miércoles, 31 de enero de 2018

Mimetismo (Un cuento de Marcelo Wío)




En los años 1930 hubo en Uruguay un jugador de fútbol que tenía el poder, o la condena, del mimetismo. Absoluto. Y, evidentemente, los rivales no lo ven porque se confunde con el césped (gatea a veces), el fondo de las gradas, con los jugadores propios y contrarios.

Poco se sabe de él. Entonces el deporte apenas si ocupaba unas páginas en el periódico del lunes. Y las transmisiones de radio no llegaban a todas partes, y no todos tenían un aparato de esos.

Lo que se conoce del caso está fundado en testimonios, algún que otro artículo, y un par de actas e informes de la Academia de la Ciencia y de la Federación de Balompié.
Según un cronista que aseguraba haber entrevistado a sus padres, todo aquello comenzó a sucederle de niño. Con cinco o seis años, en cuanto comenzó a ir al colegio.

Que fue cuando también comenzó a experimentar la excitación de sus nervios, la ansiedad de exponerse. Era muy tímido. Muy suyo. Decía el cronista que decían los padres de Adelfo Tamborinni, que así se llamaba el jugador. Al principio creía que lo evitaban sus compañeros de escuela, que lo ignoraban de la manera más vil. En casa, al principio, no se mimetizaba. Mas, con el tiempo, el mimetismo comenzó a ocurrir en todo momento, como si fuese un sistema autónomo que, una vez iniciado, ya no pudiera detenerse. Una reacción de esas de retroalimentación positiva. O algo por el estilo.

Nunca se supo bien si Tamborinni jugaba bien al fútbol. Su ventaja inigualable prescindía de toda habilidad. Incluso, lo eximía de seguir las reglas del juego. En lo que al árbitro se refería, cuando Tamborinni llevaba el balón, no podía afirmar si lo hacía con el pie o con la mano.

Previsiblemente, cuando Tamborinni llegó a primera división del campeonato nacional de balompié, arribó un momento en que las cosas fueron insostenibles. Y la controversia leve, inicial, creció, al punto que todos los equipos rivales denunciaron su presencia en los campos de juego como una “utilización de artilugios o fullerías”, una trampa. La Federación de Balompié no sabía muy bien qué hacer. A alguno se le ocurrió que una federación como esa no podía manifestarse sobre una cuestión que trascendía el terreno de lo estrictamente deportivo.

Así fue que intervino la Academia de la Ciencia, que decretó que se trataba de un ser existente, humano, y que sencillamente tenía un trastorno de melanina exacerbada – y que no era cualquier melanina, sino que se trataba de un amplio abanico de colores y matices (algunos novedosos, afirmaron, lo que llevó a que la Academia de las Artes reclamara su presencia para su estudio y que el jugador, subsiguientemente los mandase a la reverendísima madre de todos los lienzos). La particular melanina, según los científicos, reaccionaba, también exageradamente, ante el estímulo del entorno. 

Demás está decir que el Ministerio de Defensa también quiso estudiarlo de cerca, mientras algunos generales más belicosos ya imaginaban invasiones invisibles a los países vecinos.

Volviendo al  concilio científico, la Academia, dictaminó que se trataba de una reacción no controlada por Tamborinni.  Además, concluyeron que el la frágil composición nerviosa del joven, afectada ante cada encuentro, acrecentaba el fenómeno (“En situación de tranquilidad, hemos podido llegar a adivinar un contorno difuso”, decía una de las notas del informe).

Así pues, siendo la particularidad algo completamente involuntario, en la federación resolvieron que “su exclusión del campeonato sería una flagrante discriminación por su condición, lo que supondría una violación del código de la esta Federación”. “Por tanto, la Federación resuelve: No ha lugar a las imputaciones de los clubes tales y cuales que militan en las primera división de la liga nacional”, etcéteras de forma.

Al poco de tiempo de aquello, Tamborinni dejó el fútbol. Unos dijeron que temía que los nervios que padecía ahora por todo aquello, y el rechazo que sentía por parte de los rivales, terminaran por hacerlo desaparecer del todo. Otros dijeron que con la notoriedad por el caso, un circo yanqui lo contrató para que llevase en andas a una muchacha con capa – que así parecía volar -, y otros engaños sin malicia. 

Dicen que se enamoró rotundamente de la joven, pero que esta le dijo que para estar con alguien, a ella le gustaba poder verlo, que la comprendiera, qué tanto, que ya bastante se había hecho la tonta y había dejado sin reprimenda las manos que se escapaban rara vez accidentalmente mientras la llevaba en volandas en la arena del circo. 

Él comprendió pero, dolido en su ser mimético, se las tomó sin más. Refieren que anduvo asustando pueblos en el Amazonas, pagado por empresarios forestales y ganaderos. Y que lo mismo hizo al servicio de contrabandistas.  También se dice que formó parte de un par de bandas de atracadores de bancos en el sur de Estados Unidos.

Que lo pescaron – no se sabe cómo -, y que el servicio secreto estadounidense lo utilizó para espiar a las delegaciones diplomáticas extranjeras y a los políticos propios que opinaban con el lado equivocado del cerebro. Poco más se sabe. Más bien, poco más se dice de sus supuestas andanzas. 

Imagino que debe haber muerto la muerte más solitaria de todas. La más impersonal. Nadie debe haber encontrado su cadáver.


Por cierto. Jugaba de cinco. Aunque en ese estado de invisibilidad, es mucho decir.

domingo, 28 de enero de 2018

El Real Madrid y el límite del PSG (Yahoo)



El gol de Gabriel Pires sacudió el Santiago Bernabeu. Pocos esperaban que tras el empate de Karim Benzema, el Leganés pudiera volver a ponerse en ventaja luego de haberla tenido al principio gracias a otro tanto de Javi Eraso, e incluso con el 1-2, los blancos tuvieron muchos minutos para emparejarlo porque con apenas un empate, y aún dejando infinidad de dudas, habrían pasado a semifinales de la Copa del Rey y al menos, habrían estado en carrera para llevarse un título y no quedar casi fuera de la temporada y dependiendo ahora sólo de pasar la clasificación de Champions League nada menos que ante el PSG.

En efecto, el Real Madrid se juega la temporada, y no quedar totalmente en blanco desde el 6 de marzo y hasta fines de agosto, en dos partidos muy difíciles por el exigente rival francés y porque además, la serie de los octavos de final de la Champions League se define en París y esto se debe también al mal desempeño de los españoles en la fase de grupos, cuando quedaron detrás del Tottenham de Mauricio Pochettino.

Muchos se preguntan qué le pasa al Real Madrid para haber tenido una primera parte de la actual temporada en estas condiciones luego de haberlo ganado todo en la anterior y haber desarrollado un juego elogiado de manera casi unánime por las críticas.

Lo intentamos explicar en la columna anterior y sostuvimos que un entrenador que ha conseguido tantos títulos y que ha sabido manejar un vestuario repleto de estrellas como Zidadine Zidane, no puede repentinamente volverse inexperto o ineficaz y que algunas otras cosas más tienen que haber ocurrido en el entorno del club para llegar a una situación como la extraña eliminación de la Copa del Rey ante el modesto Leganés y en el propio estado Santiasgo Bernabeu, que hace recordar aquel 4-0 ante el Alcorcón, que le terminó costando el cargo al chileno Manuel Pellegrini, pese a la enorme capacidad goleadora de ese equipo y su buen pasar general.

Y visto lo visto el pasado sábado en Mestalla ante un fuerte Valencia pocos días después de la eliminación copera, queda claro que el Real Madrid sigue teniendo el mismo potencial de diciembre pasado, cuando ganó el Mundial de Clubes en Emiratos Árabes Unidos y que fue cuando al regresar comenzó la caída definitiva, como si ese título hubiera coronado el final de una etapa, por no decir de un ciclo.

Porque el Real Madrid del sábado, que acabó goleando al Valencia 1-4 se pareció mucho más al del año pasado que al de los últimos meses y en buena parte se debe a que acabada la presión de tener que jugar “por algo”, cuando ya queda claro que en la Liga sólo está en juego conseguir un lugar en los puestos europeos (un objetivo no demasiado complicado para una plantilla tan rica), cuando sólo hay que dedicarse a jugar, la jerarquía aparece enseguida y se nota demasiado.

Hay dos preguntas claves en esta crisis del Real Madrid y ambas están relacionadas con el tiempo. La primera es cuándo comenzó, y la segunda es cuándo acabará.

El origen de la crisis puede estar relacionada con la irregularidad, por algunas bajas por lesiones (Sergio Ramos, Daniel Carvajal, Gareth Bale, Karim Benzema), o por los conflictos extra deportivos de Cristiano Ronaldo, al punto de que quienes lo conocen de cerca insisten en que ahora sí, cuando acabe esta temporada se marchará del Real Madrid y de la Liga Española, que pudo haber influido de manera notable en sus compañeros por lo que significa el portugués (basta con observar las imágenes del partido ante el Valencia), o acaso que al regresar del Mundial de Clubes, el plantel se dio cuenta de que el Barcelona ya se había alejado demasiado en la Liga y ya no había forma de alcanzarlo en la lucha por el título.

Lo cierto es que el Real Madrid tiene un compromiso demasiado fuerte para que éste sea lo único que le queda en la temporada, y pese a todo, por supuesto que técnicamente está en condiciones de sortearlo y continuar en busca de la duodécima Champions y su tercera consecutiva.

Lo que queda por ver es lo anímico y lo futbolístico. Si por algo se ha destacado Zidane, en estos tiempos, es por haber conducido el vestuario y tiene poco menos de un mes para la puesta a punto para las dos citas ante el PSG, la del 14 de febrero en Madrid y la de la revancha del 6 de marzo en el Parque de los Príncipes en París.

Los franceses, aunque lideran cómodamente la Liga de su país, no se encuentran tampoco en el mejor momento. Lesionado Kylian Mbappé por un choque de cabezas que lo mantiene en observación, no hay certezas de que pueda llegar bien a la serie contra el Real Madrid, mientras que crecen los rumores acerca de la incomodidad del brasileño Neymar, quien no se hallaría del todo conforme con su vida actual y estaría negociando no sólo su salida, sino la posibilidad de recalar en el conjunto blanco.

Claro que la necesidad del PSG tras la increíble eliminación pasada de la Champions justamente ante el Barcelona y en el Camp Nou hizo que los mayores esfuerzos del club se destinen a ganar por fin el trofeo y proyectarse en el planeta como una potencia.

De todos modos, el PSG mantiene interés en otros frentes mientras que para el Real Madrid no hay otra posibilidad. Se juega toda la temporada en la Champions. De quedar fuera de ella, comenzarán seguramente los rumores de fichajes y de jugadores que se van. Zidane, en el caso de una eliminación, estará completamente jugado y su destino está muy claro.


Queda poco tiempo para conocer el desenlace.

jueves, 25 de enero de 2018

La disputa entre Qatar y Arabia Saudita, también en el fútbol español (Enlace Judío, México)




Si el histórico club Cultural Leonesa logró el ascenso de Segunda B a Segunda en España tras 42 años de intentarlo, con el notable aumento de presupuesto recibido desde Qatar a través de su Academia “Aspire”,  Arabia Saudita no quiso ser menos y acordó con la Liga Española de Fútbol la llegada de nueve internacionales de ese país para jugar en las primeras tres categorías del fútbol español, lo que fue anunciado el pasado domingo 21 de enero.

La tensión que se acentuó desde octubre de 2017 entre Qatar y otros países como Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, también se va reflejando en el fútbol internacional, aunque el caso de España es uno de los más patentes.

Si el Barcelona había atravesado una situación escandalosa cuando decidió en 2011 cambiar el patrocinio de UNICEF por el de la Qatar Foundation y en 2013 por Qatar Airways, Fly Emirates, cuyos dueños son los Emiratos Árabes Unidos, patrocina clubes como Real Madrid, PSG. Arsenal. Milan o Hamburgo. Es lo que se ha dado en llamar en los últimos tiempos “doping financiero”, tema que cada vez preocupa más a los dirigentes del fútbol europeo.



Por “doping financiero” se entiende un monto exagerado de dinero que llega a los clubes como patrocinios de empresas, pero siendo éstas estatales, es claro que el origen es de los propios Estados nacionales que buscan beneficios deportivos o políticos a cambio y es lo que ha desmadrado el mercado de pases en los últimos tiempos.

En el caso de la Liga Española, comandada por Javier Tebas Medrano, busca afanosamente competir en los mercados más importantes contra la Premier League inglesa, lo cual es una tarea muy complicada por los años de influencia cultural de Gran Bretaña en el continente asiático, aunque la LFP no ceja y ha cambiado los horarios de los partidos y hasta ha penado con multas enormes en lo económico a aquellos clubes que cuando son televisados, muestren tribunas vacías.

Volviendo al acuerdo entre la LFP y Arabia Saudita, éste consiste en que nueve jugadores de ese país se van a incorporar a clubes españoles de Primera, Segunda o Segunda B (en este caso, filiales de clubes de las dos primeras categorías), para lo cual, el país árabe se compromete a conseguir anunciantes (es de imaginar por dónde vendrá la cosa) y se beneficia porque así sus deportistas toman experiencia para adquirir roce internacional (Arabia Saudita, que será dirigida por el argentino Juan Antonio Pizzi, estará en el Mundial de Rusia de junio próximo).

Si Arabia Saudita llegó a este acuerdo, Qatar, tras la explosiva experiencia en el Barcelona, que le trajo muchísimas críticas, ahora decidió comenzar desde el llano constituyendo un “invernadero de futbolistas”,  al adquirir en 2015 el 99,7 por ciento de las acciones del Cultural Leonesa, que se encontraba al borde de la desaparición con una deuda de 1,7 millones de euros, desde la Academia “Aspire”, financiada por el Estado, a través del director general, el español Iván Bravo, y con el ex basquetbolista José Lasa como intermediario.



Colocaron como entrenador del equipo de fútbol, que militaba en Segunda B (Tercera), a una persona de confianza, Rubén de la Barrera, sofisticaron el manejo de cada departamento, y decidieron ir puliendo la técnica de los jugadores qataríes que fueron llegando, y los resultados llegaron dos años más tarde, con el ascenso a Segunda, aunque no es el único caso: en Bélgica, Aspire hizo lo mismo con el Eupen, al que ascendió a Primera, y en Austria, lo consiguieron con el Lask Linz.

Hoy, el Cultural Leonesa pasó de 1500 a 4000 socios y el beneficio es mutuo: los españoles reciben una imprevista inyección de dinero, y los qataríes mejoran su reputación y consiguen una amplia mejora de la técnica de sus jugadores y les dan roce en ligas importantes pensando en la localía del Mundial 2022, aunque éste sea cada vez más discutido a causa de crecientes casos de posible corrupción.

Los qataríes parecen haber aprendido de la difícil experiencia de haber comenzado demasiado alto, apuntando con su acuerdo de patrocinio directamente con el Fútbol Club Barcelona y el club, que venía de utilizar en su camiseta la inscripción de la UNICEF, anunció el pase a la publicidad de Qatar Foundation, en 2010, justo el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos.

El acuerdo, por cinco temporadas y a partir de los 165 millones de euros, había sido anunciado por el vicepresidente económico del club, Javier Faus, aunque refrendado por el presidente, Sandro Rosell, hoy preso en Cataluña por hechos de corrupción, siendo investigado en relación a fondos recibidos a cuentas offshore justamente desde Qatar.

Cuando se produjo aquel acuerdo entre el Barcelona y la Qatar Sports Investments (QSI), dependiente del emir Hamad Bin Khalifa Al Thani, la reconocida periodista Pilar Rahola recordó que la Qatar Foundation otorga el premio anual llamado Yusuf Al Qaradawi, que es el nombre de un jeque egipcio que sostiene que los judíos “son malignos y corruptos” y que “es necesario atentar contra las mujeres israelíes embarazadas porque son el enemigo”.



El  recientemente fallecido holandés Johan Cruyff, uno de los grandes emblemas del Barcelona como jugador y entrenador, y que justamente renunció a la presidencia honoraria del FC Barcelona al conocer este acuerdo, sostuvo en ese momento que “arriesgar el prestigio por un dinero que representa el 6 al 7 por ciento del presupuesto no tiene sentido” y advirtió que la entidad azulgrana pasaría de ser “Más que un club” (como indica uno de sus lemas) a “Un club más”.

Mientras tanto, el diputado de Izquierda Unida-Los Verdes en el Parlamento Europeo, Raúl Romeva, solicitó entonces un informe a la Unión Europea (UE) para determinar si era pertinente esa publicidad cuando Europa castiga a Qatar en los foros internacionales.

Parece que corrió bastante agua debajo del puente. El Barcelona decidió reemplazar la publicidad en su camiseta por la de las tiendas japonesas Rakuten, mientras que en Emiratos Árabes, la Legislatura de ese país castigará hasta con quince años de prisión y una fuerte multa económica al que porte la casaca del club catalán con la publicidad de Qatar,


La Cultural Leonesa no tiene ese problema. Para no volver a los escándalos anteriores, utiliza en su camiseta la publicidad “Aspire Academy” así, en inglés, a tono con estos nuevos tiempos de expansión económica de la LFP.

domingo, 21 de enero de 2018

Con la Liga casi resuelta, el Barcelona se plantea el futuro (Yahoo)




Ni el más optimista de los seguidores del Barcelona en todo el mundo hubiera imaginado que a esta altura de la temporada, con medio torneo en juego, el Barcelona ya habría tenido la Liga Española casi ganada, sin grandes amenazas y con una distancia notable sobre sus inmediatos perseguidores.

En gran parte, los once puntos sobre el Atlético Madrid, los catorce sobre el Valencia, y los diecinueve sobre el Real Madrid (que tiene un partido menos, pendiente de cuando tuvo que viajar a disputar el Mundial de Clubes en diciembre pasado), generaron la tranquilidad en el planteo del partido de este fin de semana ante el Betis en el estadio Benito Villamarín de Sevilla.

El entrenador del Barcelona, Ernesto Valverde, se puede dar el lujo de no contar, para un partido ante un rival de cuidado, que había ganado el derbi al Sevilla y que mostró un buen desempeño en la temporada, con Javier Mascherano (ya a punto de emigrar al fútbol chino) ni con el nuevo fichaje del colombiano Yerry Mina, en la defensa, ni con Andrés Iniesta en la creación, ni con Osmane Dembélé, Paco Alcácer y el nuevo fichaje de Philippe Coutinho en la ofensiva, y acabar con una impensada goleada de 0-5 que aventa cualquier atisbo de imaginación de cambio de mando en la Liga.

Lo que sucede es que el Barcelona juega tranquilo sus partidos porque puede manejar los tiempos y sabe que los números respaldan completamente su accionar, aunque muchas veces, como ante el Betis, el rendimiento sea apenas discreto en la primera parte.

El Barcelona apareció con una suma de volantes para tratar, aunque sea, de quitarle la pelota al rival, y en lo posible, apoyarse en lo que pueda generar el genio de Lionel Messi, dejando arriba, en solitario, a Luis Suárez, que ha recuperado la racha goleadora, aunque suene a muy poco respecto de la vocación ofensiva de otros tiempos de los azulgranas.

Tras unos primeros minutos en los que el Betis, empujado por su público, salió a ganar el partido y a dominarlo, el Barcelona se fue acomodando con un centro del campo en el que apenas Iván Rakitic tiene algún tipo de llegada al gol y de hecho, fue quien abrió el marcador en una escapada,  y recién allí, en la segunda parte, y con el 0-1 a favor, el equilibrio de fuerzas se rompió y entonces afloró el verdadero talento del equipo, y las posibilidades de una goleada.

Por estas razones también el 0-5 ante el Betis suena mucho a Liga cerrada, porque si ante una dificultad, por mínima que ésta fuere, y con tanta adversidad para armar un equipo titular que cuente con jugadores que cubran el esquema principal (si no es el 4-3-3 de origen, al menos un 4-4-2 con vocación ofensiva), la diferencia es tan amplia, y fuera de casa, ¿entonces qué queda para dos de los próximos tres compromisos ligueros, en el Camp Nou y ante rivales como Alavés o Getafe?

Apenas aparece como dificultosa la visita a Corneliá para jugar el derbi catalán ante el Espanyol con el reciente antecedente de lo que habrá sido el enfrentamiento ante este mismo equipo por los cuartos de final de la Copa del Rey, en la que al menos perdió el invicto de la temporada en la ida.

Pero salvo la Copa del Rey, el Barcelona puede darse el lujo de recuperar a toda su plantilla para cuando llegue el partido más importante de todos, hasta el momento, el del 20 de febrero en Londres ante el Chelsea por la ida de los octavos de final de la Champions League.

Con Lionel Messi como Pichichi con 19 goles, y con Luis Suárez segundo en la tabla de los máximos anotadores de la Liga con 15 y sin demasiados adversarios también en esta misma situación, y con el Atlético Madrid y el Real Madrid teniendo que visitar el Camp Nou en esta segunda rueda, al Barcelona sólo le falta contar los días que quedan para festejar otro título de Liga, y con resto para pelear en las otras competencias.

De todos modos, muchas veces los resultados no van de la mano del juego, y en este punto, ni Valverde ni los aficionados azulgranas deben engañarse: este Barcelona está muy lejos de aquel que nos brindó un espectáculo único y puede llegar a tener momentos, pasajes, minutos de gran elaboración o de enorme contundencia, pero se trata mucho más de un equipo utilitario que de aquellos que nos ilusionaba con la posibilidad de ver un show artístico inolvidable.

Eso pasa hoy por los pies de Messi en los momentos en los que éste alcanza total inspiración, como en el increíble túnel que le hizo al mexicano Guardado el pasado domingo ante el Betis.

Como para creer que aún estamos a tiempo de rescatar esos instantes mágicos que por suerte, sigue dándonos el fútbol.


miércoles, 17 de enero de 2018

Razones y sinrazones del cierre de El Gráfico



Un gran periodista, amigo, contó hace años lo que ocurrió en la fiesta del traspaso de manos empresarias de la revista “El Gráfico” desde Editorial Atlántida a Torneos y Competencias. Con un videowall de fondo, en el que se emitían imágenes de la historia del deporte argentino, Carlos Avila, entonces CEO de TyC, no podía disimular su rostro alegre mientras que todo lo contrario sucedía con Constancio Vigil, el dueño saliente.

Llegado el momento final de la presentación ante unos quinientos periodistas, Marcelo Araujo, el maestro de ceremonia, anunció que quien quisiera hacer alguna pregunta, levantara la mano. Sin embargo, se hizo un gran silencio, y ante la falta de interesados, se pasó al lunch.

El periodista amigo me dijo como conclusión: “¿Y qué querés? Los250 que están en la empresa, no se quieren ir, y los 250 que no están, quieren entrar. Entonces, ¿quién se va a atrever a preguntar?”.

Mucho de eso que ocurrió en aquella fiesta fue prolegómeno de lo que ocurriría luego, en los años siguientes hasta arribar a nuestros días. “El Gráfico”, la revista ícono de la literatura deportiva argentina, la que ayudo a la construcción de la masculinidad argentina durante el siglo XX, la que fue testigo de las grandes proezas deportivas nacionales, la que bautizó a cientos de jugadores, la que impulsó el fútbol-pibe, cayó en las peores garras empresariales posibles, en el símbolo de lo que fue y es el concepto más rancio de monopolio informativo.

Porque TyC, o Torneos ahora, que soñó siempre con implementar aquella idea original de Valentín Suárez en los cincuenta  y que luego retomó Julio Grondona en los noventa acerca de que el periodismo tenía que ser subsumido en la “familia” del fútbol y dejar de ser crítico para pasar a ser un integrante más del show, no argumenta porque sí, porque los hechos se desencadenaron naturalmente, que el cierre se deba a cuestiones ligadas a este tiempo de caída de los medios de papel para entrar en una etapa internética.

Porque el que puede gastarse 112 millones de dólares en pagar una fianza porque su ex (¿ex?) CEO, Alejandro Burzaco, iba a prisión en Nueva York por el FIFA-Gate, porque su empresa estuvo comprobadamente ligada al soborno de dirigentes de la Conmebol para comprar a bajo costo los derechos de TV de Copas América y Mundiales hasta 2030, nos está diciendo que justo a poco más de un año de cumplirse el Centenario de una revista sin igual, la más importante del deporte del continente sudamericano en su historia, no puede hacerse cargo de un plantel joven (y de muy buen nivel, de reconocidos profesionales).

Como tantas veces, los argumentos son políticos, pero no en el sentido de lo público, del manejo de la res pública, sino políticos en el sentido de tomar una decisión sobre qué se privilegia hacer y qué es lo que se queda debajo de la pila de las prioridades. Y en este caso, la continuidad de “El Gráfico” quedó muy atrás, muy lejos y en el momento justo (año mundialista, a punto de cumplir cien años) casi como una reiteración del discurso capitalista del “yo hago lo que se me da la gana y te desmoralizo de la forma que puedo para que no oses intentarlo otra vez”.

El argumento de que se trata de un tiempo en el que se compran menos medios de papel no es que no sea cierto, sino que choca contra todas aquellas revistas en el mundo que sí funcionan, y ya no sólo mensuales (como las españolas “Panenka” y “Líbero”, que partiendo de mucho esfuerzo de los colegas que las realizan, han encontrado un nicho de mercado), sino hasta semanales o de mayor asiduidad, como “Four Four Two” (Inglaterra), “Kicker” (Alemania, que sale no una vez sino dos veces por semana), “France Football” y tantas otras.

Uno de los problemas con los que, creemos, se encontró “El Gráfico” en esta etapa es la imposibilidad de tocar los resortes del poder, por el hecho de ser parte integrante de ese poder y de allí el problema insoluble con el que se encontraría desde el primer día de su existencia bajo la órbita de TyC (luego Torneos).  Y entonces sí, claro, ante la imposibilidad de hablar de ciertas cosas, sólo quedaron otras, muy leves, que allí sí chocaron contra esta realidad del papel y que para hablar de lo que sí se podía hablar (por más calidad que tuvieran los colegas), chocaba contra los diarios deportivos y la inmediatez de la TV en mayor medida, y de la radio en menor proporción.

Esto no significa, claro, que en la época de Editorial Atlántida, la anterior, “El Gráfico” haya sido el adalid de la libertad y las investigaciones más profundas. Y la falseada carta de Ruud Krol a su hija durante el Mundial 1978, en la que le comentaba que la Argentina era “tierra de paz” y que los soldados “disparaban flores por la calle”, que generó un escándalo desde el embajador holandés que derivó en que al autor de la misma acabara como corresponsal en el exterior, es acaso una prueba contundente de lo que se plantea.

Lo que sucedía era que en aquellos años, “El Gráfico” aún contaba , además de plumas brillantes, con una Argentina deportivamente muy superior a la actual, con decenas de ídolos peleando por aparecer en cada tapa semanal, y sin la problemática actual de los cambios culturales y de consumo.

Hemos formado parte de aquella redacción entre 1984 y 1985, cuando la democracia argentina era incipiente tras siete años de dictadura, y hemos sido testigos de muchos momentos interesantes para relatar en este blog, como cuando fuimos convocados a un juicio a la revista por un bajo puntaje que le pusimos a un arquero en el torneo de Primera B, en el que el abogado de la acusación jugó su baza en nuestra imposibilidad de ver bien la jugada.

También de algunos temas ligados al Mundial 1978 por algunas casualidades de la vida, y no nos arrepentimos de habernos ido aquel día que llegamos a buscar una acreditación para el fin de semana y nos propusieron quedarnos a ayudar en el cierre de un número especial, a cargo del gran colega Jorge Barraza, y pasadas unas horas, explicamos que nos teníamos que retirar por un examen en la Facultad.

“Esto es El Gráfico y entonces no puede haber dudas. Es o El Gráfico o la Facultad”. Dijimos que lo teníamos claro ante la presencia inquisidora del gran Osvaldo Ricardo Orcasitas el ya fallecido ORO). Entonces, se nos dijo “OK, a trabajar” pero nuestra aclaración fue “La Facultad”. Tras unos segundos de silencio, nuestro interlocutor se dio media vuelta y se retiró, pero ya no figuramos ante los acreditados para los partidos siguientes y tras un tiempo de espera, nos fuimos en un acuerdo de caballeros con la editorial.

Años más tarde, nos reivindicamos aceptando ceder a la revista, desde otra que dirigíamos (“Orsai, una posición adelantada”, mucho antes que otras publicaciones y programas que se llamaron igual), un puesto para fotógrafo para acreditarse para el Mundial de Italia en 1990, con gestiones hechas por el propio ORO.

Es probable que los fríos empresarios de Torneos, los que decidieron el cierre de “El Gráfico” no se hayan puesto a reflexionar sobre lo que significa ese archivo fotográfico, que por muchos años no sólo sirvió para acabar con cualquier discusión sobre si fue penal, córner, fuera de juego o si la pelota entró al arco, sino que esos profesionales eran referencias hasta en los reklatos radiales (“la pelota se fue desviada y pegó en Ricardo Alfieri”, decía José María Muñoz, en Radio Rivadavia).

Tampoco, en lo que significaba salir en la tapa de “El Gráfico”. Era, en ese entonces, la consagración para cualquier deportista. No se era estrella sin estar en esa tapa, y era muy complicado llegar a esa instancia.

“El Gráfico” fue mucho más que la cara del deporte, como decía el jingle que nos decía que “el martes es el día del deporte porque en cada rincón de la Argentina,  El Gráfico en el kiosco de la esquina, se juega su verdad”. Fue el imaginario y la ilusión de tanto purrete por ser el crack del mañana, de otros por seguir a su equipo o deportista preferido, y con algunas plumas inolvidables (Panzeri, Ardizzone, Borocotó, Frascara, Vega Onesime, Cherquis Bialo –Robinson-) y de tantos que cada semana y luego mes, la coleccionaban con devoción.

Es cierto que los tiempos cambian, pero no nos vengan con  esta vana excusa para un cierre en el momento menos indicado. La decisión pasa por otros carriles, de los que unos pocos se sirvieron para cortar la ilusión de tantos.


Nos queda la memoria porque es inútil, ellos nunca nos la arrancarán. “El Gráfico” seguirá de mano en mano, números de tiempos distintos, circulando mientras haya un pibe con ilusión y gente que peina canas con ganas de recordar.

Un sueño y un descubrimiento estival (Un cuento de Marcelo Wío)



A principios de verano soñé un nombre que nunca antes había oído. Orleano Mutti. Nítido, casi como un cartel que alguien hubiera dejado allí durante la vigilia para los aquelarres que hace el inconsciente durante el sueño trabajaran sobre él.

Apenas me desperté anoté el nombre en una libreta que tengo en la mesilla de noche para tales eventualidades. En realidad, no para estas, sino para otras muy distintas vinculadas directamente con la quiniela. Así que cuando lo apunté, no pensaba en términos literarios, historiográficos, oníricos, freudianos, ni nada por el estilo; tenía en mente buscarle un sentido numérico.

Y a ello me aboqué. Pero lo primero con lo que di fue con la existencia efectiva de un Orleano Mutti (1877- ¿1905?) en Milán. El primer documento en que lo mencionaba hacía referencia a un artículo que daba cuenta de una representación de IlTrovatore, de Verdi, en el Teatro Alla Scalla. Según el vespertino, Mutti encarnaba a un “impecable Ferrando”.  Esa relación sugería demasiados números. Tenía que haber algo más particular, más conciso.

Así fue que seguí buscando, y di con otra mención: Orleano Mutti, centrocampista del Milan Foot-Ball and Cricket Club que se hizo con la Medaglia del Re en 1900. La crónica comentaba en un pequeño aparte que Mutti corría del ensayo en La Scala a la práctica con el Milan, y que ya era famoso en la ciudad porque se lo veía ir y venir ora con las ropas del vestuario de la ópera que tocara, ora con las ropas rudas del balompié -de hecho, afirmaba los colores del Milan se los debían a Mutti o, más bien, al vestuarista de Rigoletto que había elegido que una camisola a rayas negras y rojaspara que el Conde Ceprano luciera en uno de los actos; y Mutti, en  esa vida suya a la carrera entre sus dos pasiones, trasvasó el atuendo de una actividad a la otra. Pensé en el 77 (las piernas). Pero me pareció muy sencillo. Vulgar, incluso.

El recurso del ordenador no llega a todos los documentos, y pronto agoté toda la información – que ya de por sí era poca – que había sobre Orleano Mutti. Se me ocurrió, con acierto, ir a la biblioteca del Instituto Dante Alighieri. En su fresca soledad pasé casi todas las tardes estivales. No porque me llevara tanto indagar sobre Mutti, sino porque en mi piso no tengo aire acondicionado y se estaba de lo más bien en ese silencio agradable – el verano compone una estridencia insoportable en la ciudad que cada vez tolero menos; no sé, como una felicidad que, sabiéndose falsa, hay que rodear de exageraciones y bochinches.

Enseguida di con un material sorprendente. Según Marco Prandelli, un cronista de la época, Orleano Mutti no era otro que Benito Mussolini. O, más bien, Mussolini no era otro que Mutti; quien, explicaba Prandelli, decidió ocultar ese pasado de “frivolidades burguesas y excentricidades inglesas” cuando entrevió un futuro ventajoso en la política. “Para 1904 ya había borrado a Orleano Mutti del mapa”, escribió Prandelli. Desde entonces, no sólo el nombre, sino la personalidad de Mussolini se impuso a la de Mutti. “Lo inventó todo. La historia familiar. A él mismo. Cómo no iba a terminar siendo quien fue”, concluía Prandelli. Recordé inmediatamente la fecha de posible defunción de Mutti que encontré en el primer documento que hacía alusión a él; parecía apoyar la tesis de Prandelli.

Durante esos primeros días en la biblioteca aún pensé alguna otra que relación numérica con afán de fortuna. Pero cada vez fui meditando menos en ello y más en cómo algunos logran engañar al albur, al destino, a las cronologías y a todo lo que se les ponga delante. Elaboré tantas hipótesis en esa modorra blanda de la biblioteca, que llegué a coquetear con la teología banal: ángeles aburridos o levantados en alas contra la jefatura de los cielos y jurisdicciones asociadas, que bajan a la tierra y toman posesión del cuerpo de algún pelafustán (a sus ojos, probablemente todos los telúricos habitantes) y comienzan a injerir en los asuntos humanos con ánimo de pendencia generalizada y debilitamiento del plan divino.

¡Eso es, la caída!¡El 56!Tanto cavilar estupideces, y casi se me escapa la ventura. Si es que en cuanto uno se le acerca a la suerte, ésta se inventa las mil y un tretas para enviarlo a uno por un camino opuesto.




domingo, 14 de enero de 2018

La insólita crisis del Real Madrid de Zidane (Yahoo)




Hay una realidad incontrastable y es que el Real Madrid, salvo un milagro, tiene perdida la Liga Española de esta temporada. No sería la primera vez ni será la última, pero sí hay un elemento distintivo: la tiene perdida cuando ni siquiera ha completado la primera rueda del torneo porque tiene un partido pendiente, por lo que deberá atravesar medio campeonato sin demasiado sentido y con el objetivo, además, de no quedar fuera de la Champions League de la temporada siguiente.

Hoy, el Real Madrid se encuentra en la cuarta posición en la Liga, a 19 puntos del Barcelona (que podrían ser 16 si ganara su partido pendiente) cuando restan jugarse justamente 19 partidos hasta el final,  más cerca del descenso (16 puntos del primero de los tres descendidos de momento, el Deportivo La Coruña) que del líder Barcelona, que además lo derrotó 0-3 en el Santiago Bernabeu, por lo que debería ganar en el Camp Nou por esa misma diferencia o más para no perder otro punto más en el average.

Pero también el Real Madrid se encuentra a ocho puntos del tercero (el  Valencia) y tan sólo a uno del quinto (el Villarreal) y a tres del sexto (el Sevilla), que bien podrían arrebatarle su lugar de clasificación para la Champìons League siguiente. Y si el equipo ha marcado 32  goles en todo el torneo, entre Lionel Messi (17) y Luis Suárez (13) han marcado casi los mismos goles que todo el equipo blanco.

Las explicaciones pueden ser muchas, desde lo táctico, hasta lo psicológico, desde el bajo rendimiento de algunos de sus jugadores (Cristiano Ronaldo, Karim Benzema, Isco), hasta las lesiones de otros (Daniel Carvajal, Gareth Bale o Sergio Ramos y hasta Keylor Navas) en diferentes momentos, pero estas últimas presentaciones del Real Madrid parecen muy alejadas de otras de tiempos no tan lejanos.

De hecho, en mayo pasado (que ahora parece que hubiese sido hace un siglo) el Real Madrid se tornaba irresistible hasta para la poderosa Juventus en la final de la Champions League de Gales con un 4-1 contundente y la obtención de la segunda Copa de Europa consecutiva y la tercera en cuatro años, algo que ningún otro equipo ha conseguido con el formato actual en el fútbol continental.

El gran problema del Real Madrid y de su entorno es la falta de paciencia. Cualquiera diría que un equipo que viene de obtener dos Champions consecutivas y dos Mundiales de Clubes, que también ganó la Liga Española, y que ha mantenido la base de la plantilla y al mismo entrenador, Zinedine Zidane, no debería llegar a este nivel de cuestionamiento, y sin embargo, todo parece olvidado en pocos meses.

“El Barcelona sí que tiene un nueve de categoría”, sostiene el diario deportivo “Marca” de Madrid, uno de los más influyentes de España, en clara referencia a Benzema, quien debe soportar algunos silbidos de fondo en el Santiago Bernabeu desde hace mucho tiempo, pese a que por sus características, se ha tratado de un jugador de excelente nivel pero que no es precisamente un goleador nato sino alguien que ha sabido jugar para el máximo anotador del equipo, Cristiano Ronaldo.

Hace algunas temporadas, Benzema disputaba palmo a palmo el puesto de centrodelantero con el argentino Gonzalo Higuaín, resistido también en el  Bernabeu porque, según se decía, aunque marcó un centenar de goles vestido de blanco, muchos de ellos no eran considerados decisivos. Acabó marchándose al Nápoli, donde hizo historia y saltó a la Juventus, donde también fue campeón. En cambio, el francés continuó en Madrid, ganó una gran variedad de títulos, pero basta una mala racha para ser puesto en duda.

“Así se gana un título”, sostiene el mismo “Marca” tras la victoria con remontada del Barcelona en Anoeta ante la Real Sociedad (2-4) en lo que parece mucho más un mensaje al madridismo que un elogio a los catalanes.

Zidane no sólo fue antes jugador estrella del club, un “galáctico” de Florentino Pérez, sino que luego fue ayudante de campo de Rafa Benítez hasta que tomó a cargo el primer equipo y entonces conoce lo suficiente lo que ocurre cuando el Real Madrid ingresa en una dinámica negativa, como por ejemplo el no haber podido ganar ni siquiera el grupo clasificatorio de la Champions, al ser superado en la tabla por el Tottenham.

Zidane ya sabe lo que le ocurrió a Carlo Ancelotti a mediados de 2015, pese a que un año antes había ganado una Champions que al Real Madrid se le negaba desde 2002. No pudo continuar en el cargo pese a que había logrado lo más difícil, manejar con mano izquierda un vestuario siempre complicado, y lo mismo ocurre ahora con el francés.

Zidane sabe bien que Florentino Pérez ha comenzado a conversar con el entrenador de la selección alemana, Joakim Löw, para que se haga cargo del equipo desde la próxima temporada, una vez que finalice el Mundial de Rusia, y como Plan B intenta convencer a Mauricio Pochettino, el entrenador argentino de suceso en el Tottenham.

Lo que no puede Zidane, a esta altura, es sorprenderse porque conoce bien el medio, aunque trate de reafirmarse con sus jugadores sin pedir un solo fichaje del mercado de invierno y al señalar, cada vez que puede que no quiere que se vaya “nadie”.

Suena lógico para un equipo que viene de ganar lo más preciado, y uno de esos títulos, hace apenas un mes en Emiratos Árabes.

Pero en el Real Madrid no hay lógica, ni paciencia. Y pueden pagar aún los que nadie imaginaba poco antes que podían hacerlo.


Por eso el Real Madrid es tan particular, una máquina trituradora. Para tomarlo o dejarlo.

miércoles, 3 de enero de 2018

Las nuevas estrellas que pueden enriquecer a la Liga (Yahoo)




Más de una vez, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, acentuó la idea del peligro que representa que clubes como el suyo, o el Barcelona o el Bayern Munich, más ligados a sus socios, no puedan competir en un futuro cercano con aquellas entidades europeas que reciben dinero mediante una simulación de sponsors de empresas estatales cuando en realidad llega desde los mismos Estados que quieren promocionarse a través del deporte, como Qatar y otros países árabes, en lo que se llamó “dóping financiero”.

Por eso llama poderosamente la atención que ahora una versión creciente coloque a Neymar en el camino del Real Madrid para junio, cuando el brasileño acaba de pasar del Barcelona al PSG por 222 millones de euros, una cifra que muy pocos pueden pagar y cuando el club parisino también hizo una erogación de 180 millones por otro delantero, Kyllian Mbappé, del Mónaco.

Suena extraño, entonces, que el PSG deje ir a Neymar y menos a un club competidor como el Real Madrid, precisamente rival suyo en una prometedora llave de octavos de final de la Champìons League para febrero próximo, pero especialmente porque los recursos con los que cuentan los franceses (tal como lo dice el propio Pérez) es muy superior al de los blancos de la capital española, que en todo caso seducen con su tradición ganadora en el fútbol mundial.

Es esto mismo lo que también intenta hacer el Real Madrid para atraer a otro gran goleador, el inglés Harry Kane, del Tottenham Hotspur, equipo que lo postergó al segundo lugar de la tabla de posiciones de la fase de grupos de esta Champions, y que ya en el pasado le vendió a dos jugadores muy importantes, como el croata Luka Modric y el galés Gareth Bale.

En ambos casos, los jugadores fichados fueron protagonistas del culebrón del verano, con la ayuda de los diarios deportivos de Madrid, metiendo presión a los jugadores, esperándolos en las puertas de sus casas con guardias las 24 horas, y con Florentino Pérez negando cualquier transacción (“never, never, never”) como lo hizo sistemáticamente en otros veranos anteriores con David Beckham (desde Manchester United) o Ronaldo Nazario (desde Inter).

Claro que para poder pagar estos fichajes (en el caso de Kane, estamos refiriéndonos al máximo goleador del 2017 en todo el mundo, con 56 goles, por encima de Lionel Messi y de Cristiano Ronaldo) y para eso, el Real Madrid deberá primero transferir a algunos de sus jugadores. La lista comienza con Toni Kroos, pretendido por el Manchester United, y sigue por un excesivamente castigado Karim Benzema, de notables prestaciones en estos años, aunque criticado por no tener tanto gol aunque se haya cansado de jugar para que los hicieran sus compañeros.

El otro caso de posible salida es mucho más complejo y tiene menos relación con lo futbolístico y es el de Cristiano Ronaldo, de quien no hace falta decir demasiado, luego de sus cinco Balones de Oro como mejor jugador del año en el mundo. El portugués tiene serios problemas impositivos en España y ante la posibilidad de que el panorama oscurezca más, todo indica que busca un regreso al Manchester United en agosto, una vez que pase el Mundial de Rusia, y en ese caso, claro los blancos ya contarán con dinero para fichar otras estrellas.

El Barcelona también parece que puede llegar a cambiar mucho en 2018, pero en este caso, más rápido que su rival. Con el alta médica de Osmane Dembélé, que puede ayudar al entrenador Ernesto Valverde al sistema 4-3-3 junto a Lionel Messi y a Luis Suárez, ahora todo se centra en la llegada del brasileño Phillippe Coutinho, del Liverpool, al que ya los azulgranas pretendían en el mercado de verano pasado y que no llegó por muy poca diferencia.

Con Coutinho, y la posibilidad de llegada de un central como el joven y altísimo colombiano Yerry Mina, y acaso un volante de mucha técnica como el brasileño Arthur (de destacada tarea con el Gremio en la pasada Copa Libertadores que ganó su equipo), puede decirse que el Barcelona podría convertirse en un equipo temible, y mucho más si sumara al argentino Ángel Di María, del PSG.

Claro que el Barcelona deberá blindar a su central Samuel Umtiti, ante el primer interés del Manchester City por ficharlo, y dejará salir a Arda Turán y a Gerard Deulofeu, además de aceptar que Javier Mascherano, que perdió minutos y protagonismo, emigre en los próximos días al Hebei Fortune chino, con la idea de mantener una regularidad en el juego a sus 34 años, para no llegar al Mundial demasiado fuera de forma.

También el Atlético Madrid ya comenzó a mostrar sus cambios entresemana por la Copa del Rey al golear al Lleida con el regreso de un gran delantero como Diego Costa, también de la selección española, y el fichaje de Vitolo, quien hizo una corta escala en Las Palmas, luego de su prolífico paso por el Sevilla.

Claro que ante la superpoblación de delanteros, el Atlético, que ya tiene casi atado al joven argentino Lautaro Martínez (una de las más grandes promesas del fútbol albiceleste) para la próxima temporada, deberá desprenderse de Luciano Vietto (Valencia) y Nicolás Gaitán (con varias ofertas en Europa y de Boca Juniors).

Lo importante es que la Liga Española ha decidido resistir y pelear por el lugar más importante entre los torneos del mundo, más allá del acoso económico desde clubes con otras posibilidades como PSG o Manchester City, que podrían alterar en estos años un equilibrio entre las potencias europeas que se mantuvo durante muchos años.


martes, 2 de enero de 2018

Mi participación en "El Tren" (Radio Cooperativa, 29/12/17)


Este es el audio completo de mi participación en el programa "El Tren" por Radio Cooperativa (AM 770) con la conducción de Gerardo Yomal y Hugo Presman del 29/12/17. Tema: Macri y su relación con la presidencia de Boca, Riquelme,Maradona, el fútbol para ricos y hasta Rafael Nahuel.

https://radiocut.fm/audiocut/el-tren-291217-periodismo-impuro/#.WkbU6DMdZEw.twitter