viernes, 30 de noviembre de 2007

El Real Madrid se lleva media liga del Camp Nou (Yahoo, noviembre 2007)

Fue mucho más que una victoria resonante. El gol de “La Bestia” brasileña Julio Baptista, un jugador discutido que había sido cedido al Arsenal por no estar en los planes de otros entrenadores anteriores, no sólo determinó la primera derrota del Barcelona en el Camp Nou en casi dos años, sino que muy posiblemente haya sentenciado la actual Liga Española, que corre el riesgo de terminar siendo aburrida si no aparece pronto, en el 2008, un equipo que intente pelearle la corona al Real Madrid.

Por primera vez en años, tal vez desde los tiempos de Vicente Del Bosque, que fue licenciado en 2003 luego de ganar la liga en tiempos del presidente Florentino Pérez y de los llamados “Galácticos”, el Real Madrid se muestra ahora como un equipo sólido, con juego colectivo y con sus jugadores involucrados en la dura marca si ésta es necesaria.
La sensación que dejó el clásico español es que en el Real Madrid aparecieron todos los jugadores que generaban dudas en su afición para dejar en claro que visten de blanco porque lo merecen y porque tienen con qué hacerlo (hablamos de Diarrá, Pepe –de excepcional partido-, Heinze o Cannavaro, quien jugó a la altura de su notable Mundial de Alemania de 2006), y por contrario, el Barcelona, sin la gran figura del argentino Lionel Messi, es hoy un equipo deshilachado, muy dependiente de sus estrellas mediáticas, que no encajan en la táctica diseñada por su entrenador Frank Rikjaard.

Cuesta entender tamaño viraje de los hechos en tan pocos meses. El Real Madrid venía de ganar una liga más por resistencia al embate final del Barcelona, sin nada que le sobrara y jugando al contraataque, al contrario de la historia blanca y con un entrenador conservador como Fabio Capello, y ahora es un equipo que cada vez que ataca, lastima, defiende con solvencia, y es potente cuando arranca.

El Barcelona, que al comenzar la temporada 2006/07 aspiraba a siete coronas y sólo se quedó con las dos que menos interesaban, pero que luego de perder la liga pasada apareció fichando a Thierry Henry y con la “amenaza” de los canteranos como el mexicano Giovanni o Bojan Krkic, y hasta el tan esperado regreso de Samuel Eto’o tras su enésima lesión, hoy es una brasa ardiendo, y un grupo de jugadores cuestionados y no demasiado involucrados en el devenir del torneo.

Ronaldinho apagado y ya casi sentenciado por su público, a la espera de que por fin diga que se va, ya sea al Chelsea o al Milan, y un Deco absolutamente fuera de forma, sumado a Henry en el banco de suplentes, en este caso porque jamás Rikjaard le encontró la posición al ser el delantero francés un galgo de piernas muy largas que necesita espacio, y juega en un equipo que ataca en campo rival y que no le genera esa posibilidad.
Este Barcelona parece no tener, especialmente en lo anímico, y en lo táctico, respuestas como para dar vuelta una lig que se le presenta como una pesadilla auténtica y que las sensaciones contrarias parecen pesar mucho más aún que los siete puntos que lo separa del Real Madrid, sumado a que en enero deberá visitar al Atlético en el Vicente Calderón y que en febrero llegará el desgaste de la Champions League, aunque allí tenga más accesible su llave que el propio Real Madrid.
Si sumamos que el Valencia se encuentra en un ciclo de recambio tan fuerte y tan polémico que no tiene demasiadas chances de nada importante en esta temporada, luego del dislate de Ronald Koeman (aunque más aún de su presidente Juan Soler, hombre más conocedor de negocios que de fútbol), de eliminar del plantel a jugadores involucrados con la historia del club como Albelda, Cañizarez y Angulo (y aún podría sumarse Vicente), las chances del Real Madrid crecen aún más.

Sólo aparecen con cierta regularidad equipos como el Atlético Madrid, acaso con el mejor plantel que haya tenido desde los años setenta, aunque le falte un poco más de precisión colectiva, el Villareal, que sin embargo parece acusar el impacto anímico cuando le cae la responsabilidad de asaltar los primeros lugares, y el Espanyol, que va imponiéndose a fuerza de un trabajo coherente y silencioso con la cantera y lo institucional que lleva muchos años y que irá creciendo aún más cuando estrene su nuevo estadio, “La Bombonera” de Corneliá, en pocos meses.
El nivel de la liga, en casi su primera mitad concluída (quedan dos fechas que se jugarán las dos primeras semanas de enero) y con el Real Madrid ya asegurado como “campeón de invierno” ha sido sólo aceptable, pero las notables bajas del Valencia, Barcelona y también en buena medida de un Zaragoza con notables jugadores pero varios de ellos en crisis con el entrenador Víctor Fernández, le ha quitado brillo.

Se esperaba hasta aquí una mayor competitividad y que el Real Madrid lo tuviera mucho más difícil, pero en parte el quedo de sus seguidores y en parte el acierto total de Bernd Schuster por egresar a las fuentes y dotar de más volumen de juego a los blancos, genera ahora una distancia que al menos desde fin de año 2007 parece insuperable para el verano europeo. Las cosas deberán cambiar mucho si se pretende otro final, o que la liga no termine aburriendo por la inmensa superioridad blanca.

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