jueves, 30 de noviembre de 2017

El sorteo del Mundial y las eternas suspicacias




Ni siquiera en tiempos remotos y más amateurs hubo tranquilidad en los sorteos del Mundial. Los intereses siempre estuvieron a la orden del día y así como mañana en el Palacio del Kremlin en Moscú muchos depositarán sus esperanzas de que las bolillas los favorezcan, por azar o por influencias, no puede decirse que en el fútbol internacional esto sea una novedad.

Si para el primer Mundial, el de Uruguay 1930, ya hubo problemas porque el delegado belga Vandervelck se quejó de que su selección no fuera una de las cuatro cabezas de serie pese a haber sido campeón olímpico en 1920  y sí lo fueron Paraguay y Estados Unidos en el mismo grupo, ¿qué se puede esperar ahora que participan 32 equipos en ocho zonas de cuatro, con todo el dinero que reciben y la expectativa que hay en todo el planeta?

Así como Vandervelck no tuvo pruritos en pedir una cabeza de serie pese a que luego, por esas casualidades, Bélgica quedó última justo en el grupo de Paraguay y Estados Unidos –los otros cabezas de serie fueron Uruguay, Argentina y Brasil y sólo participaron 4 europeos en el segundo bombo- otra suspicacia se generó para Francia 1938 cuando el encargado de sacar las bolillas fue nada menos que Yves, el nieto del presidente de la FIFA, Jules Rimet, quien además era francés cuando el Mundial se jugaría en su país.

Justamente ese Mundial, el de 1938, debía disputarse en la Argentina por el acuerdo entre los dos continentes que manejaban el fútbol mundial desde el nacimiento de la FIFA en 1904, Europa y Sudamérica. Si en 1930 el Mundial había sido en Uruguay y en 1934 en Italia, claramente 1938 era para Argentina, subcampeón olímpico en 1928 y subcampeón mundial en 1930 y que había participado de los dos Mundiales hasta ese momento (1930 y 1934) pero su dirigencia cometió un error de cálculo muy grave y acabó perdiendo la votación ante Francia.

Los franceses argumentaron en el Congreso en el que se decidió la sede que había que contraponerle a la Alemania nazi, que estaba por organizar los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 una fiesta del deporte democrática, y entonces era fundamental que Europa tuviera una sede para el fútbol. Para convencer a la dirigencia de eso, envió una misión diplomática. En cambio, la AFA se contentó con el envío de una delegación futbolera con el argumento de la alternancia de las sedes. Esta votación por Francia enojaría tanto al fútbol argentino que ya se aislaría de los Mundiales hasta Suecia 1958.

Otro escandalete se produjo para el sorteo del Mundial de Inglaterra 1966, el primero en ser televisado desde el Royal Garden Hotel en Londres, cuando las federaciones africanas amenazaron con un boicot porque no participó ninguna selección de este continente en el torneo.

Ese sorteo de 1966 dio como posible cruce para cuartos de final (participaban 16 países) al local contra Argentina y a Alemania contra Uruguay, luego de haberse enfrentado cruzados en la fase de grupos. Alemania no había podido con Argentina (0-0) e Inglaterra, tampoco ante Uruguay (0-0), así es que para los cuartos de final, al Alemania-Uruguay (4-0) lo dirigió un inglés (Finney) y al Inglaterra-Argentina (1-0) un alemán (Kreitlein) con los escándalos ya conocidos. Luego, Alemania sería eliminada en la final por los ingleses en otro escándalo.

Pero cuanto más circo, más show. Para el Mundial 1978, extrañamente a la selección argentina, local, le tocó tres europeas (Italia, Francia y Hungría), pero claro que una vez superada esta fase, ya en Rosario aparecía Brasil como único escollo a la final y los locales jugaron la última fecha de la segunda rueda ante Perú sabiendo cuántos goles tenían que marcar, con una inaceptable ventaja deportiva .

El sorteo para México 1986 no es recordado por los escándalos pero sí porque el país salía del tremendo impacto del terremoto que casi lo deja sin Mundial, y porque fue allí cuando Julio Grondona, que llevaba seis años en la AFA, recompuso su muy mala relación con el entonces presidente de la FIFA, Joao Havelange, y en gran parte por efectos del más puro azar.

Sucedió que Havelange estaba harto del veterano dirigente peruano Teófilo Salinas como presidente de la Conmebol y le pidió la renuncia y en ese momento, Grondona se preparó para sucederlo. Consultado Havelange, éste lo envió a visitar a Salinas a su casa en Lima y allí es donde Don Julio pensó que había recibido la bendición de la sucesión pero no pudo creerlo cuando al poco tiempo recibió un llamado en el que el todavía titular de la Conmebol le informaba que Havelange se había decantado por el uruguayo Eduardo Rocca Couture. La explicación fue que Rocca “es un íntimo amigo de Joao y no hubo nada que hacer, ya se lo tenía prometido”.

Así fue que cuando fue entronizado Rocca Couture, en el Congreso de la Conmebol siguiente, en Chile, Grondona y su amigo Eduardo Deluca, secretario general de la AFA, arremetieron duramente contra Havelange en lo que parecía una relación tormentosa de cara a futuro.

Pero el azar es poderoso. Y a los pocos meses, Havelange se molestó mucho con Rocca Couture al enterarse de que éste había permitido que Chile vendiera la sede de su Mundial sub-20 a la Unión Soviética, gracias a la influencia de Coca Cola, interesada en penetrar en la Cortina de Hierro. Así es que decretó el pronto “no va más” y citó a Don Julio al sorteo de diciembre de 1985 y allí se selló la amistad.

Cuatro años más tarde, algunas cosas habían cambiado. En especial, que Argentina llegaba al sorteo de diciembre de 1989 en Roma como campeona del mundo, con Diego Maradona en lo más alto, y con Daniel Passarella entre los que extrajeron bolillas porque ya era una gran figura del Calcio. Y con la espectacular Sofía Loren en el escenario.

Fue allí cuando un Maradona que ya se había enfrentado a la FIFA en México 1986 por los horarios de los partidos, la altura y el calor, ahora salía a decir en medio de la “alfombra roja” que “todo estaba arreglado” y que no creía en el sorteo y desafiaba al entonces secretario general, Joseph Blatter, a que se animara a sancionarlo por lo que había dicho, pero se encontró con un silencio general.

Distinto a lo que ocurriría años más tarde, en el sorteo del Mundial de Japón-Corea 2002, muchos le cargaron a Grondona el pésimo grupo inicial que le había tocado a la selección argentina. Nadie entendía cómo podía ser que Inglaterra (también campeón del mundo en el pasado), Suecia (invicta en la clasificación europea) y una potencia africana como Nigeria compartieran la zona, y de hecho, fue la única vez desde 1962 que el equipo albiceleste no se clasificaba para los octavos de final aún cuando era considerado claro candidato al título.

Pero si para 2001 le llovieron críticas a Grondona,  todo lo contrario ocurrió en el Mundial pasado, cuando extrañamente, a la selección argentina le tocaron casi todos los rivales contra los que había jugado amistosos en los años previos (Bosnia, Nigeria, Suiza, e incluso si no era Suiza, en octavos le habría tocado Ecuador contra el que también jugó) y además, casi no tenía que trasladarse a zonas muy nórdicas del Brasil, sino apenas jugaba casi siempre en el Maracaná de Río de Janeiro, el Arena Corinthians en San pablo o en Porto Alegre.

Parecía hecho con “la mano de Dios” o tal vez, alguna otra menos santa. Lo cierto es que al terminar la ceremonia en la exclusiva Costa do Sauipe, en Bahía, se vio en las primeras filas al dirigente de Boca Juniors Juan Carlos Crespi tocándose los hombros con los dedos y luego, dirigiéndolos a Don Julio tirándole besos como marcándole el grado de poder del máximo dirigente de la AFA y número 2 de la FIFA.

Si bien Blatter insistió en estos años, una vez que fue desplazado de la FIFA, que nunca hubo manipulación en los sorteos y que en cambio sí lo observó en los de la UEFA, cuesta mucho creer que generalmente los locales sean tan afortunados que no sólo siempre tienen grupos accesibles para clasificarse a la fase siguiente y así asegurar una buena venta de entradas, sino que siguen teniendo el camino allanado hasta bastante avanzado el torneo.

Es que nunca quedó claro, por ejemplo, aquel episodio para Sudáfrica 2010 cuando el alemán Lottar Matthaeus tuvo que pedir perdón cuando las cámaras de TV alemanas tomaron el momento en el que metía la mano en el bolillero, tomaba una de las bolillas y la dejaba adentro para tomar otra y tardar varios segundos, algo que se repitió en cámara lenta.

El “Matador” Mario Kempes, por ejemplo, insiste y es creíble en que para el Mundial 2014 él tomó una bolilla inocentemente y se la cedió al maestro de ceremonias, Jerome Valcke, por entonces secretario general de la FIFA, pero más de uno observó que el tema no eran las bolillas sino que detrás del funcionario (echado dos veces del organismo por corrupción) no había ninguna cámara y que pudo haber tirado lo que recibía y en cambio ya tenía la tirita preparada con el nombre del país ante cada situación. Suspicacias nunca faltan.

O tal vez se acaben si mañana, en el Kremlin, por una vez Rusia aparece complicada y en un grupo inaccesible. ¿Sucederá alguna vez que el local se perjudique?  La FIFA insiste con que la limpieza ha llegado luego de tantos años de dudas.

Es un buen momento para que los hechos comiencen ademostrarlo.


martes, 28 de noviembre de 2017

Una final de Copa Libertadores muy pareja (Kicker)



El próximo miércoles, Lanús tendrá una ocasión única. La de ganar por primera vez en su historia la ansiada Copa Libertadores de América –cuando  hace treinta años jugaba en Primera C, la tercera división argentina- si vence por dos goles en su estadio a Gremio de Brasil, que venció 1-0 en la ida y que ya ganó dos veces el trofeo (1983 y 1995).

El primer partido terminó casi en una guerra, aunque no tanto entre los jugadores de ambos equipos, sino de cada uno de los planteles contra el árbitro chileno Julio Bascuñán. Los brasileños reclaman un claro penal no cobrado que pudo haber ampliado la diferencia de goles para llegar más tranquilos a la Argentina. Los jugadores de Lanús, la tarjeta amarilla en el último minuto a su principal defensor, Diego Braghieri, que de esta manera quedó suspendido y no podrá jugar el partido decisivo.

Si bien Gremio ganó bien el partido, el gol llegó recién a los 37 minutos del segundo tiempo a través de Cícero Santos, que ingresó como suplente porque el equipo no era efectivo y estaba bien controlado por Lanús, y entonces poco pudo hacer su principal delantero, el argentino-paraguayo Lucas Barrios, ex Bundesliga.

Lanús hizo lo mismo que en cuartos y semifinal, en los que también jugó sus primeros partidos afuera para definir como local en la revancha. Su entrenador Jorge Almirón hizo un planteo muy defensivo, para retener mucho la pelota en la mitad de la cancha a través de la técnica de Román Martínez y de Iván Marcone, pero como contra San Lorenzo o River Plate, ambos de argentina, sufrió la derrota en los instantes finales.

La defensa de Gremio, en la que participó Pedro Geromel, tuvo una noche tranquila a excepción de un cabezazo de Braghieri que iba directo al gol, pero una notable atajada del arquero Marcelo Grohe –tuvo otra en semifinales ante Barcelona de Ecuador- pudo evitarlo.

“En esta Copa nos pasó siempre lo mismo, en cuartos, semifinal y final, que recibimos goles al final en la ida, pero lo vamos a remontar como en las otras ocasiones y seremos campeones”, dijo el entrenador de Lanús, Almirón, mientras que su colega de Gremio, el ex jugador de la selección brasileña Renato Gaúcho, se quejó por el penal no cobrado. “Hasta Steve Wonder lo hubiera visto. Fue tan claro que no se necesitaba ni siquiera el VAR”.

También Gremio perdió a su combativo marcador central, el argentino Walter Kannemann, quien recibió su segunda tarjeta amarilla y no podrá estar en “La Fortaleza”, como se llama al estadio de Lanús.

Se espera que haya unos 6000 brasileños el miércoles en Lanús, aunque los medios de ese país están preocupados porque muchos hinchas de Lanús no pudieron ingresar antes de los 20 minutos en Porto Alegre y difunden por TV imágenes de archivo de la batalla campal entre los jugadores de Lanús y el Atlético Mineiro en la final de la Copa Conmebol de 1997, en la que participó, entre otros, el campeón mundial en México 1986, Oscar Ruggeri.


domingo, 26 de noviembre de 2017

La Liga Española debe replantearse muchas cosas si pretende ser la mejor (Yahoo)




Corrían 29 minutos de la primera parte cuando el Barcelona, en desventaja, se acercaba cada vez más a la portería del Valencia. En ese momento, un remate de Lionel Messi que no parecía tan complicado para el portero Neto, terminó con el balón escapándole a su cuerpo y cuando reaccionó, ya había traspasado la línea de gol. Era el 0-1 pero ni el árbitro Iglesias Villanueva ni su asistente Ramos Ferreiro lo alcanzaron a advertir.

Fue muy claro que la pelota había ingresado en su totalidad en la portería del Valencia pero el gol no fue anotado para el Barcelona, que acabó empatando 1-1 y esta situación marca una tendencia, porque la Liga Española tampoco utiliza el Video Asistance Referee (VAR) ni tampoco la “Goal Technology” para determinar si el balón ingresó o no al arco.

En otras palabras, una Liga como la Española, que busca por todos los medios ampliar la cantidad de asistentes a los estadios y el espectro de su venta a distintos países del mundo para lo cual se replantea horarios de inicio de sus partidos y hasta multas para aquellos clubes que no tengan un promedio determinado de espectadores, al mismo tiempo no parece plantearse muy a fondo el uso de la tecnología y permanece anclada en el Siglo XX para decisiones trascendentes como lo ocurrido en el Valencia-Barcelona.

Cuesta entender que con horarios de inicio que buscan competir con una Liga tan ordenada y prolija como la Premier League, por ejemplo en el continente asiático, los arbitrajes sigan basados en un criterio “artesanal” que sigue basándose en el ojo humano, algo que ya la propia FIFA viene desechando, para tratar de adoptar la tecnología como ya utilizan casi todos los deportes que han evolucionado en este tiempo.

Puede argumentarse que el VAR recién está siendo probado en algunas ligas como la italiana o la alemana, pero distinto es el caso para determinar si el balón traspasó o no la última línea. Ese no parece un sistema tan caro ni difícil de implementar, especialmente si se quiere mostrar un alto nivel como para respaldar un producto al que se denomina “la mejor liga del mundo” y que provee al actual campeón de Europa y del mundo, el Real Madrid y cuyos equipos han ganado las cuatro últimas Champions y los tres últimos Mundiales de Clubes.

Es más, en este tiempo, en la Argentina se acaba de implementar, para la temporada 2017/18 la llamada “Superliga” que tiene una neta influencia del presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) español, Javier Tebas Medrano, quien viaja permanentemente para aconsejar a los dirigentes sudamericanos todos los aspectos de la organización.

Uno de los aspectos que más se estudian es el de la cantidad de asistentes a los distintos estadios. Durante esta temporada, por ejemplo, el Celta de Vigo no pudo llegar a completar el 70 por ciento del sector de plateas más visibles para la transmisión por TV de los dos primeros partidos jugados en Balaídos contra Real Sociedad y Alavés, es decir que la imagen que se transmitió al mundo es que en España los estadios no se llenan.

Pese a esto, si lo analizamos bien, las cifras de asistentes a esos dos partidos no fueron para nada bajas. Ante la Real Sociedad asistieron 16.961 espectadores según cifras oficiales, y ante Alavés, 17.384, que para un club de los llamados “de clase media” de la Liga, es una cifra aceptable y superior al promedio de asistencia por partido de la temporada anterior, la 2016/17.

Sin embargo, nada de eso importó a la LFP, que multó al Celta por no llegar al 70 por ciento de la capacidad de su estadio porque lo que más interesa es la imagen hacia afuera que el esfuerzo que pueda estar realizando el club.

Es más, en el caso del Celta, las cifras son aceptables o posibles de mejora, pero si tomáramos por ejemplo el caso del recién ascendido Girona, o el Levante o el Leganés, seguramente será complicado alcanzar una cifra constante que pueda satisfacer los deseos de la LFP por lo cual, se apunta entonces sólo a aquellas entidades que tienen posibilidades económicas y en cambio estarán complicadas aquellas que “sólo” reúnan los requisitos deportivos. Y eso no parece lo más justo porque de lo primero que se trata el fútbol es de un deporte en el que debería imponerse el mejor equipo y no necesariamente el más poderoso.

También la LFP debe replantearse la situación de varios clubes que participan en los principales torneos porque muchos de ellos han sobrevivido gracias a préstamos estatales que por años no presionaron para la devolución del dinero, o mejoraron las situaciones económicas en base a recalificación de terrenos en las zonas en las que están emplazados los estadios o las ciudades deportivas.

Por todas estas razones, cuando escuchamos o leemos que la Liga española es “la mejor del mundo” puede llegar a serlo por el poderío de sus principales equipos, dominadores habituales de las competencias internacionales, pero le queda muchísimo camino en lo estructural para parecerse no sólo a la Premier League sino a la Bundesliga.

Sin el uso de tecnología, por ejemplo, la LFP perderá notoriedad y respeto. De nada vale tener un jugador con cinco Balones de Oro en sus vitrinas cuando un gol convertido por éste no es convalidado porque se sigue dependiendo del ojo humano.


Hay muchísimo, entonces, para replantearse.

sábado, 25 de noviembre de 2017

Selección Argentina: la necesidad de recuperar muy rápido el tiempo perdido (World Soccer King, Japón)




"Alivio" es la palabra justa para explicar lo que le sucedía a los jugadores de la selección argentina, a su entrenador Jorge Sampaoli y luego a los millones de hinchas que lo siguieron por televisión, salvo un pequeño grupo de residentes en Quito, Ecuador, que acompañó al equipo durante el triunfo de 1-3 en la última jornada de 18 totales del grupo clasificatorio al Mundial.

Una jornada antes, apenas, la selección argentina, con Lionel Messi a la cabeza, se encontraba sexta en la tabla de posiciones de diez equipos de los que sólo cuatro se clasificaban directamente y un quinto iba al repechaje ante Nueva Zelanda. Argentina dependía de que Brasil, ya clasificada, le ganara a Chile y la gente ya no confiaba una vez que un equipo albiceleste de tantas estrellas no había sido capaz de ganarle a Venezuela, ya eliminada, en condición de local.

Todo el mundo hablaba de una traba psicológica, por tantas finales perdidas. Incluso Sampaoli se refería siempre a esto, a que había demasiada tensión, pero entraba en la misma contradicción porque al mismo tiempo tampoco había un psicólogo trabajando con la plantilla. Y la pesadilla parecía ir hasta el final porque en el último y decisivo partido ante un Ecuador ya eliminado y sólo con jugadores de su liga local, Argentina ya perdía en tan solo un minuto, hasta que Messi marcó un hat trick y terminó la pesadilla.

Tal vez lo que le sucede a esta selección argentina, que consiguió clasificarse angustiosamente para el Mundial de Rusia en la última jornada de 18 del grupo sudamericano, pueda resumirse en la situación de Sergio Agüero: Apenas tres años atrás, cuando Alejandro Sabella era el entrenador, jugaba como extremo izquierdo. Luego del Mundial de Brasil, con Gerardo Martino, hasta 2016, era considerado centrodelantero. Con Edgardo Bauza, hasta 2017, se desempeñaba como mediapunta por detrás del nueve, y ahora con Jorge Sampaoli, otra vez es considerado un centrodelantero, pero más adelantado que en la etapa anterior.

Lo que se pretende señalar con este ejemplo de Agüero es que esta selección argentina que tiene en sus filas al mejor jugador del mundo, Lionel Messi, viene muy golpeada, tanto en lo anímico después de perder tres finales seguidas (la del Mundial 2014 y la de las Copas Américas 2015 y 2016) y ninguna de ellas en los noventa minutos, en las que siempre empató 0-0 y luego cayó por un gol en tiempo suplementario (ante Alemania) y dos veces por penales (ante Chile) y esa es una enorme frustración de la que muchos no han terminado de salir, y que está relacionada con los permanentes cambios de entrenador, algo que la está perjudicando muchísimo en su andar.

Un equipo tiene que tener demasiado talento, demasiada cohesión como grupo, para soportar tantas desilusiones pero a su vez, tantos cambios de entrenador porque además de lo personal, significa un cambio de sistema táctico, de filosofía sobre cómo cada uno de ellos observa la forma de jugar al fútbol y acaba confundiendo a los jugadores, además de que, salvo una base constante de algunos pocos históricos, cada entrenador tiene sus preferidos que luego cuando llega su reemplazante, cambia por otros, y entonces se pierde tiempo.-

Si hay algo que hoy el entrenador Jorge Sampaoli, quien sólo lleva seis partidos al frente de la selección argentina (cuatro clasificatorios para el Mundial y los dos recientes amistosos de noviembre) aunque pareciera que fueran diez años, es que la distancia que sacaron algunas selecciones como España, Francia o especialmente Alemania, por tiempo de trabajo siempre con el mismo esquema, filosofía y entrenador, es casi indescontable y que entonces hay que encontrar tiempo como sea para remediarlo y no puede haber errores en cada decisión que se tome de aquí al Mundial.

También Sampaoli considera a Brasil con más tiempo de trabajo, pero en este caso, la diferencia es sólo de meses y motivacional, porque Tité tampoco comenzó dirigiendo esta última clasificación al Mundial pero sí ha logrado un nivel de confianza en los jugadores y su público, que revirtió completamente la imagen derrotista que venía de la mala imagen del Mundial 2014.

El caso de la selección argentina es diferente. Si bien logró la clasificación al Mundial en la última jornada, hay una idea generalizada de que sólo fue gracias al genio de Messi, autor de los tres goles y artífice de la victoria en una de sus actuaciones consagratorias vestido de celeste y blanco, pero no existe la misma confianza en el resto de los jugadores.

La creencia general es que es un equipo limitado, con un genio (Messi) que no encuentra la compañía justa, con tres o cuatro muy buenos jugadores históricos (Sergio Agüero, Lucas Biglia, Angel Di María), otro que por su veteranía es respetado pero que atraviesa horas bajas y en un importante cambio de posición (Javier Mascherano), la certeza de que, aunque no se cree que sea un portero que pueda ganar partidos, Sergio Romero será el titular una vez más, y con un grupo de agregados que se va consolidando en la estructura (Gabriel Mercado, Nicolás Otamendi, Ever Banega, Marcos Acuña y Paulo Dybala).

Aunque parezca extraño, a esta altura, a tan pocos meses para el Mundial, Sampaoli insiste en que querría jugar con una defensa de cuatro jugadores pero que considera que el fútbol argentino no tiene laterales que den garantías (espera la recuperación de Marcos Rojo, del Manchester United, que tuvo una larga lesión y ya no convoca a Pablo Zabaleta, que perdió su lugar, en tanto que Mercado ya juega más como central en el Sevilla), y entonces sigue manteniendo una línea de sólo tres.

De momento. El sistema táctico que viene utilizando Sampaoli (con buenos, regulares y malos resultados) es un 3-2-4-1, aunque con algunas particularidades.  Con Romero en la portería, la idea original es que los tres defensores sean Mercado, Otamendi y Mascherano. Delante de ellos, una línea de dos mediocentros con mucha capacidad para salir jugando desde atrás con balón dominado y al ras del suelo (Banega y Biglia), y delante de ellos, otra línea de dos volantes ya mucho más cercanos a los atacantes (Messi y en principio era Dybala, pero fue perdiendo su lugar y en los últimos partidos probó con el joven Giovani Lo Celso, del PSG). 

Por los costados, un jugador por cada banda (Di María asegurado, pero jugaría por la derecha si Acuña lo hace por la izquierda, y en cambio si no juega Acuña, Di María pasaría a la izquierda y por la derecha tendría varias opciones entre Emiliano Rigoni (Zenit), Eduardo Salvio (Benfica), Lautaro Acosta (Lanús) o Cristian Pavón (Boca Juniors), y Agüero como centrodelantero.

Sampaoli ha hecho ya demasiadas pruebas en seis partidos y ha sacado algunas conclusiones, y no sólo con el sistema táctico, en el que observa que por ejemplo,  el equipo tiene serios problemas cuando pierde la pelota y tiene que retroceder con el contragolpe del adversario, no encuentra un acompañante para Messi en la segunda línea ofensiva, y tiene demasiadas dudas para la banda derecha, pero además, es claro que es demasiado el trabajo que deben realizar los que cubren las bandas y muchas veces llegan exhaustos a la marca y no alcanzan al rival cuando se acerca a la portería de Romero.

Sin embargo, la gran pregunta que nadie se quiere formular es qué pasaría si por alguna razón Messi no puede jugar, ya sea por suspensión (como ocurrió en alguna parte de la clasificación) o por lesión. Este equipo, sin Messi, ha tenido porcentajes de rendimiento bajísimo porque su dependencia del genio del Barcelona es prácticamente total.

Se trata de una plantilla muy especial que ha sufrido mucho, y que al no haber podido ganar ningún título pero habiendo estado tan cerca, no se ha podido liberar de un gran peso, y varios jugadores arrastran cuestiones psicológicas que hicieron caer sus rendimientos (Mascherano lleva siete finales perdidas con la selección argentina, y ninguna ganada, por ejemplo), y entonces, Messi aparece como salvador incluso de jugadores que podrían dar mucho más en condiciones normales. Hubo casos como el de Agüero, que llegó a decir que tal vez sea bueno que no lo convoquen más, o Messi llegó a renunciar definitivamente tras perder la final de la Copa América Extra de los Estados Unidos en 2016 y luego, por el desesperado pedido del público, decidió regresar.

Para la lista definitiva de 23 jugadores para el Mundial, Sampaoli, que se muestra ahora algo más relajado luego de su andar hiper activo y nervioso durante la clasificación, tiene ya unos 14 nombres cerrados. Tiene dos porteros: Romero (Manchester United) y Nahuel Guzmán (Tigres de México), defensores como Mercado (Sevilla), Mascherano (Barcelona), Otamendi (Manchester City), Federico Fazio (Roma), mediocentros defensivos como Banega (Sevilla), Biglia (Milan) y Enzo Pérez (River Plate), volantes ofensivos como Messi (Barcelona) y Dybala (Juventus), alas por las bandas como Di María (PSG) y Acuña (Sporting Lisboa), y un centro delantero como Agüero (Manchester City).

Los otros nueve jugadores saldrán  Gerónimo Rulli (Real Sociedad), Agustín Marchesín (América de México) o Mariano Andújar (Estudiantes de La Plata) como tercer portero, defensores como Mateo Mussacchio (Milan), Germán Pezzella (Fiorentina), Ramiro Funes Mori (Everton) –si se recupera de una larga lesión- como centrales, y Marcos Rojo (Manchester United), Emiliano Insúa (Stuttgart) , Fabio Bustos (Independiente) o Nicolás Taglafico (Independiente) como defensas laterales, Matías Kranevitter (Zenit), Leandro Paredes (Zenit), Pablo Pérez (Boca Juniors) o Fernando Gago (Boca Juniors) –si se recupera de una lesión porque recién regresaría para abril- como mediocentros, Lo Celso (PSG) o Fernando Belluschi (San Lorenzo) como volantes ofensivos, Emiliano Rigoni (Zenit) o Salvio (Benfica) como alas retrasadas por la banda derecha, y Acosta (Lanús) y Pavón (Boca Juniors) como alas adelantadas por la misma banda derecha, Diego Perotti (Roma) como ala izquierda, y finalmente Darío Benedetto (Boca), Mauro Icardi (Inter) y Gonzalo Higuaín (Juventus) como centrodelanteros.

Todos los nombres parecen quedar encerrados en esta lista de posibles con poco espacio para grandes sorpresas pero tratándose Sampaoli de un entrenador imprevisible, todo puede suceder y acaso haya un pequeño lugar para dos futuros cracks juveniles con destino europeo: Ezequiel Barco (volante creativo de Independiente) y Lautaro Martínez (centrodelantero de Racing Club pretendido por varios clubes de Europa).

Lo concreto es que en muy pocos meses, Sampaoli debe hacer poco menos que magia y conseguir que un equipo que pasó de jugar al contragolpe aprovechando el error adversario (Sabella), luego al ataque con tres delanteros (Martino), y  luego otra vez más conservador (Bauza), ahora quiera tener la pelota el mayor tiempo posible y si se puede, atacar hasta con siete jugadores, arriesgando incluso no poder retroceder a tiempo, especialmente por las bandas.

Y el gran desafío que en 1986 se pudo conseguir para Diego Maradona: que Messi tenga el respaldo, por fin, de un equipo que sepa qué hacer si él está ausente o muy marcado o en un mal día.

Si en 30 años (1974-2004) la selección argentina tuvo sólo cinco entrenadores, en los últimos 13 años, tuvo ocho  y tres de ellos en los últimos tres años.

Tal vez sea la mejor forma de entender el nivel de aceleración y demanda del fútbol argentino, que sigue alimentando la ilusión de ganar su tercer Mundial, aunque no consigue un título oficial desde la Copa América de 1993.

¿Podrá quebrar, esta vez y pese a todo, tantos años de desdichas, cortar camino a las potencias, y que Messi levante la Copa del Mundo?



miércoles, 22 de noviembre de 2017

Suicidios, asesinatos y antisemitismo en el FIFA-Gate (Enlace Judío, México)




El suicidio de un funcionario argentino del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2011-2015), Jorge Dehlon, el asesinato del vicepresidente de Televisa, Adolfo Lagos, amenazas de uno de los implicados, el ex presidente de la Federación Peruana de Fútbol, Manuel Burga, y referencias al antisemitismo de Julio Grondona, uno de los dirigentes más destacados del mundo hasta su muerte en 2014, son algunos de los aspectos más salientes de la primera semana de declaración del arrepentido empresario mediático argentino Alejandro Burzaco ante la Corte de Brooklyn en el FIFA-Gate .

Burzaco llegó a tener gran parte del poder mediático del fútbol argentino entre 2004 y 2015, cuando fue CEO de la empresa Torneos y Competencias, y es uno de los implicados en el llamado “FIFA-Gate” que explotó en 2015, y que refiere al pago de sumas millonarias de sobornos de grandes medios latinoamericanos a los dirigentes de las distintas federaciones nacionales de los países de la región para obtener derechos de TV de los torneos de fútbol más relevantes sin que se tome en cuenta a sus competencias.

El FIFA-Gate estalló como consecuencia de la espuria votación del 6 de diciembre de 2010 en Zurich para determinar las sedes de los Mundiales de 2018 y 2022. Para el primero, se impuso, sorpresivamente, la candidatura de Rusia sobre otras como Inglaterra, cuyo torneo, la Premier League, es considerado el mejor del mundo y cuyo presentador había sido el ex futbolista David Beckham, o la alianza entre España y Portugal.

Pero aún más extraño fue el desenlace para la elección del Mundial 2022, porque Qatar acabó imponiéndose a Australia, Japón, Corea del Sur y los Estados Unidos. Para esta última candidatura, el CEO de la organización iba a ser el ex presidente Bill Clinton y aparecía como la máxima candidata.

Al no tener una liga nacional fuerte, ni tradición en participaciones mundialistas, ni gran cantidad de estadios, ni temperaturas acordes para el mes del Mundial (en junio, suele llegar a los 50 grados), las sospechas sobre la forma en que Qatar obtuvo su sede comenzaron a crecer y rápidamente comenzaron las investigaciones en los Estados Unidos debido a la posibilidad de que se utilizaran pagos de sobornos a los dirigentes de la FIFA utilizando para ello cuentas bancarias locales.

Así es que no costó mucho encontrar a un primer responsable, el ex secretario general de la Confederación del Norte y Centroamérica y del Caribe de Fútbol (CONCACAF) entre 1996 y 2013, el estadounidense Chuck Blazer, con quien se reunieron durante los Juegos Olímpicos de Londres 2012 tanto el FBI como el IRS (la Hacienda de Estados Unidos) y le sugirieron que la única forma de conmutarle parte de la pena de 60 años de prisión sería la de aceptar su condición de topo, colocándose un micrófono entre su ropa para generar conversaciones sobre corrupción con sus pares de la FIFA.

Así es que con estos datos obtenidos por Blazer, la policía suiza, a pedido de la Interpol, pudo detener en una redada en la madrugada del 27 de mayo de 2015 a la mayoría de los dirigentes latinoamericanos que habían asistido a un Congreso Extraordinario de la FIFA y solían alojarse en un mismo hotel, el lujoso Baur Au Lac, en Zurich, pero el empresario argentino Alejandro Burzaco alcanzó a enterarse del procedimiento y por segundos pudo burlar su captura, haciendo pronto el check out y escapando por la otra salida.

Burzaco viajó pronto a Bolzano, Italia, para alejarse del territorio suizo, se alojó en una lujosa villa de la zona y desde allí negoció su entrega, para lo cual fue extraditado y acabó pagando 23 millones de dólares de fianza, y obtuvo con ello la prisión domiciliaria aunque con un GPS en su brazo, mientras que su empresa, Torneos y Competencias, tuvo que abonar una multa de 113 millones de dólares.
Parte de su fianza la pagó su hermano Eugenio, secretario de Seguridad argentino del actual gobierno de Mauricio Macri.

Un mes más tarde, en junio de 2015, se disputó la Copa América de Chile, en la que prácticamente no hubo dirigentes sudamericanos, una situación extraña tratándose de la máxima competencia continental de selecciones nacionales, pero el temor de la gran mayoría a una extradición a los Estados Unidos fue notoria y sólo para la final arribó el entonces presidente de la Confederación Sudamericana (CONMEBOL), el paraguayo Juan Angel Napout, viajó en remisse al partido, entregó la Copa y volvió a su país sin alojarse en ningún hotel.

En su declaración de esta semana ante la jueza Pamela Chen y el fiscal Samuel Nitze, Burzaco ratificó oralmente, y ante la presencia de tres ex dirigentes sudamericanos implicados, el paraguayo Napout, el peruano Burga y el brasileño José María Marín, ex presidente de la Confederación Brasileña (CBF), el modus operandi de las empresas y los dirigentes para conseguir los derechos de TV de los más importantes certámenes.

Burzaco contó entonces que los dirigentes “con honrosas excepciones” (se refiere a los ex presidentes de la Federación Chilena, Harold Mayne Nichols, y de la Asociación Uruguaya, Sebastián Bauzá), tanto presidentes de federaciones como los máximos representantes de la Conmebol, recibían sumas de cientos de miles y luego millones de dólares por año, en negro, para favorecer a las grandes empresas mediáticas como Torneos y Competencias (Argentina), Full Play (Argentina), Traffic (Brasil), Televisa (México) y Rede Globo (Brasil) con los derechos de TV de Copas América, Copa Libertadores de América, Copa Sudamericana y Mundiales.

El empresario argentino contó, por ejemplo, que entre su empresa Torneos y Competencias, Rede Globo y Televisa juntaron dinero para pagarle a Grondona (35 años presidente de la Asociación del Fútbol Argentino entre 1979 y 2014, y número 2 de la FIFA hasta su muerte en julio de 2014) 15 millones de dólares para asegurarse los derechos de los Mundiales 2026 y 2030, que ni siquiera tienen sedes asignadas.

Torneos se llegó a aliar a la brasileña Traffic de José Hawilla para obtener derechos de TV de Copas América en el pasado, conformando T&T (Torneos y Traffic) y luego sumaron a los argentinos Hugo y Mariano Jinkis (padre e hijo) de la empresa Full Play para generar una nueva empresa, Datisa, que también había pagado sumas en negro para quedarse con las Copas América de 2011, 2015, 2019 y 2023.

En cuanto a los Jinkis, Burzaco llegó a declarar que Grondona les tenía aversión “porque Don Julio tenía problemas con los judíos”. De hecho, el ex presidente de la AFA llegó a generar un escándalo cuando en un programa de TV en TyC Sports, reporteado por el periodista Ramiro Sánchez Ordóñez, había declarado que en el fútbol argentino no hay árbitros judíos “porque es difícil ser referee y a los judíos nunca buscan lo difícil” (https://www.youtube.com/watch?v=YnTJ_DEEQpk). El conductor del programa perdió su trabajo días más tarde.

Durante su testimonio ante la Corte de Brooklyn, Burzaco llegó a ser amenazado por el peruano Burga, quien le llegó a hacer señas como de cortarle la garganta, y por eso, se resolvió quitarle al ex dirigente su celular, y el internet en su departamento de Nueva York y sólo puede salir acompañado de su abogado. Mientras tanto, desde Argentina, el entrenador Humberto Grondona, hijo del dirigente fallecido, afirmó que el empresario declarante “sabe que no puede volver a pisar Sudamérica”.

En este sentido, Burzaco declaró ante la Corte de Brooklyn que su hermano Eugenio, el funcionario actual del gobierno de Macri, le advirtió que no podía regresar a la Argentina porque la policía de la provincia de Buenos Aires podía matarlo, y por eso pidió una extensión de su residencia en los Estados Unidos.

Burzaco también relató que los pagos a los dirigentes eran cambiantes, Muchos preferían cobrar en efectivo, y otros, a subcuentas como las que manejaba el banquero Jorge Arzuaga en el Julius Baer y en el Credit Suisse, mientras que otros preferían que se les depositara en financieras como Alhec Tours, en el microcentro de Buenos Aires.

Santiago Peña, ex empleado de la empresa argentina Full Play, reveló en su declaración posterior a la de Burzaco que en 2013 Hugo y Mariano Jinkis le advirtieron que no pagara más en efectivo colocando en los sobres las iniciales de los receptores sino que a cada uno le pusiera como nombre una marca de coches.

Así es que Napout era Honda, Burga era Fiat, Carlos Chávez (ex presidente de la Federación Boliviana) era Volkswagen, Luis Chiriboga ( ex de la Federación Ecuatoriana) era Toyota, Sergio Jadue (ex de la federación Chilena) era Kía, José Luis Meiszner (ex secretario general de la Conmebol) era Peugeot, y Rafael Esquivel (ex presidente de la federación Venezolana) era Benz…por el Mercedes.

En cuanto al suicidio de Jorge Dhelon en Buenos Aires, ocurrió en el mismo día en el que horas antes, Burzaco había declarado que a este funcionario y a su jefe, Pablo Paladino, los había sobornado con 4 millones de dólares para tratar de que su empresa, Torneos y Competencias, pudiera retornar a los derechos de TV en 2011 porque los había perdido en 2009 cuando la AFA rompió el contrato que duraba hasta 2014 para acordar con el Estado que los partidos se emitieran gratuitamente por la TV pública y otros canales abiertos.

Distinto es el caso de Lagos, el directivo de Televisa de México, que fue asesinado, en principio, por un hecho que no parece tener relación con el FIFA-Gate, pero extrañamente ocurrió en la misma semana y justo cuando Burzaco sostuvo aquello de la “vaquita” con Rede Globo y Torneos y Competencias para sobornar a Grondona.

Claro que todo lo que apareció hasta ahora refiere a los ex dirigentes sudamericanos. Nada del ex presidente de la FIFA Joseph Blatter ni de ningún europeo. Los malos son sólo latinoamericanos.


Esto recién comienza y habrá mucho más en el futuro cercano.

martes, 21 de noviembre de 2017

Todo pasa, algo queda (www.so-compa.com)




Hasta el cierre de este artículo, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) no se había expedido oficialmente acerca de qué medidas va a tomar con la empresa Torneos, que se encarga de la producción de partidos del campeonato de la Superliga y de los de los torneos Nacional B y Primera B Metropolitana, ahora que su propio ex CEO hasta 2015, Alejandro Burzaco, ratificó ante la Corte de Brooklyn que la empresa pagaba millonarias coimas a dirigentes de todo el continente sudamericano para obtener esos derechos de televisión.

Todo sigue como si nada hubiese pasado, como si Burzaco no hubiese declarado ante la Corte en Nueva York como parte del juicio por el FIFA Gate. O, como diría el anillo de Julio Grondona, que con su muerte en julio de 2014 gambeteó la cárcel, Todo Pasa. Y como también lo sostiene el que al menos hasta hace meses usaba el ex secretario general de la Conmebol, José Luis Meiszner, íntimo de Don Julio, Algo Queda.

Jorge Dehlon, funcionario de segunda línea del Fútbol Para Todos, pudo suicidarse al arrojarse a las vías del tren a partir de no soportar que su nombre apareciera en la declaración de Burzaco acerca de que tanto él como el titular del programa estatal que terminó el 31 de diciembre pasado, Pablo Paladino, recibieron 4 millones de dólares en sobornos en 2011 para que Torneos y Competencias volviera a transmitir partidos en la Argentina aprovechando el descenso de River Plate al Nacional B, pero al mismo tiempo, ninguna responsabilidad tuvieron ni el Grupo Clarín, según el lagrimeante confesor, ni los jefes de Gabinete del gobierno anterior, con mucha más responsabilidad política que los señalados en cargos inferiores.

Algo así como que el socio de Torneos y Competencias tantos años en Tele Red Imagen (TRISA) y en Televisión Satelital Codificada (TSC) con el 50 por ciento de las acciones, el que contribuyó para que juntos se quedaran con el monopolio de las imágenes entre 1991 y 2009, comprando canales de TV cable en todo el país para reventar a la competencia a partir de tener el fútbol como bien diferencial, - y que millones de aficionados al fútbol tuvieran que mirarlo desde un bar, la ñata contra el vidrio, o en muchas provincias, no hayan podido ver partidos de la selección nacional de Marcelo Bielsa, porque la imagen llegaba codificada-, no tuvo “nada que ver” con las coimas de toda especie que circularon durante décadas alrededor del fútbol.

Burzaco, -que logró escaparse por segundos de la redada de la policía suiza, a pedido de la Interpol, en la que varios de los más importantes dirigentes de la Conmebol y la Concacaf (Confederación del Norte y Centro América y del Caribe de Fútbol) fueron detenidos,  cuando salió por una puerta lateral del lujoso hotel Bar Au Lac de Zurich el 27 de mayo de 2015 y que luego se entregó desde Bolzano, Italia, al negociar condiciones, y pagar una fianza de 23 millones de dólares para no quedar detenido en los Estados Unidos, - se fue dando cuenta, en la semana que pasó, durante las jornadas del juicio, de cómo iba dándose la situación y entendió que no era necesario contar demasiado.

De hecho, la jueza Pamela Chen, en un momento, llegó a parar la sesión al comentar que más de un miembro del Jurado había cabeceado, a punto de quedarse dormido, y el fiscal Samuel Nitze parece tan interesado en los asuntos del FIFA Gate que no repara en otros como el funcionamiento del fútbol argentino (por ejemplo el hecho de que todo siga como si nada pasara), o no pregunta por los principales dirigentes de la FIFA de la etapa anterior del presidente Joseph Blatter ni del actual, Gianni Infantino.

Entonces, Burzaco apuntó, salvo detalles no menores, claro, a contar gran parte de lo que ya se conocía o se presumía y sin querer queriendo, abrió algunas pequeñas ventanas.

Por ejemplo, que Grondona (según el FIFA-Gate, el “Co-Conspirador número 1”) cobraba parte en efectivo en bolsas o en sobres, y parte en subcuentas disfrazadas en los bancos Julius Bäer y Credit Suisse, que el ex presidente de la AFA y vicepresidente senior de la FIFA era la absoluta voz cantante en el fútbol argentino y prácticamente la del mundo al haber presidido la Comisión de Finanzas de la FIFA, y que era él quien decidía los montos para muchos dirigentes sudamericanos y hasta retenía parte de esos fondos si consideraba que eran “demasiado” para ellos.

Desde ya que también quedó claro un modus operandi con el resto de los dirigentes sudamericanos de la etapa anterior de la Conmebol y de sus federaciones, con escasas excepciones como el chileno Harold Mayne Nichols o el uruguayo Sebastián Bauza, ex presidentes de sus federaciones, que no aceptaron nunca ninguna dádiva.

Burzaco llegó a confesar que en los últimos meses de su vida, Grondona había llegado a cobrar 15 millones de dólares por una “vaquita” hecha por la brasileña Rede Globo, la mexicana Televisa y Torneos y Competencias (TyC) para quedarse de antemano con los derechos de los Mundiales 2026 y 2030, que ni siquiera tienen sede asignada, y que se suma a los derechos que ya había conseguido TyC asociada a Full Play (de los argentinos Hugo y Mariano Jinkis) y a Traffic (del brasileño José Hawilla) para las Copas América 2011, 2015, 2019 y 2023.

Quien llegó a tener un estrecho vínculo con Grondona hasta acompañarlo a congresos y todo tipo de reuniones e incluso asesorarlo en temas económicos y financieros llegó a lagrimear en la sala por una amenaza del ex presidente de la Federación Peruana, Manuel Burga, quien le hacía gestos de cortarle la cabeza, y desde Argentina, Humberto Grondona, el entrenador hijo de Don Julio, llegó a sostener que Burzaco “no puede caminar por el continente americano”. Más claros los códigos en los mensajes, imposible. El sistema de la omertá del fútbol no suele perdonar a los soplones y no parece casualidad que el ex CEO de TyC quiera extender su residencia en los Estados Unidos, aunque será con un GPS adosado para controlar sus movimientos.

Mucho más interesante que de lo que se tomaron muchos de los medios más fuertes de la Argentina, que titularon con que “Cristina aparece en la declaración de Burzaco” cuando era porque simplemente habían bautizado con ese nombre a los sobres de las coimas y no porque la ex presidente estuviera involucrada, es lo que apareció acerca de que Boca Juniors cobraba 200.000 dólares aparte en cada partido transmitido de este equipo en la Copa Libertadores “·por su relevancia como club”, o que Lionel Messi y los jugadores de la selección nacional percibían (¿perciben?) el mismo monto por cada partido amistoso que juegan.

Acaso pueda comenzar a entenderse un poco más el prolongado silencio de los jugadores del equipo nacional, tan reacios a hacer declaraciones a los medios, en tiempos en los que los protagonistas se tapan la boca en el césped hasta para contarse de sus próximos viajes de vacaciones o que simplemente tienen ganas de tomar agua.
Pero eso no es todo. También se pudo saber que el anciano ex presidente de la Conmebol, el paraguayo Nicolás Leoz, tuvo que ser convencido en un baño, en Zurich, en la votación de diciembre de 2010 para decidir las sedes mundialistas para 2018 y 2022, en favor de la finalmente ganadora de este último torneo, Qatar, porque estaba dispuesto a jugarse por Japón.

No parece el único. El ex presidente de la Federación Australiana entre 2003 y 2015, Frank Lowy,  llegó a afirmar que una de sus sorpresas de esa votación ocurrió cuando se enteró de que algunos dirigentes lo habían traicionado, y si bien no sabe si Grondona fue uno de ellos, al menos sí dice tener un papel firmado con la promesa de su voto para que su país fuera sede del Mundial 2022, perdido a manos de Australia.  Otro voto era el del propio ex presidente de la FIFA, Blatter, pero todo se esfumó y al menos todo indica que Don Julio se inclinó por Qatar.

El FIFA-Gate comenzó a partir del, tal vez, único error importante (para sus intereses) de Grondona en su carrera dirigencial en el fútbol, cuando junto con sus socios de negocios y coimas latinoamericanos permitieron que un país sin tradición futbolera ni liga nacional importante como Qatar se impusiera en la votación final para el Mundial 2022 a los Estados Unidos, cuya cabeza institucional era nada menos que el ex presidente Bill Clinton.

Desde ese momento, la promesa de venganza fue eterna y ya para 2012, durante los Juegos Olímpicos de Londres, el FBI y el IRS (Hacienda de los Estados Unidos) habían detectado maniobras fraudulentas de uno de los principales dirigentes del fútbol norteamericano, el estadounidense  ex presidente de la Concacaf entre 1996 y 2013, Chuck Blazer (ya fallecido), y mantuvieron reuniones con él en la capital inglesa, para amenazarlo con que la única forma de conmutar parte de su pena ante la Justicia yanqui era convirtiéndose en topo, con micrófono incorporado, y grabando conversaciones sobre temas de corrupción con sus dirigentes amigos, y así llegó la redada de mayo de 2015 en Zurich, aprovechando un Congreso Extraordinario de FIFA y sabiendo que la gran mayoría se aloja en el Baur Au Lac de Zurich.

Un mes más tarde, durante la Copa América de Chile, el hotel de cinco estrellas en el que iban a alojarse todos los dirigentes sudamericanos permaneció vacío hasta la final, por el pánico de todos de salir de sus países y ser extraditados, al punto de que en la final entre Chile y Argentina, el paraguayo Juan Angel Napout, entonces presidente de la Conmebol e involucrado en los sobornos, tomó un vuelo, llegó al aeropuerto, se dirigió al estadio Nacional, entregó la Copa y volvió a volar a su país de inmediato.

Pero todo sigue igual hasta ahora. Ni  a Torneos le fue rescindido su contrato en la AFA ni en la Conmebol y mucho más que eso, se dio el lujo de influir en el último llamado a licitación de derechos de TV argentina, al señalar con el dedo a qué empresas había que beneficiar (Fox Sports y Turner) con la amenaza de que sólo en ese caso, suspendería su juicio ante la Asociación Argentina de la calle Viamonte por haber roto su contrato en 2009 para suscribir otro con el Estado para el Fútbol Para Todos.

Lo extraño es que apenas un año antes, en 2016, había llegado una muy importante  oferta de una empresa norteamericana, Cárdenas Marketing Network (CMN)  por entonces para la compra de derechos de la Copa Argentina, los torneos Nacional B y Primera B Metropolitana y los amistosos y partidos oficiales de la selección argentina.
La dirigencia de ese momento, con Luis Segura a la cabeza, entonces, corrió a buscar a Torneos para ofrecerle que igualara la oferta y se quedara con esos derechos.

La explicación fue que así se garantizaban la suspensión del juicio por aquello del contrato roto en 2009. Si ya entonces, con esta acción, se habían garantizado que el juicio no prosperara, ¿por qué se volvió a insistir con eso al año siguiente? O en 2016 o en 2017, esa explicación fue falsa y Jaume Roures, el CEO de la española Mediapro, que también había pugnado por esos derechos en 2017, al igual que ESPN, se retiró del país asqueado y diciendo en una entrevista que “en la Argentina, contra Clarín no se puede hacer nada”.

Tampoco parece pasar nada con la dirigencia europea del fútbol, como si la candidatura de Infantino a la FIFA no se hubiese cocinado a fines de 2016 entre la Conmebol y la UEFA, con la familia Villar, íntima amiga de Grondona, como puente, ante la falta de referentes por estar todos involucrados en casos de corrupción y ante la chance, por primera vez, de que les ganara las elecciones un representante de otra cultura, el jeque de Bahrein, Salman Al Khalifa, y se perdieran los negocios. “De aquí no nos vamos sin un candidato que mantenga los negocios”, dijeron. Y así surgió Infantino, entonces secretario general de la UEFA.

Es que el máximo referente europeo, el ex presidente de la Unión Europea de Fútbol (UEFA), Michel Platini, había sido suspendido por la FIFA por haber recibido unos fondos opacos en un extraño acuerdo con Blatter, mientras que la redada había acabado con los sudamericanos y el entonces presidente de la Federación Española, Angel Villar, estaba demasiado acechado por sus opositores como para un nuevo frente y de hecho meses más tarde acabaría pagando una fuerte fianza para no entrar a prisión  y tuvo que dejar su cargo en la RFEF tras 29 años.

También su hijo Gorka, abogado, atravesó la misma situación. Meses antes había tenido que dejar su cargo de secretario general de la Conmebol, un puesto extraño para un español, pero los vínculos entre Villar y Grondona lo podían todo.  En Sudamérica se llegó a decir que Gorka cobraba más por año que varios clubes uruguayos, contra los que estaba muy enfrentado.

Es que todo tiene que ver con todo, pero ni siquiera estos datos modifican de fondo el escenario. El fútbol resiste, con la idea de que Todo Pasa, y siempre Algo Queda.


domingo, 19 de noviembre de 2017

¿Una Liga sin Messi ni Cristiano? (Yahoo)




¿Es posible que en la temporada 2018/19 la Liga Española pierda el glamour del gran enfrentamiento futbolístico planetario entre dos colosos como Lionel Messi y Cristiano Ronaldo? Lo que hasta hace unos pocos meses hubiese sido una locura el sólo plantearlo, hoy aparece como algo absolutamente posible.

Si bien es claro que ni Real Madrid quiere que se marche el portugués Cristiano Ronaldo, ni el Barcelona pretende que lo haga el argentino Lionel Messi, todo indica que justamente el próximo Mundial de Rusia, de mitad de año, puede trazar una línea roja, un antes y un después, en la prolífica carrera de estos monstruos del fútbol que se llevan repartidos los premios al mejor jugador del mundo de la década y en mitades iguales.

No es casual que ambos hayan tenido, en este tiempo, problemas con el fisco español. Messi lo acabó solucionando en cierta medida al admitir la responsabilidad (si bien argumentando que no tenía conocimiento de la situación) y al haberse hecho cargo de la penalidad económica, pero Cristiano Ronaldo sigue con el duro inconveniente al no aceptar los cargos, algo contrario a lo que le vienen recomendando desde su asesoramiento.

La situación económica es uno de los puntos más importantes en ambos casos porque además del problema fiscal, también en el caso de Messi aparece la situación política de Cataluña, que con el reciente intento independentista ha sufrido la salida de 2500 empresas y de casi todos los bancos, lo que proyecta para las próximas décadas un grave problema de financiamiento, y todo indica que el Barcelona también acabará pagando las consecuencias a la hora de mantener su plantilla, aunque de momento siga apuntando a nuevos fichajes como el de Philippe Coutinho del Liverpool.

Durante la semana pasada, se hizo pública una carta del famoso cantante catalán Joan Manuel Serrat, conocido aficionado al Barcelona y al fútbol argentino (país en el que es amado por sus canciones y su compromiso social), en la que le pide al presidente del Barcelona, Josep María Bartomeu, que no deje pasar más tiempo para cerrar la anunciada renovación del contrato de Messi hasta 2021, recordándole que en el caso de no hacerlo hasta el próximo 31 de diciembre, desde el 1 de enero de 2018 el genial jugador estará habilitado para negociar personalmente con los clubes interesados en su fichaje, lo cual además significaría una doble pérdida para el club azulgrana.

Se conoce del estrecho vínculo que une a Messi con el Barcelona, pero también es cierto de que por algo no se cerró la firma del contrato hasta ahora (incluso el presidente de la Liga Española de Fútbol, Javier Tebas Medrano, llegó a decir que esa firma ya se había producido), y en buena medida, los sucesos políticos en Cataluña y la falta de garantías sobre el futuro económico de la región y del club, parecen determinantes.

Por otra parte, una nueva entrevista de Messi dando a entender que sigue pensando en acabar su carrera en Newell’s Old Boys, el club en el que se inició de pequeño en la Argentina y en el que nunca pudo jugar profesionalmente, también podrían dar un indicio de que en algún momento, eso podría producirse, si bien el crack aclaró que no puede asegurar que eso vaya a ocurrir en los hechos, aunque los aficionados “culés” lo aceptan resignadamente porque al menos no entra en colisión con sus sentimientos el jugar tan lejos, cruzando el Océano Atlántico, y ya entrando en la veteranía.

De cualquier forma, son muchos los que insisten en que Messi acabará firmando su renovación de contrato antes de que expire el plazo para poder negociar con otros clubes.

En el caso de Cristiano Ronaldo, tampoco parece casual el extraño inicio de temporada que está teniendo, con apenas un gol en la Liga, muy lejos de los 12 de Messi, y con ocho goles en todas las competencias, entre nacionales e internacionales.

Quienes conocen su entorno se refieren en este tiempo a un desgaste en su relación con el Real Madrid, en el que juega desde la temporada 2009/2010 y cuyo rendimiento sólo se puede asemejar, por su poder de influencia, a lo que fue la figura de Alfredo Di Stéfano en los años cincuenta.

De hecho, hay rumores que indican que ya le habría comunicado al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, su intención de marcharse en junio, cuando finalice la presente temporada, con posible destino al Manchester United, su club anterior con el que consiguió ser campeón mundial en 2008, aunque la respuesta de Pérez habría sido que no hay problemas, pero en ese caso deberá conseguir un club que pague su cláusula de rescisión porque de otro modo no hay chances de que salga.

En este caso, no hay tantos clubes en condiciones de pagar esa cláusula. Apenas aquellos que reciben dinero extra desde publicidad encubierta por políticas estatales de países árabes como PSG o Manchester City, o tal vez el Manchester United encuentre la forma de financiar el tan ansiado regreso del portugués.

Lo cierto es que en el verano pasado se fue Neymar del Barcelona al PSG, y en el que viene podrían marcharse Messi y Cristiano, y eso obligaría a un replanteo y a una muy fuerte renovación en la Liga, que sufriría un golpe de impacto al punto de tener que volver a pelear el protagonismo que sin dudas adquirió en estos años.