viernes, 16 de julio de 2021

Las enseñanzas de la Eurocopa (Dosis Futbolera)


 

Terminada la Eurocopa, nos proponemos realizar un primer análisis de lo ocurrido en el torneo, con miras al Mundial de Qatar de noviembre de 2022.

Un justo ganador (Italia), una nueva frustración (Inglaterra), equipos con futuro (España, acaso Países Bajos, Suiza), ratificaciones en el poder (Portugal, Francia, Alemania, Bélgica) y actuaciones dignas (Dinamarca, Austria, Ucrania, República Checa, Gales, Croacia, Suecia), es la primera conclusión a la que puede llegarse tomando una corta distancia de la recientemente finalizada Eurocopa.

Italia fue el mejor equipo del torneo, aunque haya tenido dos o tres momentos de zozobra, especialmente ante España, por los cuartos de final, cuando perdió el control de la pelota luego de quince minutos de disputa, que la obligó a correr detrás de ella todo el partido, aunque también un corto lapso ante Austria en octavos y en los primeros veinte minutos de la final ante Inglaterra.

Como lo indica la historia reiteradamente, cada vez que el fútbol italiano debe ratificar su poderío luego de algún hecho complicado (en 1982, cuando el “Totonero” de las apuestas clandestinas, en 2006, cuando descendió la Juventus por corrupción, o tras quedarse afuera del Mundial de Rusia, ahora), termina llevándose el título.

Pero esta vez,  el gran mérito estuvo en entender, por fin, que con el sistema anterior del Cerrojo (casi todos atrás, salvados siempre por un talento y un gran goleador arriba) ya no se iba muy lejos y que había que ir hacia un juego de posesión y de ataque. De esta manera, no sólo ganó la Eurocopa con excelentes pasajes sino que también se encuentra en la Final Four de la Liga de las Naciones, en la que será local en dos meses.

Esto no significa que Inglaterra no haya estado muy cerca de conseguir un título que se le niega desde el Mundial 1966. Por fin viene trabajando con una base sólida que ya le dio cierto rédito en Rusia hace tres años y tuvo la chance de definir como local en Wembley pero justo allí su correcto entrenador Gareth Southgate eligió mal el sistema táctico (abandonando el ajustado 4-2-3-1 por un inentendible 5-2-2-1) y otra vez fracasó en la elección de los ejecutantes de los penales.

El equipo español es el que mayor posesión de pelota tuvo, lo cual no significa demasiado si luego no pudo concretar esa diferencia en el arco adversario y hasta tuvo que remontar varias veces por errores propios. El de Luis Enrique es un plantel renovado que ha mostrado dos grandes figuras del futuro como Pedri y Dani Olmo, aunque extrañó demasiado a Sergio Ramos atrás y le faltó contundencia arriba.

Países Bajos y Alemania, que quedaron en una situación intermedia, se encuentran en etapas de transición, con cambios de entrenador. En los “Orange”, el renunciante entrenador Frank De Boer no consiguió la consistencia esperada más allá de algunas interesantes individualidades que pueden ser la base del futuro, como Frenkie De Jong,  el lateral Denzel Dumfries, los centrales De Ligt y Daley Blind, el volante Giorginio Wijnaldum y el delantero Menphis Depay, mientras que en Alemania, se sabía que tras muchos años, Joakim Low dará lugar ahora a Hans-Dieter Flick, el ex DT del Bayern Munich.

Alemania dio una lección de poderío frente a una extraña Portugal, eliminada por Bélgica pero que sólo rindió a su nivel en su debut ante Hungría y en algunos momentos en el espectacular partido ante Francia, uno de los candidatos que sucumbió, sorpresivamente, ante Suiza en otro partido de alto voltaje.

La gran sorpresa fue Dinamarca, primero por la situación de alto impacto vivida con su gran figura Christian Eriksen en el debut, cuando se temió por su vida y ahora difícilmente vuelva a la actividad, pero superada la conmoción inicial, el equipo se recuperó y llegó hasta la semifinal, cuando Inglaterra lo superó en el alargue en Wembley y con un inexistente penal.

Esta Eurocopa tuvo excelentes partidos, la mayoría de ellos a gran ritmo, con las clases media y baja del continente haciendo mucha fuerza a las potencias y con riqueza de esquemas tácticos, algunos marcando con una línea de tres (tendencia exagerada porque no todos pueden y en algunos casos, se paga caro quedar tres contra dos), muchos con doble volante de contención y algunos optan por el tradicional 4-3-3 o hasta por el 3-4-3.

Cada vez es más claro que lo mejor es tratar de tener la pelota y no regalarla sino administrarla con inteligencia, y es notorio que la posición de armador de juego es cada vez menos fija y puede aparecer por las puntas (Insigne, Grealish) o por el medio (Shaqiri, Soucek) o detrás de los delanteros (Malinowski, Calhanoglu) , casi desde la salida (Modric), o desde la salida misma (Alaba).

Lo que sigue sin verse en los torneos entre equipos europeos es el recurso del regate. Todo queda reducido a la velocidad, los pases y los remates de media distancia, que no es poco pero es una pena que no haya chances de pasar en el uno contra uno, un aporte más ligado a los sudamericanos en los torneos de clubes.

La gran diferencia que va estableciendo Europa con Sudamérica (tomando en cuenta la Eurocopa y la Copa América jugadas al mismo tiempo) no parece estar relacionada con la técnica individual sino con el resto de los elementos, como canchas con superficies en excelente estado, público en las gradas, o el VAR dando respuestas en pocos segundos con más aciertos que errores.

¿Están tan lejos las selecciones europeas de las sudamericanas? No parece, de acuerdo con lo visto en ambos torneos, y aunque parezca un espejismo o esté más relacionado con los títulos mundiales de clubes o selecciones en los últimos años, la mayoría de los enfrentamientos muestran un alto nivel de paridad y definiciones por detalles.

Esos detalles son los que, a la larga, marcan hoy las diferencias, aunque dentro de un año y medio, en el Mundial de Qatar, podremos comprobar cuál es la realidad.

 


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