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El entrenador portugués José Mourinho saca,
repentinamente, un papelito de su bolsillo para responder una pregunta de un
periodista en el Real Madrid. Ramón Díaz aparece con una bolsa de chupetines para
referirse a los “pibes” de Boca Juniors en el superclásico del pasado domingo.
Tito Vilanova confiesa que la distancia enfrió su relación amistosa con Josep
Guardiola, ante la prensa catalana.
Son ejemplos de cómo, con el paso del tiempo, las
conferencias de prensa, en el mundo entero, se fueron transformando en un
espectáculo en sí mismo, fuera de las canchas y hasta en días en los que no hay
partidos.
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