jueves, 20 de diciembre de 2012

El regreso de Bianchi, gran noticia para Boca

www.sergiolevinsky.com


No hay nada de casual en que el presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, haya considerado como “regalo de Navidad para los hinchas” al regreso tan esperado de Carlos Bianchi como director técnico del equipo luego de ocho años y medio.

Bianchi es, sin dudas, el mejor entrenador que ha tenido Boca en su larga historia, y simboliza, en las dos etapas anteriores, momentos de mucha felicidad para los simpatizantes y socios y es la contracara de su antecesor en el cargo, Julio César Falcioni, que pese a no haber hecho malas campañas en lo meramente estadístico, dio la sensación de no haber captado nunca lo que significa el club, sus tradiciones, su forma de encarar partidos y campeonatos.

Bianchi trae otro bagaje, otras ideas. Es, según ya lo hemos manifestado en otras ocasiones, el mejor tipo de alumno para un colegio. No el que es brillante en algunas materias de una característica pero no tan bueno en otras, sino el que obtiene muy buenas notas en todo, aunque no sean excelentes.

Es muy difícil encontrar, en el mundo entero, un entrenador de las características de Bianchi, que no por nada tiene cuatro Copas Libertadores (tres con Boca y una con Vélez Sársfield) y tres Intercontinentales (dos y una, respectivamente) además de tantos torneos locales.

El “Virrey” es un muy buen administrador de grupos, un gran motivador, tiene ojo clínico como psicólogo porque tiene un largo recorrido y muchos vestuarios, la experiencia de haberlo ganado todo a nivel de clubes, y de haber jugado o dirigido en países que son potencia futbolística por lo que puede ayudarlo a comprender mejor cada fenómeno que debe analizar, organiza sólidos equipos y plantea muy bien cada partido.

No es casualidad que siendo un entrenador y no un jugador, unas cinco mil personas hayan ido a la Bombonera a recibirlo y que en pocas horas haya generado tanta energía positiva alrededor del equipo y entre los propios jugadores.

El mismo Clemente Rodríguez que se movía a desgano, enfrentado a Falcioni, ahora pinta como titular para el próximo año. Juan Román Riquelme, en evidente disgusto en la etapa anterior, al punto de aislarse del plantel, ahora podría ser seducido con regresar para jugar al menos la Copa Libertadores. Hasta Sebastián Battaglia, marginado hace más de un año por una persistente lesión, se plantea un último esfuerzo para probarse físicamente. Y se habla de la vuelta de Fernando Gago y Daniel “Cata Díaz” y de algunos refuerzos como Hernán Caire (Colón) o Claudio “Chiqui” Pérez (Belgrano).

Algunos critican a Bianchi por sus dos pasos por el fútbol europeo, en la Roma primero y en el Atlético Madrid después. Sin embargo, en una entrevista que le realizamos para la desaparecida revista “Don Balón”, el flamante entrenador xeneize nos dijo que para poder llevar a cabo una empresa como esta “necesito del hambre del jugador” y que en Europa, eso no lo había visto.

Este periodista pudo comprobar cómo en diciembre de 2005, hace exactamente siete años, Bianchi aconsejó al plantel del Atlético Madrid una larga concentración para salir adelante en los resultados, pero los jugadores se negaron de plano porque no concebían estar lejos de sus familias tanto tiempo. “En Boca estuvimos más de doscientos días concentrados pero fuimos campeones del mundo”. La idea, sin embargo, no cuajó y los colchoneros derivaron en una crisis.

Bianchi siempre dijo, en estos años de la larga “siesta” como definió al período de siete años sin dirigir (sólo hubo un breve lapso en Boca pero como manager), que de regresar sólo lo haría por Boca y por Vélez, club del que es abiertamente hincha y símbolo, en el caso de que éste lo necesitara por alguna situación particular, y que tampoco regresaría a Europa, ya con su familia en la Argentina y con nietos.
Quedaba la chance de Brasil, en donde muchos equipos lo tenían en la mira para contratarlo desde hace años, pero no dieron nunca el paso final.

Tal vez hay una cuestión pendiente que le quedará a Bianchi en el fútbol luego de haber tenido tanto éxito: dirigir a la selección argentina, pero eso cada vez parece más complicado. Julio Grondona, el presidente de la AFA, no quiere saber nada y están muy enfrentados, pero al mundo del fútbol le cuesta entender cómo uno de los mejores entrenadores del mundo (sólo comparable a Pep Guardiola, Alex Fergusson, José Mourinho, Vicente Del Bosque o Luiz Felipe Scolari), jamás pudo estar al frente de su selección nacional.

Sea como fuere, Boca le ofreció un nuevo contrato por tres años, y confió en su probada capacidad (y honestidad) para volver a tiempos de gloria, y es una gran noticia para el fútbol. Lo extraño es que en esta oportunidad, deberá enfrentarse a equipos que tienen entrenadores que se consideran sus discípulos (Barros Schelotto, Palermo, Cagna), pero en todo caso, ese es otro éxito del Virrey.

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