Pocas veces en la historia del fútbol han ocurrido situaciones como la que atraviesa la selección española de fútbol. No sólo porque su actual entrenador, el veterano Luis Aragonés, está a punto de dejar su cargo cuando termine la participación del equipo en la próxima Eurocopa, cuando finalice su contrato, sino que la no convocatoria de Raul González, el delantero del Real Madrid, desde el pasado Mundial de Alemania, se ha tornado una cuestión de Estado tal, que ambos debieron llamar a una conferencia de prensa conjunta, luego de más de un ahora de reunión a puertas cerradas, sólo para aclarar que no tienen ningún problema personal.
Todo indica, como dice la mayor parte de la propia prensa española, que si Raúl y Aragonés tuvieron que aclarar que no tienen problemas personales, significa que, al menos, antes sí los tuvieron, pero pocas veces ocurrió en este fútbol moderno que haya habido tanta presión para que un jugador sea convocado aún cuando a nivel de los últimos resultados, la selección española logró clasificarse con holgura en su grupo eliminatorio para la próxima edición de la Eurocopa de Austria y Suiza del próximo verano.
Raúl no participó en ningún partido de la selección española desde que acabara el Mundial de Alemania, y los rumores de los medios que cubrieron ese certamen indican que en aquel entonces, el delantero y el entrenador tuvieron un fuerte entredicho, en el que se habría puesto en juego el liderazgo del grupo, dado que González era el capitán.
Desde ese momento, Aragonés optó por armar el nuevo equipo español con jugadores jóvenes y de “buen pie”, los que tienen mayor calidad técnica, y entonces el entrenador se volcó más hacia el plantel del Valencia o los españoles que abundan en la Premier League inglesa.
Lo que Aragonés no tenía en sus cálculos era que Raúl retornaría a su mejor nivel luego de varios años marcando pocos goles, pero la llegada del alemán Bernd Schuster como entrenador del Real Madrid lo ha colocado en el lugar donde mejor funciona, algo detrás del centrodelantero definidor, papel que en este caso cumple a la perfección el holandés Ruud Van Nistelrooy.
La influencia que Raúl ejerce tanto en el Real Madrid como en el resto de futbolistas españoles y su nivel actual tornan cada vez más difícil su no convocatoria por parte de Aragonés, quien ya recibe pancartas de apoyo al jugador desde los coches que paran cerca del suyo en un semáforo hasta su llegada oficial a cualquier ciudad española, al punto tal que ya presionado por todos los costados, incluso por el propio presidente de la Federación, Angel Maria Villar, llegó a decir que la manifestación de Málaga pidiendo por el delantero del Real Madrid estuvo “organizada”.
Aragonés no aclaró nunca quién se encargó de esa organización aunque primero dejó entrever que habría sido el propio jugador, para luego rechazarlo de plano con el delantero a su lado en la sede de la Federación, y ahora se cree que apuntaría a la empresa Adidas, que es la que viste a Raúl con indumentaria deportiva.
El propio Raúl tuvo que reconocer que esta reunión que ambos sostuvieron esta semana, de cara a la prensa y la opinión pública, lo deja en un lugar muy difícil porque da ahora en más, una convocatoria al jugador implicaría haber clauudicado ante las presiones, y no convocarlo se tornaría una medida impopular aunque al mismo tiempo, mostraría la fortaleza de carácter de Aragonés.
El otro punto más que conflictivo es que todas las partes saben que una vez que finalice la Eurocopa (hasta tiene fecha exacta para la misma semana siguiente a que España finalice su participación en ella), el ex entrenador del Real Madrid, Vicente Del Bosque, será designado en el cargo, con lo cual, las chances de que Raúl regrese a la selección, y máxime si conserva el actual nivel, son muchísimas, lo que paradójicamente implica que Raúl tiene más futuro en la selección española que el propio entrenador actual. Y eso, a su vez, es una nueva presión para un Aragonés que en las últimas semanas volvió a insistir en que tal como están las cosas, deberían echarlo del cargo y pagarle la correspondiente indemnización, mientras el presidente de la Federación, Villar, recalca que no es su deseo echarlo y que incluso está “enamorado futbolísticamente” del actual entrenador, que de todos modos no continuará luego de la Eurocopa.
Al mismo tiempo, hay otro actor que no aparece en los primeros planos pero parece operar bien en las sombras. Es el director deportivo de los seleccionados nacionales españoles, el ex defensor del Real Madrid Fernando Hierro.
Este fue el factótum de la contratación de Del Bosque como entrenador nacional para cuando finalice la Eurocopa, y el que también dirigiera a Raúl en tiempos de glorias continuas del equipo blanco por Europa a principios del siglo XXI, en la era de los galácticos, antes de que Florentino Pérez optara por la política de la venta de camisetas por sobre los logros deportivos.
Es más: Hierro, como capitán del Real Madrid y también de la selección española, y Raúl, como subcapitán en ambas, fueron los encargados de manejar el vestuario con Del Bosque. No parece entonces tan extraño que Hierro promueva ahora una reunión entre su amigo y ex compañero Raúl y Aragonés, sometido ya a presiones de todo tipo, internas y externas.
Lo que es claro es que si Raúl debe o no debe jugar para la selección española en la Eurocopa es ya un asunto de Estado que ocupa las primeras planas tanto o más que la propia elección de presidente de España, prevista para el próximo 9 de marzo.
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