miércoles, 27 de febrero de 2019

A 35 años del escándalo en el Bernabeu con la final de la Copa del Rey entre el Athletic de Clemente y el Barcelona de Maradona (Infobae)





Así como ahora el Real Madrid y el Barcelona se enfrentan en el Santiago Bernabeu por uno muy esperado Clásico de semifinales de Copa del Rey, hace 35 años, los azulgranas debieron definir en ese mismo estadio, y ante un muy fuerte Athletic, una final del certamen que terminó en uno de los escándalos más grandes de la historia del fútbol español y con Diego Maradona como protagonista, y todo a metros del palco en el que observaban, atónitos, los reyes Juan Carlos I de Borbón y Sofía.

Esa final en el Bernabeu venía precedida de situaciones que abrían la posibilidad de que durante el partido se pudieram generar episodios violentos. El Athletic de Bilbao, dirigido por el siempre polémico Javier Clemente (defensor del resultadismo a ultranza y luego director técnico de la selección española en el Mundial de Estados Unidos 1994), se había coronado campeón de la Liga por segundo año consecutivo e iba por el doblete, y en sus filas jugaba como defensor Andoni Goikoetxea, un rudo jugador que había lesionado gravemente a las dos máximas estrellas del Barcelona.

Goicoetxea, quien conserva como pieza de museo el botín con el que lesionó a Maradona en un partido de la Liga Española 1983/84, le produjo una fractura del tobillo izquierdo tras una durísima infracción en la cuarta fecha, jugada el 24 de setiembre de 1983 y cuando el Barcelona, dirigido por César Luis Menotti en su primera experiencia tras el Mundial de España 1982 con la selección argentina, buscaba ganar su primer torneo largo desde 1974.

Maradona estuvo sin jugar hasta el 8 de enero de 1984, pero ya el Barcelona no pudo obtener el título, que justamente quedó en manos del Athletic (otro motivo para la discordia) pero eso no fue todo: Goikoetxea ni siquiera fue expulsado y recién luego del partido, le dieron 18 partidos de suspensión, que por la apelación del club bajó a 10 y terminó en sólo 7.

Goikoetxea ya cargaba con otra grave lesión, la que le había ocasionado al alemán Bernd Schuster en otro Athletic-Barcelona en San Mamés, el 13 de diciembre de 1981, por el que le produjo la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y lo alejó un año de las canchas, pero el vasco tampoco fue sancionado durante ese partido, tras el que el equipo catalán, dirigido por Udo Lattek, también perdió chances de ganar esa Liga.

Por si todo esto fuera poco, Clemente y Menotti estaban en las antípodas de las ideas futbolísticas y la rivalidad de los dos equipos era cada vez mayor cuando debieron encontrarse en esa final del Bernabeu. Clemente había declarado “Maradona es un imbécil” y Maradona respondió “Clemente no tiene los huevos para decirme en la cara lo que dijo de mí”. Menotti dijo entonces que “estamos preparados para jugar en cualquier terreno, incluso en el de la violencia”.

Con esa expectativa, se jugó la final el 5 de mayo de 1984 ante cien mil espectadores en el mismo estadio que dos años antes había sido escenario de la consagración de la selección italiana como campeona mundial en la final ante Alemania.

A los 14 minutos del primer tiempo, el delantero Endika pudo parar un centro desde la izquierda, y sin marca pudo bajar la pelota con su pecho y rematar al palo izquierdo del arquero Urruti para poner en ventaja al Athletic y a partir de ese momento, los vascos aguantaron todos los intentos del Barcelona, en un clima que cada minuto se ponía más espeso y en el que Schuster comenzó a dirigirse con gestos desde el campo de juego hacia la tribuna de los hinchas vascos.

El partido finalizó 1-0 para el Athletic, que de esta forma frustraba al Barcelona al que sólo le quedaba la Copa de la Liga en una temporada sin títulos, y además, se quedaba con un doblete (Liga y Copa) que no conseguía desde hacía 28 años y sumaba su título 23 a su palmarés.

Cuando el murciano Franco Martínez pitó el final del partido, se dirigió raudamente a su vestuario. Algunos testigos sostienen que fue en ese momento cuando comenzaron los intercambios verbales entre Maradona y el “Chato”Núñez, con cortes de mangas. 

Maradona le pegó un cabezazo al  y Sola, un suplente del Athletic, ingresó al campo por las escaleras desde el vestuario y se sumó a la pelea. Fue todo tan tremendo que fue requerido de urgencia el médico del Real Madrid, Enrique González Ruano por su colega vasco Gorostidi. Ruano dijo que el golpe de Maradona a Sola “fue un KO clásico, un golpe a la mandíbula. Si era en la cabeza, no sé lo que hubiera ocurrido. Menos mal”. Nuñez, del Athletic afirmó que tras recibir el cabezazo de Maradona, no recordaba nada de lo sucedido posteriormente.

Se recuerda también un golpe karateka del emblemático defensor del Barcelona, “Tarzán” Migueli, sobre la espalda de De Andrés. Sánchez,  lateral del Barcelona, fue retirado tras un encontronazo con Dani, delantero vasco.  Tras su pelea con Maradona, Sola estuvo conmocionado por un cuarto de hora y le tuvieron que dar cinco puntos en el labio inferior. Gorostidi, el médico del Athletic, prefirió quedarse toda la noche durmiendo en la habitación del jugador para poder controlar su evolución.

Fue una batalla campal. Con patadas voladoras y golpes de todo tipo, gente arrojando cosas al campo de juego, fotógrafos en el piso, jugadores ensangrentados y los reyes mirando desde el palco, en uno de los episodios más vergonzosos que se recuerden. Patxi Salinas, jugador del Athletic, tuvo que regresar al País Vasco con la cara marcada por los botines de Clos, del Barcelona.

Ya en la sala de prensa, Clemente responsabilizó a los jugadores del Barcelona como únicos culpables de los incidentes: “No han sabido perder” y luego apuntó directamente contra los extranjeros del equipo azulgrana: “Hay que acabar con los que vienen de afuera y no tienen educación”. Menotti dijo por su parte que “nunca había visto algo parecido”.

Por su parte, Maradona Maradona señaló que “todo empezó con el corte de mangas que me hizo Núñez” y que sus rivales Sola, Sarabia y Goiko “todos vinieron hacia mí y pasó lo que tenía que pasar. No hubo patadas alevosas. Todos fuimos de frente” y mostrando cortes en su pierna izquierda, remató “voy a ir a jugar a Bilbao cuando sea preciso”.  En el otro vestuario, Goikoetxea  dijo que esos cortes de Maradona “se los ha hecho expresamente con unas tijeras”. Julio Alberto, lateral del Barcelona, sostuvo que “han salido todos a pegar a Maradona”.

El árbitro Martínez no reflejó en el acta nada de lo sucedido (“no he puesto nombres en el acta porque no sé quiénes han sido y naturalmente por lo que he redactado no puede haber sanciones a los jugadores”) pero once días después, analizando los videos, el Comité de Competición decidió castigar a tres jugadores por equipo (Maradona, Clos, Migueli, Goikoetxea, Sarabia y De Andrés) con tres meses de suspensión para todo tipo de partidos (amistosos incluidos) y como las vacaciones no contaban, recién podrían volver a jugar por la Liga Española a mediados de octubre de 1984, para la temporada 1984/85 pero la sanción no era aplicable a la selección española, que debía jugar la Eurocopa de Francia. Al final, nadie cumplió la sanción. Maradona se fue al Nápoli (ese terminó siendo su último partido oficial) y hubo una amnistía general para los demás. Para variar, aún así, Goikoetxea fue expulsado en el primer partido de liga del Athletic en la temporada siguiente.

Con la Liga sin terminar, ya se hablaba de la salida de César Luis Menotti, quien tras la final del Bernabeu dijo que no tenía ganas de continuar como DT. Tres semanas más tarde, el Barcelona viajó a Nueva York para participar en un torneo llamado Copa Transatlántica, aunque todavía le quedaba jugar por la Copa de la Liga (que acabaría ganando el Valladolid), con los crecientes rumores de la contratación de Terry Venables como reemplazante del entrenador argentino.

Menotti decía “Venables debe hacerse cargo del equipo la próxima semana y cuanto antes tome contacto con los jugadores, mucho mejor” aunque aún le quedaba un mes de contrato. Venables había sido recomendado por Bobby Robson que por segunda vez rechazaba la oferta del Barcelona y que dos años más tarde dirigiría a la selección inglesa en el Mundial de México 1986.

 A Nueva York viajó con el equipo Rogelio Poncini, ayudante de Menotti. Y fue allí donde Maradona jugó sus dos últimos partidos con la camiseta del Barcelona. En el primero de ellos, en el Giants Stadium, perdió 5-3 amte el Cosmos y los tres goles de los azulgranas los hizo Mario Husillos, el ex jugador de Boca, que sólo participó de esta gira, cedido por el Murcia, así como el salvadoreño Mágico González, del Cádiz. Y no viajó Schuster, lesionado. En el Cosmos jugó Johan Neeskens, autor de uno de los goles.

Cinco días más tarde, el 3 de junio, en East Ruthieford, el Barcelona empató 2-2 ante el Fluminense por el tercer lugar y luego se impuso por penales.  Esa gira tuvo momentos muy intensos porque Maradona quería irse al Nápoli a toda costa, pero el club italiano no presentaba los avales, y el argentino amenazaba constantemente con regresar a España, hasta que por fin se concretó la operación a finales de junio.

La escandalosa final de la Copa del Rey de 1984 se la conoce como “La Batalla del Bernabeu”, y por el Athletic jugaron Andoni Zubizarreta (luego arquero del Barcelona), Urquiaga, Liceranzu, Goikoetxea, Núñez; Patxi Salinas, De Andrés, Urtubi; Dani, Endika (Sarabia 61m) y Argote (Gallego 87m) .
Por el Barcelona, Urruti; Sánchez, Migueli, Alexanko, Julio Alberto; Víctor Muñoz, Schuster, Rojo (Clos 63m); Marcos Alonso (padre del lateral del Chelsea), Maradona y Lobo Carrasco.







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