebowski. A los apasionados que sabemos pensar con el corazón y que estamos dispuestos a involucrarnos, nunca nos ha gustado. Finalmente, incluso la naturaleza íntima, auténtica y simple de su comunicación en las redes sociales no nos parece igualar a toda costa el espectáculo gritado que requiere el fútbol de hoy. No nos gustan los jugadores que reflexionan sobre las mil tonalidades de la libertad, el amor por el juego y sus valores. ¡El fútbol se hace de otra manera, por Dios!”.

Inmediatamente después, el club aclaró con una postdata que “Obviamente, estamos bromeando. En los próximos días, quién sabe, tal vez tengamos la oportunidad de explicarle a Borja quiénes somos y qué significaría para nosotros (y para él) llevar nuestra camiseta. Mientras tanto, soñemos, que hay un Festival que hacer y una Cooperativa que autofinanciarse porque los grandes cambios no ocurren solos”.

“Acepté este desafío- dijo después Valero- porque me reconozco en los valores del Centro Storico Lebowski. Estaba seguro de que habría jugado otra temporada en la Fiorentina, no por dinero, sino para darle una mano, pero destacó que firmó para este pequeño club “por su entusiasmo y su organización”.

Valero también debutará esta temporada como comentarista de la Serie A italiana para la empresa DAZN, que adquirió los derechos. Nació el 12 de enero de 1985, se formó en las divisiones inferiores del Real Madrid, donde debutó como volante en la temporada 2006/07 y al no tener muchas oportunidades en tiempos de los “Galácticos”, se marchó al Mallorca y sus destacadas actuaciones lo llevaron a la Premier League inglesa, al West Bromwich Albion, regresó al Villarreal, y terminó su carrera en la Serie A en el Inter y la Fiorentina, donde se retiró el pasado 30 de junio. También llegó a jugar en la selección española en 2011.

“Borja es un muchacho extraordinario, como lo son muchos y muchas de nosotros que ya militan desde hace años en nuestro movimiento” -señaló el CS Lebowski en su página de Facebook-. La única diferencia es que es un jodido fenómeno con la pelota en sus pies y es un gigantesco megáfono para difundir nuestras ideas revolucionarias sobre el fútbol por el simple hecho de que también son suyas, y si no fuese así no estaríamos hablando de ello aquí. Porque algunas cosas no se compran, y a veces los espíritus afines se encuentran”.

 

 



 

 

 

 

 


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