Aclaración inicial: desde que comencé a trabajar en periodismo, hace ya casi 25 años, siendo muy joven (porque aún lo soy, no bromeo), algunos retorcidos me insistían en la diferencia entre "seleccionado" y "selección". Me decían, con cierta razón, que "selección" es el conjunto de jugadores que son los que quedan en una lista definitiva para una competencia, y todo el ciclo de pruebas hasta llegar a esta lista final se juega con un "seleccionado", es decir, jugadores que son probados en distintos esquemas y funciones, hasta que el director técnico determina cuáles compondrán la "selección". Y entonces, en vistas del partido (o como le querramos llamar) ante Chile de este miércoles en Mendoza, se me ocurre pensar que pocas veces "esto" que tiene a cargo Alfredo Basile (¿se sorprendieron? se llama así, Alfio es su sobrenombre familiar y Coco, el que le quedó col el paso de los años), se pareció más a un mero "seleccionado" que a la "selección" argentina.
Hace cuarenta años, Dante Panzeri, aquel notable periodista, sociólogo sin serlo, y hombre de derechas, aunque ético, que ahora reivindica con tanta fuerza el falso progresismo periodístico argentino, solía decir que el Estudiantes campeón entre 1967 y 1970 era "De Zubeldía, no de La Plata". No estoy queriendo decir que este seleccionado, que alguna vez pretenderá ser "selección", acaso en la próxima Copa América de Venezuela, en junio, sea sólo de Basile. Pero en cambio, es claro que pese a la buena intención del entrenador por conformar un equipo con jugadores del fútbol local, que de todos modos se terminarán yendo al exterior, en su mayoría, y en poco tiempo, esto no parece ser posible en ete mundo de intereses. Las lesiones de Verón y de Ustari, incluso cómo quedó Daniel Díaz luego del superclásico, y la urgencia por convocar a Cabral y a Orión, muestran que la desorientación institucional del fútbol argentino es muy grande, mucho más de lo que debiera ser.
Estoy diciendo que el seleccionado que se encuentra en el primer puesto de la escala mundial de FIFA (habrá que ver cómo se hace ese misterioso cálculo), convoca a su segundo arquero ante un partido internacional (por más flojo que sea) a un día del mismo. Para pocos esto es una sorpresa, desde ya. Pero para los que estamos "adentro", es decir, que podemos tener acceso a la cocina de los hechos, estoy resulta muy cansador, y sin interlicutores válidos.
Tuve la posibilidad de hablar por horas con Julio Grondona en París en febrero pasado en ocasión del también bastante improvisado Francia-Argentina, que nuestro seleccionado ganara 1-0 con gol de Javier Saviola, y queda claro que no hay nada claro. No sé si me explico.
Grondona desmiente terminantemente que haya, por ejemplo, una lista de una cantidad de jugadores de los que Basile debe convocar un porcentaje determinado, y hasta algún medio español con cierta credibilidad, una vez finalizado el Mundial pasado, afirmó que en el contrato entre la AFA y Renova (presentado a toda pompa en el Hilton de Puerto Madero), permite que los empresarios rusos puedan alojarse no sólo en el mismo hotel sino en el mismo piso que el equipo argentino, y hasta que el dueño de la empresa, puede, si quiere, presenciar la charla técnica y hasta sentarse en el banco de suplentes. Algo a lo que nunca habíamos llegado. Lo que este periodista se limitó a decirle a un Grondona tan sereno que sorprendió a todos, es que es demasiado fácil comprobar si esta versión es falsa: basta mostrar el contrato. Con una copia, alcanza. Pero no. El contrato no se mostró a la prensa ni siquiera en su presentación. Y entonces, da lugar a que uno (malpensado por naturaleza) siga pensando mal, o muy mal, podría decir.
Irregularidades hay muchas, como por ejemplo, preguntarnos para qué se creó la empresa "Puntogol S.A.", ad hoc a la AFA, si con la AFA basta y sobra para organizar partidos de cualquier equipo argentino. En Puerto Madero, los dirigentes de la AFA exhibieron orgullosos un cheque por 16 millones de dólares ya recibidos como adelanto por cerca de 20 partidos amistosos del seleccionado argentino para los próximos cuatro años, hasta el Mundial 2010 (Sudáfrica). Todos contentos. Sin embargo, si prorrateáramos ese valor en veinte partidos....la AFA estaría recibiendo menos dinero del que cobrara en giras anteriores a la existencia de Puntogol.
El mejor ejemplo de lo que cuento lo dió lo ocurrido con un colega francés, de novio con una argentina, y redactor de "Le Parissien", que nos preguntó, en el lobby del hotel del seleccionado, tanto a mí como al colega y amigo Fernando Segura, si era posible acercarse a Grondona y preguntarle de estos temas. Ante nuestra mirada incrédula, vimos que se animó y se le acercó. Se le presentò, con Grondona de frente a nosotros, que nos dedicamos a observar su semblante, siempre denotando serenidad. La charla entre el francés y Don Julio duró unos minutos, hasta que el galo se nos sumó al regreso. Nos contó que ante las preguntas que le formuló a un Grondona impertérrito, il capo di tutti cappi atinó a responderle: "lo que usted me pregunta, en la Argentina jamás nadie lo suele hacer". Toda una declaración y una perfecta descripción de lo que ocurre con nuestra prensa, cuyos enviados especiales se dedican a sacarle algún chiste "al Coco" para congraciarse con él y sonsacarle la formación para mañana. Eso es lo que importa: si juega Saviola o si juega Tévez. Demasiado poco como para que podamos pensar en una selección en serio. El propio Basile dice que es un seleccionador, que por ahora no es un director técnico. Y hasta institucionalmente, tenemos más un seleccionado que una selección. Antes, Marcelo Bielsa no daba entrevistas individuales, pero daba conferencias de prensa en las que igualaba a los medios de todo el país. Ahora, Basile decide con quién tiene ganas de hablar, y ni siquiera acepta listas de espera. Nunca tan seleccionado. Nunca menos selección.
Ni más ni menos.........................
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