sábado, 16 de noviembre de 2019

¿Qué le puede aportar Marcelo Gallardo como DT al Barcelona? (Interia)




El próximo sábado 23 de noviembre, ante el Flamengo de Brasil, en la primera final a partido único de la historia de la Copa Libertadores de América, el argentino River Plate puede volver a ser campeón por tercera vez desde 2015 y por quinta vez en su historia.

Lo que desde ya podría ser un dato interesante, cobra mucha más dimensión si tomamos en cuenta que el entrenador de River es Marcelo Gallardo, un destacado ex futbolista del club en los años noventa y principios del siglo XXI que tomó la conducción del equipo a mediados de 2014 y que fue generando un auténtico imperio para una entidad que si bien tenía muchos títulos locales (es el club que más los consiguió en la Argentina), no podía luego proyectarse en el plano internacional.

Desde que Gallardo tomó la conducción del equipo, extrañamente River cosechó varios títulos internacionales, pero lleva casi seis años sin ganar una liga local, y según muchos analistas, se debe a que se enfocó en la prioridad, que pasa por el plano externo, tanto por el prestigio que le brinda al club como por los suculentos premios que fue recibiendo y que le permitió buenos fichajes y mantener a jugadores muy solicitados por muchos clubes del mundo.

River ganó, desde 2014, una Copa Sudamericana (el equivalente a la Europa League) en ese año, las Copas Libertadores 2015 y 2018, mientras que en 2017 llegó a semifinales, cuando tras llevar tres goles de ventaja a su compatriota Lanús, en veinte minutos recibió cuatro goles y fue eliminado, y en esta temporada llegó otra vez a la final, que se jugará en Lima, Perú.

También River ganó las Recopas Sudamericanas 2015, 2016 y 2019 y si gana esta Copa Libertadores se proyectará a una nueva posibilidad de Recopa ante Independiente del Valle de Ecuador (reciente campeón de la Copa Sudamericana) y podrá disputar en diciembre próximo el Mundial de Clubes de Qatar como representante de Sudamérica.

Pero eso no es todo, porque además de ganar dos Copas Argentinas (equivalentes a las copas nacionales europeas), y llegar ahora a la final por una tercera, River estableció en estos años una superioridad sobre su acérrimo rival, Boca Juniors, el club más popular del país, al que eliminó en varias oportunidades, como en los octavos de final de la Copa Libertadores 2015, en la semifinal de la Copa Sudamericana 2014, en la final de la Supercopa Argentina de 2018 y en la más importante de todas, en la histórica final de la Copa Libertadores de 2018 en Madrid, la única vez que se enfrentaron en esta instancia en toda la historia.

Más allá de todos estos contundentes datos, el trabajo de Gallardo es elogiado de manera unánime en el mundo. Luego de quedar en el podio entre los entrenadores de 2018 para la FIFA, el entrenador de River, de 44 años, fue considerado especialmente por el director técnico del Manchester City, Josep Guardiola, o por el jugador español Andrés Iniesta o por el ex jugador del Barcelona, Xavi Hernández.

Estos resultados, y la forma de jugar de River, llevaron a Gallardo a la consideración de la comisión directiva del Barcelona, que trata de mantener en el cargo de entrenador a Ernesto Valverde, pero los resultados, y especialmente el sistema de juego del equipo, no convencen y ya van dos temporadas en las que perdió la Champions en instancias finales por sufrir dos remontadas contra la Roma en los cuartos de final de 2017/18 y contra el Liverpool en el recordado partido de semifinal de 2018/19 en Anfield.

¿Qué le puede ofrecer Gallardo al Barcelona? Varias cosas. Lo primero, un microclima diferente. Valverde transmite siempre una especie de dejadez, de cuestiones libradas al azar para que resuelvan los jugadores, más allá de que sabe manejar muy bien el vestuario y los jugadores lo quieren y respetan. Pero desde lo motivacional, no aporta demasiado y se notó en los partidos decisivos de Champions como en la final de la pasada Copa del Rey perdida ante el Valencia.

Si hay algo en lo que se destaca Gallardo, en cambio, es en la psicología. Conoce bien cómo entrarle al jugador, cómo motivarlo. Y suele trabajar con una neurocientífica como Sandra Rossi, que hace mucho hincapié en la concentración mental de los jugadores en los partidos. Si en algo se destacó River en estos cinco años y medio es en el aspecto mental. Es un equipo ganador, que juega especialmente bien las finales y si es superado, por lo general es porque se encontró con un equipo mejor, pero en general, cuando le toca enfrente un equipo inferior, gana en el 95 por ciento de los casos. Hay muy pocas sorpresas.

El otro punto de Gallardo es que no tiene compromisos con nadie ni respeta demasiado las trayectorias. El veterano mediocentro Leonardo Ponzio, además de ser el capitán del equipo, es el más veterano y el que sobrevive a 2014, pero desde hace rato que no es titular porque el DT considera que no está del todo bien físicamente y hay jugadores mejores. Nahuel, el hijo del entrenador, lateral izquierdo, es uno de los que menos jugó porque no tuvo rendimientos como para mantenerse en la primera división y es suplente y a veces, ni siquiera entra en las convocatorias.

Un tercer elemento que destaca a Gallardo es su ojo clínico para los fichajes. Como todos, a veces no acierta o algunos jugadores se lesionaron y ya no rindieron como se esperaba, pero en general tuvo grandes éxitos con los jugadores que River adquirió, con un agregado importante: el club buscó que por lo general, fueran hinchas del club desde pequeños, porque eso les da un plus a la hora de jugar partidos decisivos.

Un cuarto elemento es que Gallardo es un gran lector de los rivales. Puede perder más partidos en una liga larga (acaso por eso no las gane) pero es casi imposible ganarle cuando se trata de series eliminatorias a doble partido (como ocurre en la Champions desde los octavos de final). Ni siquiera importa si su equipo juega primero en casa o fuera. Siempre acaba imponiéndose.

Y por último, su sentido común. Gallardo jamás ha dejado de decir lo que piensa, sobre los desastres de la Federación (AFA), sobre la mala organización de los partidos, sobre la falta de un proyecto con la selección argentina o por la impericia dirigencial en la Copa Libertadores. Acaso por eso mismo nunca fue convocado a dirigir a la selección argentina.

Si bien la dirigencia del Barcelona tiene anotado para el futuro próximo también a Ronald Koeman (actual DT de la selección holandesa), quien como jugador fue muy importante hace tres décadas, todo indica que Gallardo es el ideal para comenzar un ciclo nuevo y para poder explotar, por fin y ya en la última oportunidad, a un genio como Lionel Messi, quien además lo conoce bien y es su compatriota, y eso lo haría sentirse más cómodo (además, Gallardo fue, como jugador, compañero en River de Javier Mascherano y Maximiliano López, ex compañeros de Messi en el equipo azulgrana).

Todo indica que Gallardo, quien se destacó como jugador en el Mónaco francés, es el indicado para cambiar la estructura y el andar de este errático Barcelona.


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