Así como ahora
el Real Madrid y el Barcelona se enfrentan en el Santiago Bernabeu por uno muy
esperado Clásico de semifinales de Copa del Rey, hace 35 años, los azulgranas
debieron definir en ese mismo estadio, y ante un muy fuerte Athletic, una final
del certamen que terminó en uno de los escándalos más grandes de la historia
del fútbol español y con Diego Maradona como protagonista, y todo a metros del
palco en el que observaban, atónitos, los reyes Juan Carlos I de Borbón y
Sofía.
Esa final en el
Bernabeu venía precedida de situaciones que abrían la posibilidad de que
durante el partido se pudieram generar episodios violentos. El Athletic de
Bilbao, dirigido por el siempre polémico Javier Clemente (defensor del
resultadismo a ultranza y luego director técnico de la selección española en el
Mundial de Estados Unidos 1994), se había coronado campeón de la Liga por
segundo año consecutivo e iba por el doblete, y en sus filas jugaba como
defensor Andoni Goikoetxea, un rudo jugador que había lesionado gravemente a
las dos máximas estrellas del Barcelona.
Goicoetxea,
quien conserva como pieza de museo el botín con el que lesionó a Maradona en un
partido de la Liga Española 1983/84, le produjo una fractura del tobillo
izquierdo tras una durísima infracción en la cuarta fecha, jugada el 24 de
setiembre de 1983 y cuando el Barcelona, dirigido por César Luis Menotti en su
primera experiencia tras el Mundial de España 1982 con la selección argentina,
buscaba ganar su primer torneo largo desde 1974.
Maradona estuvo
sin jugar hasta el 8 de enero de 1984, pero ya el Barcelona no pudo obtener el
título, que justamente quedó en manos del Athletic (otro motivo para la
discordia) pero eso no fue todo: Goikoetxea ni siquiera fue expulsado y recién
luego del partido, le dieron 18 partidos de suspensión, que por la apelación
del club bajó a 10 y terminó en sólo 7.
Goikoetxea ya
cargaba con otra grave lesión, la que le había ocasionado al alemán Bernd
Schuster en otro Athletic-Barcelona en San Mamés, el 13 de diciembre de 1981,
por el que le produjo la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla
derecha y lo alejó un año de las canchas, pero el vasco tampoco fue sancionado
durante ese partido, tras el que el equipo catalán, dirigido por Udo Lattek,
también perdió chances de ganar esa Liga.
Por si todo esto
fuera poco, Clemente y Menotti estaban en las antípodas de las ideas futbolísticas
y la rivalidad de los dos equipos era cada vez mayor cuando debieron
encontrarse en esa final del Bernabeu. Clemente había declarado “Maradona es un
imbécil” y Maradona respondió “Clemente no tiene los huevos para decirme en la
cara lo que dijo de mí”. Menotti dijo entonces que “estamos preparados para
jugar en cualquier terreno, incluso en el de la violencia”.
Con esa
expectativa, se jugó la final el 5 de mayo de 1984 ante cien mil espectadores
en el mismo estadio que dos años antes había sido escenario de la consagración
de la selección italiana como campeona mundial en la final ante Alemania.
A los 14 minutos
del primer tiempo, el delantero Endika pudo parar un centro desde la izquierda,
y sin marca pudo bajar la pelota con su pecho y rematar al palo izquierdo del
arquero Urruti para poner en ventaja al Athletic y a partir de ese momento, los
vascos aguantaron todos los intentos del Barcelona, en un clima que cada minuto
se ponía más espeso y en el que Schuster comenzó a dirigirse con gestos desde
el campo de juego hacia la tribuna de los hinchas vascos.
El partido
finalizó 1-0 para el Athletic, que de esta forma frustraba al Barcelona al que
sólo le quedaba la Copa de la Liga en una temporada sin títulos, y además, se
quedaba con un doblete (Liga y Copa) que no conseguía desde hacía 28 años y
sumaba su título 23 a su palmarés.
Cuando el
murciano Franco Martínez pitó el final del partido, se dirigió raudamente a su
vestuario. Algunos testigos sostienen que fue en ese momento cuando comenzaron
los intercambios verbales entre Maradona y el “Chato”Núñez, con cortes de
mangas.
Maradona le pegó un cabezazo al
y Sola, un suplente del Athletic, ingresó al campo por las escaleras
desde el vestuario y se sumó a la pelea. Fue todo tan tremendo que fue requerido
de urgencia el médico del Real Madrid, Enrique González Ruano por su colega
vasco Gorostidi. Ruano dijo que el golpe de Maradona a Sola “fue un KO clásico,
un golpe a la mandíbula. Si era en la cabeza, no sé lo que hubiera ocurrido.
Menos mal”. Nuñez, del Athletic afirmó que tras recibir el cabezazo de
Maradona, no recordaba nada de lo sucedido posteriormente.
Se recuerda
también un golpe karateka del emblemático defensor del Barcelona, “Tarzán”
Migueli, sobre la espalda de De Andrés. Sánchez, lateral del Barcelona, fue retirado tras un
encontronazo con Dani, delantero vasco.
Tras su pelea con Maradona, Sola estuvo conmocionado por un cuarto de
hora y le tuvieron que dar cinco puntos en el labio inferior. Gorostidi, el
médico del Athletic, prefirió quedarse toda la noche durmiendo en la habitación
del jugador para poder controlar su evolución.
Fue una batalla
campal. Con patadas voladoras y golpes de todo tipo, gente arrojando cosas al
campo de juego, fotógrafos en el piso, jugadores ensangrentados y los reyes
mirando desde el palco, en uno de los episodios más vergonzosos que se
recuerden. Patxi Salinas, jugador del Athletic, tuvo que regresar al País Vasco
con la cara marcada por los botines de Clos, del Barcelona.
Ya en la sala de
prensa, Clemente responsabilizó a los jugadores del Barcelona como únicos
culpables de los incidentes: “No han sabido perder” y luego apuntó directamente
contra los extranjeros del equipo azulgrana: “Hay que acabar con los que vienen
de afuera y no tienen educación”. Menotti dijo por su parte que “nunca había
visto algo parecido”.
Por su parte,
Maradona Maradona señaló que “todo empezó con el corte de mangas que me hizo
Núñez” y que sus rivales Sola, Sarabia y Goiko “todos vinieron hacia mí y pasó
lo que tenía que pasar. No hubo patadas alevosas. Todos fuimos de frente” y
mostrando cortes en su pierna izquierda, remató “voy a ir a jugar a Bilbao
cuando sea preciso”. En el otro
vestuario, Goikoetxea dijo que esos
cortes de Maradona “se los ha hecho expresamente con unas tijeras”. Julio
Alberto, lateral del Barcelona, sostuvo que “han salido todos a pegar a
Maradona”.
El árbitro
Martínez no reflejó en el acta nada de lo sucedido (“no he puesto nombres en el
acta porque no sé quiénes han sido y naturalmente por lo que he redactado no
puede haber sanciones a los jugadores”) pero once días después, analizando los
videos, el Comité de Competición decidió castigar a tres jugadores por equipo
(Maradona, Clos, Migueli, Goikoetxea, Sarabia y De Andrés) con tres meses de
suspensión para todo tipo de partidos (amistosos incluidos) y como las
vacaciones no contaban, recién podrían volver a jugar por la Liga Española a
mediados de octubre de 1984, para la temporada 1984/85 pero la sanción no era
aplicable a la selección española, que debía jugar la Eurocopa de Francia. Al
final, nadie cumplió la sanción. Maradona se fue al Nápoli (ese terminó siendo
su último partido oficial) y hubo una amnistía general para los demás. Para
variar, aún así, Goikoetxea fue expulsado en el primer partido de liga del
Athletic en la temporada siguiente.
Con la Liga sin
terminar, ya se hablaba de la salida de César Luis Menotti, quien tras la final
del Bernabeu dijo que no tenía ganas de continuar como DT. Tres semanas más
tarde, el Barcelona viajó a Nueva York para participar en un torneo llamado
Copa Transatlántica, aunque todavía le quedaba jugar por la Copa de la Liga
(que acabaría ganando el Valladolid), con los crecientes rumores de la
contratación de Terry Venables como reemplazante del entrenador argentino.
Menotti decía
“Venables debe hacerse cargo del equipo la próxima semana y cuanto antes tome
contacto con los jugadores, mucho mejor” aunque aún le quedaba un mes de
contrato. Venables había sido recomendado por Bobby Robson que por segunda vez
rechazaba la oferta del Barcelona y que dos años más tarde dirigiría a la
selección inglesa en el Mundial de México 1986.
A Nueva York viajó con el equipo Rogelio
Poncini, ayudante de Menotti. Y fue allí donde Maradona jugó sus dos últimos
partidos con la camiseta del Barcelona. En el primero de ellos, en el Giants
Stadium, perdió 5-3 amte el Cosmos y los tres goles de los azulgranas los hizo
Mario Husillos, el ex jugador de Boca, que sólo participó de esta gira, cedido
por el Murcia, así como el salvadoreño Mágico González, del Cádiz. Y no viajó
Schuster, lesionado. En el Cosmos jugó Johan Neeskens, autor de uno de los
goles.
Cinco días más
tarde, el 3 de junio, en East Ruthieford, el Barcelona empató 2-2 ante el
Fluminense por el tercer lugar y luego se impuso por penales. Esa gira tuvo momentos muy intensos porque
Maradona quería irse al Nápoli a toda costa, pero el club italiano no
presentaba los avales, y el argentino amenazaba constantemente con regresar a
España, hasta que por fin se concretó la operación a finales de junio.
La escandalosa
final de la Copa del Rey de 1984 se la conoce como “La Batalla del Bernabeu”, y
por el Athletic jugaron Andoni Zubizarreta
(luego arquero del Barcelona), Urquiaga, Liceranzu, Goikoetxea, Núñez; Patxi
Salinas, De Andrés, Urtubi; Dani, Endika (Sarabia 61m) y Argote (Gallego 87m) .
Por el Barcelona,
Urruti; Sánchez, Migueli, Alexanko, Julio Alberto; Víctor Muñoz, Schuster, Rojo
(Clos 63m); Marcos Alonso (padre del lateral del Chelsea), Maradona y Lobo
Carrasco.
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