miércoles, 30 de junio de 2010

Los árbitros remiten a la FIFA la polémica de la tecnología (Jornada)



Pretoria.- Una mañana nublada en el FH Odendaal High School, en una zona alejada del centro de Pretoria, donde por tercera vez desde que comenzó el Mundial, los árbitros se decidieron a dialogar con la prensa luego de su entrenamiento habitual, aunque con un aditamento: la polémica porque en el fútbol no se usa la tecnología que sí está presente en otros deportes, y que está haciendo estragos con la credibilidad del deporte rey.
Es por eso que con Roberto Suárez estuvimos presentes en la conferencia de prensa brindada por el español José María García Aranda, jefe técnico de los árbitros en este Mundial, y que remite cualquier incidencia en el juego por falta de uso de la tecnología, a la FIFA o a la International Board.
García Aranda hace oídos sordos a la insistencia periodística sobre la ausencia de los dos árbitros más cuestionados, el italiano Roberto Rosetti y el uruguayo Jorge Larrionda. Primero sostiene que no han venido “porque se encuentran en tareas recreativas” pero inmediatamente agrega que tampoco están “por decisión propia, porque no han querido estar”. En esas horas, se comenzaba a saber que ambos habían sido eliminados de este Mundial por el máximo organismo futbolístico luego de que el propio presidente, el suizo Joseph Blatter, pidiera perdón a mexicanos e ingleses por lo ocurrido en los dos polémicos partidos de octavos de final.
Por el contrario, García Aranda sostuvo que desde que comenzó el Mundial, “hubo más aciertos que desaciertos” y que el 76 por ciento de los fallos “fueron positivos” aunque rebaja sus pretensiones cuando aclara que “trataremos de aprender de esta experiencia para aplicarla en el futuro”.
García Aranda parece hablar siempre desde una posición defensiva. “Nosotros siempre enfocamos nuestro trabajo a la actuación de los árbitros y los tomamos como un sólo equipo, no nos basamos en tareas individuales”, señala.
“No sé cómo harán en otros deportes, sólo sé que en este es así y que si se pretende saber el por qué de este uso de la tecnología distinto, deben remitirse a la FIFA o la International Board”, insiste el español.
Jornada pudo dialogar con distintos árbitros en Pretoria. Uno de los más interesantes es sin dudas el experimentado colombiano Oscar Ruiz, quien recuerda que de los apenas ocho partidos que restan para finalizar el Mundial “hubo muchos más aciertos arbitrales que desaciertos” y que “siempre habrá errores porque los que reglamentaron el fútbol son hombres y los que lo implementaron son hombres, y siguen siendo hombres los que dirigen hoy”.
Ruiz señala que el fútbol “para mí es la octava maravilla del mundo” pero aclara que “no por nada, no sólo Blatter sino que anteriormente el presidente de la FIFA brasileño Joao Havelange no han querido implementar la tecnología en el fútbol”.
Consultado sobre qué aspectos novedosos del Mundial hasta ahora le han llamado la atención, hace referencia a las camisetas aerodinámicas “que no permiten que uno las pueda tomar” y pone como ejemplo al seleccionado japonés.
Ruiz prefiere no hablar mucho de la pelota “Jabulani”. “Yo no la pateo, son los jugadores los que tienen que opinar”, mantiene entre risas.
Por su parte, y en diálogo exclusivo con Jornada, el árbitro inglés Howard Webb advierte que el problema de uso de la tecnología “es que se trata de un hecho cultural porque eso llega a miles de millones de personas y es el árbitro el que paga” y por eso aboga para que los jueces de fútbol “sepan cada vez más de psicología y sociología, para conocer más a los jugadores y a la afición”. Jornada consultó a Webb sobre la frase de Blatter es que con el fútbol “administro pasión”. “Se trata de un hecho cultural único y por eso genera tanto debate”, indica.
También Jornada dialogó con el mexicano Marco Antonio Rodríguez, quien se limitó a decir que en este Mundial, los árbitros “seguimos un modelo teórico-práctico y metodológico que es el que brindan la IB y la FIFA” y al ser consultado sobre el escaso uso de la tecnología en el fútbol, sostiene que “nos dejan usar el beep y el intercomunicador”.
En cambio, el suizo Massimo Busacca, parece confiar más en sus posibilidades, en diálogo exclusivo con Jornada. “Hay que estar preparado para decidir en el campo de juego en una fracción de segundo, y yo lo estoy”.
El que no estuvo entre los jueces en Pretoria, y sin embargo va creciendo en sus posibilidades en el torneo es el argentino Héctor Baldassi, porque en el mismo día tenía que dirigir el partido entre España y Portugal en Ciudad del Cabo.
Paradójicamente, Baldassi expulsó al portugués Ricardo Costa por un codazo al lateral español Joan Capdevila, que pese a emitirse reiteradamente en distintas tomas de la televisión, no se alcanza a ver aunque siempre el fuerte del argentino fue estar cerca de la jugada. Un ejemplo de que no todo se resuelve con la tecnología, aunque sea imprescindible su implmentación.
Algunas cosas parecen ir cambiando, tal vez con menos velocidad de la imaginada, pero al menos en diálogo con Jornada, el veedor uruguayo Ernesto Fillippi aventuró que en la próxima Copa América, por jugarse en la Argentina en 2011, podría implementarse la idea del cuarto y quinto árbitros, uno detrás de cada arco.
Soluciones hay, pero siempre lejos de las pantallas electrónicas y la TV, al menos por ahora.

martes, 29 de junio de 2010

Alemania otra vez en el camino de Argentina (Jornada)



Johanesburgo.- Otra vez Alemania en el camino de Argentina en lo que es ya un clásico del fútbol mundial. Pero no cualquier Alemania, sino un equipo muy crecido con respecto al que en marzo se retiró silbado del Allianz Arena luego de caer con justicia 0-1 contra los de Diego Maradona.

El capitán argentino, Javier Mascherano, con sorna nos recordaba aquella pequeña discusión en la zona mixta de Munich cuando ante nuestra opinión de que el equipo argentino no había jugado bien, respondía que cuando se gana “es contra nadie” y que nunca tendemos a ver lo positivo. “Ya ve, esos que no eran nadie hoy están en cuartos de final y jugando muy bien”, nos señala.

Pero no tuvimos más remedio que repetirle lo de hace poco más de tres meses. En aquel tiempo, ese equipo alemán no era demasiado y de hecho no daba dos pases correctos seguidos. Poco tiene que ver con éste de Joakim Löw, más fresco, más ágil y más veloz, que destrozó a Inglaterra 4-1 aunque claro, ayudado por el desdén de la FIFA por el uso de la tecnología que permitió que el árbitro uruguayo Jorge Larrionda no convalidara un perfecto gol de Frank Lampard, en el que la pelota ingresó al arco en su totalidad.

En ese momento, el partido se hubiera puesto 2-2 cuando los germanos ganaban 2-0 y en apenas dos minutos, pero al continuar 2-1, ya luego el partido tomó otros carriles y se nota lo que han crecido los dos delanteros que perduran desde el Mundial pasado, Miroslav Klose (que igualó con doce tantos la cifra histórica de Pelé en las Copas del Mundo, a tres del récord de Ronaldo) y Lucas Podolski, ambos polacos nacionalizados.

Algunos jugadores argentinos toman como referencia aquel partido del 30 de junio de 2006 en Berlín, cuando la selección de José Pekerman estuvo a minutos del pase a la semifinal pero distintas situaciones, como la lesión de Roberto Abbondanzieri o el no ingreso de Lionel Messi, derivaron en el empate final de Klose y la posterior triste eliminación por penales.

Entre ellos, Mascherano, quien nos decía en Munich que algunos jugadores de aquel equipo alemán siguen en la selección y que ganarle era un mérito importante aunque más no fuera un amistoso. Hoy, sin embargo, el capitán argentino relativiza aquel enfrentamiento. “Ni ellos ni nosotros somos los mismos”, sostiene con firmeza.

Y es cierto. Argentina encontró más confianza en los resultados y en las referencias de sus temibles delanteros que en su juego, tanto en el medio, que luce muy poco, como en defensa, siempre con alguna duda pero en especial, con muy poca salida, pero la está alcanzando.

El sistema de 4-3-1-2 con el que Maradona cambió tras reiterar siempre que nunca saldría del 4-4-2 no parece haber hecho modificaciones sustanciales en el medio, y da la sensación de que se juega más al error rival que a algo propio, aunque los resultados no sólo acompañen, sino que el equipo ya marcó diez goles, tres más que en todo el Mundial de Italia 1990.

¿Qué panorama tiene la selección de aquí en más? Todo indica que España aparece en el horizonte de semifinales si pasa a los alemanes, aunque como viene jugando el equipo de Vicente Del Bosque, no hay que descartar alguna sorpresa como que en octavos sufra para pasar a su vecina Portugal de Cristiano Ronaldo, y en cuartos la espere seguramente el ordenado Paraguay de Gerardo “Tata” Martino, que tampoco se lo hará fácil.

Pero sin dudas, de todos los rivales posibles camino a la final, España es el más sólido y el de más historia, y ya Argentina ha sufrido mucho en Madrid para quitarle la posesión de pelota en el amistoso de fines de 2009.

Habrá que esperar y en los próximos días tendremos mayores certezas sobre lo que vendrá.

lunes, 28 de junio de 2010

Está en cuartos y aún no hay equipo



¿Se puede salir campeón sin llegar a ser un equipo? no parece una premisa fácil, pero todo indica que al menos, se puede aspirar a serlo y de hecho, Argentina llegó a esa instancia sin serlo. Parece mentira que con la calidad de sus jugadores, el seleccionado argentino que dirige Diego Maradona juega mucho más a capitalizar errores ajenos que a rentabilizar juego propio.
Diego Latorre, ex jugador y lúcido analista televisivo, sostuvo que este equipo argentino juega al revés que todos. Porque por lo general muchos intentan tocar y jugar bien, pero lo difícil es llegar al gol. Argentina llega al gol, pero lo que no tiene es el sustento hasta conseguirlo.
Ni siquiera Lionel Messi está en su nivel porque este seleccionado argentino, que ganó los cuatro partidos mundialistas que jugó, no encuentra un sistema propio para encontrar un mínimo volumen de juego que se sustente en sí mismo.
Por eso Maradona sigue sin encontrar una base sólida, que ni siquiera se corresponde en el mediocampo y en la defensa, que no transmite demasiada expectativa.
Lo que dijimos muchas veces, lo corroboramos ahora que en la Argentina aumenta la euforia y se pierde el mínimo sentido autocrítico. Sin una idea de a qué se juega, se puede ganar igualmente, pero es muy posible que se marche a una ruleta rusa que en algún momento pasará su factura.
Ahora viene Alemania, un rival duro, que ha mejorado mucho desde marzo, "gracias" a la lesión de Michael Ballack, que hacía el juego mucho más lento. Si Argentina convierte el partido en un toma y da, tiene todas las de perder contra la potencia germánica. La solución es parar la pelota, para lo que necesitará tenerla, aún cuando le queme y quiera regalársela a los contrarios. Mejor, siempre, es tenerla y disponer de ella, pero claro, para eso hay que estar preparado y tener una idea madre, cosa de la cual no parece disponer Maradona.
Sin gol, no hay paraíso. ¿Pero puede haberlo sin juego, sin un mediocampo con presencia y una defensa dubitativa? el futuro lo dirá.

A la FIFA le costará seguir sin usar la tecnología (Jornada)



Una vez más, recurrimos a la lucidez del periodista Víctor Hugo Morales, con quien conversábamos en el centro de prensa del estadio Soccer City antes del partido entre Argentina y México. Nos dijo entonces, sobre el escándalo de lo ocurrido en la no convalidación del gol de Frank Lampard que paradójicamente hace cuarenta y cuatro años ocurría lo mismo pero al revés en la final de Wembley, en la que se perjudicaron los alemanes “y la FIFA sigue sin resolver el problema”.
Lo que sucede es que en el seno de la FIFA hay, desde hace tiempo, una gran confusión en torno a lo que significa “administrar pasión”, frase que le encanta al suizo presidente de la entidad, Joseph Blatter. Este insiste desde hace tiempo, ante las cada vez más reiteradas preguntas de la prensa internacional, en que el uso de la tecnología aplicada al fútbol terminaría con las polémicas y, en buena medida, según cree, con las pasiones.
Pero no existe, o al menos no queda claro que exista, una relación estrictamente directa entre las variables “uso de tecnología” y “pasión”, es decir, no se ha comprobado en ningún deporte, hasta el momento, que la introducción de la tecnología haya acabado con el gusto, las discusiones eternas, las enormes polémicas o el placer de ver un partido. Todo lo contrario. El tenis o el basquetbol, por citar dos deportes populares, han incluído tecnología y siguen vivitos y coleando, como si siempre hubiera sido así, y son, sin dudas, deportes con mayor justicia que el fútbol.
Suena increíble que aquel suceso de la final de Wembley en 1966 entre Inglaterra y Alemania como fue el tercer gol de los locales por intermedio de Geoffrey Hurst a los 10 minutos de comenzado el alargue (el partido había finalizado empatado 2-2), cuando el árbitro suizo Dienst convalidó un gol que no fue a instancias del juez de línea soviético Bakhranov, porque la pelota no trasapasó totalmente la línea, tenga un correlato de casi medio siglo después con la no convalidación del gol de Lampard ayer en Bloemfontein.
Es como si para la FIFA, el tiempo se hubiera detenido.
Y por si esto fuera poco, horas después también otra falla por el desdén por la tecnología por parte de la FIFA determinó en la convalidación del primer gol de Carlos Tévez para Argentina sobre México en Johanesburgo, en evidente posición fuera de juego que hasta hizo dudar al árbitro italiano Roberto Rosetti, aunque con estas reglas, ya no se puede recular y una vez cobrado el gol, no hay vuelta atrás.
El capitán de la selección argentina, Javier Mascherano, y el lateral derecho Jonás Gutiérrez, coincidían anoche en su particular modo de ver lo que ocurre. “Lo que es aberrante –sostiene Mascherano- es que luego de una jugada polémica, que transcurre en décimas de segundo, la pantalla gigante repita la jugada para todo el estadio y deje en evidencia al árbitro”, lo cual es otra gran verdad de lo que puede acarrear paradójicamente, que la FIFA no admita la tecnología para ser utilizada en la administración de justicia, pero sí para dejar mal parado a un juez.
A esta altura del siglo XXI, que la FIFA no use tecnología es como pretender que los árbitros basen el tiempo en un reloj de arena, o que la pelota sea de tiento (que bien podría funcionar mejor que esta Jabulani que no se sabe para donde pica), o que los jugadores calcen botines de cuero.
Tras la polémica jornada de ayer en el Mundial, será difícil para la FIFA seguir sosteniendo que la tecnología daña al fútbol cuando es al contrario, ya se la pide a gritos desde el propio sentido común.

Mascherano: “Este partido no tiene nada que ver con el amistoso de marzo” (Jornada)



Entrevista exclusiva desde Johanesburgo

- ¿Cómo ve ahora el partido ante Alemania del próximo sábado?
- Creo que los dos llegamos en momentos diferentes de cuando jugamos hace tres meses y habrá que jugársela porque acá de nada te sirve especular. Vamos a tratar de preparar el partido de la mejor manera y ojalá que nos toque pasar.

- Estas dos selecciones, Argentina y Alemania, cambiaron mucho en los últimos tres meses.
- Sí, a nosotros nos encuentra en un buen momento, a ellos también, pero mirándonos a nosotros mismos, creo que esto empezó en Alemania, que empezó algo lindo y esperemos que siga. Obviamente que el partido del sábado va a ser muy difícil ante un gran rival que está jugando muy bien y tenemos que tratar de tomar precaucioners y de seguir con la mentalidad nuestra y nuestro fútbol.

- ¿Está conforme con el rendimiento del equipo, más allá del resultado?
- Sí, creo que sí, en general sí, uno está contento aunque vea que haya muchas cosas por mejorar pero se jugó por momentos bien, y por momentos sabíamos que íbamos a tener que sufrir, pero siempre tratando de controlar el partido.

- ¿Argentina es un equipo cuando tiene la pelota y otro cuando espera?
- Uno siempre quiere tener la pelota, pero no siempre se puede. El rival también juega y en este partido México nos propuso lo que siempre propone y siempre los partidos contra ellos son difíciles y en éste volvió a ocurrir. Ellos son un gran equipo y la propuesta de ellos es muy buena y por suerte lo pudimos definir rápido.

- ¿Le deja alguna preocupación que Alemania le haya marcado cuatro goles a Inglaterra?
- No, saber que ellos están en un gran momento y que le han ganado a un gran rival como Inglaterra, así que veremos el sábado cómo llegamos los dos, pero obviamente es una gran selección.

- Puede decirse ya que la base de la selcción argentina es esta?
- Hemos ido creciendo y lo hablamos desde el primer minuto desde que llegamos a Pretoria. Como grupo, no hay nada para reprochar, la verdad, es uno de los grupos con los que más disfruté en una concentración pero no nos conformamos con esto, no tenemos que ser conformistas. Creemos que más allá de las alegrías que le podemos dar a nuestra gente y a nosotros mismos, esto sigue y en seis días tenemos un partido que tenemos que jugar y que tenemos que tratar de llegar a una instancia que Argentuina hace mucho que no llega.

- ¿Cómo describiría el liderazgo que ejerce Maradona en el grupo?
- Nada, es una persona que te demuestra todo el afecto y todo el cariño día a día. Es la manera de él, de sentir el fútbol y la verdad que estamos muy contentos.

- Hace tres meses en Munich, me decía que el periodismo suele decir en esos partidos que no se le ganó a nadie…
- Ahora ya todos ven lo que es Alemania. Decían que no le habíamos ganado a nadie. Nosotros seguimos nuestro camino y tratando de mantener los pies sobre la tierra. Esto es fútbol, un día te pueden salir las cosas y otro, no pero lo fundamental es que este grupo intente seguir por la misma senda que es esta, la de la humildad, la del compromiso con el compañero y tratar de seguir abriéndonos camino en esta competición.

- Dijo recíen algo así como que el partido de Alemania en marzo fue como fundacional para el grupo. ¿Es así o es relativo eso?
- No, creo que es en la popularidad que empezó a cambiar todo y se empezó a hablar de que Argentina podía. Para nosotros ese partido no tiene nada que ver con lo que vamos a jugar el sábado. Es otro partido, otra instancia y son oitras sensaciones. No nos podemos guiar ni de ese partido, ni del Mundial 2006, los dos equipos llegan en momentos diferentes y trataremos de hacer lo mejor para seguir,.

- ¿Cuánto mejor está la selección argentina con respecto a marzo pasado?
- No importa cuánto mejor está. Lo importante es que siga creciendo y siga avanzando. Después, cuánto mejor, no lo sé. Estamos muy bien, pero queremos estar mejor.

- El problema de la tecnología estuvo presente en los dos partidos de ayer. ¿Qué opina al respecto?
- Que no se pueden pasar los goles por la televisión. Los pasaron en la pantalla en el estadio y está prohibido.

- ¿Y le parece correcto lo que está ocurriendo, que no se usa la tecnología?
- Inglaterra ganó un Mundial así en 1966 y nadie dijo nada.

domingo, 27 de junio de 2010

Un Mundial que salió distinto a lo esperado (Yahoo)



El profesor Oscar Tabárez cada día puede disimular menos su sonrisa. Maestro de escuela, maneja como pocos el léxico de la cordialidad y la mesura, pero es sincero y sabe bien que si alguien le hubiera dicho que éste sería el panorama de los “celestes” para la parte final del Mundial, seguramente lo habría tachado de loco.

Y tiene razón, Tabárez, porque en verdad, Uruguay está aprovechando un calendario que no es que lo favorece por casualidad sino porque la FIFA lo estructuró para que el local, Sudáfrica, avanzara todo lo posible, tal como en el 2002 le dio resultado con el seleccionado de Corea del Sur.

Pero no tuvo suerte con Sudáfrica y no lo ayudó para nada el escándalo vivido por la selección francesa, al punto de que nomás pisar territorio propio, el veterano delantero del Barcelona, Thierry Henry, que no ha sido protagonista en los campos de juego, fue citado nada menos que por el presidente Nicolás Sarkozy para sdaber qué fue lo que pasó.

La debacle francesa y la falta de coherencia en el juego plasmado por los “Bafana Bafana” en el Grupo A, con el brasileño Carlos Parreira manifestando, a pocos días del comienzo del Mundial, que “ahora sí” su equipo había encontrado una identidad cuando al asumir, siete meses antes, en reemplazo de otro compatriota, Joel Santana, había afirmado que el mismo plantel “no tenía” identidad, derivó en una pronta eliminación y con los uruguayos, invitados de piedra, proyectados ahora casi hasta semifinales, si logran trabajar con sabiduría y pasan a Corea del Sur en octavos, y al ganador de Estados Unidos-Ghana en cuartos.

Eso que le sucede a Uruguay, lo tenía pensado la FIFA para Sudáfrica, y lo mismo para otros equipos del continente local, pero se encontró no sólo con que de los seis africanos sólo uno siguió en carrera (Ghana) sino que lo hizo entrando por la ventana, perdiendo en su último partido ante Alemania y sin embargo, sin hacer demasiada fuerza y a los abrazos cuando sonó el pitido final.

Justamente la imagen contraria es la que proyecta el continente sudamericano, con sus cinco participantes (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile) clasificados para octavos de final y ya con un equipo en cuartos, porque Brasil y Chile deberán enfrentarse el próximo 29 de junio en Ciudad del Cabo.

La mejora en la producción de los cinco sudamericanos no es tampoco casual, sino que tiene relación con la llegada a las grandes ligas de jugadores de todo el continente, que fueron tomando experiencia, ganando en autoestima, y conociendo los diferentes sistemas tácticos, por lo que a igual conocimiento y experiencia, más importancioa cobra la técnica.

En cambio, Europa occidental y África son los grandes derrotados de la primera fase de este Mundial y deben hacerse un gran replanteo, como valientemente propuso el volante italiano Gennaro Gattusso luego de que Italia, el anterior campeón mundial, resignara sus chances al caer derrotada ante un limitado equipo eslovaco. “Hay que cambiar todo en nuestro calcio”, dijo Gattusso, y se refirió a los sistemas de juego y a la forma en que todo se maneja en su país y en Europa.

También el renunciante técnico Marcello Lippi fue claro cuando se refirió a Italia. “Nos preparamos mal y no hicimos nada y estoy decepcionado”, pero no aclaró por qué, cuando realmente lo necesitó, los “azzurri” llegaron, al final, a jugar con un conductor como Andrea Pirtlo y tres delanteros como Quagliarella, Di Natale e Iaquinta, pero en el resto de los casos, prefirió defender el cero en el arco propio.

Tampoco algunos de los que pasaron a octavos, como Portugal, Inglaterra y en buena medida Alemania, demostraron demasiado, y menos aún Serbia y Dinamarca, que debieron hacer las maletas pronto.

Los africanos deben preguntarse dónde quedó aquella frescura, esa magia de los primeros tiempos de su aparición en el fútbol grande, subsumida por los tacticismos europeos, con una disciplina que nada tiene que ver con la tradición de cada uno de sus países.

Fue ridículo escuchar a Sven Goran Ericksson, el sueco entrenador de otra de las decepciones, Costa de Marfil, afirmar que había tenido poco tiempo para preparar al equipo para un torneo de este calibre, pero nada dijo sobre esto cuando le pagaron una fortuna y aceptó, al igual que Parreira con los “Bafana Bafana”, que ahora ya ni contemplan la chance de un extranjero y sus dirigentes no quieren esperar mucho para designar a su sucesor, que será local.

Todo indica que África tiene que volver a las fuentes, a apostar por su rico fútbol, mientras que Europa debe entender que aquella fórmula propuesta por el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, y sostenida por el presidente de la UEFA, Michel Platini, acerca del “6 + 5”, (seis jugadores locales y cinco extranjeros, que se van reduciendo hasta llegar a 2012 con “8 + 3” debe ser estudiada con detenimiento, porque casi no hubo renovación, y los jugadores extranjeros pululan por todas las ligas en un mercadeo de agentes y representantes.

Entonces, cuando el Inter o el Arsenal salen a la cancha sin ningún jugador nacido en el país, no es apenas un hecho curioso, sino el germen de lo que luego pasará con su selección.

En tiempos de gran poder en los clubes, los seleccionados nacionales deben su existencia en gran parte a su identidad. Y si sus jugadores no participan, difícilmente haya posibilidad de conseguirla, aunque hábiles entrenadores que venden su alma al diablo, insistan en lo contrario. Ese tipo de verdades suelen durar demasiado poco, ante la evidencia.

A World Championship different from the expected. (Yahoo)



The professor Oscar Tabárez every day could less simulate his smile. School teacher, he manages as few the cordiality and measure vocabulary. But he is sincere and knows well that if somebody would tell him that this will be the panorama of the “light-blues” for the final part of the World Championship, he would surely call him crazy.

And Tabarez is right because to tell the true, Uruguay is availing a calendar that is not to favour them casually, but because the FIFA structured it thus the local South Africa would advance all the possible, as in the 2002 gave result with the South Korea team.

But they had no luck with South Africa and did not help the scandal of the French team to such a point that when they arrived to their own territory, the veteran forwarder of the Barcelona, Thierry Henry, who was not the protagonist in the field, was cited nothing less, but by the president Nicolás Sarkozy to learn what happened.

The French debacle and the lack of coherence in the play confirmed by the “Bafana Bafana” in the Group A, with the Brazilian Carlos Parreira stating a few days of the start of the World Championship “that now yes” his team found an identity when he assumed seven months ago in substitution of another countryman, Joel Santana, he declared that the same team “had no” identity, derived in a quick elimination and with the Uruguayan projected now almost until the semi finals if they get to work wisely and pass the South Korean in the eights and the winner of the United States-Ghana in the quarter.

What happens to Uruguay FIFA had in mind for South Africa and the same for other teams of the local continent, but they confronted not only that from the six Africans only one continued in the career (Ghana), but they did it entering by the window, losing in their last match vs Germany and however, without doing too much force when the final whistle was heard.

Just the contrary image is what projects the South American Continent, with their five protagonists (Argentina, Brazil, Uruguay, Paraguay and Chile) classified for the eights of final and already with a team in the quarters, because Brazil and Chile will have to confront on the next June 29 in Cape Town.

The improvement in the production of the five South Americans is neither casual, but is related to the arrival of the great league players of the whole continent who were having experience winning self estimation and knowledge with the different tactical systems so when knowledge and experience are the same, the technical skill has more importance.

In change, Occidental Europe and Africa are the great defeated from the first phase of this World Championship and should meditate a lot as stated with courage by the Italian midfielder Gennaro Gattusso after that the last World Champion resigned its chances falling defeated vs a limited Slovakian team: “Our calcio should be changed” and he referred to the systems of play and the form in which is managed in his country and all over Europe.

Also the renouncing coach Marcello Lippi was clear when he referred to Italy: “We prepared badly and made nothing and I am disappointed”, but he did not cleared up why when he really needed it, the “azzurri”, arrived at the final with a conductor such as Andrea Pirlo and three forwarders as Quagliarella, Di Natale and Iaquinta, but in the remaining cases he preferred to defend the zero in the own goal.

Neither some of those who passed to the eights, as Portugal, England and in good measure Germany, showed much and even less Serb and Denmark, who had to pack quickly.

The African should ask themselves where did remain that freshness, that magic of the first times of their appearance in the great football, submitted by the tactisisms of Europe with a discipline that has nothing to do with the tradition of each of their countries.

It was ridicule to hear Sven Goran Ericksson, the Swedish coach of another of the disappointments, Ivory Coast, stating that there was few time to prepare the team for a contest of such category but he said nothing about it when he was paid a fortune and accepted it, same as Parreira with the “Bafana Bafana”, that now does not even contemplate the chance of a foreigner and their directives do not wait long to design his substitute who will be local.

Everything indicates that Africa has to go back to its resources to bet on their rich football, meanwhile that Europe must understand that the formula proposed by the president of the FIFA Joseph Blatter, and sustained by the president of the UEFA, Michel Platini, related to the “6 + 5”, (six local players and five foreigners, that are reducing until arriving to 2012 with “8+3” should be studied deeply because there almost was no renewal and the foreign players are over all the leagues in a market of agents and representatives.

Then, when the Inter or the Arsenal enters the stadium with no player born in the country is not only a curious matter but the germen of what will happen afterwards with the national team.

In times of great power of the clubs, the national teams owe their existence, in great part, to their identity. And if their players does not participate, there will be difficult to obtain same, even with the skilful coaches who will sell their soul to Lucifer, insisting to the contrary. This kind of truth do not last long in front of the evidence.

viernes, 25 de junio de 2010

Echále la culpa a Sudamérica (Jornada)



En el último Congreso Extraordinario de la FIFA, en el oasis de riqueza que es Sandton, el sitio más lujoso del continente africano, llegó a blanquear la pretensión de que para el próximo Mundial de Brasil 2014, Sudamérica perdiera una plaza debido a que ya se asegura una por el hecho de que uno de sus federaciones oficiará de anfitriona.

Esa plaza está pensada para ser distribuída entre las restantes confederaciones continentales pero nadie se imaginaba lo que iba a ocurrir en esta primera fase de grupos que comienza a finalizar. Resulta que Sudamérica, paradójicamente, ha colocado ya a cuatro de sus cinco participantes (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) en octavos de final, y aún hoy puede sumarse Chile con sólo empatar contra uno de los principales candidatos al título, España. Es decir, pleno al cinco.

Por contrario, un Mundial que preparó todos los fastos para que por fin una selección del continente pudiera llegar lejos, tal como las manos mágicas diseñaron un plan que favoreció a Japón y a Corea del Sur hasta niveles extremos en 2002, se encuentra con que apenas Ghana, y por la ventana de depender de un triunfo de los australianos ante los serbios, se metió en los octavos cuando los otros cinco equipos (Camerún, Nigeria, Argelia, Costa de Marfil y los locales sudafricanos) quedaron eliminados.

Es más, si Uruguay puede llegar a semifinales, una instancia que no acaricia siquiera desde México 1970 no es por otra razón (aún elogiando la buena disposición de su técnico Oscar Tabárez por proponer un fútbol ofensivo con un tridente de calidad) que porque tomó impensadamente el relevo de los sudafricanos, a los que la FIFA les había allanado el camino, como suele hacerse con los locales en cada gran torneo con esos misteriosos sorteos que siempre envían las bolillas hacia el mismo lado.

¿Es sólo fortuito que los representantes del continente sudamericano hayan pasado de rueda y que los africanos, siendo locales, hayan quedado eliminados, contrariamente a lo que se pretendía? No parece que sea así.

Ya nos hemos referido en estas columnas sobre lo que ocurre con los seleccionados africanos, que han perdido frescura e inventiva y hasta capacidad ofensiva y libre albedrío por no confiar en sus propias capacidades e importar entrenadores automatistas y racionalistas occidentales, que han terminado produciendo jugadores en serie, igualitos al resto, algo de lo que los sudamericanos conocemos bien porque es lo que ocurrió en nuestro continente tras el desastre de Suecia en 1958 y el advenimiento de los entrenadores europeístas que impusieron el capitalismo futbolero.

Tampoco puede dejarse de lado el hecho sociocultural y la creciente autoestima de un continente como el sudamericano que contiene a países en notable crecimiento, y en muchos casos, encontrando su propia identidad y dando lugar por fin a muchos de los rezagados por planes económicos justamente diseñados muy lejos de sus propios lugares y que han fracasado rotundamente.

En estos tiempos de crecimiento, ¿es sólo casual que los equipos continentales avancen cada uno con su propio sistema de juego y con jugadores de elevada tasación que compiten al mejor nivel? No parece lógico. El fútbol no es una isla, sino apenas un retrato de lo que ocurre en la vida pero en noventa minutos y obedece, como todo, a muchas causas y no sólo a una.

Tampoco parece casual, siguiendo el mismo razonamiento, que Europa occidental esté encontrando muy malos resultados en este Mundial. Ya se han ido Francia (con escándalo) e Italia (primera vez eliminada en primera fase desde 1974), y hoy podría acompañarlas España, mientras que Inglaterra o Alemania se irán también en octavos de final, justo cuando el euro navega en la enorme duda y el sistema económico debe salir a respaldar a muchos de estos países, que parece que van hacia la bancarrota, mientras, oh casualidad, Sudamérica, que no toma esas recetas, lejos de aquello, avanza con cierta tranquilidad.

Si enfocamos hacia los otros continentes, notaremos que neocelandeses, débiles en fútbol, se van del grupo de Italia invictos con tres empates, en una digna actuación, mientras que sus vecinos australianos también abandonan la contienda luego de vencer nada menos que a los serbios. Y entre los asiáticos, al menos Corea del Sur ha logrado una importantísima clasificación a octavos de final. Justamente, se trata de los seleccionados que han decidido apostar a escuelas propias, aún con los errores que pudieran cometer.

Lo que no queda claro, ahora, es cómo hará la FIFA para sostener aquella idea de quitarle una plaza al continente sudamericano para dársela a otros que han fracasado, o que no parece que tengan la coherencia necesaria.

Si algo encuentra, no será precisamente deportivo.

jueves, 24 de junio de 2010

Alguna vez le iba a tocar (Jornada)



Tal vez no merecía perder, Italia, ante Eslovaquia, como terminó perdiendo, y con ello, siendo el campeón mundial vigente, debió despedirse del Mundial en la primera fase, algo que no ocurría desde Alemania 1974, cuando argentinos y polacos la dejaron afuera. Pero alguna vez tenía que ocurrir porque quien juega con fuego puede salvarse por un chorro de agua o por una ayuda fortuita, pero a la larga se quema.

De nada sirve que un entrenador tan capaz como Marcello Lippi, campeón mundial hace cuatro años en Alemania y múltiple acaparador de títulos a nivel de equipos, diga en conferencia de prensa que es el único responsable de que Italia haya quedado eliminada en primera fase en un grupo que no parecía tan difícil, junto a Paraguay, Eslovaquia y Nueva Zelanda, en el que terminó última.

Todos saben (sabemos) que eso no responde a la estricta realidad y que simplemente, pelotas que antes no entraban y se las daban por válidas ahora quizá entraron y el árbitro inglés Howard Webb no las convalidó, e incluso hubo un gol de Quagliarella a los 39 minutos de la segunda parte, mal anulado por fuera de juego.

Las excusas en cuanto al partido perdido contra Eslovaquia en el estadio Soccer City y ante 53.412 espectadores, pueden ser infinitas y acaso puntualmente, con razón. Lo que nos preguntamos es con qué cara, un aficionado, periodista o dirigente italiano puede quejarse de cualquier ocasión, luego de que por más de treinta años navegara en la línea roja de la legitimidad mientras iba consiguiendo los distintos objetivos.

Italia legó a este Mundial con demasiados inconvenientes, y con un ciclo de cuatro años irregular, en el que tuvo un entrenador joven como Roberto Donadoni, que no estaba preparado para el puesto, y la Eurocopa de Austria y Suiza de 2008 marcó con claridad que esta generación no tenía el carisma, ni el punto de referencia, de la anterior.

El recambio no fue tal, y no apareció nadie que ocupara los lugares preferentes de los Totti, Del Piero, Toni, Nesta, Maldini y compañía, y aunque Lippi regresó por dos años hasta ayer y ahora será reemplazado por Cesare Prandelli, ex de la Fiorentina, quien ya firmó su contrato el pasado 31 de mayo, no encontró nunca una línea de juego ni los intérpretes adecuados.

Más allá de que el mundillo del fútbol y la afición italianos reclamaron siempre por la inclusión de tres jugadores que no estuvieron en el Mundial (Fabrizio Miccoli, Mario Balotelli y Antonio Cassano), el problema no es ese, y los italianos, que son inteligentes y también acaso los más tácticos y finos analistas del mundo, lo saben bien.

El problema de Italia no es ni que faltaron estos tres jugadores, ni siquiera que Lippi debió buscar reemplazo para dos jugadores claves como Gianluiggi Buffon y Andrea Pirlo (al que echó mano sobre el final ante Eslovaquia cuando las papas quemaban y nadie más podía manejar el partido, ni siquiera un volante de buen pie como Riccardo Montolivo).

Lo que le pasa a Italia lleva muchísimos años y tiene que ver con una manera filosófica de ver el fútbol, no como juego, sino como drama, creyendo que a este hermoso juego se sale a trabajarlo con los dientes apretados, en vez de salir a disfrutarlo con toda la calidad que tienen muchos de sus jugadores.

Tanto es así que en los seis tiempos de cuarenta y cinco minutos que los azzurri disputaron en este Mundial, en cinco no han hecho casi nada (como dijo el propio Lippi, por lo que a confesión de parte, relevo de pruebas), y sólo en uno, el último, llegaron a pararse con tres delanteros y un enganche, es decir que sí se podía jugar así antes y el técnico, los jugadores, o quien fuera, decidieron que este equipo amarrete, tacaño, rácano, jugara a la nada misma, a apostar a pasar otra vez apelando a que el fuego no invadiera la casa.

Pero apareció un tal Robert Vittek, con dos goles, y desnudó un sistema que llevaba años salvándose por hechos fortuitos, arbitrajes lamentables y ayudas de toda índole (con la excepción de 2002, cuando fue perjudicada para favorecer al local, Corea del Sur).

Entonces, no hay lugar para lágrimas e Italia bebió de su propia medicina y ya está. Sin excusas y a casa. Siamo Fuori otra vez, ragazzi.

miércoles, 23 de junio de 2010

La selección argentina empieza a ver la luz (Yahoo)



Un Diego Maradona tranquilo y de traje que repentinamente, en plena conferencia de prensa pide disculpas a Michel Platini, y que decide colocar sobre el final del partido ante Grecia al veterano Martín Palermo y éste lo define, mientras que Martín Demichelis, quien había cometido un grueso error defensivo (el único gol en contra del torneo) ante Corea del Sur, anota en el encuentro siguiente.

Son apenas dos de los muchos hechos que dan a pensar que a la selección argentina se le va iluminando el camino de a poco, paso a paso, lejos de aquellos vaticinios de muchos compatriotas, prensa incluída, de que la inexperiencia y el difícil carácter del entrenador determinarían una rápida eliminación y hasta con algún escándalo.

Nada de eso pasó. Maradona parece haber hecho un camino en diagonal y fue ganando terreno y aprendiendo sobre la marcha y hay algo seguro. Este entrenador no tiene casi nada que ver, futbolísticamente hablando, con aquél que rogaba que alguien lo salvara en los duros partidos de eliminatorias, cuando su selección quedó a un minuto de no participar en este Mundial.

Este equipo argentino parece haber encontrado durante el Mundial casi todo lo que vino a buscar, desde la tranquilidad hasta un grupo que denota haber llegado a Sudáfrica con un claro objetivo, y que sabe que tiene en sus filas al mejor jugador del mundo, Lionel Messi, capaz de desequilibrar aún cuando insólitamente en él, sigue sin haber convertido un solo gol, aunque cuenta con varios tiros en el palo.

Pero también ya sabe que a su goleador del Real Madrid, Gonzalo Higuaín, se le abrió el arco, que lo mismo pasa con el veterano Palermo en apenas diez minutos en el campo de juego, que en cualquier momento lo puede conseguir otro temible goleador como Diego Milito, pero que además tiene recambio en Sergio Agüero, que ha lucido en cada partido en el que ha jugado.

En el arco tampoco presenta problemas y pese a los extraños viboreos de la pelota “Jabulani”, Sergio Romero ha podido afirmarse, si bien utilizando demasiado los puños para despejar.

La única pequeña duda se encuentra en la defensa. No tanto en la individualidad de sus jugadores (hasta el criticado Gabriel Heinze integró el Once Ideal de la FIFA de la primera fecha) sino en la posición que alguno ocupa en el campo. Comenzó defendiendo con tres, colocando a Jonás Gutiérrez, por la derecha, en la zona de volantes, pero la fórmula no parece haber resultado y fue suspendido por un partido por doble tarjeta amarilla. Es evidente que ese no es su lugar.

Tampoco parece que sea lo aconsejable que el joven Nicolás Otamendi siga ocupando la franja derecha cuando no juega Gutiérrez. El defensor de Vélez Sársfield es un claro marcador central, que no tiene gran experiencia por la punta y en todo caso, allí o por el lateral izquierdo puede desempeñarse Clemente Rodríguez, de gran actuación ante Grecia.
En el mediocampo las cosas no están del todo claras y sólo hay una certeza, que es la titularidad de su único volante puro de contención, Javier Mascherano, pero tras el partido ante Grecia, Maradona soltó una frase enigmática cuando se refirió al balón oficial del certamen. “Con la forma de moverse que tiene, no veremos nunca un cambio de frente en este Mundial”. Casualmente, quien realiza estos cambios suele ser Juan Sebastián Verón, quien ya no participó ante Corea del Sur y quien físicamente no parece estar a pleno aunque la calidad siga intacta.

Restan por mencionar entre lo novedoso de la selección argentina otros dos hechos fundamentales, como el ingreso de Carlos Tévez como titular luego de aquella mítica reunión entre Maradona y Messi en Barcelona en marzo pasado, cuando apareció la chance de jugar con un delantero más, resignando un puesto defensivo; y también, el recambio que puede significar el ingreso de Javier Pastore, del Palermo italiano, un jugador de una clase magistral, que ante Grecia cambió el partido, y cuyos encuentros con Messi y Verón tal vez centralicen algo el juego pero lo hacen inabordable para los rivales de turno.

El domingo 27 espera México en Johanesburgo y no es, a priori, un partido fácil por los octavos de final. Se trata de la revancha del mismo partido del Mundial 2006, cuando un golazo desde muy lejos de Maxi Rodríguez liquidó un pleito muy parejo y en el que los argentinos sufrieron mucho. Pero además, hay factores culturales (como la inmensa colonia argentina residente en México, escapada del golpe de estado de 1976) que hacen que haya una rivalidad especial, con el condimento de tratarse de dos equipos latinoamericanos.

Para Argentina, además, significará comenzar a pensar que es el inicio del camino definitivo hacia la final y que este equipo necesita, por fin, tener enfrente rivales más fuertes que lo puedan atacar y que le genere más problemas que sus tres rivales de la primera fase.

martes, 22 de junio de 2010

La pelota no dobla pero Argentina gana igual (Jornada)



La selección argentina se está acostumbrando a atravesar todo tipo de dificultades en este Mundial, desde una inentendible pelota que viborea y pica para cualquier parte, o un árbitro como el uzbeco Ravshan Irmatov, que no castigó algunas entradas violentas de los jugadores griegos, especialmente a Lionel Messi, pero en este Mundial parece iluminada y así pudo imponerse por 2-0 ante los helénicos y avanzar sin problemas a los octavos de final, con puntaje ideal en el Grupo B y ahora espera México.

El equipo argentino sigue creciendo, si bien se repite la idea original acerca de que no ha jugado aún contra ningún rival que ose atacarlo, o desafiarlo a un mano a mano, a un cierto nivel de paridad, y entonces todo queda reducido a lo que hagan los de Diego Maradona, quien encontró, según parece, el equilibrio que no tuvo en ningún momento desde que tomó inesperadamente la conducción hace poco más de un año y medio.

Por eso, llama la atención que en la conferencia de prensa, y para referirse a la pelota, el técnico argentino haya parafraseado a su ex amigo y enemigo Daniel Passarella por aquello de “la pelota no dobla” y haya utilizado el ejemplo de Bolivia para mostrar la diferencia de calidad con el seleccionado de ese país. Porque no hace tantos meses, los del altiplano asestaban a su equipo un lapidario 6-1 en La Paz. “No somos Bolivia”, sostuvo Maradona, quien volvió a cargar contra Michel Platini, Pelé y Beckenbauer “para que hablen menos de mí y se preocupen más por la pelota porque es imposible. Este será un Mundial sin cambios de frente porque la pelota va hacia cualquier parte”.

¿Era sólo una referencia a lo mal que funcionan los balones “Jabulani” en este torneo o había algún tiro por elevación a quien se encarga de los cambios de frente en esta selección, Juan Sebastián Verón, quien más allá de su indudable calidad y algunos pases magistrales, no se ve en un nivel físico adecuado para el ritmo requerido en una instancia semejante?

Los próximos días se verá si Maradona, equilibrado como parece ahora, al contrario de todo el ciclo, recurre a cambios o deja todo como está, pensando en el partido de octavos de final ante México en Johanesburgo el próximo domingo.

Por lo pronto, este Mundial le sonríe. No sólo a Gonzalo Higuaín se le abrió el arco, sino que ahora entra Martín Palermo a los casi treinta y siete años, y a nueve minutos del final, y define muy bien un rebote dado por el muy buen arquero Tzorvas tras un gran remate de Messi, a quien se le niega el gol, pero responde con un fútbol de alta calidad en cada resquicio que aparece. Hasta Martín Demichelis tiene la oportunidad inmediata de redimirse luego del error ante Corea del Sur.

Otra gran noticia es la respuesta de Javier Pastore, a quien con ingenio Maradona describe como un “maleducado del fútbol” por su forma de encarar, de eludir y por querer jugar siempre a la pelota. Su ingreso fue decisivo en el resultado porque el equipo encontró el toque asociado que no tuvo cuando el sistema tuvo por la derecha a Maxi Rodríguez y todo dependió de la lámpara que frotara el genio de Messi y que Milito tuviera alguna oportunidad para matar.

Con Pastore, Argentina juega y tal vez sea el momento de que Maradona reconsidere colocarlo entre los titulares para dotar aún de más técnica a un equipo que desborda de recursos y posibilidades.

México no es Grecia. Aún perdiendo ante Uruguay, los de Javier Aguirre son más peligrosos y tienen ahora una triple motivación, como la de pasar a cuartos de final, vengarse de aquella derrota de hace cuatro años en la misma instancia cuando aquel golazo impresionante de Maxi Rodríguez, y lo que singifica imponerse a la selección argentina desde lo cultural.

Maradona sabe que no puede equivocarse y que no hay margen de error de ahora en más, cuando el Mundial se pone serio y entra en su etapa definitiva y por eso se guardó, con acierto, algunas cartas (Mascherano, Tévez, Higuaín).

Sabe, porque percibe y conoce como pocos a la sociedad argentina, que ya será complicado frenar el estado creciente de euforia y expectativa, a la vista de lo que hay y de lo que puede venir, luego de años de sequía.

Es el momento de analizar bien cada paso y de apostar al buen fútbol, ese que no asoma tanto en Sudáfrica, pero que no parece afectar a los suyos, que ganaron con claridad los tres partidos que jugaron y que saben, sienten y entienden, que son favoritos. Así lo indica la historia y así lo muestra el presente.

¡Fick FUFA! (Jornada)



En los alrededores del estadio Soccer City vemos pasar treinta y seis chicas agraciadas con minifalda naranja y creemos que están promocionando algo, máxime en las horas previas del Holanda-Dinamarca. Pero no. Lo que hacen, para nuestra sorpresa, es una campaña contra la FIFA con el ocurrente título irónico de "Fick FUFA".

Las camisetas con la frase "Fick FUFA" pueden verse por las calles de Johanesburgo y en las de Ciudad del Cabo y expresan, según dicen las rubias holandesas al duro diario sudafricano "Mail & Guardian" , "la frustración por la dominación del pais por parte de la FIFA y su mafioso procedimiento para controlar los espacios públicos".

Prefieren mantenerse en el anonimato cuando se les pide nombres y apellidos, por temor a que la FIFA les haga perder sus trabajos pero cuentan que ya han pasado por algunas situaciones complicadas, como cuando la Policía las detuvo por algunas horas por "Ambush marketing", es decir, la promoción sin uso de licencia, teniendo que pagar 10.000 rands (unos 1330 dólares) de fianza para volver a quedar en libertad.

En esos mismos días, en un aparentemente tranquilo "Fan Fest", lugares públicos en los que está de moda colocar pantallas gigantes para que fanáticos de todo el mundo observen y festejen juntos los partidos, apareció repentinamente Alice Thompson, del Durban Social Forum (DSF), para repartir panfletos promocionando una marcha del Día de la Juventud para el pasado 16 de junio, protestando por el "impacto negativo" de la Copa del Mundo, especialmente para la gente carenciada.

Alice explica que la Policía "me confiscó todos mis panfletos y yo traté de explicarles que es una actividad libre, en un país democrático, y que esto no es "el país de la FIFA" y que un parque es un espacio público, pero el oficial me explicó que eso está bajo jurisdicción de la FIFA".

El experto constitucional y abogado sudafricabo Pierre de Vos, indicó que esta acción policial "no es legal en términos de la ley ordinaria" y comentó que cada Copa del Mundo de la FIFA hace que muchas leyes dejen temporariamente el lugar a otras y que estas acciones policiales están enmarcadas en estas nuevas leyes, "pero eso es problemático en términos de la Constitución porque eso limita el derecho a la libertad de expresión".

Por otra parte, la Policía investiga un sabotaje hecho por una compañía de seguridad rival a la que ganó los derechos de cobertura de la Copa del Mundo.

En efecto, la Policía de Inteligencia y Criminalística estudia la posibilidad de que una o más compañías de seguridad, que perdieron la licitación para salvaguardar los derechos de los asistentes a las canchas en los estadios de Johanesburgo (Soccer City y Ellis Park), el estadio Green Point en Ciudad del Cabo y el de Durban, estén involucrados en maniobras en perjuicio del torneo.

Días pasados, en los alrededores del estadio Moses Mabhida de Durban, la Policía tuvo que reprimir a manifestantes de las compañías supuestamente perjudicadas arrojándoles gas lacrimógeno.

No todo parece una fiesta en Sudáfrica durante el Mundial.

¿Y dónde está el fútbol? (Jornada)



Johanesburgo.- Al terminar la segunda fecha de las tres de la primera rueda, es hora de un primer balance, que nos indica que en este Mundial, apenas si hemos visto algo del fútbol que vale la pena, y eso debería motivar a los dirigentes y al periodismo a un serio debate sobre si el actual sistema de disputa debe permanecer tal como está para la siguiente cita de Brasil, dentro de cuatro años.
Si tomamos en cuenta los sistemas tácticos de la mayoría de los equipos, casi ninguno juega con más de dos delanteros, y cada vez se hace más común aparecer con uno solo, con esquemas cada vez más conservadores.
Cabe preguntarse si es posible pretender la tan mentada diversidad de sistemas cuando la misma parece pasar solamente por los países de nacimiento o las camisetas, porque si los jugadores top de cada selección de países periféricos participan de las mismas cinco principales ligas del mundo (todas europeas) con los integrantes de los equipos del viejo continente, estamos en presencia de casi lo mismo, y en el caso de los africanos (un sonado fracaso del que sólo podría salir Ghana), hasta con los mismos técnicos europeos con la misma disciplina y el mismo tipo de entrenamiento. ¿No es más de lo mismo, entonces?
En la conferencia de prensa de ayer en Sandton, la zona más rica del continente africano, ofrecida por el francés Zinedine Zidane, y a la que asistimos con Roberto Suárez, uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos afirmó que “ya no hay equipos chicos”, refiriéndose a la enorme paridad existente, aunque bien podríamos decir lo contrario sin temor a equivocarnos. Lo que parece no haber más son equipos grandes, o equipos con actitud de grandes.
Las únicas excepciones a la regla son Argentina y Brasil, con una tremenda riqueza individual aunque los nuestros asumen mucho más, por suerte, su rol de grandeza basada en la historia y cierta filosofía por momentos perdida, mientras que los vecinos verdeamarillos han copiado lo más conservador de nuestra propuesta, preocupándose con Dunga de entrenador mucho más por el cero en el arco propio que por los goles en el de enfrente. Mientyras sorpresivamente Diego Maradona recurrió sobre el final a otro delantero (Carlos Tévez) en vez de un lateral derecho, el mensaje de Brasil es que teniendo a Luis Fabiano, Kaká, Robinho o Elano, defendiendo bien, con los cracks que posee atrás, no hay manera de perder.
Lo que siempre fue el aspecto débil de Brasil, la defensa, hoy es lo más fuerte, especialmente el triángfulo final derecho, Julio César, Maicon y Lucio), mientras que lo que siempre fue el fuerte de Argentina (la defensa) ya no lo es tanto, pero el ataque es mortal, con los mejores definidores del mundo (de hecho, el máximo anotador del toneo hasta el momento, es argentino y se llama Gonzalo Higuaín).
Argentina generó dieciocho situaciones de gol en dosa partidos, si bien sostenemos sin ambages que el ewquipo de Maradona no ha jugado, por el momento, ningún partido riesgoso y que en los dos, ha sido siempre el candidatro a ganar.
Entre las sorpresas positivads puede encuadrarse Uruguay, gracias, en muucho, a la dosis de sabiduría y experiencia de Oscar Tabárez, que se ha jugado a un tridente ofensivo con Diego Forlán (su gran estrella), Edinson Cavani y Luis Suárez, que le ha dado buenos resultados, y Chile, con el argentino Marcelo Bielsa, que si bien carece de definición, tiene un alto poder de llegada y un juego interesante, y que puede dar el gran golpe del Mundial si llega a eliminar a España en un partido que todos esperan en Pretoria. Con menos recursos, pero no menos inteligencia y siguiendo la misma línea de trabajo de los trasandinos, el equipo paraguayo, dirigido por Gerardo Martino, va quedándose con el primer puesto de su grupo con las armas de las que dispone.
En cambio, decepcionaron la mayoría de los equipos europeos, de los que puede separarse en parte a Holanda, que no cuenta con su principal figura, Arjen Robben hasta la fase final, un poco de Serbia, que comenzó mal pero tiene un estilo más latino, y por supuesto España, el de la propuesta más ofensiva y estética aunque no ha tenido un buen torneo y algunos de sus jugadores no están en su pico de rendimiento (Torres, Iniesta). Ni qué hablar del muy bajo nivel de Italia, incapaz de doblegar a los entusiastas neocelandeses, o del de Inglaterra, que ni un tacticista como Fabio Capello parece poder enderezar al punto de admitir que no reconoce a su propio equipo. Esta Alemania, más allá de alguna pompa por parte de repentinos admiradores a los que les encanta sentenciar sin esperar, tampoco puede empalagar a nadie, más allá de algunos goles de su dupla incansable (Podolski-.Klose).
Queda un pequeño espacio para el escándalo, de la mano de lo ocurrido entre Nicolás Anelka y el entrenador francés Raymond Doménech, que terminó con la separación derl primero, ya enviado de regreso, el comunicado del capitán Patrice Evra hablando de “traidores” y la consecuente huelga del plantel ante la decisión separatista de la Federación.
Volviendo a Zidane, éste no quiso opinar demasiado al respecto. No fue nunca su fuerte, pero con una frase lo dijo todo. “Cuando ermine el Mundial y asuma la dirección técnica Laurent Blanc, les aseguro que nada de todo esto va a ocurrir”.
Poco tiene de fútbol todo esto. A las anquilosadas máquinas productivas en serie de los esforzados trabajadores de la pelota, les aparecen cracks con cuentagotas para dar batalla y dejar que sigamos soñando con recuperar el fútbol perdido. Por el momento, con estas pocas excepciones, y con treinta y dos partidos jugados, seguimos preguntándonos dónde está el fútbol. Lo seguimos esperando, viajando de una ciudad a otra de Sudáfrica para dar con su paradero.

domingo, 20 de junio de 2010

¿El fútbol va en camino a la “pulseada táctica”? (Yahoo)



Tal vez sin darse cuenta exactamente de la lucidez con que soltó la frase en una conferencia de prensa, el capitán de la selección argentina, Javier Mascherano, afirmó, cuando fue consultado sobre el nivel del Mundial cuando promedia la segunda fecha de la primera fase, que el fútbol, en general, “va camino de ser una pulseada táctica en la que cualquier equipo más o menos bien parado puede competir contra otro que parece superior”.

No es sólo una frase la de Mascherano, acostumbrado como estuvo por años a jugar en el Liverpool de uno de los mayores ajedrecistas del fútbol de estos tiempos, el español Rafa Benítez, ahora contratado por el Inter italiano.

El excelente volante argentino se refiere en muy buena medida a lo que se ha visto hasta ahora en este Mundial de Sudáfrica y es que la tendencia es cada vez más conservadora y muy pocos equipos se atreven realmente a jugar un fútbol de ataque, estético, que agrade a los espectadores, más allá de contar con estrellas con condiciones técnicas de conseguirlo.

En buena medida, la FIFA deberá replantearse para el próximo Mundial de 2014 si trealmente quiere que el fútbol se siga expandiendo y que además de ser un fenómeno de masas incomparable en el mundo entero, al punto de paralizar por un mes la actividad de un tercio del planeta, pueda volver a generar interés concreto por lo que pasa en el mismo césped y no sólo en sus alrededores, la industria misma del espectáculo.

Y para eso, seguramente debe estudiar en profundidad si alcanza con que las ligas de las selecciones que compiten terminen veinticinco días antes de la máxima cita, porque muchos de los jugadores no llegan en buen estado físico y entonces toca observar un torneo con futbolistas agotados, o lesionados a punto de comenzar el evento, y en la mayoría de los casos, con equipos con miedo a perder y por lo tanto, con esquemas conservadores como el cada vez más repetitivo 4-2-3-1 ó, como máximo, el 4-4-2.

Es tanta la igualdad que ya casi no hay equipos que marquen la diferencia y la historia cada vez reserva menos lugar en la influencia sobre los otros. Salvo Argentina y Holanda (que no cuenta de momento con su máxima figura, el extremo Arje Robben, lesionado, aunque podría regresar más adelante), ninguna otra selección de tradición ha logrado imponerse con claridad.

El equipo italiano se encuentra en plena polémica entre la prensa y su entrenador Marcelo Lippi, que defiende el alto promedio de edad de sus jugadores, y apenas sui ha rasguñado un punto ante Paraguay gracias a un error del arquero Justo Villar, ayuidado por el extrañísimop pique del balón “Jabulani”.

Ni hablar de España, máxima candidsata para muchos por su juego estético y de posesión de balón, que intenta parecerse al Barcelona pero que tropezó en su debut inesperadamente ante Suiza y el palo la salvó de una derrota más abultada, con jugadores que no están en su nivel y un equipo que juega a muchsa menos velocidad y que necesita con urgencia a Fernando Torres para sacar una diferencia ante Honduras que le permita soñar con apenas pasar a octavos y donde además podría esoperarla Brasil.

A su vez los pentacampeones del mundo apenas si pudieron vencer 2-1 a la débil Corea del Norte y demostrando que lo más importante que tienen hoy está en la defensa y no en el ataque, contrariamente a su riquísima historia, por momentos con jugadores deslumbrantes. Pero este equipo de Dunga se parece más a aquel utilitario de Italia 1990 o de Estados Unidos 1994, con un Kaká apenas en un veinte por ciento de sus posibilidades, lejos de aquel que parecía patinar en el Mundial de Clubes de Japón 2007 o en tantos partidos del Milan antes de su pase al Real Madrid, donde hizo tan poco en la pasada temporada.

Lo mismo, o acaso peor, puede decirse de Inglaterra, al punto de que su propio entrenador, el italiano Fabio Capello, llegó a manifestar que “no se parece a lo que yo conocí”, luego de dos magros empates ante Estados Unidos y Argelia, que hace que dependa todo del último partido, en el que deberá vencer a Eslovenia si quiere llegar a duras penas a octavos de final. Los ingleses casi que no generan situaciones dse gol, dejando muy solo a Wayne Rooney, su excepcional goleador.

Menos aún de bueno se puede decir de este equipo francés peleado con la pelota y con la prensa, cuyo entrenador Raymond Domenech parece haber entrado en una espiral de conflictos oincluso con sus propios jugadores y que podría retirarse de este Mundial, como en 2002, sin haber marcado un solo gol y con la sensación de estar padeciendo la era post-Zidane.

Alemania, por su parte, aunque algunos salieron demasiado pronto a decir que se trataba de un gran equipo por el mero hecho de golear a una muy débil y decepcionante Australia, tampoco hizo mucho ante Serbia, conservando a los mismos delanteros y hasta algunos volantes que cuatro años atrás.

Y por si esto fuera poco, este Mundial podría quedarse casi sin equipos africanos en octavos de final, luego de la débacle sudafricana ante Uruguay, el mal comienzo de Camerún, derrotado por Japón, el último lugar de Argelia en su grupo, la misma situación para Nigeria en el suyo, y apenas Costa de Marfil, que comparte zona con Brasil y Portugal, y Ghana, que llega en buena posición a la última jornada, tienen chances de representar a su continente en la fase final.

Loi que comienza a vislumbrarse es que el fútbol de alto nivel es demasiado parejo, como dice Mascherano, porque en verdad, las cuatro o cinco principales ligas de Europa reúnen al gran porcentaje de jugadores top, mientras que el resto de las ligas se han transformado tan sólo en satélites que intentan colocar sus jugadores en el gran mercado y a su vez gran circo.

Cabe preguntarse si el gran porcentaje de jugadores de los cinco continentes, o al menos los mejores de cada equipo, participan de las mismas ligas, los mismos entrenadores y los mismos sistemas tácticos, las mismas disciplinas, que a su vez recaen en un fútbol productivo y que no tiene un gran interés en el espectáculo (“pulseadas tácticas”) es entonces posible ver algo demasiado diferente en unos y otros. Y parece que salvo excepciones, no es posible en este tiempo.

Does football goes towards the tactic assess? (Yahoo)



Perhaps without noticing about the lucidity of his sentence at the press conference, the captain of the Argentinean team, Javier Mascherano, stated when consulted regarding the level of the World Championship in the middle of the second date of the first phase, that the football, in general, “goes to be a tactic assess in which any team with a good tactic scheme will be able to compete against other that seems superior”.

It is not only a sentence that of Mascherano, accustomed as he was for years to play with the Liverpool conducted by one of the major football chess of these times, the Spaniard Rafa Benítez, now contracted by the Italian Inter.

The excellent Argentinean midfielder refers in good measure to what has been seen up to now in this World Championship in South Africa and it is that the tendency is every time more conservative and few teams dare really, to play a football of attack, aesthetic, that pleases the spectators, over-more to count with the stars in technical conditions to obtain it.

In good measure, the FIFA should redefine for the next World Championship in 2014 if they actually want that the football continues expanding and furthermore to be a phenomenon of masses incomparable in the whole World, to such a point to paralyze for a month the activity of the third part of the planet it could generate again concrete interest for what occurs on the grass and not only around same, the spectacle industry itself.

And for such purpose, they should deeply study whether it is enough that the leagues of the teams that compete end twenty five days before the maximum appointment, because many of the players do not come in good physical conditions and then it is watched a contest with tired players, or injured just before the event initiation and in the majority of the cases with teams frightened to lose and therefore with conservative schemes as the often repeated 4-2-3-1 or as maximum, 4-4-2.

The equality is such that there are almost no teams to mark the difference and the history every time reserves less place in the influence on the others. Except Argentina and Holland (that does not count for the moment with their maximum figure, the extreme Arje Robben, injured, though he could return later), no other team of tradition was able to clearly impose.

The Italian team is in full polemic between the press and their coach Marcelo Lippi, who defends the high average of his players age and scarcely scratched one point vs Paraguay thanks to a mistake of the goalkeeper Justo Villar, helped by the very strange sheer drop of the ball “Jabulani”.

Not to speak about Spain, maximum candidate for many, due to their aesthetic game and of ball possession, that tends to be similar to Barcelona, but in the debut met surprisingly losing vs Switzerland and the stick saved them from an even more serious defeat, with players that are not at their level and a group that plays at minor speed and that needs urgently Fernando Torres to get a difference vs Honduras to allow them dream to pass to the eights where, besides, there will be waiting for them Brazil.

At its turn, the penta-champions of the World scarcely could win 2-1 over the weak North Korea and showing that the most important they have today is in the defense and not in the attack, contrarily to they rich history, by moments with their startling players. But this team of Dunga seems to be more similar that utilitarian of Italy 1990 or of the United States 1994 with Kaka with scarcely twenty percent of his possibilities far away of that when he seemed to skate at the World Championship of Clubs in Japan in 2007 or in so many matches of Milan before his transference to the Real Madrid where he made very little the last season.

The same, or perhaps worse, may be said about England, to a point that their own Italian coach Fabio Capello, stated that “it does not seem what I knew”, after two very weak matches vs the United States and Algeria, what makes that everything depends to the last match in which they must win Slovenia if they want to arrive the eighths. The English almost do not generate situations of goal, leaving alone Wayne Rooney, their exceptional scorer.

Even less can be said about the French team fighting with the ball and with the press, coach of which Raymond Domenech seems to have entered in the conflicts even with his own players and that could withdraw from this World Championship as in 2002 without having marked one single goal and with the feeling of suffering the era post -Zidane.

Germany, on their part, though they came out very soon saying that it concerned a great team due to have goaled a very weak and disappointing Australia, neither they did much vs Serbia, conserving the same forwarders and even some mid fielders as four years ago.

And if that is not enough, this World Championship could remain almost without African teams in the eighths, after the South African debacle vs Uruguay, the bad beginning of Cameroon, defeated by Japan, the last place for Algeria in its group, the same situation for Nigeria in their own, and scarcely Ivory Coast that shares the zone with Brazil and Portugal, and Ghana that arrives in good position to the last round have chances to represent their Continent in the final phase.

What starts to be watched is that the football of high level is too much equal, as Mascherano says, because that is true, the four or five principal leagues of Europe gather a great percentage of top players, meanwhile the rest of the leagues have transformed into satellites only that try to place their players on the great market and as well big circus.

The question is whether the great percentage of players of the five Continents, or at least, the best of each team, share the same leagues, the same coaches, and the same tactic systems, same discipline, that at the same time fall on the productive football and that has not a great interest in the spectacle (“tactic assess” ) is then possible to see something too much different in one and the others. And it seems, with some exception, it is not possible in this time.

sábado, 19 de junio de 2010

Juan de Biase, maestro de periodistas



Conocimos a Juan de Biase de la manera más extraña y tal vez por eso, la noticia de su muerte, nos derivó en aquel recuerdo al que nunca tratamos de volver porque nunca es bueno darse cuenta de que cometemos errores irreparables en ese momento tan difícil de nuestras vidas que es la adolescencia, hoy más extendida que a principios de los ochenta.
Por una casualidad, el periodista de marras fue reconocido por mi padre en la foto de una revista cuando ya era un periodista consagrado, pero no fue identificado como tal sino como el supuesto bibliotecario del ámbito en el que había estudiado toda su carrera de odontólogo, lo que motivó las lógicas dudas y hasta la casi certeza de que se trataba de un error, pero un llamado telefónico a Radio Continental, donde trabajaba De Biase, acabó con todo y comprobó que estaba en lo cierto. La reunión y el reencuentro luego de treinta años con el padre y el incipiente periodista (que ya trabajaba en una agencia de noticias) fueron inmediatos y va de suyo que lo mismo ocurrió con la cita para una prueba en el gran diario argentino, en el que De Biase era el secretario de deportes desde hacía años, e ícono de una generación (la de quien esto escribe) que veneraba a las grandes plumas y no a los que ponían sus caras en la televisión.
Pero este escriba no se sintió cómodo con la situación. El exagerado sentido de la ética, esa falta de grises que tenemos en nuestros primeros años, hizo que no se sintiera bien llegando con una recomendación a Clarín, y aunque pasó la prueba, que consistía en comentar un partido jugado en la cancha de Bánfield, su estupidez hizo que no regresara más a buscar los resultados ni para una oportunuidad laboral, continuando en la agencia.
Con los años, y los viajes recorriendo el mundo, vino el reencuentro con De Biase, quien seguramente imaginando la situación (así lo esperamos) jamás hizo hincapié en aquellos hechos juveniles y se convirtió en un excelente interlocutor, siempre con las palabras justas y cultas, que nos transportaba a imaginarlo leyéndolo en nuestros primeros años, cuando nos contaba de cada lugar visitado con ese color inimitable.
Pero el tiempo nos regalaría una nueva oportunidad cuando en los noventa llevábamos el programa radial "Palo y Palo" y pudimos invitarlo al estudio. De Biase no sólo vino y participó ese día, sino que volvió sin que lo llamáramos otra vez al bar donde preparábamos el programa, y así lo repitió una y otra vez, hasta hacerse una sana costumbre.
Así fue que De Biase se transformó en Juan, con la misma simpleza que opinaba, tal vez con un tono bajo que no siempre se escuchaba bien, con total simpleza sobre los hechos del fútbol y su contexto.
Con de Biase se va una gran pluma y un hombre apasionado, defensor claro de una estética del juego, que no aceptaba medias tintas y que lamemtablemente se va acabando. Tal vez por eso lo buscábamos en los viajes, en larguísimas charlas con el entrañable amigo Luis Blanco, en cualquier lugar del mundo, y acaso por conocer nuestra opinión es que solía soltar algún concepto, alguna sentencia, cuando nos veía cerca.
Por todo eso, su muerte nos deja un poquito más vacíos de conceptos de juego, de picardía, de noches de charlas y de historias compartidas con el maestro Juan De Biase.

miércoles, 16 de junio de 2010

Messi, la determinación y la marca (Jornada)



Todo conduce a México 1986. Los integrantes del plantel argentino se aferran con uñas y dientes a los hechos que dieron origen a la conquista de uno de los dos títulos más importantes de la historia del fútbol argentino, y como muchos de los protagonistas siguen en carrera, aunque en otras funciones, consideran que recrear aquellos buenos viejos tiempos podría ser determinante a la hora de volverse al país con la tercera Copa del Mundo.

Por eso no es casual que la gran estrella argentina, Lionel Messi, el mejor jugador del mundo en la actualidad, haya aparecido en un canal masivo de televisión para sostener con una inusual determinación que el pasado quedó borrado y que lo que importa es el presente y que se encuentra encaminado a conseguir finalmente el afecto de sus compatriotas y a ganar este Mundial.

Contaba a este periodista Fernando Signorini, aquel preparador físico del Mundial de 1986 y casualmente también ahora, que en los días previos a aquel torneo, un día pasó por la habitación que compartían Pedro Pasculli y Diego Maradona, por la mañana y cuando ambos leían diarios en la cama, y como sólo el goleador le siguió la conversación, en voz alta el profesor le dijo, para que escuchara la gran estrella, “¿Te diste cuenta, Pedro, que nadie parece ser la figura de este Mundial?” al día siguiente, cuando llegaron los diarios a la concentración del América de México, Signorini con una sonrisa leyó declaraciones de Maradona diciendo “este será mi Mundial”.

No parece muy distinta la situación veinticuatro años después, y ahora aparece Messi diciendo casi lo mismo que aquel joven Maradona, dos años mayor de lo que es hoy el jugador del Barcelona.

Y también como Maradona en 1986, Messi está a punto de enfrentar a los surcoreanos, con la incógnita de cómo será la marca escalonada y reagrupada de éstos sobre el diez, y qué tipo de jugadas o movimientos tácticos hará el equipo argentino para contrarrestar este juego rival.

No hay demasiada información al respecto y seguramente hoy se tengan más datos luego de que la selección argentina abra las puertas del estadio de Pretoria en el mediodía sudafricano. Por lo que se dice de la evolución física de Juan Sebastián Verón, sus chances de estar presente el jueves no son altas, aunque habrá que esperar y luego, en todo caso, evaluar con qué tipo de volantes se lo va a reemplazar.

El otro punto sigue siendo el del lateral derecho. Ayer, Nicolás Burdisso jugó con los suplentes y Jonás Gutiérrez, con los titulares. Pero las cosas podrían cambiar en pocas horas. Habrá que esperar.

martes, 15 de junio de 2010

El fútbol africano y la racionalidad occidental (Jornada)



Si observamos a los seis equipos africanos que participan en esta Copa del Mundo, advertiremos que sólo uno de ellos tiene un entrenador nacido en este continente, el de Argelia, pero los restantes son todos europeos, excepto uno brasileño, que sigue la línea europeísta.

En efecto, entre los otros cinco equipos hay dos entrenadores suecos (Sven Goran Ericksson en Costa de Marfil y Lars Lagebäck en Nigeria). Un francés (Paul Le Guen en Camerún) y un serbio (Milovan Rajevac, en Ghana) y un brasileño (Carlos Parreira en Sudáfrica). La excepción es el jeque Rabah Saadane (Argelia).

¿Tienen algo que ver estos entrenadores con los resultados del fútbol aburrido y previsible que estamos viendo durante esta Copa del Mundo? Evidentemente, porque por un lado, muchos de los jugadores que forman parte de los planteles de estos seis equipos ya participan de las grandes ligas europeas, y por otro, los entrenadores llegan con sus libritos, muy parecidos unos a otros.

Ya lo planteaba Max Webber en sus ensayos sociológicos aunque orientados a otras temáticas aunque pueden extenderse al fútbol. Si algo caracterizó a Europa y a Occidente en general, como concepto, es en el intento de “racionalización” de la cultura, cualquiera ésta sea, en el intento de que todo debe ser llevado por los carriles de lo que se considera dentro de un esquema predeterminado.

Antes, hace ya cinco décadas, le ocurrió lentamente a Sudamérica, a la que le fueron quitando aquella inventiva, esa frescura que generaba admiración y sorpresa, ahora subsumidas por los rígidos esquemas tácticos, gracias al “aporte” y los “conocimientos” de los entrenadores europeos. En la Argentina fueron los Juan Carlos Lorenzo, Helenio Herrera y Osvaldo Zubeldía.

¿Dónde están ahora los Roger Milla, los Majder, los Kanu, los Okocha, los Mido y tantos otros? Aún están, aunque parecen colocados dentro de una máquina de producir resultados, demasiado parecida a la europea, o a la sudamericana de estos tiempos sin magia, de productos en serie.

Los Eto’o, los Drogba, los Martins, los Muntari, los Pienaar tienen que estar por algún lado. Deben aparecer en algún momento.

Seguramente eso ocurrirá con más fuerza el día que se rebelen a los esquemas, que se harten de ellos. Por ahora, rige la monotonía, la fábrica, el esquema rígido, el resultado sobre el juego. Es la famosa “racionalidad occidental”, que parece haber llegado a las costas africanas.

domingo, 13 de junio de 2010

La Copa de Africa (Yahoo)



Por un mes, el mundo conocerá de cerca el penetrante sonido de las ya famosas vuvuzelas, unas cornetas especiales que si suenan juntas, pueden afectar a los oídos de manera parecida al paso cercano de un avión, o se escuchará hasta el hartazgo el “Waka Waka” de la colombiana Shakira, la canción oficial del Mundial, que esta semana comienza, terminando por fin con la ansiedad de miles de millones de habitantes del planeta.

No hay como el fútbol, la principal manifestación de la humanidad, ya muchísimo más que un mero deporte, con significados que fueron desplazando incluso a muchas religiones. ¿Acaso la ceremonia de entrega de la Copa no se parece a un acto litúrgico? El gran analista español Vicente Verdú sostiene en su libro “Fútbol, mitos, ritos y símbolos” que un gol no es otra cosa “que el regreso al pueblo a contar a los vecinos el éxito conseguido del otro lado de la línea de cal”.

Pero este Mundial de Sudáfrica tiene algo especial, distinto a los demás. Es el primer Mundial en un continente sumergido, alejado y en el que Sudáfrica ha sufrido daños inmensos como vivir en un régimen como el del Appartheid, por suerte ya en la historia, pero que le ha traído innumerables conflictos raciales y sociales, de los que está tratando de salir.

Con el símbolo del anciano Nelson Mandela, de noventa y dos años, uno de los personajes claves de la historia moderna, ex prisionero por veintisiete años de la cárcel de Robben Island (donde vio cómo los negros jugaban fútbol en los ratos libres), para luego salir y sin ninguna venganza llegar a presidir el país y obtener el Premio Nobel de la Paz, Sudáfrica intentará seguramente, con su seleccionado de los Bafana Bafana, establecer un hito para los africanos.

La situación es otra, aunque se intente por todos los medios recrear el clima del ya mítico Mundial de rugby de 1995, que con Mandela a la cabeza logró unir a toda una nación alrededor de otro deporte. Hoy, a quince años, todos los derechos se han igualado y el que preside el palco es apenas Jacob Zuma, un presidente surgido de elecciones, perseguido por supuestos actos de corrupción, entre los que se cuentan gastos exagerados y sin control por parte del Comité Organizador del Mundial (LOC).

Este será el Mundial de los negros, así como el otro significó el de la igualdad. Son los negros, los oprimidos del pasado, los que siguen trabajando por la comida en muchos casos, o por comisiones pero sin salario, los que apoyan decididamente a los Bafana Bafana.

Pero también puede ser la oportunidad de hacer crecer en buena parte al país en infraestructuras y transporte, si bien las obras no han llegado a tiempo y han hecho dudar por algún momento a las autoridades de la FIFA sobre la viabilidad de organizar el torneo aquí.

Según se informa oficialmente, Sudáfrica puede llegar a aumentar en un 0,4 por ciento el consumo gracias a la llegada de unos trescientos mil a cuatrocientos cincuenta mil turistas de todo el mundo.

El psicólogo sudafricano Geryling Viljoen sostiene, acerca de este Mundial, que demostrará “si somos capaces de recibir el reto de presentar algo semejante al mundo entero. Significará, aunque sea por un tiempo, el fin de la recesión. Los seres humanos necesitamos siempre algún antídoto contra el stress, y la Copa del Mundo es la mayoir distracción posible”.

Nic Dawes, gran analista del “Mail & Guardian” de Johanesburgo, sostiene en su editorial que “en oficinas y supermercados, en aeropuertos y en las estaciones de policía y en los hospitales, en todas partes brillarán los mismos colores, sin una ubicuidad clara. Es un mensaje que no necesitamos darlo a nuestra selección. Es para los que no son de Sudáfrica, para que en tiendan que estamos todos juntos en esto y es preciso insistir en la solidaridad y en entender que se puede construir un edificio con distintos materiales, no tiene por qué ser todo igual”.

Sudáfrica ya ganó su Mundial porque pudo organizarlo, con sus virtudes y con sus defectos, y aunque es muy probable que el continente africano tarde mucho en volver a tener una oportunidad como ésta, con todo el costo que ello implicó, con los doscientos cincuenta mil dólares mensuales de salario para el brasileño Carlos Parreira, quien retornó como entrenador luego de que fracasara el juego defensivo de su compatriota Joel Santana, y cuando ya nadie imaginaba que volvería a ocupar el banco de suplentes de los Bafana Bafana.

“Mi familia me necesita, especialmente mi esposa. Ellos me necesitan cerca, y luego de treinta y seis años de casados, no puedo decir que no”, afirmó en aquel momento, cuando renunció. Ahora, aceptó regresar y ya ha logrado mantener un invicto de doce partidos, si bien apenas en marzo, afirmaba que el equipo no tenía identidad y que para conseguirla “hay que poner la pelota contra el piso y usar nuestra técnica”, Parreira les dijo que la situación del equipo sudafricano “es similar a una botella llena sólo con el treinta por ciento lleno y el resto se lo tenemos que poner nosotros, paso a paso”.

Hoy, Parreira dice que ya hay una identidad, y no sólo puede verse en la cancha, sino en cualquier calle de Johanesburgo o Pretoria. La mayoría camina con la camiseta amarilla con vivos verdes de los Bafana Bafana.

African Cup (Yahoo)



For one month the World will know near the penetrating and so famous sound of the vuvuzelas, special cornets that when sound together may affect the ears similar to that of a near passing plane, or it will be heard until you are fed up with the “Waka Waka” of the Colombian Shakira, the official song of the World Championship that starts this week, ending finally, with the anxiety of thousands millions of the World inhabitants.

There is nothing as football, the principal sign of humanity, much more than a mere sport, with meanings that over passed even many religions. The ceremony of delivering the Cup does not seem a liturgics act? The great Spanish analyst Vicente Verdú sustains in his book (football, myths, rites and symbols) that a goal is nothing else but “the return to the village to narrate to the neighbors the success obtained on the other side of the line of lime”

But this World Championship of South Africa has something special, different of the others. It is the first one in the submerged continent, far away and where South Africa suffered enormous damages as to live in a regime as that of Apartheid, lucky to be now history but it brought innumerous racial and social conflicts of which they try to get out.

With the symbol of the old Nelson Mandela, of ninety two years, one of the clue personages of the modern history, ex prisoner during twenty seven years in the prison of Robben Island (where he saw how the negroes played football in their free hour) to get out later and without vengeance to arrive to preside the country and obtain the Peace Nobel Prize, South Africa will surely try with its team of the Bafana Bafana, to establis a hit for the Africans.

The situation is other although it is intended at almost to create a climate of the already mythical rugby World Championship 1995 that with Mandela at the head obtained to join a nation around another sport. Today, fifteen years later, all the Rights have been equaled and the one that presides the box is Jacob Zuma, a president arrived through election, pursued for supposed corruption actions, among which there are exaggerated expenses and without control by the Organizing Committee of the World Championship (LOC).

This will be the World Championship of the negroes, as the other meant of the equality. The negroes are the oppressed in the past, those who continue working for the meal in many cases, or for commissions without salary, those who decidedly back the Bafana Bafana.

But it may be also the opportunity to allow the country to grow in infrastructures and transport, though the works did not arrive in time and make doubt for some moment the authorities of the FIFA on the practicability to organize a contest here.

As it is officially informed, South Africa may reach to increase in a 0,4 per cent the consume thanks to the arrival of three hundred thousand tourists of the whole World.

The South African psychologist Geryling Viljoen maintains with regard to this World Championship, it will demonstrate “whether we are able to receive a challenge to present something like this to the whole world. It will mean, though for a time, an end to the recession. The human beings always need some anti dote against the stress and the World’s Cup is the most possible distraction.”

Nic Dawes, great analyst of the “Mail & Guardian” of Johannesburg, maintains in his editorials that “in offices and supermarkets, in airports and in the police stations and the hospitals, in all parts there shine the same colors, without any clear location. It is a message that we do not need give it to our team. It is for those who are not South African thus they understand that we are all together in this and it is necessary to insist in the solidarity and in understanding that it is possible to build a building with different materials, it is not necessary that all must be the same”.

South Africa has already won its World Championship because they could already organize it with its virtues and defects and though it is very probable that the African Continent will delay much to have an opportunity as this one, with all the cost same implies with the two hundred fifty thousand Dollar monthly of the salary for the Brazilian Carlos Parreira, who returned as coach after the failure of the defensive game of his country man Joel Santana, and when nobody imagined that he will come back to occupy the bench of substitute of the Bafana Bafana.

“My family needs me, specially my wife. They need me near and after thirty six years of marriage, I cannot say no”, said in that moment, when he renounced. Now, he accepted to return and he already could maintain to be undefeated in twelve matches, though only in March he declared that the team has no identity and to get it “the ball must be put against the ground and to use our technique”, Parreira told them that the situation of the South African team “is similar to a bottle only with the thirty per cents completed and the rest is what we have to put by ourselves, step by step”.

Today, Parreira says that there is already an identity, and not only may it be seen in the stadium but in any street of Johannesburg or Pretoria. The majority walks with the vest yellow with green straps of the Bafana Bafana.

sábado, 12 de junio de 2010

Un equipo que se hace mientras juega un Mundial



Si hay algo que no puede negarse de este equipo de Maradona, así como él mismo representa como ícono, es su carácter de argentino. Porque no debe haber en todo el Mundial con treinta y dos participantes, otro que se arme directamente en la máxima cita y cuyo esquema táctico, con Messi detrás de los dos delanteros, se puso en marcha en el partido debut ante Nigeria.

Había demasiadas incógnitas por despejar, justamente porque no se sabía qué destino le depararía al nuevo esquema y ante un rival potente, que corre mucho y que era claro, iba a oponerle un 4-4-2 para sacar partido de los errores y jugar de contragolpe.

Argentina no jugó bien. Es más, muchos jugadores que suelen tener regularidad en su participación, tampoco han estado a su nivel, como Juan Sebastián Verón en el medio, Walter Samuel atrás, o Carlos Tévez y Angel Di María adelante, sumados a que Higuaín perdió al menos dos goles claros y Messi, en su mejor partido con la camiseta argentina mayor, se encontró con un gran arquero hoy, que cubrió todos sus reates, varios con destino de gol.

Los primeros noventa minutos indican que Romero casi no tuvo que intervenir pero tiende a usar demasiado los puños para rechazar, tal vez porque la pelota no ofrezca mucha seguridad y se parezca a un globo. Que Jonás Gutiérrez todavía no se adaptó a la función de volante-corredor y le ganaron muchas veces las espaldas, además de no tener buena técnica por la derecha, y que Samuel tuvo un par de erores que le pudieron costar caro al equipo nacional.

Verón no anduvo en su nivel, pero sí Mascherano, y en el ataque se falló mucho, aunque con esos delanteros, el gol llegaría tarde o temprano. Viendo el anterior partido entre Corea del Sur y Grecia, no parece haber demasiados problemas para pasar a octavos, al menos que nos equivoquemos mucho. Pero Argentina, si es por lo hecho ante Nigeria, deberá mejorar mucho.

Son los riesgos de no preparar todo antes y de improvisar sobre la marcha. Pero, ¿qué es más argentino que eso?