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De alguna manera, puede decirse que fue la revancha
de las dos definiciones que la selección alemana perdió ante la española en
estos años, la final de la Eurocopa 2008 y la semifinal del Mundial 2010.
Esta vez, aunque aún faltan jugarse los partidos de
vuelta de las semifinales de la Champions League, los equipos alemanes
vapulearon a los españoles, algo que no era considerado por el mundo
futbolístico, y generaron un impacto internacional con un saldo de 8-1 entre
los dos partidos.