jueves, 5 de noviembre de 2020

Sean Connery, el 007 que pudo ser jugador de fútbol, predijo que Racing le ganaría al Celtic por la Intercontinental, y llegó a actor gracias al físicoculturismo (Infobae)


 


Sean Connery, el actor más reconocido en el personaje de “James Bond” como agente 007, que representó en siete películas en los años Sesenta y principios de los Setenta, amaba el fútbol, era hincha del Rangers escocés y pudo ser jugador profesional del Manchester United.

Nacido un 25 de agosto de 1930 en el contexto de una familia de clase obrera en Edimburgo –su madre, Euphamia Mclean, era escocesa y protestante y limpiaba casas, y su padre, Joseph,  católico de ascendencia irlandesa, era camionero y obrero fabril-, falleció el 31 de octubre pasado a los 90 años en su residencia de Nassau, en las Islas Bahamas.

Connery era el hijo mayor del matrimonio (tuvo un hermano, Neil, nacido en 1938) y con su familia tuvo que soportar años de bombardeos nazis y la guerra y la situación económica no le permitió terminar la escuela y rápidamente tuvo que ingresar en el mundo laboral, ayudado por un físico importante porque a los 12 años ya medía 1,80 metro y parecía mucho mayor que la edad que realmente tenía y terminó alistándose en la marina cuatro años más tarde luego de probar suerte como lechero, obrero fabril, chofer, guardavidas y hasta lustrador de ataúdes.

Además de su porte físico, a Connery no se le daba nada mal el fútbol. Era extremo derecho y le ofrecieron una primera prueba en el East Fife, hoy en las divisiones de ascenso en Escocia, pero acabó jugando en otro club del país, el Bonnyringg Rose Athletic, en el que llegó a destacarse cuando tenía ya 23 años.

Fue en ese momento cuando apareció la posibilidad real de ser futbolista profesional en un alto nivel. El legendario entrenador Matt Busby, a cargo de un gran equipo de los años cincuenta (algunos de sus integrantes murieron en un accidente aéreo en Munich en 1958), se enteró de sus condiciones a través de un ojeador y llegó a ofrecerle 25 libras esterlinas por semana con un contrato, pero Connery lo rechazó. “Quise aceptar porque me encantaba el fútbol, pero un futbolista de élite inicia su decadencia con 30 años y yo tenía 23. Me quedaba poco tiempo de éxito. Al final decidí ser actor, algo que podía durar muchos años más y es algo que resultó ser una de las cosas más inteligentes que he hecho”, declaró años después a una publicación de la Asociación Escocesa de Futbol Juvenil.

Para llegar a ser actor contribuyó, por azar, el físicoculturismo, en el que llegó a destacarse por aquel tiempo y que practicaba desde los 18 años. En 1953, cuando recibió la oferta del Manchester United, había obtenido el tercer puesto en la categoría amateur de “Hombres Altos” del reconocido trofeo “Mr. Universo”, que en esa edición ganó el estadounidense Bill Pearl, una leyenda de la especialidad. Fue en ese torneo, en el que participó como Tom (su primer nombre, que no solía usar, era Thomas) Connery, que otro competidor, Johnny Isaacs, le sugirió que se presentase para la producción del musical “South Pacific”, de mucho éxito en Brodway y así fue como consiguió el primer papel de su larga y exitosa carrera.  En aquella ocasión también compitió como levantador de pesas con el apodo de “Big Tom”.

Muchos años después, en el momento de su mayor fama tras los éxitos como “James Bond” en películas como “Operación Trueno”, “Dedos de Oro”, “El Satánico Dr No”, “Sólo se vive dos veces”, “De Rusia con amor” y “Los diamantes son eternos”, Connery coincidió por azar en el vuelo que llevaba al plantel de Racing a jugar contra el Celtic en Glasgow por el partido de ida de la Copa Intercontinental.

Connery era fanático del Celtic desde muy joven pero sufrió un cambio con los años. “Siempre he apoyado al equipo que mejor jugaba y durante años ése fue el Celtic, que fue el primer equipo británico en ganar una Copa de Campeones de Europa, aunque con los años me hice del Rangers”, contó en su autobiografía.

Efectivamente. Connery era hincha del Celtic (campeón de Europa hacía escasos meses) en 1967, cuando coincidió en el vuelo, con varias escalas, con el plantel de Racing.

“Tardamos 16, 18 horas, no me acuerdo, pero fue un viaje inolvidable porque en Londres subió Sean Connery, el primer agente 007, que fue nuestro hincha en aquellas tierras porque simpatizaba con los Rangers, la contra del Celtic”, recordó años más tarde el ex jugador Humberto Maschio, quien se sorprendió, al igual que los compañeros, en las horas previas.

Acaso la confusión del “Bocha” Maschio sobre la preferencia de Connery por el Celtic esté relacionada con lo que sucedió en ese vuelo de París a Londres con escala en Glasgow, con los jugadores de Racing. Marcelo Izquierdo cuenta en su libro “Tita, la madre de la Academia”, que el “Chango” Juan Carlos Cárdenas fue quien advirtió la presencia del actor en el avión, se lo comentó a su compañero Rubén “Panadero” Díaz, quien con su habitual humor comenzó a cargarlo en su carácter de escocés, acerca del resultado del partido por la Copa Intercontinental.

Tita Matiussi, encargada de la lavandería y de la pensión de las divisiones inferiores, se acercó entonces al asiento de Connery con un gorro de Racing en su cabeza y le balbuceó en inglés que “La Copa se queda en la Argentina”, lo que le causó gracia al legendario “James Bond”, hasta que se le acercó el entonces arquero Agustín Cejas y le contó que lo que sucedía era que estaba compartiendo vuelo con el equipo argentino. Fue allí que Connery dijo “La Copa se la llevan ustedes” y con ese ambiente distendido, los jugadores y el director técnico, Juan José Pizzuti, comenzaron a sacarse fotos con él.

La dificultad para dialogar con Connery alertó a Pizzuti, quien terminó de convencerse de que se necesitaba un traductor por lo que en un viaje en tren, a poco de llegar a Glasgow, observó a un hombre leyendo un diario italiano, lo abordó y resultó ser hincha del Milan, equipo derrotado justamente por el Celtic en la final de la Copa de Campeones de Europa en Lisboa (a partir de ese partido es que al club escocés se lo llama “Los Leones de Lisboa”), y terminó aceptando la propuesta.

La serie de partidos entre Racing y el Celtic forma parte de la leyenda del fútbol argentino. Fue en esa ocasión cuando el entonces Beatle John Lennon dijo que era hincha de la Academia, por jugar contra los escoceses y entre los testigos del partido en Escocia se puede contar al Padre Carlos Mugica, años más tarde asesinado por la Triple A.

Tras la derrota de Racing 1-0 en Hampden Park, se jugó la revancha en el Cilindro de Avellaneda, donde los argentinos vencieron 2-1 y tuvieron que desempatar en el estadio Centenario de Montevideo, donde la Academia se impuso por 1-0 con el recordado gol de Cárdenas, el 4 de noviembre de 1967.

Connery cambió de postura y se hizo del Rangers pero no en 1967 sino muchos años más tarde, cuando desarrolló una gran amistad con su presidente, David Murray, y ese cambio de apoyo hacia el rival histórico no fue comprendido por muchos y que hasta le hizo ser víctima, incluso, de insultos y hasta escupitajos mientras caminó por las calles de Glasgow, pero como él manifestó, “Siempre apoyé al equipo que jugaba mejor al fútbol. Las afiliaciones religiosas no significan nada para mí”.

Gennaro Gattuso, al enterarse de su muerte, recordó haber compartido momentos con Connery cuando fue entrenador del Rangers (ahora dirige al Nápoli). “Lo vi una sola vez, era miembro de la comisión directiva y era muy cercano al presidente Murray. Hablamos una tarde y él no quería que yo me fuera del club. Lo siento mucho”.

Connery nunca se alejó del fútbol. El reconocido periodista brasileño José Trajano recordó en el sitio www.ultrajano.com.br cuando un colega suyo, Sergio Dántas, lo encontró en el Centro de Prensa del Mundial de España 1982, en la pasarela del Palacio de Congresos y exposiciones que daba a la tribuna del estadio Santiago Bernabeu, en el Paseo de la Castellana, seguramente aprovechando su paso por Madrid, como otra vez, lo encontró él mismo, junto a otros colegas del diario “Jornal do Brasil” en la zona VIP del estadio Saint Dennis a horas del partido inaugural del Mundial de 1998 en Francia, que iba a enfrentar a Brasil (entonces campeón mundial) y Escocia.

En 2005 llegó a participar en un “Partido por la Paz” en el que se enfrentaron un combinado de Israel con otro palestino en el Camp Nou de Barcelona, donde pudo compartir momentos con Ronaldinho y ambos hicieron el saque de honor. El brasileño, enterado de su fallecimiento, escribió en su Twitter “Descanse en paz, Sean Connery”.

El legendario 007 también fue un entusiasta del golf. En el sur de Francia poseía el Domaine de Terre Blanche desde 1979 y allí pensó construir un campo de golf de 108 hectáreas, pero nunca pudo concretar su sueño y acabó vendiendo el terreno al multimillonario alemán Dietmar Hopp veinte años más tarde, en 1999. Otras de sus aficiones fueron el tenis y la Fórmula Uno.

El Bonnyringg Rose Athletic, el equipo en el que jugó por varios años, le dedicó un mensaje en las redes sociales: “Un arto iris aparece sobre New Dundas Park tras el triste anuncio de que quien probablemente fue nuestro futbolista más famoso y uno de los escoceses más emblemático de todos los tiempos. Nos gustaría ofrecer nuestro más sentido pésame a su familia. RIP Sean”.

 

 

 

 


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