Si algo traspasó ya la frontera de la lógica, en un trabajo de una selección mundialista, esto fue lo que ocurrió durante los últimos días con Diego Maradona al frente de la selección argentina, cuando llegó a la suma de 102 jugadores convocados desde que se hizo cargo del equipo hace poco más de un año, en una clara muestra del desconcierto y de la suma de incoherencias en su trabajo.
Devaluada porque se sabe que a lo sumo dos o tres jugadores estarán en el Mundial, la selección argentina compuesta por futbolistas de la liga local –que además va cambiando porque algunos jugadores siguen siendo transferidos al exterior- se enfrentó el pasado miércoles en un partido amistoso al débil equipo de Jamaica, con la idea de Maradona de seguir evaluando las chances de convocar a alguno de sus jugadores para integrar la lista definitiva de veintitrés para el Mundial de Sudáfrica.
Si ya no se entendía antes cómo Maradona siguió organizando partidos con la “selección argentina local”, que complican el calendario del ya de por sí apretado Torneo Clausura, al quitarle por varios días los jugadores a sus equipos cuando la mayoría no tiene posibilidades de viajar al Mundial, se ha sumado otro auténtico despropósito.
En el momento de oficializar la lista de convocados para el partido ante Jamaica (que además, terminó ganando Argentina en el cuarto minuto del descuento, por 2-1 cuando a falta de diez minutos perdía 0-1), aparecieron cuatro jugadores de Estudiantes de La Plata (Clemente Rodríguez, Enzo Pérez, José Sosa y Mauro Boselli), que evidentemente no podían participar de este juego porque al día siguiente, su equipo debía debutar en la Copa Libertadores de América ante Juan Aurich de Perú, cuando se sabe que no se suele convocar a los futbolistas de equipos que deben tomar parte de torneos internacionales.
El desconcierto duró cuarenta minutos, cuando los medios comenzaron a distribuir la noticia con el error de Maradona y su cuerpo técnico, y fue allí que el entrenador se vio obligado a cambiar estos cuatro jugadores por otros, entre los que incluyó al volante Juan Pablo Pereyra, de Atlético Tucumán, que se sabía que tampoco podía jugar por haber sido sometido a una leve operación. Esto motivó un nuevo comunicado, para lo cual hubo que llamar de urgencia al delantero de Racing Claudio Bieler, quien al final tampoco acudió, por una leve lesión.
A estas alturas, muchos se preguntan si es posible que Maradona pueda llegar al Mundial como entrenador sin que ningún miembro de la dirigencia de la AFA intente un cambio, y si aún en el caso de que eventualmente la selección argentina ganara el Mundial, no se puede ya calificar a este ciclo como lamentable, habiendo quedado sin chances de dirigir a la selección argentina un entrenador como Carlos Bianchi, cuatro veces ganador de la Copa Libertadores y tres, de la Intercontinental, o no haber sido capaces de mantener en el cargo a Marcelo Bielsa, en 2004, ahora respetado y valorado en la selección chilena, por su excelente trabajo.
Tampoco es clara la forma en que Maradona va eligiendo, o dando pistas, sobre los jugadores que van ingresando en la lista definitiva de veintitrés para el Mundial, incluyendo ya casi seguramente al veterano goleador, Martín Palermo, quien lo salvó providencialmente con ese mítico gol bajo la lluvia ante Perú, por las eliminatorias, dejando de lado tal vez a otros como DiegoMilito (Inter), Lisandro López (Olympique de Lyon), Fernando Cavenaghi (Bordeaux) o Gonzalo Bergessio (Saint Etienne) por no citar al más técnico Mauro Zárate (Lazio).
En cambio, son constantes las apelaciones al más allá, o a la intuición, como cuando sostuvo que en la angustiosa victoria ante Perú, le dijo al suplente Palermo que entrara y definiera el partido, y luego lo llamó “San Palermo” o ahora lo hizo con el defensor Ignacio Canutto, autor del gol con el que Argentina venció a Jamaica sobre el final. “Le dije que iba a entrar e iba a meter el gol, fue pura intuición”, confesó.
No termina todo allí. Maradona optó también por salir a enfrentarse a cualquier declaración contraria a su trabajo. Así es que tomó como enemigo a su ex compañero y amigo Jorge Valdano, director deportivo del Real Madrid, de quien declaró que es “uno de nuestros rivales más duros, porque antes echó a Gabriel Heinze (transferido al Olympique de Marsella), y ahora va por Fernando Gago”, que no tiene minutos en el equipo y no juega, aunque en verdad esto ocurre por sus bajos rendimientos y no por la acción del dirigente. Sin embargo, el entrenador cree que todo está pensado contra él.
Y no sólo eso: también le ha respondido con dureza a Claudio Vivas, el entrenador de Racing que sigue la línea de Bielsa, y quien osó quejarse de las convocatorias a la selección de muchos jugadores de su equipo, cuando éstos no tienen muchas posibilidades de ir al Mundial y le quitan tiempo de trabajo pensando en el Torneo Clausura, algo que también piensan otros entrenadores que no se animan a decirlo en público, para no enemistarse con un icono social como Maradona.
Pero tal vez la crítica más dura `provino del volante de Vélez Sársfield Víctor Zapata, cuando afirmó que tal vez, es la primera vez en años que es mejor no ser convocado para la selección argentina, porque se pierde prestigio ante la falta de seriedad en el trabajo. Es de imaginarse que Maradona salió inmediatamente a responderle, sosteniendo que igualmente no es casual que ningún entrenador de los distintos seleccionados no lo hayan convocado nunca.
Lo que se ve es que Maradona pone demasiadas energías en responder a las críticas y en buscar enemigos, y no parece encontrarle la vuelta a un cargo que nunca debió tener y al que sólo llegó por su nombre, por lo que representa desde sus tiempos de jugador. Pero ahora es entrenador, que es otro trabajo. Y no parece que este ciclo sea muy coherente, termine ganando el Mundial, o fracasando en él.
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1 comentario:
Hola Sergio.
Un abrazo. Seguí descosiéndola con la pluma, sos un maestro.
Ahora, hablando de fútbol, de donde sacaste que en este deporte pueda haber coherencia??? Maradona mismo es la personificación del balompié, mezcla de religión, política, filosofía y un poco de destreza física y técnica, mamada en la infancia de potreros. Pero igual! Es divertidisimo como lo descuartizas al Diego, que con esa carga kármica de errores y de críticos, paradógicamente aumenta sus posibilidades de ganar el Mundial. En esto no hay justicia ni hay razón. Es el cambalache de meterla o no meterla. Un gusto leer cada línea tuya. Otro abrazo. Guille
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