martes, 23 de octubre de 2018

Gremio de Porto Alegre, de aquel inicio racista a esta actualidad de títulos internacionales (Infobae)





Aquel 15 de setiembre de 1903 parece mucho más lejos de lo que fue aún, si se toma en cuenta que después de la fundación de Gremio de Porto Alegre por parte de las colonias inmigrantes de alemanes e ingleses en Río Grande del Sur, hubo impedimentos raciales para ingresar y representar al club hasta entrada la década de 1950, y que desde los años ochenta se convirtió en una de las entidades más populares de Brasil y es el actual campeón de la Copa Libertadores y rival de River Plate en la semifinal de esta edición.

Gremio bien podría llamarse Club Atlético de Porto Alegre o Asociación de Porto Alegre, porque su nombre nada tiene que ver con cuestiones sindicales. Y aunque el mismo día también se fundó otra entidad deportiva por parte de la colonia alemana, el Fussball Club Porto Alegre, el Tricolor (negro, azul y blanco) o “Rey de Copas”, como se lo reconoce en Brasil, es el que genera más pasiones en la región gaúcha.

Ocho días antes de la fundación de Gremio, había pasado por Porto Alegre el Sport Club Río Grande, el primer club de Brasil, para jugar un partido de exhibición y esto generó tal entusiasmo, que el empresario Cándido Días, de Sorocaba, se reunió con otras treinta y un personas con la idea de representar a las colonias alemana e inglesa, en especial la primera, conformada por inmigrantes de mediados del siglo XIX y descendientes de éstos. De esta forma, mantenían la comunicación en idioma alemán, tanto de forma oral como en comunicados oficiales.

Sin embargo, el club era demasiado elitista y xenófobo y no permitía el acceso de otros miembros como socios hasta que todo se rompió en los años cincuenta cuando se decidió el fichaje de Tesourinha (Osmar Fortes Barcellos), un destacado jugador negro en el Sudamericano.

Gremio fue el primer equipo que no pertenecía al Estado de Río de Janeiro en jugar en el Maracaná cuando en 1950 derrotó al Flamengo 3-1 y se convirtió en el primer extranjero que venció a Boca en la Bombonera (4-1), el 15 de febrero de 1959. En tanto, el argentino Néstor Scotta marcó un gol histórico para el Tricolor, cuando en 1971 hizo el primer tanto de la historia de la Liga Brasileña Nacional unificada. Fue en el estadio Morumbí y ante el San Pablo, y Gremio se impuso 1-0.

Gremio es uno de los equipos brasileños con mayor palmarés. Comparte el podio de Copas Libertadores (tres, 1983, 1996 y 2017) con su rival Internacional de Porto Alegre, Santos y San Pablo, además de haber ganado una Intercontinental (1983), dos Supercopas sudamericanas (1996 y 2018, ambas ganadas a Independiente, con el que perdió la final de la Copa Libertadores de 1984) y suma dos Brasileiraos, cinco Copas de Brasil y una Supercopa brasileña.

Sin embargo, la gran mayoría de conquistas, especialmente las internacionales, comenzaron a llegar en la década de 1980, cuando su popularidad creció mucho más en la región.

Recién en 1981 consiguió su primer título brasileño, al derrotar en la final al San Pablo y en 1983 ganó su primera Copa Libertadores al vencer a Peñarol (es recordado el partido de semifinal cuando Estudiantes, con siete jugadores, le empató 3-3 en La Plata tras ir perdiendo 3-1)  y ese mismo año ganó la Intercontinental cuando se impuso 2-1 al Hamburgo, precisamente un equipo alemán, que contaba con jugadores como Félix Magath o Manfred Kaltz. El director técnico en ese tiempo era Valdir Espinosa.

En 1989 fue el primer ganador de la Copa de Brasil pero dos años más tarde descendió a la Serie B para ascender al año siguiente (1992) y en 1994 volvió a ganar la Copa de Brasil al vencer al Ceará en la final.

La segunda Copa Libertadores la ganó en 1995 con el ex seleccionador nacional Luiz Felipe Scolari (actualmente en el Palmeiras) ante el Atlético Nacional de Colombia, pero fue derrotado por penales ante el Ajax de Van Gaal en Japón. Sus jugadores más destacados eran los atacantes Paulo Nunes y el espigado goleador Mario Jardel.

Tras varios títulos, en 2004 volvió a descender a la B y en 2005 volvió a ascender en un recordado partido ante el Náutico de Recife, con 4 jugadores menos (por expulsiones) y dos penales en contra, pero de todos modos ganó 1-0, con gol del volante Anderson (luego fue al Manchester United), en lo que se llamó “La Batalla de los Aflitos” (por el nombre del estadio) y resultó el equipo con más venta de entradas de todas las divisiones.

Dos años más tarde llegó a la final contra el Boca Juniors de Juan Román Riquelme, y contaba con Sebastián Saja en el arco y con Rolando Schiavi en la defensa, pero perdió por un global de 5-0.

Con 115.300 socios activos, hace seis años que cambió de estadio, al pasar del tradicional Olímpico Monumental, inaugurado en 1954 (con capacidad para 54.081 espectadores),  al actual Arena de Gremio (60.540 espectadores), inaugurado el 8 de diciembre de 2012. 

El Arena do Gremio se encuentra emplazado en la autopista BR-290 que une Porto Alegre con los municipios de Osorio y El Dorado del Sur y forma parte de un complejo de esparcimiento que incluye un hotel, un centro comercial, un centro empresarial y un complejo habitacional de 67.600 metros cuadrados. Y también el museo Herminio Bittencourt desde diciembre de 2015, de arquitectura moderna, en el que se puede recorrer toda la historia del club.

Su gran rival es el Internacional, también de Porto Alegre (camiseta roja) que también es muy poderoso, con su gran estadio Beira-Río, tres Copas Libertadores, dos Supercopas sudamericanas, una Copa Sudamericana, una Copa Intercontinental y un Mundial de Clubes, además de seis campeonatos brasileños y una Copa de Brasil. El enfrentamiento entre ambos clubes gaúchos es uno de los mayores de todo Brasil, especialmente desde que ambos tuvieron un enorme crecimiento en los años ochenta, y hasta tiene nombre propio: “Grenal”.

El himno  del club se refiere al “crack inmortal tricolor” en referencia a Eurico Lara, su arquero de los primeros años, entre 1920 y 1930 y han vestido la camiseta tricolor jugadores históricos como Jugadores como Douglas Costa (ahora en la Juventus), Felipe Melo (Palmeiras), Ronaldinho (debutó allí y jugó entre 1998 y 2000), Alejandro Sabella (1986/86), Sebastián Abreu (1998), el paraguayo Francisco “Chiqui” Arce (1994-97), Schiavi (2006-07), Batista, Eder, Edinho, Everaldo, Mario Sergio, Mazaropi, Paulo Isidoro, Paulo Nunes, Jardel y su actual director técnico, Renato Portaluppi.

Tras haber tenido entrenadores de la talla de Scolari, DT como Tité, Cuca, Hugo De León, Mano Menezes, Sebastiao Lazaroni, o Emerson Leao, el club fue a buscar a Renato Portaluppi por tercera vez en 2016, cuando no había ganado títulos en los dos ciclos anteriores y descansaba en las playas cariocas, pero su carrera dio un viraje en esta última oportunidad.

Renato ganó la Copa Libertadores como jugador en 1983 y marcó los dos goles que le dieron a Gremio la Intercontinental ante el Hamburgo. Tiene una estatua en el club y suele posar con su busto (con anteojos oscuros) en las conferencias de prensa y parece muy arrogante, pero es muy querido por sus jugadores, que se ríen cuando cuenta sus enormes farras con Romario o Edmundo en sus tiempos de esplendor.

Muy mujeriego, lo pagó caro quedando afuera del Mundial de México 1986 por una noche de fiesta en la que no volvió a la concentración. Pasó sin mucha lumbre por la Roma y fue ídolo del Flamengo y el Fluminense pero como DT del segundo perdió la gran oportunidad histórica de ganar la Copa Libertadores ante Liga de Quito de Edgardo Bauza en 2008.

Más bien de códigos antiguos y lejos de la jerga tacticista, Renato cobra multas a sus jugadores cuando llegan tarde, la llamada “Caixinha”. Últimamente agregó un dron para espiar a los adversarios porque “el mundo es de los astutos”.

En 2017 ganó su tercera Copa Libertadores en la recordada final ante el Lanús de Jorge Almirón con un equipo del que queda poco más de la mitad de sus titulares (su gran arquero Marcelo Grohe, gran figura en el torneo, el experimentado zaguero Pedro Geromel, el argentino Walter Kannemann y el lateral Bruno Cortez, el volante Jailson, y los delanteros Luan y Ramiro) pero sufrió muchas bajas como principamente la de Arthur al Barcelona, Edilson al Cruzeiro, Fernandinho (ex Manchester City) al fútbol chino, Pedro Rocha al Spartak y hasta el veterano Lucas Barrios a Argentinos Juniors, pero cuenta con nuevas figuras como Maicon, Everton, Alisson o Michel.

En 2018 lleva como segunda equipación  la camiseta “Charrúa”, de color celeste, en homenaje  a la selección uruguaya. “Divididos por una frontera, el país vecino tiene una pasión que golpea el mismo compás ritmado del corazón de quien lleva consigo raza, determinación y perseverancia en cada juego. La referencia de la camiseta celeste establece un registro de afinidades culturales y deportivas históricas con el fútbol uruguayo, sea por los valores de garra, voluntad y espíritu copero o sea en el rescate del recuerdo de grandes atletas uruguayos que a lo largo de la historia vistieron nuestro manto y contribuyeron a grandes conquistas”, dice Beto Carvalho, el ejecutivo de marketing del club, con especial referencia a uno de los grandes líderes de la defensa tricolor, Hugo De León, también figura de la selección uruguaya en los años ochenta y campeón de América e intercontinental en aquel equipo en el que también jugaba Renato, su actual DT.





No hay comentarios: