martes, 17 de noviembre de 2020

Franco Navarro: “Hoy, con la patada que me dio aquel día de 1985, Camino se queda un año en su casa” (Infobae)


 

Franco Navarro, aquel recordado centrodelantero peruano que pasara por Independiente y Unión,  y que jugó el Mundial 1982 y las Copas América de 1983, 1987 y 1989, acaba de cumplir 59 años el pasado 10 de noviembre y recordó con Infobae el contexto de aquel partido de 1985 en el que la selección argentina de Maradona y Passarella estuvo a minutos de quedar eliminada del Mundial de México 1986 y en el que tuvo que salir por una fractura a los pocos minutos de su comienzo.

 

- El día que la selección argentina se clasificó al Mundial de México 1986 (30 de junio de 1985), usted vivió un momento especial porque lo lesionaron muy pronto y tuvo que irse de ese partido. ¿Cómo fueron sus vivencias?

- Quiero decir que fueron dos partidos sumamente intensos. El primero en Lima, que ganamos 1-0 con gol de Juan Carlos Oblitas, como la vuelta, que empatamos 2-2 y estuvimos a menos de diez minutos de lograr el boleto a otro Mundial, luego de haber jugado en Argentina 1978 y en España 1982 con una gran generación de futbolistas. La selección argentina era un equipo muy importante, con la solidez del “Pato” (Ubaldo) Fillol en el arco, y jugadores como (Daniel) Passarella, (Enzo) Trossero, (Ricardo) Giusti, (Diego) Maradona, (Jorge) Valdano. Sabíamos que iba a ser duro y complicado y siempre lo va a ser contra Argentina porque siempre tiene grandes jugadores. Ya había sido duro el partido de la semana anterior en Lima pero fue todavía peor en Buenos Aires porque además, nosotros llegamos un punto abajo (en esa época eran dos puntos para el ganador) porque perdimos algunos puntos en el camino, ante Colombia. Pero hicimos lo que correspondía y nadie puede decir que no pusimos todo, porque incluso nos estaban ganando con gol de (Pedro) Pasculli y lo dimos vuelta y estuvimos cerca de ganarlo. Lamentablemente, un cambio de frente de Burruchaga terminó en el pecho de Passarella, que fue la figura, la pelota recorrió la línea en una cancha que estaba embarrada y el “Flaco” (Ricardo) Gareca la empujó a la red.

- Usted se queda afuera muy pronto por una durísima falta de Julián Camino, que era el lateral derecho argentino.

- Sí, fue enseguida, como a los 5 minutos y me dolió no poder jugar ese partido. Es ya parte de la historia de nuestro fútbol. La falta fue durísima. Yo creo que en este tiempo, con una falta así, Julián se va a su casa y se queda un año allí (risas) pero en aquel tiempo se permitían esas cosas al local y fue sólo tarjeta amarilla.

- ¿Y cómo pudo seguir el partido desde afuera?

- Recuerdo que en el Monumental de River estaba todo muy bien armado para primeros auxilios, salió pronto el diagnóstico (fractura de tibia y peroné) y volví a ver los últimos minutos en el banco de suplentes. Estuve tres meses sin jugar al fútbol.

- ¿Y Camino se disculpó con usted?

- Sí, al año siguiente firmé para Independiente y cuando me tocó enfrentar a Estudiantes (ganamos 5-1 con cuatro goles míos), se disculpó y ya está todo bien, pero en Perú no se olvidaron nunca de aquella patada increíble.

- ¿Y qué les pasaba a ustedes por la cabeza cuando un año después, esa misma selección a la que casi eliminan, fue campeona del mundo?

- Lo que al menos me impresionó a mí fue cómo superaron esa ansiedad y todo lo que ya significaba Maradona, y tantas críticas en contra de la gente, de la prensa y ganaron con toda justicia. Pero los argentinos fueron los primeros que decían “pensar que casi nos elimina Perú y ahora somos campeones”. Para mí y para mi generación (entre los que se encontraba, por ejemplo, Julio César Uribe), era duro pensar que con 23 años pudimos jugar otro Mundial y no pudimos. No se dio y fue muy triste todo ese día, aunque hayamos dejado la vida en la cancha. Fue un partido muy bien jugado, y en el que Fillol tuvo dos tapadas extraordinarias y sacó al córner un último remate que iba al gol. En Lima les habíamos ganado muy bien.

- ¿Se sorprendió cuando vio que Fillol no estuvo en el Mundial de México 1986?

- Pude conversar con “El Pato” un par de veces. Es una bellísima persona y por lo que dice y lo que leí en declaraciones que él hizo públicas, hasta ahora no sabe por qué se quedó afuera, como Passarella que sí fue y no pudo jugar, o tampoco fueron Trossero o Camino. Me comí tremenda patada de él y al final no fue (risas).

- Bueno, Gareca tampoco fue…

- ¡Cierto! Pero cómo es la vida, que nos elimina con su gol y treinta y pico de años después. Dios lo premió y nos llevó a nosotros a un Mundial por su don de gente, su tranquilidad, la paz que transmite, su humildad para fortalecer un grupo que necesitaba de eso, crear y recuperar la confianza y lo apoyamos y sé que le va a ir muy bien.

- En aquellos dos partidos de la selección peruana contra Argentina, quedó para la historia la marca pegajosa de Luis Reyna a Maradona.

- Increíblemente, nunca le pegó una patada. Lo esperaba a Maradona en la línea de cal cuando salía fuera de la cancha para tomar agua o ser atendido por los médicos (risas). Reyna fue uno de los mejores jugadores de Sporting Cristal. Tenía una enorme capacidad física y no paraba de correr, y nuestro director técnico, Roberto Chale analizó la situación, porque Argentina llegaba a Lima con puntaje ideal, porque ganó sus dos partidos a Venezuela y Colombia, y para ganar necesitaba eso, alguien que siguiera a Maradona los noventa minutos. Esa función también la podía realizar (Jorge) Olaechea, pero se decantó por Luis, que igual hizo cosas que hoy no se podría hacer, como agarrarle la camiseta, chocarlo, pero no le pegó. Y se dijeron tantas cosas…pero lo terminó anulando.

- ¿Es cierto que Reyna se enoja cuando le hablan de ese partido?

- Sí, se enoja, se molesta (se ríe). Es que seguramente se acuerda de que el día anterior al partido en Buenos Aires, en el último partido del grupo, unas cinco mil personas nos movían nuestro autobús de un lado para el otro y a Luis le recordaban a toda su familia por su marca a Maradona en Lima (risas).

- Después tuvieron ustedes la chance de ir al Mundial en el repechaje, pero no pudieron llegar.

- Lamentablemente no, porque justo después de aquel partido con Argentina hubo elecciones presidenciales en el Perú, que ganó Alan García, y renunció toda la dirigencia del fútbol y entonces nos quedamos mucho tiempo sin entrenarnos porque a los que jugábamos en clubes del exterior (yo estaba en el Independiente de Medellín) nos traía una empresa privada y entonces volvimos a nuestros clubes ante la falta de un presidente de la Federación que moviera los hilos. Entonces perdimos ante Chile 4-2 en Santiago y 1-0 como locales y Paraguay luego eliminó a Chile.

- ¿Por qué a la selección argentina le cuesta tanto a la peruana? La sufrió en clasificaciones mundialistas para 1970, 1986, 2010, 2018…

- De hecho, somos la única selección que eliminó a la argentina de un Mundial, con aquellos goles de Oswaldo “Cachito” Ramírez en la Bombonera en 1969. Yo tenía ocho años  cuando eso pasó. Después tuve la suerte de jugar con muchos de mis ídolos (Chumpitaz, Cubillas, Velázquez, Cueto) entre 1980 y 1982 y fue un sueño. De todos modos, esa pregunta para que respondan los jugadores argentinos. Supongo que puede ser en buena parte porque nos motiva jugar contra Brasil, Uruguay o Argentina y hacerlo de igual a igual porque nosotros jugamos bien al fútbol y la gente de la generación anterior que mencioné, como Chumpitaz  o el “Panadero” Díaz o La Rosa nos enseñaron a querer a la Selección.

- ¿Cómo está ahora la selección peruana?

- Con Gareca, la selección peruana perdió el temor, sabe a qué juega, tiene un fútbol atrevido, jugadores de buen pie. Y si bien sacó pocos puntos, jugó muy bien contra Brasil aún perdiendo y el problema que veo es que como necesita sumar, puede que esté obligada a salir a buscar contra Argentina, que es un equipo de muy buenos jugadores que sabe explotar bien esos espacios que se generan. Por otra parte, estamos sufriendo mucho las ausencias en el ataque de (Jefferson) Farfán y de (Paolo) Guerrero, lesionados, pero eso posibilitó que jugaran otros como Gianluca Lapadula, italiano que se nacionalizó peruano.

- ¿Cree que le puede ganar a la selección argentina?

- A Argentina le costó muchísimo contra Paraguay y aunque tiene muy buenos jugadores, los partidos hay que jugarlos. En general, los partidos entre Perú y Argentina son intensos porque se trata de dos equipos atrevidos, sin complejos. Pero si Perú mantiene un nivel como en los últimos tiempos, puede tener un buen resultado. El único partido no tan bueno fue en Santiago ante Chile y en verdad, nos ganan por dos goles de (Arturo) Vidal. Uno fue un golazo y en el otro, aprovechó que la defensa se durmió, pero tampoco es que Chile la haya matado a pelotazos.

- ¿Y en general, qué le parece la clasificación sudamericana hasta ahora?

- Es complicado para todos. Ecuador arrancó mal, pero fue a La Paz y ganó. Perú le pudo ganar a Paraguay en Asunción. Fue un tiempo para cada uno. Uruguay arrancó con lo justo ante Chile y perdió en Ecuador, pero ganó en Colombia. Todo muy parejo.

- Usted jugó en Independiente. ¿Qué recuerdos tiene de ese tiempo?

- Me contrató Independiente a través de su presidente Jorge Bottaro, pero especialmente por su director técnico, José Omar Pastoriza, una vez que terminó la clasificación mundialista y en la primera temporada metí 19 goles, aunque el “Negrito” Omar Palma, de Rosario Central, hizo 20. Ese equipo de Independiente venía de ser campeón mundial de clubes ante el Liverpool en  Japón y conservaba a muchas de sus figuras como Ricardo Giusti, Claudio Marangoni y Ricardo Bochini en el medio, y bajo estaban Néstor Clausen, Carlos “El Loco” Enrique, Hugo Villaverde y Osvaldo Ingrao y llegó Luis Islas para el arco. También estaban Gerardo Reinoso y  José Percudani, Alejandro Barberón. Hice un gol en mi debut contra Platense y me lesioné por un codazo de (José Luis) Chilavert que me generó una fractura del hueso propio de la nariz. Recuerdo también enfrentar a un durísimo juvenil Pedro Monzón en los entrenamientos. Fueron dos años importantísimos en mi carrera y conservo una amistad con muchos de aquellos compañeros, con los que nos seguimos comunicando seguido. En ese tiempo, jugar en el fútbol argentino era como jugar en Europa. Había muy pocos extranjeros y de calidad.

- Después volvió a la Argentina para jugar en Unión de Santa Fe.

- Sí, eso ya fue a mi regreso, en 1990. Yo estaba sin club en Perú y buscaba uno en la Argentina porque quería que mi primer hijo naciera allí y me contactó Mario Zanabria para llevarme. Me dijo que estaba armando una linda banda con el arquero Jorge Bartero, el goleador Víctor Ramos, Claudio Borghi, el “Huevo” Julio Toresani, Eduardo Magnín, el entonces joven Darío Cabrol. Era un lindo equipo pero no le pude dar lo mejor de mí y cuando renunció Zanabria, le expliqué a los dirigentes, que me trataron muy bien, que necesitaba volver a Perú y nos dimos la mano y me dejaron ir. El presidente era José Manuel Corral. Mi hijo Franco (tengo tres) terminó naciendo en Santa Fe. Luego salí campeón en el Sporting Cristal, con la dirección técnica de Juan Carlos Oblitas (hoy director de Selecciones Nacionales en Perú) pero a partir de allí me rompí la mandíbula, me rompí dos veces la rodilla (me operaron en Buenos Aires) hasta que hice allá el curso de DT en 1995/96 junto a Oscar Ruggeri y después ya volví a dirigir a Perú.

- Estuvo en el Toluca como ayudante de campo del “Tolo” Américo Gallego.

- Sí, en 2007 y tras dirigir a la selección peruana en siete partidos amistosos a pedido de la Federación en 2006. Fue una linda experiencia pero muy corta porque Gallego había ganado todo y ya quería regresar a la Argentina, pero le estoy muy agradecido. Otra experiencia en el exterior, aunque como jugador, fue antes de haber ido a la Argentina, cuando pasé por Independiente de Medellín, donde tuve compañeros como Luis Carlos  Perea, Leonel Alvarez o Hernán Darío Gómez.

- ¿Qué hace hoy Franco Navarro?

- Dirijo, por suerte y desde 2016,  a Universidad Técnica de Cajamarca, un club fundado en 1964 y ya llevo 23 años como entrenador en distintos clubes, siempre ligado al fútbol.

 

 

 


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