domingo, 11 de septiembre de 2011

El fútbol argentino comienza a acorralar a los violentos (Yahoo)


“A mí me echó la barra brava”, sostuvo, resignado, el entrenador Antonio Mohamed, para referirse al motivo por el cual tuvo que abandonar el cargo en Independiente, el mismo domingo a la noche, luego de que su equipo cayera 0-1 ante Boca Juniors por la quinta fecha del Torneo Apertura.
Tras haber perdido en apenas dos semanas dos copas internacionales, la Suruga Bank en Japón y la Recopa Sudamericana en dos partidos ante el Inter de Brasil, se sabía que Mohamed no tenía demasiado margen cuando sólo le quedaba disputar la Liga local, y la paciencia de los violentos se acabó demasiado pronto, y ya al final del partido contra Boca, pudieron pasar los controles de seguridad, acercarse a la puerta del vestuario local, e insultar al entrenador y cantarle una marcha fúnebre con un detalle: el director técnico, se sabe en la Argentina, perdió un hijo muy pequeño durante el Mundial 2006 en Alemania, en un accidente.

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