Desde Estocolmo
Alejandro Sabella, el director técnico de la
selección argentina, suele decir que cuando se repite el equipo es porque se
transita por el buen camino, y no se equivocó otra vez: el conjunto nacional,
en su primer compromiso fuerte de 2013, ratificó el rumbo ante Suecia en el
coqueto nuevo estadio “Friends Arena” de Solna, a la que le ganó sin atenuantes
por 2-3, demostrando un enorme poderío ofensivo.
Nadie habría podido quejarse si el equipo argentino
hubiera ganado por una diferencia mucho más amplia: además de los goles de
Gonzalo Higuaín (en uno, con la ayuda de Lustig) y el de Sergio Agüero, el
arquero Isaksson alcanzó a despejar con una monumental chilena un espectacular
gol de Lionel Messi de sombrero, y los delanteros albicelestes perdieron varias
muy claras en una inequívoca muestra de que se trata de la mejor ofensiva del
mundo.
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