sábado, 23 de marzo de 2019

La selección argentina ya es un dolor de cabeza para Messi (Interia)




Lionel Messi, el mejor jugador del planeta, el que bate todos los récords con el Barcelona desde hace 16 años, corre serios riesgos de caer en el desdén de la mayoría de los seguidores del fútbol argentino porque se va dando cuenta de que resulta imposible revertir, en soledad, una imagen de equipo tan desteñida como la nueva camiseta que estrenó y en la que el celeste es casi imperceptible y parece ser únicamente blanca, a tono con estos tiempos de enorme confusión.

No es sólo que la selección argentina cayó derrotada, y sin atenuantes, ante Venezuela, hasta hace unos pocos años, la más débil del continente sudamericano y ahora, subcampeona mundial sub-.20, sino que es la primera vez en 128 años de historia, que este rival le convierte tres goles en un partido (el resultado final fue 3-1 en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid).

Messi hizo lo que pudo y de hecho, su actuación no fue mala (casi nunca lo es), pero sintió la misma soledad que durante el Mundial de Rusia y en tantos otros partidos de la selección argentina en estos años, dentro de un plantel absolutamente errático de su entrenador interino Lionel Scaloni, quien a falta del segundo partido amistoso de la gira, el martes próximo ante Marruecos en Tánger, ya es criticado por casi la totalidad del público en su país.

La selección argentina Salió con un esquema con cinco defensores, lo que suena a demasiado defensivo ante un rival que no debería asustar (y menos, en un encuentro amistoso y de prueba en ambos equipos), con dos volantes centrales de buena técnica pero nula marca (Giovanni Lo Celso, del Betis, y Leonardo Paredes, del PSG), otra línea algo más ofensiva con Messi y Gonzalo Martínez (Atlanta United) y como único atacante neto, Lautaro Martínez (Inter), el único que se entendió con el crack del Barcelona.

Venezuela se planteó un partido de contragolpe, partiendo con mucha rapidez, colocando mucha gente en el campo argentino y con contundencia a la hora de rematar, y a los 6 minutos ya ganaba con un golazo de Salomón Rondón (Newcastle) y ya no pudo revertir nunca el marcador, aún teniendo el balón gran parte de los noventa minutos, debido a que Messi nunca encontró socios para descargar su juego, apenas el joven delantero Lautaro Martínez, quien perdió otras tres chances además de anotar el único tanto albiceleste.

La jornada de Madrid comenzó complicada porque la AFA (Asociación del Fútbol Argentino) dio a conocer un video oficial en el que se ensalza innecesdariamente la figura del crack del Barcelona, y se afirma que en su talento reúne el de escritores, artistas o deportistas, pero no se menciona a Diego Maradona.

A las pocas horas, los maradonianos emitíeron otro video con el mismo estilo que el anterior, resaltando la figura de Maradona, eligiendo otros protagonistas de la historia argentina (entre ellos, Ernesto “Che” Guevara), y sin nombrar a Messi…

Lo que para casi todos está claro es que el entrenador interino, Lionel Scaloni, no puede seguir en su cargo si bien estaba previsto que llegara al menos hasta la Copa América de Brasil (de junio próximo), y los medios ahora presionan para que el director general de Selecciones Nacionales, el veterano César Luis Menotti, se reúna urgentemente con Marcelo Gallardo, el exitoso entrenador de River Plate, para ofrecerle el cargo cuanto antes.

El martes, la selección argentina debe jugar ante Marruecos en Tánger pero ya sin Messi, quien regresó a Barcelona arrastrando una leve pubialgia. Envuelto en un mar de confusiones y sin certezas de su futuro, el equipo albiceleste ruega para que no haya otro resultado que complique más la situación.

“Todo lo que generamos fue por Messi, pero los demás no estuvieron a su altura”, dijo después Scaloni, quien consideró esta derrota como “un paso atrás”. Nadie entendió su sistema táctico y pocos confían ya en que esta selección argentina tenga alguna chance en la Copa América de Brasil, salvo aquellos que creen en los milagros. Y el miedo mayor es que por más amor que tenga por el país, Messi comience a cansarse.


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