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Y de repente, el Barça parece que ya no es lo que
era. O no lo es en la medida en que lo fue. Con los mismos jugadores, o casi.
Pero con distinto entrenador. Por razones forzosas, Jordi Roura tuvo que
reemplazar a Tito Vilanova, que se está tratando con quimioterapia en Nueva
York y que aunque aparece desde las redes sociales o desde distintas formas de
comunicación, incidiendo en la formación del equipo y los cambios, nunca es lo
mismo.
Con el paso del tiempo, la producción del Barcelona
con Roura fue tirando por tierra aquello tan fácil que se dijo en los medios
acerca de que “cualquiera” puede dirigir al equipo y que vos, él o yo, si nos
sentamos en el banquillo, también podríamos hacerlo. No es tan fácil y por algo
están o estuvieron sentados allí quienes lo merecieron y no nosotros ni
cualquier otro.
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