Todavía repiquetean en Madrid aquellas palabras dichas hace un año por el entonces entrenador del Real, Juande Ramos, a los pocos minutos de haber quedado eliminado por el Liverpool en octavos de final, cuando los blancos fueron vapuleador por los “Reds” en Anfield: “Es evidente que no tenemos un equipo capaz de pasar a cuartos de final, lo hemos demostrado”.
Juande había reemplazado pocos meses antes al alemán Bernard Schuster, cuando a días del partido crucial ante el Barcelona en el Camp Nou, éste tuvo un extraño rapto de sinceridad y dijo que su equipo estaba “para perder por poco”. Desde ya que no llegó al superclásico español y su sucesor acabó planteando el partido como si fuera un equipo que pelea por no descender y acabó arañando un 2-0 en contra que fue bien tomado por la afición.Mucha agua parece haber corrido desde aquellos tiempos, y hoy, la chequera de Florentino Pérez mata las dudas. La temible aparición del portugués Cristiano Ronaldo, el agregado del talentoso pero no adaptado brasileño Kaká, la potencia del francés Karim Benzemá, la ductilidad del volante Xabi Alonso, y el oficio del lateral Arbeloa y del central Albiol, parecían terminar con aquellos disgustos de antaño. Si además de los trescientos millones de euros tan criticados por el presidente de la UEFA Michel Platini y hasta por El Vaticano, el Real Madrid contrató al entrenador chileno Manuel Pellegrini para que logre realizar con este riquísimo plantel un trabajo al estilo de las cinco temporadas en el Villarreal, y la final de la Champions League contemplada para el mismísimo Santiago Bernabeu, no había nada que temer, entonces. Todo estaba dado para pelear en los tres frentes: Liga, Copa y Champions. La Copa del Rey, como sabemos, ya hace rato que se esfumó luego de la escandalosa derrota por goleada ante el humilde Alcorcón. La Liga sigue a tiro aunque se parece mucho a la temporada pasada, con el Barcelona ahí, en lo que parece a tiro, pero las fechas pasan y los azulgranas son los que lideran. Y en la Champions…..los octavos de final y el fantasma de cinco temporadas sin lograr pasar esta etapa. Toca ahora el Olympique de Lyon, con la temible dupla atacante argentina de César “Chelito” Delgado y Lisandro López, un equipo francés que acaba de perder siete años de hegemonía en su país a manos del Burdeos, pero que le asienta un módico 1-0 a los blancos en tierras galas, a la espera de la revancha en marzo en Madrid, tirándole toda la presión del fantasma de lo que podría ser una durísima eliminación y un efecto dominó con el equipo y con el ya cuestionado Pellegrini. Los medios de Madrid no entienden de paciencia y han publicado que el polémico entrenador portugués José Mourinho, actualmente en el Inter (pero con una cláusula de salida) ya fue sondeado por algunos dirigentes blancos. Esto suele sonar como amenaza muy poco velada. Algo así como que la paciencia se acaba y que si no hay cuartos de final en Champions, aquellos ídolos de cemento, en un segundo pasarán a ser barro puro. Cosa de estos tiempos sin contemplaciones. Las leyes del mercado llegaron al fútbol para quedarse y de nada sirve, como el domingo, meterle seis al pobre Villarreal. Eso sólo será un grato recuerdo si se pasa al Lyon, pero de nada servirá si se pierde. Y no sólo para Pellegrini sino que el propio director deportivo Jorge Valdano juega su cabeza. En esta ruleta rusa, un tiro en el poste o con destino de gol, puede cambiar una economía y una imagen: del barro al cemento y del cemento al barro.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario