lunes, 18 de noviembre de 2019

Quién es Silvan Adams, el multimillonario canadiense-israelí que financia el Argentina-Uruguay de Tel Aviv





“Benvenidos, benvenidos”. Con estas palabras, y al borde de las escaleras del avión, acompañado del director general de la empresa que compró los derechos de organización del partido entre las selecciones de Argentina e Israel, Daniel Benaim, y en un castellano con un toque de cocoliche, el multimillonario canadiense-israelí Silvan Adams recibió a las dos delegaciones sudamericanas que jugarán el lunes a las 21,15 local (16,15 de la Argentina) un histórico clásico rioplatense en tierras hebreas.

El partido entre Argentina y Uruguay se llevará a cabo en el nuevo estadio de Bloomfield (con capacidad para 30.000 personas) y con entradas que se vendieron en tan sólo dos horas, con valores entre los 27.5 (para menores) y los 56 dólares para las tribunas, y entre 80 y 240 dólares para las plateas, pero habrá, además, un sector dedicado solamente a niños de la periferia (judíos, cirstianos y musulmanes) y de organizaciones sociales, especialmente del Centro Shimon Peres para la Paz.

“Las selecciones de Argentina y Uruguay llegan a Israel para una fiesta histórica del fútbol sudamericano. Después de varios días difíciles y negociaciones muy largas, además de la competencia con otros países del mundo que tienen mucho más dinero, el grupo consiguió comprar los derechos de este partido”, consignó Comtec, la empresa de Benaim, en un comunicado.

Nada de todo esto es casual porque la organización de este partido contó con el apoyo de Adams, un filántropo que es uno de los cuatro hijos de Marcel, de 98 años, y según la revista Forbes, el segundo anciano más rico del mundo, con una fortuna calculada en 1700 millones de dólares (detrás de Chang Yun Chung, con 1900).

Marcel Adams, un rumano de origen que antes se apellidaba Abramovich, logró escaparse de los campos de concentración en 1944. Emigró a Israel como sobreviviente del Holocausto, y desde 1951 se estableció en Canadá, donde creó la desarrolladora de negocios inmobiliarios Iberville Developments, en la que Silvan, su hijo, fue CEO por veinticinco años hasta que en 2015 hizo “aliá” y emigró a Israel y se instaló en una zona lujosa de las ramblas de Tel Aviv, cerca de los mejores hoteles de la ciudad.

Con su esposa Margaret, Silvan creó una fundación para ayudar en proyectos médicos y educativos en Israel y Canadá. Ofrece becas y doctorados en la Academia de Ciencias y Humanidades de Israel, y otorga el premio “Bonei Zion” para inmigrantes israelíes de habla inglesa que hayan impactado en campos de la medicina, ciencia, educación y trabajo, ONG, cultura, negocio, tecnología, artes o deportes desde 2013, con una asignación de diez mil dólares.

Adams tiene como pasión y hobby al ciclismo, que también practica (En 2017 ganó, con más de 40 años, el Campeonato Mundial de Maestros en Manchester, y fue muchas veces campeón mundial de Contrarreloj en la especialidad). Es copropietario del equipo Academia de Ciclismo de Israel (ICA), fundado en 2015 y que forma parte de la Unión Ciclista Internacional (UCI) y en 2017, gracias a sus aportes, se estableció el primer Instituto para la Excelencia del Deporte en Israel en la Universidad de Tel Aviv, la “Sykvan Adams Cycling Network”, y también donó dinero para la “Sylvan Adams Commuter Path”, una ruta en bicicleta que conecta Tel Avir con zonas aledañas para generar que muchas personas viajen a sus trabajos en bibicleta de forma más rápida y segura. En mayo de 2018, consiguió que se construyera el primer velódromo de Israel y Medio Oriente.

Pero su vínculo con el ciclismo no termina allí. En 2018 fue el encargado de llevar a Israel el Giro de Italia a Israel y para eso donó ochenta millones de dólares y fue designado Presidente Honorario de la competencia. También apuntaló la pavimentación de una bicisenda en el parque Hayarkón de Tel Aviv, que lleva su nombre, con la intención de extenderla a la periferia. Ese mismo año donó otros cinco millones de dólares para el proyecto Space II, a cargo de una ONG que trabaja para que una nave israelí llegue a la luna por primera vez en la historia del país.

Ya en 2019, financió la presentación de Madonna en dos canciones durante el festival de Eurovisión llevado a cabo en Tel Aviv, para lo que le pagó un millón de dólares.

La idea de la llegada de la selección argentina a jugar en Israel surgió el 3 de agosto de 2013, cuando el Barcelona visitó el país con el auspicio del Centro Shimón Perez para la Paz, relacionada con el fallecido poeta, escritor, ex presidente y dos veces primer ministro israelí.

Desde entonces, los organizadores israelíes buscaron por años que Messi fuera a jugar un partido con la selección argentina, que estuvo a punto de concretarse a principios de junio de 2018 con un amistoso ante el representativo local, pero se terminó posponiendo. En aquella ocasión, iba a jugarse en el estadio Teddy Kollek de Jerusalén (34000 espectadores) hasta que finalmente se estableció para este lunes y en el Bloomfield de Tel Aviv.



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