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Siempre marcamos la diferencia entre “seleccionado”
y “selección”. La primera palabra se refiere a un momento de preparación de un
equipo con miras a los objetivos más importantes y la segunda, a su consolidación,
al final de este ciclo, cuando ya se considera que todo está armado, que ya hay
mecanismos aceitados.
Si nos atenemos a esta diferencia de palabras, el
equipo argentino de Alejandro Sabella se encuentra en el preciso momento de
tratar de pasar de “seleccionado” a “selección”. Los nombres de los titulares
se van repitiendo, de a poco comienza a conocerse casi de memoria a los once, y
eso constituye un muy buen indicio.
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