sábado, 1 de junio de 2019

Una final inglesa de héroes, sobrevivientes y entrenadores top, de la que sólo uno saldrá ganador (Interia)




                                                      Desde Madrid



Dos estilos completamente diferentes, el del Liverpool, en el que todo se basa en la altísima presión y la mitad de la cancha es apenas un lugar de paso, y el del Tottenham, que tiene su fundamento en la concentración, el cerebro y el temple, se enfrentarán mañana en el moderno estadio Wamda Metropolitano en una final inglesa de la UEFA Champions League que reúne una enorme expectativa, no sólo por el resultado, sino con la esperanza de que ambos brinden un espectáculo inolvidable.

Al menos, si nos basamos en las manifestaciones de los dos entrenadores en sus respectivas conferencias de prensa, en las que fueron correctos y hasta muy elogiosos con su adversario, todo está dado para que Liverpool y Tottenham recreen aquella definición de 2013 (acaso la mejor de la década) cuando el Bayern Munich de Josep Guardiola venció al Borussia Dortmund de Jürgen Klopp, el mismo alemán que dirigirá ahora a los “reds” contra los “spurs” de Mauricio Pochettino.

Las declaraciones y el estado de ánimo de ambos es un hermoso ejemplo de lo que puede ser una final en este altísimo nivel de competición, con dos equipos tan diferentes en el juego pero que tienen muchas cosas en común en esta Champions: ambos fueron sobrevivientes de situaciones límite (tal vez el Tottenham más que su rival), y superaron los obstáculos con una fuertísima mentalidad.

En el caso del Tottenham, aunque hayan pasado ya muchos meses, estuvo a punto de quedar eliminado en la fase de grupos. En la última jornada le tocaba enfrentar a un Barcelona ya clasificado en el Camp Nou y dependía de que el Inter no ganara. Logró empatar y pasar, pero en cuartos de final, el VAR lo salvó de quedar afuera en la última jugada en un sensacional partido ante el Manchester City, y un gol sobre la hora, en el contexto de su hattrick, por parte del brasileño Lucas Moura, revirtió el resultado desfavorable en Londres ante el Ajax, en semifinales. Fue allí cuando Pochettino definió a sus jugadores como “héroes”.

El Liverpool tuvo todo el partido como local en Anfield para revertir un 3-0 en el Camp Nou en la ida de semifinales (que no fue 4-0 porque increíblemente, Ousmane Dembélé le regaló su remate al portero Alisson), y pese a tener dos de sus tres delanteros titulares lesionados, lo consiguió en un marco épico y de esta manera, llega a su segunda final consecutiva luego de caer en Kiev ante el Real Madrid aquella nefasta noche de Loris Carius, responsable de dos de los goles blancos desde la portería “red”.

Tanto Liverpool como Tottenham son dos equipos de autor. Se nota la influencia de sus entrenadores en el andar de los equipos, que llegaron a ser lo que son producto de un trabajo serio y profesional, cualquiera sea el resultado.

Los cien mil ingleses que se acercaron a Madrid y el público local (sumado a la audiencia masiva en todo el mundo) podrán observar una notable definición, que arrojará un ganador, porque se trata de una competencia deportiva y esto es inevitable, pero la justicia existe, al colocar a dos equipos top en este lugar privilegiado.

1 comentario:

Alfredo dijo...

Gracias Sergio por tu cŕònica y que el.mejor fùtbol y la épica predominen en la final de hoy