martes, 3 de agosto de 2010
El peor final posible para la selección argentina (Yahoo)
En el ambiente del fútbol argentino descubren, por estos días, que ni siquiera la eliminación de la selección nacional ante Alemania por 4-0 en los cuartos de final del pasado Mundial es lo peor que le podía pasar. Al regresar, y especialmente en la semana que pasó, apareció con todo la furia de los principales tres protagonistas de la historia, que se tiraron con munición gruesa y que vienen generando una situación de ruptura absoluta.
En efecto, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), el veterano Julio Grondona (lleva 31 años en el cargo, y su octavo mandato finaliza en 2011), finalmente se reunió con Diego Maradona a comienzos de la semana que pasó y si bien le ofreció renovar su contrato como entrenador de la selección nacional, le impuso la salida de siete de sus colaboradores, de los cuales dos son ayudantes de campo y dos son preparadores físicos, a sabiendas de que eso no podía ser aceptado.
Un día antes de la reunión, en lo que no pareció el momento oportuno para hacerlo y sin ninguna diplomacia (tal como fue siempre su característica),. Maradona afirmaba en un programa de TV argentino que si le tocaban a cualquier colaborador, se iría inmediatamente. Y eso fue pensado por las especulaciones acerca de que Grondona objetaría al ayudante de campo Alejandro Mancuso, considerado cercano en ideas a César Luis Menotti (entrenador campeón mundial 1978), cuando éste es enemigo del manager Carlos Bilardo.
Pero en la reunión del lunes, Grondona no sólo objetó a Mancuso sino a otros seis colaboradores más, lo que encontró la rotunda negativa de Maradona y apenas horas después, el Comité Ejecutivo de la AFA, en apenas veinticinco minutos (un tiempo extraño para debatir un ciclo de dos años de trabajo) ratificó que el vínculo con el ex astro finalizaba en ese momento.
A partir de entonces comenzó lo peor. Maradona llamó a una conferencia de prensa en la que se limitó a leer un duro comunicado, en el que acusaba a Bilardo de “traidor” y a grondona de “mentiroso”, y más allá de sus fuertes términos, no parece que en estos puntos no tenga cierta razón, aunque no parece ir por el mismo camino de la lógica cuando dice que en noviembre de 2008, cuando fue convocado para ser entrenador “tuvimos que apagar un incendio y lo conseguimos”.
En verdad, Grondona convocó a Maradona como entrenador en 2008 ante la renuncia de Alfio Basile en plena eliminatoria para el Mundial 2010, y cuando ya la decisión era la de llamar a quien tienes mejores pergaminos en la Argentina, Carlos Bianchi, y los dos hijos del dirigente (uno, presidente de un club de primera, Arsenal, y el otro, vicedirector del departamento de selecciones nacionales de la AFA)) lo convencieron para que le diera una oportunidad a Maradona y a los campeones del mundo de 1986.
Si bien el trabajo de Maradona estuvo muy lejos del ideal, no sólo en el funcionamiento del equipo, con una táctica más que precaria (convocó a 108 jugadores en menos de dos años, aceptó como asesor defensivo a Oscar Ruggeri pese a que fue vetado por los dirigentes, tuvo exabruptos con la prensa, etc) también hay que decir que apenas veinte días atrás, Grondona insistía en renovar su contrato, sosteniendo que se trata “ de una persona muy especial, la única que en la Argentina puede hacer lo que quiera”.
¿Qué fue lo que cambió entonces en Grondona para semejante decisión? Simplemente que el Gobierno, por parte de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, está a punto de otorgarle en forma definitiva el predio que la AFA tiene en concesión desde hace años, y en el mismo funcionaría el canal de TV que se le otorgaría por la nueva Ley de Medios. Al mismo tiempo, Maradona era considerado un aliado del Gobierno, al apoyar el programa llamado “Fútbol para todos” por el que las transmisiones de los partidos de los torneos de la liga local pasaron a manos del canal estatal luego de 18 años en manos de una empresa privada (Torneos y Competencias).
Todo esto había generado que Grondona se diera la estrategia de no cambiar nada en la estructura de la selección argentina, porque como buen conocedor de los tiempos, sabía que sólo había que dejar pasar los meses porque en 2011 habría dos acontecimientos clave: primero, la Copa América como local, que expondría a Maradona a una situación sin salida (o salir campeón o tener que renunciar) y las elecciones presidenciales, que podían significar la salida del poder de la actual mandataria, con lo cual cambiaría todo y podría sentirse libre.
Y esa libertad que tanto esperaba llegó antes de lo imaginado. Porque Maradona dcidió no concurrir a una reunión con la presidente para “festejar” el quinto puesto en el Mundial, en parte porque no le pareció un acontecimiento para festejar y en parte porque en esos días estuvo encerrado en su casa tratando de reagrupar fuerzas para seguir en la selección argentina. Y a los pocos días aceptó una invitación para viajar a Venezuela y apareció al lado de su controvertido presidente Hugo Chávez cuando anunció la ruptura de relaciones con su par colombiano Alvaro Uribe.
Todo esto hizo que el Gobierno ya no apoyara a Maradona con el mismo énfasis y entonces Grondona aprovechó para decirle que le quitaba a los siete colaboradores, generando la rotunda negativa del entrenador pero tratando de instalar en la sociedad algo ya reiterado: la idea de que no es que la AFA lo echó sino que fue él quien se fue.
Esto mismo fue utilizado a su vez por Bilardo para señalar que no lo traicionó al pretender quedarse en la selección argentina como manager (cargo al que accedió en noviembre de 2008 junto a él), y aunque los medios repitieran en la semana grabaciones de lo que afirmó el 13 de abril de 2009, sobre que “si se va Maradona, yo me tengo que ir, todos nos tenemos que ir con él”.
Bilardo sostiene que si se queda es porque “yo quise decir que si lo echan yo también me iba, pero él se quiso ir solo, la AFA no quería echarlo sino a algunos colaboradores”, que, además, habrían sido expulsados por su propio consejo.
¿Proyectos? ¿Ideas? ¿Concurso de antecedentes? Absolutamente nada. Hoy la AFA está congelada a la espera de que pase la tormenta, mientras designa al entrenador del seleccionado sub 20, Sergio Batista, como trancisión para dos de los partidos amistosos pautados para este semestre de 2010, el 11 de agosto en Dublin ante Irlanda y el 7 de setiembre en Buenos Aires ante España, el campeón mundial.
En tanto, Bilardo prepara la artillería para responder a Maradona, éste va cambiando su prometida participación en la TV para poder responder al manager, y Grondona trata por todos los medios de acallar las voces y volver al bajo perfil, mientras trata también de pensar en un entrenador para los próximos cuatro años.
Todo indica que hay sólo dos entrenadores fuertes en carrera: Alejandro Sabella, campeón de la Copa Libertadores 2009 con Estudiantes, y ex jugador de Bilardo en los ochenta, y Carlos Bianchi, quien no es del gusto de Grondona y tampoco de Bilardo pero que arrasa en todas las encuestas. También Batista se juega mucho si le va bien en estos dos amistosos.
El fútbol argentino vive su peor escenario por estos días. Mucho peor que lo que le pasó en Sudáfrica. ¿Podrá salir pronto?.
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1 comentario:
Comparto plenamente los conceptos, nula organización, idas, vueltas, y el que pierde siempre es el fútbol argentino. Saludos!
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