domingo, 10 de noviembre de 2019

Independiente del Valle, un campeón que es consecuencia de un proyecto de formación de juveniles y un oasis en el fútbol ecuatoriano (Interia)




Cuando el árbitro brasileño Raphael Claus dio por finalizado el partido y el ecuatoriano Independiente del Valle se convertía anoche en campeón de la Copa Sudamericana al vencer al argentino Colón de Santa Fe, estaba cumpliendo con el paso siguiente de su proyecto comenzado hace una década, y que no sólo pasa por obtener títulos sino, especialmente, en formar jugadores con visión de futuro.

Con apenas diez años en la Primera División de Ecuador y fundado el 1 de marzo de 1958, Independiente del Valle ya jugó antes una final de la más importante Copa Libertadores en 2016 pero en aquella ocasión fue derrotado por el Atlético Nacional de Medellín que dirigía Reinaldo Rueda (hoy en la selección chilena).

“La vez anterior, en 2016, sólo fuimos a disfrutar de jugar una final, pero ahora tenía que ser nuestra”, afirmó tras el partido de Asunción el defensor Fernando León, de 26 años, único sobreviviente de aquel plantel –que llegó a eliminar a River Plate en cuartos de final y a Boca Juniors en semifinales- y autor del primer gol de la final en La Nueva Olla. También sostiene que la clave del equipo  “es la solidaridad. Todos se brindan por el bien común”.

“El fútbol es la mejor excusa para estar unidos”, dice el entrenador de los “Rayados del Valle”, Miguel Ángel Ramírez, porque “el país vivió muchos momentos desagradables y yo sentí mucho dolor”. Es español, tiene 35 años (es menor que el volante argentino Cristian Pellerano, que tiene 37) y nunca fue futbolista. Tiene un doctorado en ciencias de la Actividad Física y antes de llegar al Ecuador, trabajó seis años en la Academia Aspire, de Qatar. Asumió en mayo pasado en el partido ante la Universidad Católica de Chile por la Copa Sudamericana (ganó Independiente 5-0) ante la sorpresiva salida de su compatriota Ismael Rescalvo, que se fue al Emelec, uno de los clubes más grades del país.

“En esta lucha, el que consiga más espacios, va a llegar a más”, suele decir Ramírez, que consiguió con Independiente del Valle el tercer título continental para Ecuador y el segundo de Copa Sudamericana. Los dos anteriores los había conseguido otro equipo de la región de Quito, la Liga (en 2008, obtuvo la Copa Libertadores y en 2009, la Sudamericana, ambos ante el mismo rival, Fluminense).

Este triunfo de Independiente del Valle es una demostración de la fuerza y la pujanza de  San Juan Bautista de Sangolquí, la segunda urbe más grande y poblada de la provincia de Pichincha en zona centro-norte de Ecuador, conocida como “Corazón del Valle”, sobre el Valle de los Chillos, a 2500 metros de altura, la octava ciudad más poblada del país con 75.080 habitantes según el último censo de 2010, y uno de los más importantes centros administrativos, financieros, económicos y comerciales de la provincia después de Quito, la capital. Es productora del llamado “maíz de Chillo” (con granos grandes y amarillos).

Es en Sangolquí, donde Independiente tiene un estadio con capacidad para 7300 personas, pero se las fue arreglando para poder construir allí el Centro de Alto Rendimiento de Chillo Jijón, un complejo con todas las facilidades: tres canchas reglamentarias, gimnasios, áreas de soporte médico y fisiológico, y lugares para hospedarse y formación integral de noventa jóvenes, de los que después, muchos de ellos llegan a la Primera.

Gracias a un convenio formado con la Academia Aspire de Qatar para transferencia de experiencias en procesos futbolísticos, pudieron ir logrando el apoyo necesario para mejorar la calidad del trabajo y llegaron a aportar una importante cantidad de jugadores a las distintas selecciones nacionales.

A principios de este año, aportaron nueve jugadores a la selección que fue campeona sudamericana en Chile y luego, tercera en el Mundial de Polonia, dirigida por el argentino Jorge Célico. También en la actual sub-17 que compite en el Mundial de Brasil hay nueve jugadores de Independiente del Valle y en todos los equipos que participan en el torneo de Primera División hay al menos un jugador surgido de las divisiones inferiores de los sangolquileños.

Los jóvenes formados allí reciben educación secundaria, viven en la residencia del club, y tienen el apoyo de entrenadores, fisioterapeutas y médicos, y reciben incentivos económicos, desde 40 a 200 dólares.

“A mí me gusta mucho usar el fútbol como herramienta de cambio y este club, si algo hace, es eso: que el fútbol sea la mejor excusa para ayudar a cambiar vidas”, reflexiona el DT Ramírez, otro español que emigró a Qatar como también Félix Sánchez Bas, el actual entrenador de la selección qatarí, y formado en La Masía del Barcelona.
“En el nivel formativo manejamos un método de entrenamiento en el que intentamos enseñar al jugador todos los conceptos. En Primera hacemos algo distinto, porque estamos más enfocados a la competencia y al rendimiento, manteniendo el mismo estilo de juego siempre”, destaca Ramírez.

En los últimos meses, juveniles formados en Independiente del Valle fueron transferidos al exterior, como Gonzalo Plata al Sporting Lisboa, Moisés Ramírez a la Real Sociedad B, Stiven Plaza al Real Valladolid, o Jordan Rezabala al Xolos de Tijuana.

Al éxito deportivo por haber alcanzado su primera Copa Sudamericana, que además le permitirá disputar la Recopa ante el ganador de la final de la Copa Libertadores entre River y Flamengo, y la Suruga Bank en Japón, Independiente del Valle se llevará a sus arcas 6.750.000 dólares en premios (4 de ellos, por la final ganada anoche en Asunción).

“Se podría pensar que al ser muy jóvenes, no se toman en serio las cosas porque todos están entre los 20 y los 23 años, pero al juntarse con Pellerano y Efren Mera (33), los más veteranos,  terminan siendo muy profesionales, sostiene Luis Fernando León.

Mera y Pellerano son los dos más veteranos del equipo “negriazul” y considerados como “hombres claves”, acaso con el delantero panameño Gabriel Torres. “Pero ellos no son los únicos - sostiene el DT Ramírez- porque tengo otros nueve jugadores y podemos ganar de cualquier modo, si nos atacan o si nos dan la pelota. Estamos preparados para todo”.



No hay comentarios: