El Real Madrid disfruta hoy, acaso, de una ocasión
irrepetible. Pocas veces, y más en el Camp Nou, un partido se le presentará tan
a su favor. Resultó todo al revés de lo que se pensaba en cuanto a las chances
de pasar a la final de la Copa del Rey porque el empate en el Santiago Bernabeu
en la ida, y el gol de visitante, generaban que el Barcelona fuera favorito en
la serie.
Lo que podía cambiar pasaba más por el propio
Barcelona que por un Real Madrid que se suponía desesperado. La lejanía en la
Liga y la definición en Old Trafford ante el Manchester United en la Champions
League, generaban en los blancos la necesidad de tomar este partido del Camp
Nou como una auténtica final. Podía significar la posibilidad de ganar, aunque
fuera, algo que salvase la difícil temporada y con el plantel enfrentado
definitivamente a su entrenador, José Mourinho.
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