martes, 31 de diciembre de 2019

El VAR nació como una gran idea pero va camino de desvirtuar la esencia del fútbol (Interia)




La Premier League inglesa es una de las más prestigiosas del mundo, sino directamente la más prestigiosa, pero en la última jornada de 2019 hubo acciones que rozaron el ridículo a partir del uso del VAR durante el Boxing Day, lo que viene a demostrar, de manera creciente, que su uso está causando enormes problemas para dirimir situaciones extremas durante los partidos.

El VAR nació como una idea final de que, por fin, el fútbol se sirviera de la tecnología y de esta manera se modernizara, aunque tarde, como ya lo han hecho la mayoría de los deportes, aunque aún entiende de pocas situaciones concretas (goles, penaltis, expulsiones, confusiones de identidad), después de que desde distintos sectores se presionara a su dirigencia para que abandonara el criterio de que todo pasara por el ojo humano y de la idea de que cuanto más polémicas alrededor de una jugada, mejor, porque así la pasión seguía en alto.

Así fue que nos fuimos acostumbrando a gritar goles muchos minutos después de concretados, o a meter nuestras cabezas dentro de la chaqueta o el jersey luego de haber gritado un gol que nunca subió al marcador, y en ambos casos, no sólo esperando, a veces, hasta siete minutos antes de que en la cabina se determinara a nuestro favor o en contra, sino que luego esos minutos se trasladaron al descuento luego de la primera o segunda etapa y acabamos llegando a casa mucho después de lo imaginado.

Si hubo muchas jugadas confusas y en algunos casos, hasta esperpénticas, las esperanzas renacieron tras el Mundial de Rusia 2018, cuando desde la FIFA, en una conferencia de prensa en la que estuve, en Moscú, nos contó a través de sus dirigentes de la Comisión Arbitral Pierluiggi Collina y Massimo Busacca que el margen de error fue escasísimo y la experiencia del uso de la tecnología, más que exitosa.

Claro que la FIFA dispone, por su poderío, de un caudal de elementos tecnológicos y técnicos con la formación suficiente como para que las resoluciones finales en las cabinas fueran las mejores posibles pero…¿esto era posible de repetir con la misma eficacia en las ligas locales, en muchos casos, con menos recursos o menos tiempo de formación? Parece que no, y que los fallos aberrantes posteriores lo confirmaron, e incluso se terminó abriendo una brecha sobre si la reglamentación actual no es confusa o no se debería cambiar para poder utilizar la tecnología como corresponde.

Uno de los primeros hechos llamativos fue que durante la citada conferencia de prensa de Moscú, Collina y Busacca fueron taxativos a la hora de que se produjera un fallo pasible de ser juzgado por el VAR. Los dirigentes señalaron que el árbitro principal debe ser quien debe dirigirse a la pantalla y por sus propios medios determinar el fallo, y no estar esperando que se lo digan a través de la cucaracha al oído. Collina explicó el motivo, cuando dijo que esto es necesario por una cuestión psicológica, para que el árbitro sienta que la principal autoridad es él y que no depende de otros que, en todo caso, están sólo para asistirlo. Por eso, quienes se encuentran en la cabina llevan el nombre de AVAR (Asistente del VAR).

Pero fueron apareciendo otras cuestiones, como que muchas veces, cuando el fallo llega desde la cabina, no parece haber gran acuerdo entre los asistentes, se demora mucho, y no siempre se condice con la realidad y desde el sentido común, todo el sistema queda expuesto.

En la primera jornada de la segunda rueda de la Premier League, algunos aspectos de la polémica aparecieron de una forma muy dura. De hecho, el Norwich pudo ponerse 2-0 arriba ante el Tottenham cuando le fue anulado por el VAR un gol al finlandés Teemu Pukki, pero el VAR detectó, a través de sus píxeles milimétricos, que su hombro estaba en fuera de juego.

En la última jugada de la primera parte del partido ante el líder absoluto de la Premier League, el Liverpool, le fue anulado un gol a Neto, del Wolverhampton, por un fuera de juego casi imperceptible (otra vez por una mano) y cuando todos, los jugadores y entrenadores de los dos equipos y los hinchas de ambos, aceptaban la jugada como válida, que le daba el empate 1-1 a los “Wolves” y que seguramente hubiera podido cambiar el trámite. Y aquí cabe la pregunta acerca de la legitimidad (no de la legalidad) de un fallo que cambia lo que era aceptado por todos. ¿Tiene sentido que el VAR se entrometa cuando nadie protesta un fallo y todos lo acatan? ¿No debería ser el VAR un instrumento para dirimir una disparidad de criterios o para aclarar una duda?

Finalmente, y en la misma jornada, le fue anulado un gol al Sheffield United cuando empataba en Manchester ante el City que había anotado el francés Lys Mousset, esta vez correctamente, luego de airadas protestas de los jugadores locales y de su entrenador, Josep Guardiola. Y aquí llega una nueva pregunta que nos formulamos: ¿No sería más lógico que como en el basquetbol, por ejemplo, cada entrenador, o capitán, tuviera la chance de pedir unas dos veces máximo el uso del VAR por cada tiempo, para situaciones confusas? Porque no parece que se fuera a perder nada y en cuanto al tiempo, se puede luego descontar.

Lo que queda claro es que el fútbol nació y se expandió gracias a la pasión pero si ésta va dejando todo en manos de una “razón” que se basa en una tecnología tan estricta, y en manos de los hombres, que no siempre tienen la preparación para ello, el experimento podría terminar mal.

También debe tenerse en cuenta el factor cultural. Hay sociedades más desconfiadas que otras y así como en Europa se suelen acatar los fallos del VAR aunque no siempre se esté de acuerdo con ellos, en Sudamérica, por ejemplo, no siempre se cree que los fallos son estrictos y se sospecha de favorecer a unos u otros, aunque con tendencia a que se ayuda mucho más a los locales, como se intuye que pudo haber ocurrido en la semifinal de la pasada Copa América 2019 entre Brasil y Argentina, cuando ni siquiera se utilizó el VAR en dos oportunidades en las que  Brasil, el local, hubiera sido perjudicado por la tecnología.

Dirigentes cercanos a la Conmebol reconocieron que el uso del VAR aún no estaba preparado para ser usado en Sudamérica y que tampoco se dispone de la mejor tecnología para ello. ¿Tiene sentido el uso del VAR en estas condiciones? ¿No sería mejor comenzar a usarlo cuando la tecnología sea la más apta y cuando quienes la aplican se hayan podido formar lo suficiente y los criterios no fueran dispares y la tecnología no termine siendo una intromisión al espectáculo?

El VAR dispara cada vez más preguntas, ávido de respuestas antes de que el fútbol entre en una definitiva confusión.


No hay comentarios: