jueves, 18 de julio de 2019

Griezmann y Neymar, dos acertijos del Barcelona para esta temporada (Interia)





La selección uruguaya siempre se caracterizó por su solidez grupal. Desde hace casi dos décadas que tiene al mismo entrenador, Oscar Tabárez, y se destaca por sus dos duplas, la de sus defensas centrales Diego Godín y José María Giménez, y por la del ataque, con sus delanteros Luis Suárez y Edinson Cavani. Sin embargo, hubo un solo tema que ni se habló durante la Copa América de Brasil para no generar irritación ni grietas entre sus jugadores: el pase del francés Antoine Griezmann al Barcelona.

Hace apenas un año, Griezmann era recibido con los brazos abiertos por la plantilla del Barcelona. Terminaba su contrato con el Atlético Madrid y tenía todos los números para pasa al Barcelona, y se habían pronunciado a su favor tanto Lionel Messi como Luis Suárez, pero todo cambió cuando en un video, producido además por Gerard Piqué, y a pocos días antes de comenzar el Mundial de Rusia, el francés anunciaba que se quedaría en el club de la capital española.

Sin embargo, el acuerdo con el Atlético por una cláusula de 200 millones de euros hasta el 30 de junio pasado, y de 120 millones desde el 1 de julio, tornaba demasiado accesible su pase al Barcelona, sumado a su deseo de marcharse del Atlético Madrid al acabarse un ciclo con la salida de su amigo Godín, la de los defensores Juanfran, Lucas Hernández y Filipe Luis, y la del volante Rodri. Era el momento justo para salir y dar un salto hacia adelante, y queda claro en cada entrevista durante estos días, en las que cuenta que copiaba cuando podía la forma de moverse del ataque azulgrana, o que considera a Lionel Messi “el Le Bron James del fútbol, la imagen misma de este deporte, así como Le Bron lo es del baloncesto”.

Sin embargo, Griezmann sabe bien que el clima en el vestuario no es el mismo que un año atrás. Messi y Suárez quedaron muy mortificados con su última decisión de quedarse en el Atlético Madrid y ya cuando el argentino dio una conferencia junto con Piqué en el campo de entrenamiento del Barcelona en San Joan Despí un día antes de la final de la Copa del Rey ante el Valencia, los dos atinaron a decir que ese tema era cuestión de los dirigentes y no suya, muy distinto que cuando en 2018, Messi le dio públicamente la bienvenida.

Por eso es que en el vestuario uruguayo nunca se mencionó nada referente a Griezmann. Porque dos de los jugadores más influyentes del equipo tienen una posición opuesta. Godín, el capitán “celeste”, es el padrino de la hija del francés (a tal punto llega esta relación forjada en el Atlético Madrid de Diego Simeone), mientras que Suárez no se repuso de aquel “no” del francés en 2018. La respuesta inteligente de Griezmann en estas horas va en el mismo camino: “No hay nada que no se pueda arreglar en el campo, con asistencias”.

Y esto nos remite al sistema que debería utilizar el entrenador Ernesto Valverde para la temporada siguiente con el Barcelona. ¿Dónde rendiría mejor Griezmann? Como Messi, sus comienzos en el fútbol profesional fueron desde una banda, para irse yendo hacia el centro del campo y reiteradamente comentó a Simeone de su incomodidad de jugar en los costados, porque siente que se le cierran las chances de moverse.

Sin embargo, ese lugar es claramente para Messi, a no ser que Valverde determine un 4-3-2-1, con el argentino muy cerca de su misma línea, por detrás de Suárez. Un sistema más ofensivo con la vuelta al abandonado 4-3-3 del pasado, obligaría a Griezmann a jugar por la banda, pero eso podría incomodarlo. A su vez, el francés no es un nueve de área, sino un segunda punta, alguien que juega por detrás del goleador y que puede romper líneas o llegar desde atrás con remate franco, y por eso tuvo éxito jugando para Mbappé o Giroud en la selección de su país, o con Diego Costa en el Atlético, por lo que en el Barcelona sería, en principio, un buen complemento para Suárez.

La otra perspectiva se abre si Neymar regresara al Barcelona, como trata de negociar el club catalán y pretende el brasileño. Acaso allí, el actual jugador del PSG podría regresar a la banda izquierda, y para que encajen los cuatro en el equipo titular, lo más lógico parece ser el 4-2-3-1, con Messi más libre desde la derecha, Griezmann por el centro, detrás de Suárez, y Neymar por la izquierda.

Claro que un esquema como este necesitaría de un mediocampo sólido y con importante capacidad de recuperación, con un Sergio Busquets de mediocentro que deberá recuperar el nivel perdido la temporada pasada, y con la duda de si lo acompañaría Iván Rakitic, Arthur o el holandés Frenkie De Jong, nuevo fichaje del Barcelona. También este esquema pondría en dudas cuándo y cómo pasar al ataque por parte del lateral izquierdo Jordi Alba, socio clave de Messi en las temporadas pasadas. Seguramente necesitaría el factor sorpresa para lanzarse en ocasiones propicias, necesitando que se cierre Neymar.

Todas hipótesis para un Barcelona que va construyendo uno de los planteles más ricos que haya tenido jamás. Habrá que comprobar si esta vez Valverde lo sabrá aprovechar.

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