Paradójicamente, en la Argentina comienza a promocionarse una película sobre la vida de Carlos Tévez que se llamará “El jugador del pueblo”. La misma frase apareció en carteles callejeros en todo el país cuando en 2008, el Manchester United ganaba la final de la Champions League ante el Chelsea por penales. El argentino se mostraba victorioso y en cambio el capitán inglés, John Terry, quedaba tirado en el piso lamentando el decisivo penal errado.
Hoy, mucho de todo aquello ha cambiado, aunque mucho más en el exterior que en la Argentina, aunque Tévez va perdiendo crédito en todos los ámbitos, seguramente en el peor momento personal de su carrera triunfal en el fútbol. Nunca, como ahora, estuvo tan cuestionado técnica y éticamente, y en su club como en su selección nacional al mismo tiempo.
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