¿Quién es Carlos
Tévez? Esta pregunta puede abarcar un muy amplio espectro de posibilidades, si
depende de quién o en qué momento se responda. Se trata de un futbolista de un
excepcional palmarés, que estuvo en el centro de polémicas que llegaron a tener
alcance nacional, que llegó a ser fuente de encuentros con el presidente
Mauricio Macri, ídolo del cantante inglés de “Oasis” Noel Gallagher, caddie del
golfista Andrés Romero en un torneo inglés, pero al mismo tiempo, es el chico
que puso salir de un entorno violento en el barrio conocido como “Fuerte Apache”
y que de no haberlo hecho, lo reconoce él mismo, probablemente habría terminado
en la cárcel.
Como si fuera
una premonición, Carlos Alberto Tévez Martínez nació un 5 de febrero,
coincidiendo con el de muchos jugadores importantes como Cristiano Ronaldo,
Neymar, Rodrigo Palacio o Rubén Cano. En su caso, fue en 1984, en Ciudadela y
si bien sus padres biológicos son Juan Albertro Cabral y Fabiana “Trina”
Martínez, fue criado por sus tíos maternos, Adriana Martínez y Segundo Tévez.
En una
oportunidad declaró ser “cien por ciento villero” y reconoció que de no haber
sido futbolista, “me habría dedicado al crimen y seguramente habría terminado
muerto o en la cárcel”. Su padre, Carlos, murió en una balacera cuando su madre
llevaba seis meses de embarazo de él. En 2010, su hermano Juan Alberto
Martinez, fue detenido junto con su cuñado en un presunto robo de un camión
blindado en el camino al aeropuerto de Cordoba y condenados a 16 años de
cárcel. Diego, otro de sus hermanos, fue
descubierto por la Policía en 2006 con un revólver calibre 38 especial y 14
municiones.
A los 10 meses
de vida, le cayó agua hirviendo por el
descuido de su familia tomar mate en la cama, y eso le generó una cicatriz que
nunca se quiso operar para no perder identidad (“es parte de lo que soy”). Tuvo
quemaduras de tercer grado. “Nunca tomé dimensión sobre si corría peligro o no.
Creo que la muerte o el problema que tuve con la quemadura. Nunca tomé
consciencia de que la pasé muy cerca”. “No quiero que sea ficción, quiero que
cuente mi vida”, dijo cuando se estaba guionando la serie de Netflix sobre su
vida, que acaba de estrenarse, con dirección de Israel Adrián Caetano, el mismo
de la reconocida película “Pizza, Birra, Faso”.
Los primeros
capítulos de la serie logran narrar con excelente clima lo que significaba
vivir en el Nudo 1 del Barrio Ejército de Los Andes, son las gravísimas
dificultades sociales para este colectivo y para un chico que entraba en la
adolescencia cuando también aparecían sus primeras oportunidades para, acaso, poder
salir de esta situación gracias al fútbol. De hecho, ya siendo un futbolista
consagrado, le tocó vivir un hecho dramático en 2014 cuando Segundo, su tío a
quien considera su padre, fue secuestrado en el acceso oeste de la ciudad y él
tuvo que pagar para su liberación, ocho horas más tarde.
Pese a que
primero se negaba, porque siempre quiso jugar en Boca, el equipo de sus amores,
terminó aceptando la oferta de un descubridor de talentos como Ramón Maddoni,
quien lo ubicó en el baby fútbol de All Boys.
Allí todavía usaba el apellido de su madre y su tía, Martínez, pero
cambió por el de Tévez cuando apareció, por fin, la chance de ir a Boca, para
que no hubiera problemas por su ficha entre los dos clubes.
Su mejor amigo,
por aquellos tiempos, era Darío “Cabañas” Coronel. Hasta se decía que jugaba
mejor que él, lo que para muchos, seo significa que fue “Tévez antes de Tévez”.
Cuando se despedía de él, porque se iba al Mundial sub-17 de Trinidad y Tobago
con la selección argentina, le prometió traerle la camiseta que usara en el
debut. Los dos tenían, entonces, 17
años. El equipo nacional fue cuarto en ese torneo.
Al regresar, Segundo le dio
la noticia de que “Cabañas” se había suicidado de un disparo en la sien, al
estar rodeado tras una persecución policial y él siempre había dicho en Fuerte
Apache que antes que entregarse a la Policía o que ésta matara “a un chorro”,
prefería suicidarse. Lo que acaso ni Tévez registre es que la selección sub-17
estuvo a punto de viajar en uno de los aviones derribados en el atentado a las
Torres Gemelas. De hecho, tomó el del día anterior, rumbo a Trinidad y Tobago.
“Estábamos todo el día juntos. Íbamos al club,
a la canchita de barrio, al colegio, a todos lados. Fue un golpe muy duro para
mí. La última vez que lo vi, presentí que era nuestra despedida”, le confesó
una vez a Susana Giménez en su programa de televisión. Compartieron equipo en
All Boys, Villa Real y Santa Clara. “Cabañas” usaba la camiseta 10 y Carlitos,
la 9.
A Tévez lo salvó
su propio entorno familiar (“Segundo, maestro mayor de obra, me insistía con
que había que estudiar”) pero “Cabañas” no tuvo las mismas posibilidades: se
juntó con los “Back Street Boys”, un grupo de fanáticos del rapero
estadounidense Vanilla Ice. Cometían distintos delitos, y casi nadie de esa
banda sobrevivió.
Para Tévez, su
grupo de amigos de Fuerte Apache sigue vigente, a tal punto que los llegó a
llevar con él a Europa y a China, y apoyó a “Piolavago”, grupo de cumbia de su
hermano Diego. Los ayudó a tunearse, les compró instrumentos, pagó sus clases
de música, y hasta bailó con ellos en el video clip “Déjala”.
Acaso por este
origen, por su estilo franco y directo, y por su categoría como jugador,
rápidamente se convirtió en ídolo de la hinchada de Boca y más tarde, de muchos
otros hinchas argentinos a través de su participación en la selección
argentina, hasta ser bautizado como “El Jugador del Pueblo”.
En Boca debutó
en 2001 en el final del primer ciclo de Carlos Bianchi pero fue tomando mayor
notoriedad en 2002, con Oscar Tabárez Tabárez, cuando ya alternaba mucho más en
Primera, si bien no consiguió títulos. Quedó eliminado ante Olimpia en los
cuartos de final de la Copa Libertadores y perdió la gran chance de ganar el
Apertura 2002 el día del cabezazo casi en el final de Lucas Pusineri cuando
siendo muy inexperto, perdió varios goles en compañía de Guillermo Barros
Schelotto en el decisivo partido ante Independiente en Avellaneda. Ese año lo
terminó con 8 goles.
2003, con la
vuelta de Bianchi como DT, fue el año de la consolidación, junto a Guillermo
Barros Schelotto y Delgado en el ataque, ganando de forma brillante la Copa
Libertadores ante el Santos de Robinho y Diego en Brasil pero además, con una
tremenda efectividad como visitante en los cuatro partidos finales.
Ese año iba a
jugar el Mundial sub-20 de Emiratos Arabes Unidos junto a Javier Mascherano y
Fernando Cavenaghi, pero por razones políticas, el torneo se aplazó a diciembre
y coincidía con la Copa Intercontinental de Japón que Boca debía jugar ante el
Milan. Fue una polémica nacional si Boca o la Selección. Se decía que la AFA le
impediría jugar por Boca aunque no aceptara jugar el Mundial sub-20 y el día
que los xeneizes ganaron el título del Apertura 2003 en Racing, en los festejos
en el vestuario, Tévez cantó junto a sus compañeros “la selección, la
selección, se va a la puta que lo parió”. Boca le pidió una medida de excepción
al Comité Ejecutivo de la AFA, que al final accedió.
De todos modos,
casi se queda afuera del partido contra el Milan por arrastrar una dura lesión.
Los medios italianos titularon que Tévez jugaría igual porque Boca no se
privaría de su mejor jugador, pero recién ingresó promediando segundo tiempo,
por Guillermo Barros Schelotto, para poder estar en el alargue y consagrarse
campeón en los penales. Ese año marcó 18 goles y el Bayern Munich ofreció 13
millones de dólares por su pase, pero Boca no aceptó. Ya era una estrella
internacional.
2004 comenzó con
una polémica porque Bianchi lo veía fuera de peso. Era muy joven y el Virrey
parecía tratar de ponerle límites a sus primeras veleidades de crack reconocido
mundialmente. Meses más tarde, y siempre en un Boca protagonista de los torneos
más importantes, participó de aquel partido para el infarto ante River en el
Monumental por la revancha de la semifinal
de la Copa Libertadores, cuando por primera vez se jugó sólo con hinchas del
equipo local. Boca había ganado 1-0 en la Bombonera, River ganaba 1-0 en la
vuelta y con un jugador de más, y en pocos minutos, Boca pasaba a tener 10
jugadores contra 9 de River. Allí llegó el empate de Tévez, que parecía
determinante, pero el Apache festejó haciendo el gesto de las gallinas, y fue
expulsado por el árbitro Héctor Baldassi, los dos quedaron con 9 jugadores,
River lo ganó en el final y Boca terminó pasando por penales. Tévez pidió
disculpas a los hinchas de River pero su suspensión terminó incidiendo en la
final ante los colombianos de Once Caldas porque empataron los dos partidos, y
Boca perdió el título en una nueva definición desde los doce pasos.
Ya sin Bianchi,
reemplazado por Miguel Brindisi, Boca perdió otro trofeo, la Recopa
Sudamericana, a manos del Cienciano de Perú en Miami. Justamente Tévez anotó en
el gol con el que Boca ganaba la final, pero llegó el gol peruano a un minuto
del cierre y los xeneizes perdieron por penales, en los que el Apache fue uno
de los que no pudo convertir. Sin embargo, antes de terminar el año Boca pudo
ganar la Copa Sudamericana en el regreso de Martín Palermo, autor de uno de los
goles, en tanto Tévez hizo el otro, en la final ante el Bolívar boliviano, ya
con Jorge “Chino” Benítez como DT.
Para finales de
2004 se anunció su pase al Corinthians, que en ese momento estaba financiado
por el Grupo Berezovsky, uno de los multimillonarios como resultado de la
desaparición de la Unión Soviética, y en el momento en el que mucho dinero de
origen ruso apareció en el fútbol de todo el mundo (Román Abramovich, en ese
momento enemigo de Berezovsky, puso mucho en el Chelsea y se compraban clubes
enteros).
También Javier Mascherano y Sebastián Domínguez fueron al club de San
Pablo que tenía como entrenador a Tité (hoy en la selección brasileña) aunque
se anunciaba ya la llegada de Daniel Passarella como reemplazante, e incluso
sabiendo esto, Tévez se cortó el pelo. La cifra del pase nunca estuvo clara. De
hecho, Boca (cuyo presidente era Mauricio Macri) jamás dio a conocer la cifra
exacta, aunque desde Brasil se dijo que el pase rondó los 24 millones de
dólares.
Terminaba así su
primer ciclo en Boca con 110 partidos, 38 goles y 4 títulos. Se había
transformado en ídolo del club, justo después de que se había ido Riquelme al
Barcelona en 2001, y a quien él conoció como alcanza pelotas, aunque luego
tuvieron una etapa de discusiones que los fue alejando. Tévez pareció llegar en
el momento justo. En esa etapa, también había conseguido ser campeón olímpico
en Atenas, con Bielsa, y goleador del torneo con 8 tantos y antes había ganado
el Preolímpico en Chile.
No era fácil
llegar como ídolo argentino al fútbol brasileño. Tenía apenas 21 años, la expectativa
era muy grande aunque el presidente del gobierno, Lula Da Silva, fanático
corinthiano, manifestó sus dudas por lo que podía producir y dijo que no lo
conocía. Al poco tiempo, participó de
una escena de pugilato en un entrenamiento, tras una dura discusión con el
volante Carlos Alberto, que había sido adquirido al Porto de Portugal.
“Nos
enojamos un poco. Tévez se enojó con Dinelson porque no recibía la pelota, y le
dije que las cosas no son así. El es un jugador que siempre quiere la pelota pero
debe respetar a sus compañeros”, le dijo Carlos Alberto a la TV local. O Estado
de Sao Paulo contó entonces que Tévez le hizo una dura entrada a Dinelson y
recibió la dura reprimenda de Carlos Alberto, a quien, según el diario,
escupió. También se trompeó con Marquinhos en otra práctica, y debieron
separarlos los compañeros. Tévez se convirtió en capitán del equipo.
Marquinhios fue cedido al Atlético Mineiro.
Se explicó que
todo era parte de la tensión en el grupo por la salida del DT Tité y la llegada
de Passarella. Poco antes, en la derrota en el clásico ante el San Pablo, ya
Tévez había discutido con algunos compañeros porque no le pasaban la pelota.
Tanto Tévez como Caerlos Alberto habían llegado por pases muy caros pagados por
el grupo de inversión MSI (Media Sports Investments).
Tévez se terminó
convirtiendo en ídolo del club, con el que ganó el Brasileirao y fue el tercer
goleador del torneo, con 20 tantos. Lula, entonces, lo recibió en el Palacio de
Planalto, y fue galardonado por tercera
vez consecutiva como el mejor jugador de América por el diario uruguayo “El
País”.
Se iba del
Cotinthians con 77 partidos y 46 goles, y sin haber hablado jamás con la prensa
brasileña en una entrevista exclusiva. Periodistas de la revista “Placar” le
contaron a este periodista que en el club siempre había temor a que el “Apache”
derrapara con sus declaraciones cuando la convivencia entre el grupo MSI y los
viejos dirigentes del club, que no veían con buenos ojos a los nuevos
empresarios, generaba un delicado equilibrio.
Tévez ya era
manejado por el agente iraní Kía Joorabchián, que tenía pasaportes de cinco
nacionalidades, y lo acompañaba a todos lados.Los malos resultados del equipo
en 2006, y enfrentamientos con la barra brava, “Gavioes da Fiel”, determinaron
su intención de salir, y junto con Mascherano, fueron ubicados en agosto en el
West Ham United por 15 millones de euros. El equipo peleaba por no descender y
en lo que quedaba del año, Tévez no encajó ni marcó goles y terminó en el
banco. La campaña era mala y el equipo estaba cada vez peor y había asumido
como DT Alan Cubishey.
Además, tanto él como Mascherano estaban envueltos en un
gran problema porque la Premier League investigaba los fondos utilizados por el
West Ham para adquirir sus pases y por esta razón, en abril de 2007, el club
fue multado en 5.5 millones de libras. Desde el banco, sentado atrás suyo, le
tocaba el hombro al DT y le decía “mister, mister, eso que cantan en la tribuna
es que están pidiendo que yo entre”. Lo puso ante el Tottenham y pese a la
derrota 3-4 marcó un gol de tiro libre e hizo las otras dos asistencias. En la
anteúltima fecha, hizo un doblete ante el Bolton en el 3-1 y así logró quedar al borde de la
salvación para su equipo. Necesitaba un empate ante el campeón, Manchester United,
en la última fecha, pero ganó 1-0 con otro gol suyo. En los Hammers, jugó 29
partidos y metió 7 goles y hoy es uno de los grandes referentes de su historia
moderna. Fue allí que comenzó con la moda de ir a abrazarse con los hinchas en
la tribuna, aprovechando que no hay foso.
En la temporada
2007/08 pasó al Manchester United que dirigía Fergusson, y que era campeón de
la temporada anterior, a préstamo por dos años por 13 millones de euros. Ya
tenía un nombre y había jugado el Mundial 2006 con Pekerman,. Con Lionel Messi,
habían jugado como dupla integrando la segunda delantera argentina detrás de
Javier Saviola y Hernán Crespo. Le tocó vivir la amargura de la eliminación por
penales ante Alemania en los cuartos de final.
En el Manchester
United jugó al lado de Cristiano Ronaldo y Rooney y ganaron todo en una
temporada espectacular: la Premier League, la Community Shield al
Portsmouth, la Champions League en la
final de Moscú al Chelsea en la que John Terry se resbaló y pifió el último
penal, y el Mundial de Clubes a la Liga de Quito de Edgardo Bauza, en
Japón. Allí jugó 51 minutos porque salió
reemplazado por John Evans al quedar el su equipo con diez hombres por
expulsión del marcador central Nemanja Vidic.
Ante la pregunta de este periodista sobre qué se siente jugando al lado
de Cristiano Ronaldo y Rooney, en aquel momento, Tévez respondió que “los tres
estamos al mismo nivel”.
Sin embargo,
perdió la titularidad en la temporada siguiente, la 2008/09, marcada por sus
desavenencias con Fergusson (“se cree el presidente de Inglaterra”). Aún así
ganaron la Carling Cup, en la que fue el goleador del torneo con 6 tantos, pero
Tévez no estaba contento porque el Man U. no se decidía a comprar su pase. Se
demoraba mucho la decisión, aunque la hinchada lo quería. Cuando por fin el
presidente David Gill acordó el precio del pase definitivo con el West Ham en
25,5 millones de libras a finales de junio, ya los asesores de Tévez dijeron
que no aceptaban, que él se quería marchar. Se fue del Manchester United al
Manchester City en un movimiento muy controvertido que lo enfrentó a los
hinchas de los “Red Devils” desde entonces. Se iba con dos Premier Leagues, una
Copa de la Liga y una Community Shield, la Champions y el Mundial de Clubes,
con 99 partidos, 34 goles y 17 asistencias, números excelentes. “Era imposible
discutir con el viejo –por Ferguson- porque siempre salías perdiendo. Cometió
un error al dejarme en el banco en Roma contra el Barcelona. Fue la única final
que perdió el equipo desde que llegué yo”, manifestó una vez que se marchó de
Old Trafford.
Pero también
pasó por momentos complicados como cuando el 6 de febrero de 2009 fue detenido
por la policía de Manchester y su coche fue confiscado por tener los vidrios
polarizados de manera ilegal y no tenía licencia británica de conducir.
Con el
Manchester City firmó por cinco temporadas por 45 millones de euros, siempre
luciendo la camiseta 32, como en el West Ham. Uno de los motivos del enojo de
Tévez era que primero, Ferguson le dijo que no le podía garantizar la
titularidad pero a los pocos días, cuando CR7 se fue al Real Madrid, cambió de
opinión, aunque ya era tarde.
Todo quedaba en
la misma ciudad, con un enorme enfrentamiento entre los dos clubes, uno
poderoso desde siempre y el otro, en ciernes, y las expectativas eran las
máximas para el 19 de enero de 2010 cuando se enfrentaron por la ida de la
Carling Cup. Ferguson declaró en la
semana “No me preocupa si juega Tévez, en absoluto., El mejor jugador del
Manchester City es Adebayor, que hizo goles en todos los partidos”.
Ganaba el
United 1-0 pero Tévez marcó dos goles, lo vio vuelta, y se los gritó
especialmente a Gary Neville (había dicho que Tévez “no vale 25 millones de
dólares”) e hizo el Topo Gigio de Riquelme. Sin embargo, en el partido de
vuelta el MU ganó 3-1 y aunque Tévez hizo el gol, no le alcanzó para pasar de
ronda.
En la primera
temporada, marcó 23 goles en 35 partidos en un equipo en el que estaban además,
en el ataque, Adebayor, Edin Dzeko, Robinho y Mario Balotelli. Eran cifras
espectaculares y Noel Gallagher, de la banda “Oasis”, y reconocido hincha
“Ciudadano”, si hizo fanático de él, al punto de decir que impugnaría su voto
en las elecciones británicas para votarlo. Era su preferido en el equipo. Meses
después, para la temporada 2010/11, el
DT italiano Roberto Mancini lo nombró capitán del equipo y dos meses más tarde, el 17 de octubre, con
sus dos goles al Blackpool, se convirtió en el jugador sudamericano que más
goles había convertido en la Premier League (56) superando por dos al uruguayo
Gustavo Poyet. Sin embargo, las cosas no marchaban bien en lo personal, y para
diciembre, Tévez mandó una carta al club solicitando irse por razones
familiares y hablando de una “ruptura de relación con ciertos ejecutivos del
club” pero fue rechazado diciendo el club que esos argumentos eran “absurdos” y
“sin sentido” y que en el caso de negarse a jugar, debería indemnizar a la
entidad pero fue convencido por Mancini, su compatriota Pablo Zabaleta y el
dirigente Brian Marwood.
A los pocos días, Tévez retiró su solicitud y expresó
su "compromiso absoluto” con el Manchester City. De todos modos, entre la
forma en la que se había ido del Manchester United y este intento de marcharse
del Manchester City, lo habían colocado en una situación complicada y su perfil
ya aparecía con cierta imagen de conflictividad en el fútbol inglés que
contrastaba con su inmensa categoría como jugador.
Llegó a
diciembre de 2010 con 50 goles en 73 partidos y terminó la temporada ganando la
FA Cup ante el Stoke City y como capitán, le tocó levantar ese trofeo.En esa
temporada compartió el primer lugar en la tabla de goleadores junto al búlgaro
Dimitar Berbatov con 20 tantos, siendo el primer argentino en conseguirlo.
Terminó la temporada con 31 goles en 31 partidos y quedó como cuarto mejor
jugador del mundo para la FIFA.
Sin embargo, la
primera parte de 2011 no había sido tranquila. No entendía cómo no era tenido
en cuenta por el nuevo DT de la selección argentina, Sergio Batista luego de
haber hecho un buen Mundial en Sudáfrica con Diego Maradona, pero ante la
salida de éste, hizo unas declaraciones en Irlanda, en uno de los primeros
amistosos del ciclo nuevo, en el que parecía respaldar al DT anterior, muy
enfrentado con Batista. “Yo estoy del lado de los que siempre me apoyaron y por
eso estoy con Maradona” y también que “(Julio)
Grondona no cumplió con su palabra de renovarle el contrato. El día que nos
quedamos afuera, en el vestuario, le dijo a Maradona que iba a seguir. Si se lo
puedo decir en la cara se lo diré. Nunca se nos consultó a quién queríamos como
DT”. Eso finalmente ocurrió en Dublin, cuando se encontró con el presidente de
la AFA. “Le dije lo que pensaba y él hizo lo mismo. Todo quedó como debe estar”.
Sin embargo, a cuatro dias del amistoso ante Brasil en Qatar, Tevez adujo una
lesión y no fue,. Pero el domingo siguiente jugó ante el Fulham y le hizo dos
goles. Ya no volvió a ser convocado. “Creo que su ausencia es por la actitud
que tuvo cuando no vino a jugar y después sí lo hizo en su club. Al cuerpo
técnico no le gustó esa forma de actuar. Era mucho más fácil decir que no
quería venir”, señaló sin tapujos Grondona.
Batista viajaba
a Europa a visitar jugadores pero no tomaban contacto con él cuando se acercaba
nada menos que la Copa América de Argentina de mediados de 2011.
“Entendo que
no sea del gusto futbolístico del DT, pero al menos, que me llame por teléfono”,
se quejaba Tévez desde Inglaterra y Maradona redobló la apuesta: “hay que estar
alcoholizado para no llamar a Tévez”. La prensa hizo mucha presión, se dijo que
también hubo movimientos desde el Estado, y el “Apache” fue citado a último
momento, luego de reunirse horas con el “Tata” José Luis Brown, ayudante de
Batista, pero justo su penal ante Uruguay en Santa fe fue atajado por Fernando
Muslera y no sólo Argentina no pudo pasar los cuartos de final sino que Batista
tuvo que dejar su cargo a manos de Alejandro Sabella.
Ese año estuvo
teñido por su relación amorosa con la actriz y cantante Brenda Aniscar, siendo
buscados por infinidad de medios de comunicación, aunque luego regresó con su
pareja de toda la vida, Vanesa Mansilla, con la que tiene tres hijos y con
quien se casó en una fiesta a todo lujo en Uruguay, en diciembre de 2016.
Con Sabella, el
problema se agudizó. Tévez no parecía aceptar con simpleza el nuevo liderazgo
de Messi en la selección argentina y no sólo no era citado en ninguna
convocatoria, sino que era el único caso en el que cuando se le preguntaba al
DT por qué no lo citaban, respondía que “el grupo está cerrado”. Cuando en 2012
comenzó la prensa a tratar de tocar el tema, en un amistoso en Estocolmo ante
Suecia, los jugadores cantaron tras el partido en el vestuario “Hay que
alentar/hay que alentar/estamos todos, no llamen más”.
Para colmo, al regresar
de la Copa América al Manchester City, ni bien comenzó la nueva temporada, el 2
de setiembre de 2011, por la Champions, ante el Bayern Munich, Tévez se negó a
entrar como suplente a los 20 minutos del segundo tiempo, aunque él insiste en
que lo que pasó es que Mancini le dijo que fuera a calentar y él le dijo que ya
había calentado y se fue a sentar al banco. Los jugadores suplentes negaron que
Tévez le hubiera dicho que no a entrar a Mancini pero tras el partido, el DT
italiano dijo que no iba a jugar más en el club y fue suspendido por dos
semanas. Eso produjo una situación muy dura con los hinchas, que tiraron a la
basura sus camisetas y quemaron otras y ya se hablaba del regreso a Boca por la
lesión de Lucas Viatri, pero no prosperó, aunque en noviembre regresó sin
permiso a la Argentina y estalló el debate: otra vez como en el Manchester
United, Tévez entraba en conflicto. El club lo multó con 1,2 millones de
libras.
En la Argentina,
Tévez se dedicó a cantar con la Mona Giménez, y jugaba al golf en Tucumán. Ya
para diciembre se volvió a hablar de Boca, y luego del Milan e Inter y hasta
del PSG ofreció 37 millones por su pase.
El Milan había estado más cerca porque se iba a ir Alexandre Pato, pero al
final se quedó. Tévez, entonces, Se quedó varios meses sin jugar y acabó
pidiendo disculpas al club, a Mancini, a sus compañeros y a los hinchas y pudo
ingresar en algunos pocos partidos desde marzo, pero a fines de junio se
anunció su pase a la Juventus luego de ganar en el Manchester City una Premier
League, una FA Cup y una Community Shield y en sus 148 partidos marcó 73 goles
e hizo 37 asistencias.
Con la Juventus
firmó por tres temporadas y se le otorgó el dorsal 10 que usaba uno de los
ídolos del club, Alessandro Del Piero, si bien Tévez declaró que “en Boca usé
la 10 de Maradona, así que eso no es problema” y a los pocos días ya era la
camiseta más vendida con el 70 por ciento de las ventas de las del club. Pese a
tener de compañeros a jugadores como Andrea Pirlo, Arturo Vidal o Gianluiggi
Buffon, fue elegido como mejor jugador de la Juventus de la temporada 2013/14
en la que “La Vecchia Signora” consiguió el tricampeonato y un récord de 102
puntos.
Sus buenas
actuaciones en la Juve le valieron ser otra vez convocado a la Selección, ahora
con Gerardo Martino, quien lo consideraba “nueve” por lo que debería pelear el
puesto con Sergio Agüero y con Gonzalo Higuaín y una de las claves pasaba por
cómo sería recibido en el mismo grupo en el que no tenía cabida hasta el
Mundial de Brasil. En Chile llegaron a la final de la Copa América, en la que
cayeron por penales ante los locales. Pero antes de llegar a la selección
reconoció el liderazgo de Messi. “¿Quién no va a querer jugar al lado del mejor
jugador del mundo?”, dijo en ese momento. Nunca antes había manifestado nada
semejante.
En 2014/15 se
fue Antonio Conte y llegó como DT, en su lugar, Massimiliano Allegri y Tévez
fue fundamental en el cuarto título seguido para el club con 20 goles en 32
partidos, y el equipo hizo doblete al ganar la Copa Italia, aunque perdió la
final de la Champions ante el Barcelona de Messi en el Olímpico de Berlín,
luego de 12 años sin jugarla. Sería su último partido porque regresaría a Boca,
dejando una campaña de 50 y 20 asistencias en 96 partidos con 4 títulos, 2 de
Serie A, una Copa Italia y una Supercopa italiana.
Pese a que tenía
multiples ofertas y le quedaba un año de contrato (lo querían el Atletico
Madrid, el PSG y el Shanghai Donghai le ofrecía 20 millones de dólares
anuales), se anunció la llegada a Boca que parecía desinteresada y por el pase
del juvenil Guido Vadalá, aunque en verdad, Boca pagaba unos 5 millones de
euros por distintas vías.
La presentación
que organizó Boca fue impactante. La Bombonera repleta en un 13 de julio ante
60,000 personas para recibir al ídolo, televisado a todo el continente. Intentó
poner paños fríos a algunos desencuentros con Riquelme, a quien definió como
“el máximo ídolo. No vengo a superarlo, vengo a hacer mi propia historia” y
reconoció que a los 20 años “el Mundo Boca me devoró, ahora estoy más
preparado”. Boca lideraba el torneo anual y también iba camino a ganar la Copa
Argentina con Rodolfo Arruabarrena de DT, y la llegada del hijo pródigo parecía
salida de un libreto mágico.
El 19 de
setiembre, Boca visitaba a Argentinos Juniors y le ganó 3-1 con dos goles de
Tévez, pero un planchazo suyo le generó a Ezequiel Ham fractura expuesta de
tibia y peroné, generando un escándalo porque el jugador de Argentinos luego
dijo que el “Apache” no se había interesado en él.
Cuando parecía
que Tévez estaba destinado a terminar su carrera en Boca, a fines de 2016
anunció que se iba a jugar al Shanghai Shenhua de China por dos años de
contrato por 80 millones de dólares, que lo convertían en el futbolista mejor
pago del mundo. Desde el punto de vista económico no cabían muchas discusiones
discusión, pero parecía roto el contrato
con los hinchas, que apenas un año y tres meses antes habían llenado la
Bombonera conmovidos con una estrella que había renunciado a todo, incluso a
mucho mejores ofertas económicas, para ir al club de sus amores, y ahora todo
eso parecía desmoronarse.
Sin embargo, el
paso de Tévez por China fue mediocre aunque sus partidos se televisaron en la
Argentina y solo convirtió cuatro goles, siendo muy pobre su actuación allí. Se
desvinculó un año después para regresar a Boca para un tercer ciclo, con su ex
compañero Guillermo Barros Schelotto de DT, pero con River en los primeros
planos y con muchos hinchas mirándolo de reojo y criticándolo mucho. De hecho,
el entrenador no lo tuvo demasiado en cuenta, lo relegó muchas veces al banco
de suplentes, y a su salida, reemplazado por Gustavo Alfaro tras perder la
final de la Copa Libertadores en Madrid ante River, el “Apache” fue muy duro
con él. “Si seguía, no me veía otro año en Boca. Sentía que no iba a jugar,
pasara lo que pasara. Sentí que me faltaron el respeto”.
Para muchos, ya se trataba de una estrella
mundial con otras prioridades (el golf, el mundo del espectáculo, sus
apariciones televisivas) y ni siquiera el título 2016/17 pudo superar una
mirada más escéptica desde un alto porcentaje de hinchas de Boca, aunque se lo
aplaude con respeto y pelea por la titularidad con Mauro Zárate en una relación
profesional, siendo el capitán del equipo cuando juega.
Se conoce su
gusto por el golf y su amistad con el profesional Ángel Cabrera, y en el
Campeonato Abierto de Inglaterra de 2012 fue caddie del golfista argentino
Andrés Romero. En las últimas horas, con uno de los pocos con los que se reunió
el presidente Mauricio Macri a horas de las PASO fue con él, a quien conocía de
los tiempos de Boca.
El pibe que
escuchaba el ruido de las balas como un sonido natural en Fuerte Apache, había
llegado demasiado lejos.
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