lunes, 31 de agosto de 2015

¿Podrá volver a ser el año del Atlético? (Yahoo)



Aunque sólo van dos jornadas y ya Atlético Madrid, Barcelona, y algo màs abajo el Real Madrid, ya aparecen en el lote de los punteros en la Liga Española, apenas con el Celta, el Eibar y el Villarreal entremezclados hasta que la realidad los vaya colocando en el lugar más lógico de acuerdo a sus plantillas y presupuestos, hay una tendencia, de momento leve, que va apareciendo.

Y si nos guiamos por el mercado de pases, a punto de cerrar por este verano europeo, pocos han fichado tan bien y tan fuerte como el Atlético de Madrid.  Diego Simeone, su entrenador desde la temporada 2011/12, ha funcionado hasta ahora y cada vez con mayor profundidad casi como un director deportivo del club, por el peso de sus años como jugador en sus dos etapas (la más joven y cuando regresó de veterano) y en este más que exitoso ciclo, porque la entidad no solo ganó títulos sino que se fue consolidando hasta acercarse más que nunca a las dos potencias, Real Madrid y Barcelona.

Con el Atlético, Simeone ha ganado la Liga Española 2013/14, la Copa del Rey 2012/13, la Supercopa de España 2014, la Europa League 2011/12 y la Supercopa de Europa 2012, en tanto que se le ha escapado una Champions League en el tiempo de descuento ante Real Madrid, en Portugal, en 2014.

Sin embargo, Simeone y el Atlético han decidido ir por más. No conformarse con esta buena etapa, lo que implicaría, por ejemplo, mantener el plantel. Hubo un consenso general de seguir creciendo y apostar a los grandes logros para esta temporada y es la primera vez en bastante tiempo, especialmente en estos años en los que la televisión y su dinero ha marcado la diferencia entre poderosos, la “clase media” (Atlético, Valencia, Sevilla, Villarreal) y el resto, que los rojiblancos de Madrid han superado incluso al Real Madrid y al Barcelona a la hora de los fichajes.

En el caso del Barcelona, porque aunque sí ha fichado a dos jugadores de jerarquía, como Arda Turan (precisamente llegado desde el Atlético) y Aleix Vidal, no puede contar con ellos hasta enero próximo por la sanción de la FIFA, y en el de Real Madrid, porque esta vez no hubo tanto movimiento y sólo ha fichado al lateral brasileño Danilo, al portero Kiko Casilla y parecía que se concretaba en el final del mercado de pases la tan conversada llegada del también portero David De Gea, desde el Manchester United.

La gran pregunta que nos hemos hecho muchos que seguimos desde siempre la Liga Española es cómo aprovechará Simeone a sus refuerzos, qué tipo de jugo sacará de tan buenos delanteros como los que han llegado (Yannick Ferreira Carrasco, desde el Mónaco, Luciano Vietto desde el Villarreal, y Jackson Martínez desde el Porto), sumados al regreso del lateral Filipe Luis desde el Chelsea y Stefan Savic, de la Fiorentina, además del regreso de un jugador muy importante en el manejo del equipo, como el joven Oliver Torres.

Por el momento, desde el punto de vista del funcionamiento, en los dos partidos que el Atlético ha jugado por la Liga, es decir, los dos partidos oficiales de la temporada, puede decirse que se ha podido ver una continuidad de la temporada pasada en cuanto a actitud y un sistema bastante parecido también, aunque con Oliver Torres un poco más presente como eje que Arda en tiempos anteriores, y claro, con un tremendo recambio en ofensiva.

El Atlético se basa en jugadores claves como su portero Jan Oblak, su muralla defensiva entre los dos fuertes centrales uruguayos, José María Giménez y Diego Godín, su aguerrido mediocampo (que ya no contará con Raúl García, que pasará al Athletic) que continúa con Gabi, Koke y Thiago, ayudando a Oliver, y de momento, Simeone va realizando pequeños cambios en el ataque, apostando a los que más conoce. Ha mantenido a Griezmann como titular, primero junto a Jackson ante Las Palmas y luego junto a Fernando Torres, en el resonante éxito de 0-3 el pasado domingo en el Sánchez Pizjuán ante el siempre muy difícil Sevilla de Unai Emery, bicampeón de la Europa League.

Simeone, aunque apuesta a grandes cosas, no deja de ser un entrenador conservador, que va muy de a poco con los cambios, con pequeñas cirugías, nunca una mayor.
Por lo pronto, no sólo ha obtenido los seis puntos en juego, sino que en la próxima jornada recibirá al Barcelona en el Vicente Calderón en un choque que puede marcar una mayor tendencia para la Liga y que puede dejar a los rojiblancos, de imponerse, ya en una situación de candidatos.

También parece un buen presagio el grupo que le ha tocado en la Champìons que comienza el 15 de setiembre, con el Benfica, el Galatasaray y el debutante Astana de Kajastán, que parece sumamente accesible como para meterse en los octavos de final sin un gran desgaste y sin equipos que a priori puedan molestar, como en cambio sí le ha tocado al Real Madrid (PSG y Shakhtar Donetsk, o en alguna menor medida al Barcelona (Roma y Bayer Leverkusen) y ni hablar del Sevilla (Juventus, Manchester City y Borusia Mochengladbach) o el Valencia (Zenit, Olympique de Lyon).

¿Será éste el año del Atlético? Al menos, apunta a que así sea y ha tomado todas las medidas pertinentes.

Lo comprobaremos en los próximos meses.


miércoles, 26 de agosto de 2015

De dioses, charlatanes y una tarde de domingo (Un cuento de Marcelo Wío)


“Otra tarde de domingo sin salpicaduras de rutina en la que nos abocamos al hecho agonal, a la ceremonia sagrada del balón; en la que nos entregaremos con devoción a la locura heroica de los sacrificios de la pasión nacida de las pulsiones esféricas. Otra tarde en la que…”, decía el relator.
“… La felicidad tiene forma de alfajor… Alfajooooor Deliiiiiicias, la gloria de galleta y dulce de leche”, prosiguió la voz profunda, afinada, atildada del locutor.

“Vamos a hacer una veloz recorrida previa para conocer cómo está el ambiente en los templos que este luminoso domingo oficiarán el sacramento, la comunión entre el pueblo y el Olimpo… Adelante Boedo”, el relator.

Inmediatamente entró la voz – y las redundancias - del enviado a la cancha de San Lorenzo: “Lleno absoluto; el Gasómetro está completo. Hermoso día e inmejorable entorno para la práctica del deporte rey”.
“Gracias Omar Cardini… Adelante Caballito…”, el relator seguía dando paso a los corresponsales en los diferentes estadios prestos a decir su porción de lugares comunes.
“…”
“¿Tenemos comunicación con la cancha de Ferro?... Me dicen que sí… Fabián Estrada, en Caballito, adelante…”, el relator.
“…”
“Parece que tenemos algún problema técnico… ¿no? Vayamos entonces a Córdoba, a cancha de Talleres y luego volvemos a Ferro… Adelante Dante Batarelli en la docta…
“…”
Una voz mullida murmura algo…
“¿No estamos al aire?”, pregunta el relator.
“No”, responde la misma voz, ahora sin esponjar, que corresponde a un técnico operador.
“¿Qué pasó?”, la pregunta obvia, preguntada por el relator sin rastro de animosidad, de enfado.
“Ni idea, todo está en orden…”, responde el técnico mirando el equipo como si éste, de un momento a otro, fuera a verbalizar una razón.
“No, boludo, en orden no está; sino estaríamos al aire…”, un principio de desesperación en la voz del relator.
“Es que… técnicamente, estamos transmitiendo… el tema es que no sé a dónde…”, explica la incertidumbre el técnico.
“¿Qué carajo me estás diciendo?”, trazas de impaciencia y pavor aglutinándose en las palabras del relator. “No me pongás nervioso, Tachito…, te lo pido por favor…”.

El comentarista, que a todo esto había permanecido callado, como si la realidad misma no fuera con él, advirtió: “Che, miren para afuera…”, señalando allende el vidrio de la cabina que ocupaban los cuatro – relator, comentarista, locutor de publicidades y técnico operador – en el estado de Rosario Central.

El relator, que estaba mirando hacia atrás, hacia la posición del técnico, se gira. No se veía nada para afuera, salvo una espesura blanca grumosa.

“Puede que el clima tenga algo que ver con el problema que estamos teniendo…”, aventuró al técnico, más que nada para constatar que podía seguir hablando, que aquello no era cuestión de algún gualicho pedido y pagado por alguna otra radio…

Una voz clara, profunda, pero evidentemente no… terrenal, llenó la cabina. “Usted lo comprendió, señor Urrutia – se dirigía al relator -… porque lo comprendió, ¿no?... Todo juego no deja de ser una repetición remedada de la cosmogonía…”.

Otra voz, igualmente clara, de una profundidad menos profunda, e igualmente no…. Telúrica, reemplazó en el espacio topológico de la cabina a la anterior: “Lo escuchamos desde hace dos años, Juan Carlos, y usted, dale que te pego con lo sagrado, lo agonal, lo ceremonial…”

La voz anterior, colándose por el hueco temporal mínimo que dejaba la anterior entre palabra y palabra: “… ritual; con Templos, con que la casa del culto al balón, con que el santuario del fútbol…”.

La segunda voz retomó el hilo antes de que la primera continuara dando vueltas sobre lo que ya había quedado suficientemente claro: “Como metáfora vale una vez, dos, cinco veces… ¿pero cada domingo…?”

“Yo… suelo… bueno… incurrir en exageraciones… poéticas… una poesía dudosa, claro está… como para crear una seña propia… que el oyente reconozca… un sello de relator… un sello un poco grandilocuente, rimbombante, si se quiere, lo reconozco – el comentarista, el técnico y el locutor asintieron -… una desproporción verbal entre significado y significante… amén de muy poco original… ustedes las tienen que haber escuchado otras veces, en boca de otro relatores…”, el relator, en tono de disculpa, como esquivando responsabilidades que le pudieran ser reclamadas.

La segunda voz… a esta altura ya podemos llamar cada cosa por su nombre… el segundo dios: “Como ya le dije, Juan Carlos, alguna vez, de tanto en tanto, puede ser… pero usted… toooodos los domingos…”.

“Es que yo… cómo decirlo sin erosionar la dignidad que me he confeccionado… - miró a sus tres compañeros, como implorando, exigiendo con la mirada: ‘de aquí no sale’ -… no hay manera de hacerlo sin degradarme, aunque sea levemente…: no tengo creatividad alguna… ni facilidad de palabra; inteligencia, poca; pero tengo una buena dosis de astucia: me hice con una recopilación, un acopio místico de lugares comunes, que funcionó… tomé un poquito de aquí, otro de allí… no hay nada propio… nada…”.

Sus tres compañeros lo miraron con algo de condescendencia y, a la vez, admiración: había que tenerlos bien puestos para admitir la propia insustancialidad… Los tres acompañaron la mirada de un gesto de asentimiento que decía “de aquí no sale” – pero que también decía “ya lo sabíamos”.
Los dioses se miraron entre sí, incrédulos o desengañados – difícil interpretar los gestos divinos; y menos aún con toda esa luminosidad blanca que encandila que no veas.

Una tercera voz, profunda, pero menos que las otras, e igualmente ajena a lo terrestre…: “Se los dije… Pagando estaba la gansa”. Los otros dos dioses sacaron sus billeteras…

“Se notaba a la legua que éste petimetre no era un candidato para la transición de la recreación lúdica de lo primordial, a la posesión de los secretos del origen de las cosas… Y ustedes dos, erre que erre… Consejo de viejo: no pierdan el tiempo; lo dioses factibles no relatan el juego, lo exaltan con el silencio de sus habilidades en la cancha… Los charlatanes, a lo sumo, sólo pueden creer; pero no ver. Ustedes se me encandilan con cuentitas de colores, che… me pregunto si no se habrán apresurado al afiliarlos al Olimpo…”.

La incandescencia despareció sin aviso. Del otro lado del cristal, una blancura más rudimentaria, más tosca, hecha de miles de papelitos de diarios y revistas cortados al tun tun, le daban la bienvenida al equipo local que ya estaba saludando desde la mitad del campo de juego.

Relator: “Los once aguerridos lidiadores ofrendan su alma al público…”.

El técnico miró al comentarista que enarcó las cejas, subió levemente los hombros y llevó su mirada resignada hacia el campo de juego… Otra tarde de domingo…


martes, 25 de agosto de 2015

A AFA poco seria, torneos y selección poco serios



Este escriba recuerda que a falta de unas diez fechas para terminar el entonces corto Torneo Clausura 1991, consultó a uno de los máximos dirigentes de Boca Juniors si ya tenía pensado qué harían cuando acabara el certamen y en una hipotética definición a doble final con Newell’s Old Boys (ganadior del Apertura) tuvieran que disputarla sin sus principales figuras, entonces Diego Latorre y Gabriel Batistuta, por estar citados a la selección que justo para ese entonces debería disputar la Copa América de Chile.

El dirigente (siempre de mucha estatura) relativizó los hechos, manifestando que eso “no va a ocurrir”. Pero ocurrió, y Boca no contó con los dos cracks. Por cierto, Newell’s tampoco con los suyos (Darío Franco y Fernando Gamboa), importantes pero sin el peso específico de sus rivales, y la AFA permitió a ambos equipos reemplazarlos por otros (casualmente, Gerardo Martino, que jugaba en el Tenerife, fue uno de los que llegaron).

Es decir que esto que ocurre ahora, en las puertas del partido que acaso sea el más trascendente del actual torneo de treinta fechas, el Boca-San Lorenzo, que insólitamente no contarán con sus principales jugadores, citados una vez más a la selección nacional y para partidos de escasísima monta, como los que casi siempre juega Argentina en las “fechas FIFA”, dedicada más a hacer caja que al interés estrictamente deportivo.

Yendo a los antecedentes de los últimos años, Boca podría argumentar que es la tercera vez que la AFA se interpone en sus chances de ganar un título (ocurrió en el citado caso de 1991 y en 2006, cuando Julio Grondona contrató a Alfio Basile para ser DT de la selección cuando iban seis fechas del Clausura y Boca, equipo al que dirigía, reunía los 18 puntos, cuando el equipo nacional sólo disputó un compromiso amistoso ante Brasil hasta el 31 de diciembre, en Londres), pero no es el único perjudicado en este caso.

No se puede entender que la fecha no se suspenda, si es que hay que darle la importancia que se pretende a la selección argentina, como se procede en casi todo el mundo a la hora de compromisos de los equipos nacionales, y tampoco el argumento de la muerte del chico Ortega, que alteró el calendario por haber corrido todo una fecha, alcanza para tapar la absoluta falta de seriedad en la dirigencia de la AFA.

Porque por un lado, si se quiere prestigiar un torneo cada vez más deslucido, por haber aceptado la orden desde la Casa Rosada de los 30 equipos, que luego se quiere bajar lo antes posible para volver a los 20, y que ahora pierde a muchos de sus jugadores con el mercado internacional de pases abierto hasta el 31 de agosto, al menos debería permitirse que en el desenlace, el nivel sea el más alto posible.

Pero por otro, ¿desde qué lugar se pretende que la selección argentina se prestigia desde dos amistosos de morondanga ante equipos que son los únicos que pudieron aceptar la oferta de los organizadores (Torneos), debido al rechazo generalizado de trece federaciones anteriores que no quisieron (con toda razón) involucrarse con empresas ligadas con la más absoluta corrupción.

¿Es a este esquema de selección argentina a la que se quiere privilegiar sobre el cada vez más desteñido torneo local? ¿El Boca-San Lorenzo se juega sin las máximas figuras para que la selección cumpla con dos compromisos burocráticos ante Bolivia (cuyo presidente Carlos Chávez firmó el contrato desde la cárcel) y México, organizados por la misma vituperada Torneos involucrada en el FIFA-Gate?

El problema sigue siendo el mismo de 1991, 2006 y 2015 también. El problema no es “Selección Nacional vs Torneo local” sino la falta de seriedad de la dirigencia del fútbol, que en el fondo, es la falta de seriedad de la dirigencia (fútbol incluido, claro).
Que deba optarse por “selección nacional o Torneo local” ya habla del fracaso organizativo, de un pésimo calendario, y de absoluta falta de imaginación para resolverlo.

Es que a AFA poco seria, los clubes y la organización de la selección no pueden ser serios. No sería coherente.

Párrafo aparte para el DT de la selección argentina, Gerardo Martino, que tantas veces en estos años se quejó de todo lo organizativo. Raro que no haya puesto el grito en el cielo. Tal vez no lo hizo porque al final, cuenta con los jugadores. Aún así, ¿No hay algunas cosas que siguen fallando, Tata? ¿Hasta cuándo aguantará?


lunes, 24 de agosto de 2015

Boca gana por los jugadores pero no por su juego


Un seguidor del fútbol desprevenido se imagina yendo a la Bombonera a observar un partido demasiado fácil para el local. Un Boca puntero, con una millonada de dólares invertidos en figuras, y renovadas cada medio año, contra un Godoy Cruz mendocino pobre, que tuvo que desprenderse de sus mejores valores y que es dirigido por Gabriel Heinze sin título habilitante, que ni siquiera puede sentarse en el banco de suplentes.
No hay parangón, como casi no lo hay entre los grandes, los chicos, y los recién llegados por el antojadizo torneo de 30 equipos que nació en un despacho de la Casa Rosada.

Y sin embargo, las cosas comienzan a enrarecerse ni bien Saúl Laverni pita el inicio del partido, porque para sorpresa de este ilusorio simpatizante, es Godoy Cruz el que domina mejor la pelota, el que llega con más peligro, el que obliga a arrojos del arquero Guillermo Sara o que el “Cata” Díaz saque de cabeza en la línea una pelota que entraba y hasta un dudoso penal no cobrado para los mendocinos.

¿Y Boca? Nada. O muy poco. Porque depende casi exclusivamente de lo que haga el recién llegado Carlos Tévez, un jugador de una calidad superior a la de casi todos los que hoy participan del torneo argentino, pero que es bastante desaprovechado por el director técnico Rodolfo Arruabarrena.

En verdad, Arruabarrena no sabe aún lo que quiere, a la altura de la fecha 22, la próxima, sobre 30 posibles. No lo supo cuando contó con Daniel Osvaldo, que también estaba para marcar la diferencia, y no lo conoce ahora tampoco, porque Boca va siendo demasiado para sus conocimientos y experiencia, aunque le cueste todavía admitirlo.
Entonces gana el temor, o la idea estructural que Boca “es meter” antes que “jugar”, como si al fútbol se pudiera ganar sin llegar al arco rival o enhebrar jugadas que clarifiquen, para lo cual se necesita atacar.

Pero Arruabarrena, que quiere y necesita ser campeón, por la urgencia que genera este muy buen tiempo de su rival River Plate, planifica partidos de local con un solo delantero puro, Sebastián Palacios, acompañado de un “falso nueve” o segunda punta, que es Jonathan Calleri. Demasiado poco, y por eso ambos dependen de que cual Lionel Messi en anteriores selecciones argentinas, Tévez baje cada vez más al medio a buscar la pelota y llevarla, entre golpes y roces, hacia las cercanías del área contraria, pero allí levanta la cabeza y ve que no hay nadie.

Porque Arruabarrena prefiere resguardarse con cuatro defensores, de los que apenas Gino Peruzzi por derecha puede proyectarse con alguna que otra limitación pero cierta velocidad, y con una inexplicable línea de tres volantes con funciones más de lucha y roce que de fútbol, con un Fernando Gago que opta por el lujo antes que por el aporte colectivo, salvo en contadas excepciones, en vez de buscar más variantes ofensivas.
Y si se necesita un revulsivo, el entrenador echa mano a Nicolás Lodeiro, volante con llegada, para sacar…a Palacios, el único delantero neto.

¿Puede Boca salir campeón así? No parece fácil, pero todo puede ocurrir porque jugadores, tiene, si bien muchos de ellos se van limitando en sus funciones por no encontrar un sustento colectivo. San Lorenzo parece más sólido y River, pese a estar en “otra cosa”, tiene la chance, como local, de ponerle un pie, y aún quedan Racing Club y Rosario Central.


Más que nunca, Boca depende mucho más de sus jugadores que de equipo. 

¿Alcanzará?

Pocos goles y mucho por mejorar (Yahoo)



Se terminaron ya las vacaciones y la Liga Española ha vuelto a rodar con resultados muy ajustados, muy pocos goles y algunos indicios que van marcando una cierta tendencia que el tiempo se encargará de corroborar: un Barcelona con un plantel excesivamente corto, un Real Madrid con problemas para el gol (algo que parecería insólito), y un Atlético Madrid que por ahora no ha cambiado demasiado pese a los fichajes rimbombantes.

Si bien el Barcelona ha comenzado la Liga venciendo en un campo muy difícil como el nuevo San Mamés ante el Athletic de Bilbao, rival que le ha complicado tanto que le arrebató recientemente la Supercopa de España y en este mismo estadio lo goleó 4-0, los azulgranas tampoco se pueden llamar a engaño.

Luis Suárez salvó al final los tres puntos en un partido complicado, muy duro, con muchas infracciones como resabio de la Supercopa, y en el que Lionel Messi falló un penalti (que no había sido), bien contenido por Gorka Iraizoz (uno de los pocos que pudo conseguir lo mismo ante Cristiano Ronaldo), pero las lesiones de Daniel Alves y Sergio Busquets, sumadas a la de Neymar, perturban demasiado a un equipo que cuenta con pocos jugadores del mismo nivel por las salidas de Montoya, Pedro y Xavi.

Si bien el entrenador Luis Enrique dijo tras el partido que su equipo había jugado en un “alto nivel” no es lo que se vio, sino al contrario, un Barcelona que tuvo carácter, pero que no encuentra entre sus suplentes a jugadores de la misma jerarquía que con los titulares y que deberá estirarse hasta enero, cuando pueda utilizar sus nuevos fichajes (Alex Vidal, Arda Turan, Nolito), de la manera que pueda.

Por el lado del Real Madrid, el único de los equipos de la parte superior de la tabla de posiciones pasada que cambió de entrenador, ocurrió con Rafa Benítez algo parecido que con Luis Enrique. Un elogio desmedido a sus jugadores cuando la propia prensa madrileña destacó que de los nueve partidos que los blancos llevan jugados con su nuevo director técnico, en cinco no ha marcado goles.

No es un dato menor: el hecho de contar con un ataque sin un nueve de referencia como antes era Karim Benzema, para jugar con Gareth Bale en esa posición aunque no fijo sino entrando o saliendo, con dos estáticos Cristiano Ronaldo y Jesé, bien encerrados por el Sporting Gijón, puede resultar negativo pese a tanta posesión y todo quedó reducido, en El Molinón, a remates de media distancia, varios de ellos de Isco o algunos de los delanteros, pero no hubo llegadas claras que dejaran a sus atacantes de cara a la portería.

En otro partido del que se esperaba mucho, al menos por el lado del Atlético Madrid de Diego Simeone, tampoco se vieron demasiadas cosas y los rojiblancos, pese a tantas incorporaciones de fuste (el equipo que más fichó, por encima esta vez de los dos colosos, Real Madrid y Barcelona), parecen tener una continuidad con la temporada pasada.-

El Atlético, pese a la llegada de delanteros como Jackson Martínez o Luciano Vietto, parece descansar casi todo su juego en lo que haga su retornado joven Oliver Torres, quien si esto sigue así tendrá demasiada carga por hacerse cargo de todo, como en cierta forma antes dependía de Arda Turan, Koke, o el lanzamiento de los dos laterales, algo que continúa ahora con el retorno de Filipe Luis y la continuidad de Juanfran, pero se debería esperar mucho más.

El ingreso en el segundo tiempo del argentino Angel Correa abrió una brecha por la punta y aportó cierta frescura, pero suena a muy poco para todo lo que tiene Simeone en su plantel, y ante uno de los equipos con menos oposición como visitantes, Las Palmas.

La jornada incluyó otros dos partidos con empates sin goles aunque muy distintos entre sí. No fue lo mismo el Málaga-Sevilla, que aburrieron pese a tener muy buenos jugadores, que el Rayo Vallecano-Valencia, con muchas situaciones de gol en ambos arcos, pero ninguna concretada aunque pudieron generar un muy buen espectáculo final.

¿Serán los pocos goles el augurio de una Liga con mayor paridad que todas las anteriores? En todo caso, los analistas auguran por fin un torneo en el que la “clase media” (Atlético Madrid, Sevilla, Valencia, Athletic, Villarreal) se acercará a las dos potencias, cuando por fin los equipos parecen estar algo más ordenados económicamente (15 de los 20 tuvieron hasta ahora superávits en sus balanzas comerciales en el mercado de fichajes), y el reparto de los derechos de TV será distinto desde que la Liga Profesional (LFP) los vende centralizados y sólo dos países en todo el mundo, Mongolia y Groenlandia, no los habían comprado.

Esta Liga también marcará un cambio cultural para seguir al fútbol, que en las próximas semanas se verá si es aceptado como modelo, por su tendencia de parecerse a la Premier League inglesa, a la que apunta con la intención de irla destronando, empresa muy difícil.

Por esta razón, esta vez se decidió una suerte de “Boxing Day” para Navidad y Fin de Año, algo alejado de las costumbres españolas, y habrá partidos los viernes y algunos horarios extraños para penetrar en mercados como el asiático.


Una Liga que ha comenzado sin que Messi o Cristiano Ronaldo marquen en su primera jornada, ya no parece una Liga común, pero es demasiado pronto, aún, para sacar conclusiones definitivas.

domingo, 23 de agosto de 2015

Más poder a la clase media apuntando a la Premier League (Perfil)



La que comienza este fin de semana será una Liga Española distinta, con una vuelta de tuerca importante respecto de las anteriores. Con más poder a la “clase media” (Atlético Madrid, Valencia, Sevilla, Villarreal), ante los dos poderosos, Barcelona –el último campeón- y el Real Madrid, que por primera vez en mucho tiempo han sido superados en los gastos en contrataciones de jugadores, y con la clara intención de pelearle palmo a palmo a su máxima adversaria, la Premier League inglesa, la supremacía como mejor torneo del mundo.

Si por primera vez el Real Madrid aún no contrató ningún “galáctico”, como acostumbra su poderoso presidente Florentino Pérez, y afronta su primer campeonato sin su ex capitán y gran arquero Iker Casillas, emigrado al Porto, esta vez “sólo” han llegado un lateral como el brasileño Danilo, el volante croata Mateo Kovacic y el regresado Kiko Casilla, formado en la cantera blanca y hasta ahora guardameta del Espanyol. Demasiado poco para la costumbre, aunque todavía se guarda la carta de otro para el arco, David De Gea, en el clásico conflicto con su club, Manchester United, en la novela que teje el club blanco antes de una gran contratación.

El Barcelona, en cambio, sí contrató un crack de gran incidencia como el turco Arda Turan, gran figura del Atlético Madrid, así como otro jugador de la cantera azulgrana y lateral del Sevilla, Alex Vidal, y acordó otro regreso, el del puntero Nolito, del Celta, pero por la sanción que recibió de la FIFA, no los podrá habilitar hasta 2016.

En cambio, esta vez el club que más dinero gastó en fichajes, contra la tendencia de los últimos años de duopolio en lo económico-financiero de la Liga, es el Atlético Madrid, con cracks como el colombiano Jackson Martínez, el argentino Luciano Vietto de gran campaña en la pasada temporada en el Villarreal, el regreso de Filipe Luis, desde el Chelsea, Stefan Savic, el muy buen defensor montenegrino de la Fiorentina, otro delantero importante como Yannick Ferreira Carrasco, del Mónaco y por si le faltaba algo, también volvió el joven Oliver Torres, que estaba a préstamo en el Porto.

Pero tampoco se quedan atrás los demás clubes de la clase media de la Liga, como el Valencia, cuyo nuevo dueño, el magnate Peter Lim, invirtió 109 millones de euros en jugadores como Santi Mina (Celta), el arquero Matthew Ryan (Brujas), Rodrigo, André Gómez y Joao Cancelo (Benfica) y el delantero Alvaro Negredo (Manchester City).

El Sevilla, con las mieles de la Europa League y la gran remontada que no alcanzó ante el Barcelona por la reciente Supercopa de Europa, invirtió 20 millones en jugadores como Mariano Ferreira (Girondins), Rami (Milan), Kakuté (Chelsea), Inmobile (Borusia Dortmund), Sergio Escudero (Getafe), Krohn Dehli (Celta) o N’Zonzi (Stocke City), mientras que el Villarreal tampoco se quedó atrás y apostó por la dupla atacante del Málaga (Samu García y Samu Castillejo), el goleador Soldado y el defensor Victor Ruiz, por 36 millones de euros.

Desde la temporada 2007/08 (575 millones) que la Liga Española no gasta tanto en contrataciones, con 487 millones de euros en total (que aún los puede pasar porque el mercado está abierto hasta el 31 de agosto) pero hay una coincidencia en que prima la cordura y que mucho se debe a que en estos años, por la presión estatal, las cuentas se equilibraron y la mayoría de los equipos (15 de 20) ingresan más de lo que gastan.

Sólo los primeros cuatro equipos de la Liga pasada y el Betis, que regresa nuevamente a Primera, gastaron esta temporada más de lo que recibieron por transferencias, lo que representa un claro indicio de la nueva situación y también que muchos de los que emigraron tienen mayor calidad que los que llegaron, y fueron recibidos por la Premier League, la Serie A o la Bundesliga.

Para Javier Tebas, el presidente de la Liga Profesional (LPF), la idea es irse pareciendo a la Premier League con el logro de la centralización de la venta de derechos de televisión, que hasta ahora eran negociados por cada uno de los clubes de manera individual, con la promesa de una distribución más “democrática”, aunque respetando la influencia que Real Madrid o Barcelona tienen en la imagen general; y las modificaciones en el calendario, agregando ahora fechas como las de Navidad o Fin de Año, al mejor estilo del “Boxing Day” inglés.

Uno de los movimientos recientes con la centralidad de la venta de los derechos de TV fue de tanta importancia que sólo Mongolia y Groenlandia no los adquirieron todavía, mientras que se agregará un partido los viernes, adelantando la jornada (en el debut liguero, Málaga y Sevilla empataron 0-0) con horarios que también implican grandes cambios culturales como para penetrar en el mercado asiático.


La Liga Española busca ser más pareja y llegar a todo el planeta. Y sigue dando pelea.

martes, 18 de agosto de 2015

El regreso del Athletic (Yahoo)



Pocos creían en la posibilidad de una hazaña, pero el Athletic de Bilbao lo ha conseguido y se ha quedado con la edición 2015 de la Supercopa de España, al terminar venciendo nada menos que al Barcelona por una distancia de 5-1 gracias a la goleada que le propinó en la ida en el Nuevo San Mamés (4-0) y ya con más calma, haber mantenido el empate (1-1) en el Camp Nou.

Lo del Athletic es loable porque como bien lo señaló en una oportunidad la prestigiosa revista francesa “L’Equipe”, se trata de “un caso único en la historia del fútbol mundial” el hecho de contar sólo con jugadores de origen vasco en tiempos tan abiertos a los negocios como estos, especialmente desde la existencia de la llamada “Ley Bosman”, en la temporada 1996/97, que permitió el fichaje de jugadores de toda Europa en ese continente.

Sin embargo, el Athletic se mantuvo siempre firme, y si bien le tocó atravesar etapas duras, en especial entre 2005 y 2007, desde la anterior salida como entrenador de Ernesto Valverde, y la renuncia de su presidente Fernando Lamikiz, tuvo una notable recuperación tomando como año clave 2009, con la llegada de Joaquín Caparrós y el comienzo de la construcción del nuevo estadio, así como la llegada a la final de la Copa del Rey ante el Valencia, que supuso acceder a la Europa League en 2009/10.

Ya en 2011 y con Josu Urrutia como presidente, el argentino Marcelo Bielsa llegó como entrenador para una temporada de ensueño en la Europa League y con baños a equipos como Manchester United, Schalke 04 o Sporting Lisboa, para perder la final ante el Atlético Madrid de Diego Simeone, o la final de la Copa del Rey ante el Barcelona en la despedida de Josep Guardiola como entrenador blaugrana.

De esos tiempos ya más cercanos, casi no quedan jugadores que haya sido titulares, ya retirados (Andoni Iraola) como transferidos (Javi Martínez, Fernando Llorente) y hay unos pocos que han quedado y que ahora tienen mucha más preponderancia en el equipo, como el arquero Gorka Iraizoz, los defensores Aymeric Laporte o Mikel San José, los volantes Ander Iturraspe, Oscar De Marcos, Carlos Gurpegi o Markel Susaeta, o los delanteros Iker Muniain y especialmente Aritz Adúriz.

Precisamente Adúriz terminó consolidándose como goleador cuando primero Bielsa postergó al banquillo a Llorente, en conflicto con el club y el entrenador antes de irse a la Juventus, y apareció con todo su esplendor en esta Supercopa de España ante el Barcelona al marcarle un hat trick en la ida en Bilbao, y el gol del empate en la vuelta en el Campo Nou: nada menos que cuatro goles al Barcelona en apenas tres días y ahora con la chance de volver a enfrentarlo en el debut liguero de la nueva temporada 2015/16.

La hazaña del Athletic adquiere grandes ribetes por el rival al que tuvo que enfrentar, nada menos que el Barcelona, que aunque sin el rodaje suficiente al inicio de la temporada, con Lionel Messi recién retornado de las vacaciones, al igual que Javier Mascherano, y con Neymar lesionado, sigue siendo un equipo temible y que iba en busca de su quinto título del año, para coronar la campaña en diciembre con el sexto en el Mundial de Clubes de Japón.

Sin embargo, el Athletic hizo un gran planteo en la ida, con una alta presión en campo del Barcelona, sin dejar jugar a Messi, al que encerró perfectamente, y luego se benefició de algunos importantes errores que cometió el entrenador del club catalán, Luis Enrique, quien decidió colocar en el equipo titular a jugadores sin peso específico para esta clase de partidos, como los volantes Rafinha y Sergi Roberto, sumados a un intermitente Pedro, que desde hace ya mucho tiempo no tiene el nivel que adquirió hasta 2012 y que aún baraja la chance de emigrar al Manchester United.

Tras un segundo tiempo de los peores que el Barcelona jugó en mucho tiempo y en el que Athletic encontró la posibilidad de explotar los errores para ampliar la diferencia a cuatro goles, ya en el Camp Nou y con la presión de tener que remontar tamaña diferencia, el Athletic planteó un partido completamente distinto al de Bilbao, con las líneas muy retrasadas, cortando el circuito de juego local, y aunque el Barcelona sí salió en este caso con lo mejor que tenía, ya el tiempo le jugó en contra y no encontró los espacios para colocarse a tiro en el resultado.

En cuanto al Barcelona, sí el verano y la Supercopa de España, incluso la de Europa que ganó en el alargue al Sevilla, dieron señales de ciertas alertas rojas, como que a la hora de la verdad, Luis Enrique cuenta con un plantel bastante corto, con poco recambio, en especial del medio para arriba, y eso puede ser determinante hasta que llegue 2016 y puedan incorporarse Alex Vidal, Arda Turan o Nolito.

Como punto aparte hay que analizar que esta Supercopa de España no debió jugarse. El Barcelona fue campeón de Liga y de la Copa del Rey en la pasada temporada y eso debería darle derecho a obtener este trofeo desde el punto de vista estrictamente deportivo, pero hoy pesan las razones de los negocios y la televisión y el marketing exigen que esos dos partidos no se pierdan, que se jueguen de cualquier modo y así se llegó a que el Athletic encontrara una oportunidad, que finalmente no desperdició y ganó, en el campo con total justicia, lo que ni siquiera debió disputarse.

Estos tiempos son así.

domingo, 16 de agosto de 2015

La AFA, ¿una joda de Videomatch?



Este martes puede llegar a ser un día crucial para la AFA. Si Marcelo Tinelli logra más de 22 apoyos para que se acepte su candidatura y se dé por válido el artículo 50 del estatuto, puede iniciarse el principio del fin para el grondonismo, que ya de por sí no es más puro, y necesita aliarse con el moyanismo para poder subsistir ante el Poder que quiere venir.

Podría decirse que es la clásica oposición entre los que pretenden mantener a toda costa el statu quo contra los que llegan para imponer el propio, en este caso luego de 36 años de unicato, de un modelo de funcionamiento que en los últimos tiempos pudo manejarse hasta  a control remoto, desde una casa de fin de semana o desde el lujoso Baur au Lac, de Zurich, por la vía telefónica.

Muchos análisis se hicieron en estos días sobre lo que se podría ir y lo que podría llegar, mostrando un “proyecto nuevo”, diferente a todo lo anterior, por parte del showman televisivo, acaudalado hombre de negocios y vicepresidente actual de San Lorenzo de Almagro, Marcelo Tinelli. ¿Pero es tan así?

De las propuestas que el risueño y excéntrico dirigente, distribuidas a sus camaradas en la última reunión en el Hotel Panamericano, cerca de la sede de la AFA de la calle Viamonte, se hace casi total hincapié en cuestiones de negocios, que desde ya no dejan de ser un aspecto importante del manejo de la institución, pero ni por asomo es lo único.

Poco y nada se dice del modelo político. La palabra “federalismo” no aparece en un orden de importancia, tampoco un cambio en la organización de los torneos y todo indica que lo que se busca, por todos los medios, es agrandar el marco de las entradas de divisas con distintas fórmulas, de las que no se excluye para nada, y hasta se hacen alusiones indirectas (¿acaso por temor a algo, o a alguien?) a la posible entrada del juego y con él, de las apuestas online (lo que Grondona llamaba “Prode Bancado”).

Si todo pasa por cuestiones relativas al negocio, para agrandarlo, no tercerizarlo, agregar publicidad privada a las tandas de Fútbol Para Todos o generar más recursos con los sponsors y la selección argentina, el modelo final no es tan distante del que aún existe.

Así parece que como ya decían los hijos de Grondona pocos meses atrás, Tinelli está lejos de ser un dirigente nuevo en el mundo del fútbol sino que tranquilamente podría tomarse como una cara joven de una nueva etapa del grondonismo. ¿No fue acaso el propio Grondona el que trató de insistirle para que ingresara en el mundo del fútbol? ¿No se quedaba a dormir Tinelli en la casa de la familia Grondona en sus tiempos jóvenes de jugador de fútbol?

También el fútbol argentino debe preguntarse por qué Tinelli aparece con tanta fuerza, al margen de su poderío económico y de su respaldo político de los tres candidatos presidenciales con más chances de asumir el 10 de diciembre. Debe preguntarse qué sucede para que el propio fútbol orgánico sea incapaz de generar un dirigente con proyección en tres décadas y media, o que alguien que ha luchado tanto contra el grondonato en el pasado, como elk actual presidente de Vélez Sársfiel, Raúl Gámez, hoy vaya detrás del vicepresidente de San Lorenzo.

Es que desde 2009, el fútbol argentino sólo se dedicó a recibir dinero y tragárselo, ya sea por corrupción o malas administraciones, con escasas excepciones. Se trata de un fútbol irreflexivo, que cambia permanentemente las reglas de juego, que no le da importancia a los seguidores ni los ha respetado en lo más mínimo, y que ha contado con un regalo del cielo: un cheque desde el Estado, que sin embargo, pudiendo controlar todo, se desentendió de eso por razones estrictamente políticas.

Al Estado sólo le importa tener las riendas del poder de la AFA, no tanto lo que cada club haga con el dinero, aunque se trate de asociaciones civiles sin fines de lucro, comprendidas en la ley nacional, y aunque esos fondos con los que paga fortunas provengan de los impuestos de cada uno de sus habitantes.

Sin embargo, desde los más altos lugares de Poder, lo que se trató de negociar es no tener problemas con uno de los más importantes comunicadores argentinos y buscar la forma en que uno de sus hombres de negocios pueda aliarse con él en un futuro cercano, en un movimiento de pinzas, para agregarle el juego en todas sus acepciones, y poco más.

Por el momento, sólo dos propuestas han aparecido en serio en el fútbol argentino desde 1979 hasta la fecha: el modelo de torneos federal y por regiones, que aportó el ex árbitro (ya fallecido) Teodoro Nitti en 1991 (acabó votándose a sí mismo, como único voto en contra de Grondona en esa y las siguientes elecciones a presidente), que parecía interesante y que tenía algún punto de contacto con el Brasileirao; y el proyecto que elaboró Carlos Heller, el entonces vicepresidente de Boca Juniors en los años ochenta, que dejaba en manos de una Liga de Fútbol profesional, al mejor estilo de la LFP española, los derechos de TV y el manejo de los torneos, a lo que, claro, se opuso con toda enjundia el ferretero de Sarandí.

Pero sigue sin haber debate en serio sobre lo que se pretende para el fútbol argentino, con y sin Tinelli. ¿La AFA seguirá con un gobierno de poca gente que decidirá en una mesa o pasará n a tener voz y voto los árbitros, el fútbol femenino, el fútbol infantil, las ligas del interior? ¿Los torneos nacionales serán representativos, o unitarios como hasta ahora? ¿Los clubes seguirán vetando árbitros y cambiando horarios y días? 

¿Habrá algún plan concreto para acabar con la violencia del fútbol dentro y fuera de los estadios? ¿Hay voluntad política para solucionarlo? ¿Habrá colaboración real con la Justicia y los distintos organismos o seguirá la connivencia con la Policía de cada región y funcionarios políticos de cada estamento?

¿El fútbol argentino seguirá siendo esclavo de un perverso sistema económico mundial por el que no sólo se ve obligado a utilizar un calendario anual que no le conviene en pos de vender jugadores al exterior sino que cambió su manera de jugar sólo para producir lo que se necesita en el Primer Mundo, con las consecuencias nefastas que se perciben claramente, o eso no importa demasiado?


Tal vez estas reflexiones ayuden a preguntarnos, entonces, desde aquí, si la posible llegada de Tinelli representa un cambio real de estructuras, de statu quo, o apenas un maquillaje para que  todo siga como estaba y de fondo, nada cambie. Para que con el paso de los días, los meses, descubramos que todo no había sido otra cosa que una joda para Videomatch.

jueves, 13 de agosto de 2015

FIFA: los sponsors serán la clave de los negocios futuros (Actualidad Económica)



Muchos se sorprendieron cuando, tras haber sido reelecto presidente la FIFA por un nuevo período (ocupa el cargo desde 1998), el suizo Joseph Blatter, al enterarse del procedimiento judicial contra muchos de sus miembros del Comité Ejecutivo en el hotel Baur Au Lac, en Zurich, afirmó que era  “un buen día para el fútbol” y que lo que había ocurrido “es bueno para su reputación y para su limpieza”.

“No es un día bonito pero también es un buen día, las cosas avanzan y queremos tener respuestas”, dijo el entonces director de Comunicación, Walter de Gregorio, que a las pocas horas era borrado de un plumazo de su cargo por una broma que no causó gracia entre los más altos dirigentes del fútbol.

Blatter había preferido el camino del victimismo. Algo así como que no puede controlar desde Zurich la corrupción en cada confederación continental y entonces hay que dejar actuar a la Justicia. Es decir, como si nada tuviera que ver, aunque primeros ministros y mandatarios de toda laya claman por su salida y él mismo promete cambios aunque con el paso del tiempo ya no queda tan claro que deje el poder cuando se reúna el próximo 26 de febrero el Congreso Extraordinario siguiente.

Estamos refiriéndonos a casos de corrupción que involucran a 14 de sus miembros más altos en los últimos 20 años y las autoridades estadounidenses dijeron que esto es “sólo el principio”, según la fiscal del distrito de Brooklin, Kelly Currie, que trabaja con Loretta Lynch, la secretaria de Justicia del país que dijo que la disputa de la Copa Centenario de USA de 2016 motivó esta acción judicial.

“Las investigaciones revelaron lo que debería ser una expresión del deporte, fue usada como vehículo para una red mayor de llenar los bolsillos de ejecutivos con sobornos por 1120 millones de dólares”, explicó Lynch a la prensa.

Con algunos dirigentes ya detenidos por Interpol, otros con prisión domiciliaria y empresarios negociando sus declaraciones a cambio de fianzas y de penas menores, y hasta con algunos prófugos (como el argentino-brasileño José Lázaro Margulies), y la corrupción a flor de piel en uno de los más grandes escándalos internacionales de los últimos tiempos, la gran pregunta que se hace el interior de la FIFA es cómo hacer para que el negocio sobreviva.

En otras palabras, cómo seguir consiguiendo el acceso a la enorme base de fans en todo el mundo después de que la FIFA haya quedado manchada por estas revelaciones.
Es que estos no son aquellos tiempos de cuando Blatter asumió la presidencia el 8 de junio de 1998, justo antes de comenzar el Mundial de Francia, para suceder al belga-brasileño Joao Havelange tras 24 años de mandato de éste, que siempre dijo que manejaba una multinacional del fútbol.

El suizo había ingresado a la FIFA apenas un año después que Havelange asumiera, allá por 1975, y ahora parece muy lejos aquel primer balance de 1999, con ingresos por 212 millones de dólares, pérdidas por 105 y reservas por 38.

En su informe financiero de 2014, la FIFA había reportado ingresos de 5718 millones de dólares en el periodo 2011-2014 (36,5% más que en 2007-2010). Pese a esto, la utilidad bajó a 338 millones, un 46%. La facturación anual era de 2096 millones,  el superávit,  de 141, y las reservas, por 1523.

La mayor parte de los ingresos provienen de los derechos de transmisión de Mundiales. 2428 millones, del Mundial 2014 y para Rusia 2018, se esperan 2700.

Si la Superbowl tuvo una audiencia mundial de 160 millones de tele espectadores, la final de Argentina-Alemania en Brasil 2014 la vieron  909.6 millones. No es de extrañar entonces que el dinero proveniente de los patrocinadores haya trepado a 523,6 millones entre 2011 y 2014. Esto tiene un nuevo atractivo porque además la FIFA pagó 358 millones de dólares a cada selección que participó del Mundial 2014 y se espera que sean 582 para 2018.

Pero tras este escándalo, ¿el modelo seguirá igual, como si nada hubiera pasado y cuando dos de los principales investigadores de la institución madre del fútbol, el británico Andrew Jennings y el alemán Thomas Kistner, han publicado libros con títulos como “Omertá” y “FIFA Mafia”, respectivamente?

¿Están los sponsors, las grandes marcas, dispuestos a aceptar esta corrupción global en una entidad que contiene 209 países miembros, cuando la propia ONU cuenta con 193, y la Organización Mundial del Comercio (OMC), 161?

El portal Marketing Directo cree que si bien los patrocinadores estudiarán con lupa su relación con la FIFA “es poco probable que tomen una decisión inmediata”.

 Por ahora, la FIFA cuenta con cinco patrocinadores claves para Rusia 2018: Adidas, Coca Cola, VISA, Gazprom y Hyundai Motor Co (y su filial Kía). En menor escala aparecen también Budweiser (Anheuser-Busch Inbev NV) y Mc Donalds Corp..

En el caso de Adidas, un portavoz instó a la FIFA “para establecer y seguir normas de cumplimiento transparentes en todo lo que hacen” pero planea continuar su apoyo al fútbol “en todos los niveles”.

Julián Gutiérrez, experto en temas de mercadeo deportivo, dijo en cambio que “asociar el nombre con visos de corrupción nunca será rentable”. El problema parece ser la estrechez comercial entre las grandes marcas y sus necesidades de trascender, y el fenómeno del fútbol.

El secretario general saliente de la FIFA, Jerome Valcke,  llegó a decir que la venta de alcohol en los estadios era una condición “no negociable” para el Mundial 2014 aunque una ley de Brasil la impedía.  Sin embargo, resulta paradójico que con ese ejemplo, la FIFA se queje del carácter extraterritorial de la jurisdicción que ejerce en su contra en EEUU por haberse utilizado el sistema financiero de su país en la comisión de algunos de los delitos imputados y se alega que la CONCACAF tiene sede en este país.

El sistema de merchandaisding de la FIFA es considerado el mejor del mundo del deporte y supera a los que facturan la NBA, o la Superbowl de la NFL.

Se  trata de un sistema centralizado y descentralizado a la vez. FIFA vende los derechos de uso de sus logos e imágenes a todas las compañías de todas las industrias del mundo, quienes compran los derechos para fabricar productos y comercializarlos, y están protegidos en términos legales. FIFA hace uso de protección y control de la marca.

El modelo de negocio pasa por  sponsors que patrocinan cada detalle del ámbito. Desde publicidad estática hasta los anuncios que los espectadores ven durante los partidos por TV.

Cada segundo de exposición cuesta millones de USD, gracias a la masividad de la industria. Coca Cola, Adidas, KIA Motors, VISA o Budweiser. Las cifras no suelen darse a publicidad. Todo se maneja con silencio hacia el exterior y se busca fundir a todos los actores en una especie de “gran familia del fútbol”. Blatter opera como un frío CEO de una multinacional.

Del Mundial de Sudáfrica al de Brasil, el número de productos creció un 788%, cifra récord en la historia comercial mundialista. Las licencias se dispararon un 1200 por ciento, a  9000 millones de dólares de ingresos por publicidad en el campo de juego hasta cuestiones específicas de marcas.

Según Euroaméricas Sport Marketing, la inclusión de fabricantes de relojes de alta gama, media y baja es de las que más crecieron en promedio en los últimos 30 años, junto con artículos de moda femenina (joyas y souvenires).


Mientras la Justicia norteamericana habla de sobornos, coimas, blanqueos de dinero, los grandes sponsors se mantienen allí, mirando para otro costado, con alguna que otra frase tibia de advertencia. ¿Cambiará algo con ellos en los próximos meses, si la FIFA no cambia?

miércoles, 12 de agosto de 2015

La repetición (Un cuento de Marcelo Wio)








“Somos nuestra memoria, somos ese  quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos”, Jorge Luis Borges


Hacía más de veinte años que se habían agotado las pilas de la radio del viejo Zúñiga. Hacía algún tiempo más que Manrique había cerrado la pulpería y se había mandado a mudar. Desde entonces, Bucarelli, un viajante de la ciudad, aparecía una vez al mes con yerba, harina, levadura, azúcar, jabón de barra, sal, vino, aspirinas, calvos, alambre, martillos, palas y alguna cosa más.

 “Yo no trabajo pilas; no son rentables. Cada vez se usan menos con eso de la electricidad”, había dicho en su primer o segundo viaje al paraje Los Sauces Menguados (tanto, que no había ni uno solo). Pero en Los Sauces no había electricidad. Es más, por no haber, no había ni una palabra que definiera la abundancia.

Así pues, un par de semanas después de que las pilas dijeran hasta acá llegamos, en mitad de la 13º fecha del campeonato nacional de fútbol – seguido religiosamente en casa del viejo Zúñiga -, Eleodoro Funes, el memorioso, comenzó a relatar la primera fecha. Al domingo siguiente, la segunda; y así. Eleodoro recordaba cada palabra, cada inflexión, cada silencio del relator, los comentaristas, los enviados a otros estadios y de las publicidades.

Cada domingo repetía exactamente un partido que ya no era. Cada domingo transmutaba su voz en la de los que la radio había traído desde tan lejos. Cada domingo, como repitiendo un acto cosmogónico, en el rancho del viejo Zúñiga; mientras los hombres tomaban mate, comentaban el tiempo, hablaban del ganado, de alambrados que arreglar, de crecidas de un río que llevaba seco un tiempo que podía medirse en términos geológicos; otros jugaban a la taba, frente a la puerta, para que llegaran las voces a través de Eleodoro.

Y todos lo vivían como si cada vez fuese la primera que escuchaban un partido del que hasta sus protagonistas se habían olvidado. Unos protagonistas que, por lo demás, hacía tiempo que no corrían detrás de un balón. A lo sumo, corrían detrás de una vida que siempre anda en posición adelantada, como burlándose de uno, esquivando el pase y la responsabilidad de definir frente al arquero.

“La pila, es Perduracell… ¡una pila de vida!”, en la voz de Eleodoro, una ironía que se repetía domingo a domingo. “Ni las pilas ni la vida duran”, había dicho Zúñiga. “Lo único que dura es la memoria de Funes”, había respondido el chueco Pazzuchi. “Hasta que también Funes se acabe”, 
respondió Zúñiga. “Yo me acabaré antes, así que para mí, Funes es eterno”, Pazzuchi. “Que no veas un final, no significa que no haya finitud”, Zúñiga. “Cébeme un mate y basta de filosofías”, Pazzuchi. “No son filosofías, son realidades. La filosofía trata de evasiones”, Zúñiga, al que siempre le gustaba tener la última palabra, mientras le pasaba el mate a Pazzuchi.


“Moretti avanza por la mitad del campo; la cabeza erguida; el porte de un general que comanda a sus tropas…”. La tardecita ya había echado sombras flacas detrás del rancho. Los hombres habían encendido un fuego y limpiado un cordero. Una damajuana había aparecido por alguna parte. A los partidos no le quedaban más de diez minutos; al domingo, algo más: un domingo que era el mismo de hacía unos veinte años. Un domingo que, en realidad, siempre había sido el mismo, incluso antes de que las pilas dijeran basta.