Se dijo siempre que si hay un club que tiene tanto
poder que encierra el de la autodestrucción, ése es el Barcelona. En los años
noventa, el holandés Johan Cruyff le cambió la cara y la tradición para no
estar tan pendiente del Real Madrid y comenzar a mirarse más al espejo, pero
bastó que llegara una mala temporada en el final de un ciclo exitoso, que
incluyó la primera Copa de Campeones de Europa en 1992, para que comenzara un
enfrentamiento con el entonces presidente José Luis Núñez, en el que el
entrenador siempre fue visto con mucha mayor simpatía por los hinchas
catalanes.
Ahora, tras la salida hace un año de Josep Guardiola
luego del que para muchos es el mejor ciclo de la historia del club, e incluso
de la historia del fútbol, el Barcelona comienza a desinflarse, a desgarrarse
en enfrentamientos internos que no parecen conducir a nada bueno, y en cambio,
parecen repetir el eje de toda la vida.
Todo comenzó cuando Sandro Rosell, hombre ligado a
Nike Brasil (vivió muchos años allí), se impuso en las elecciones
presidenciales y comenzó a cargar contra su antecesor y ex amigo Joan Laporta.
Éste es muy amigo de Cruyff como también de Guardiola y eso motivó una toma de
distancia del entrenador, que acabó yéndose cuando finalizó la temporada
2011/12 y provocó un terremoto en el club, aunque prefirió tomarse un año
sabático.
Ahora, comienzan a aparecer cuestiones ligadas a lo
ocurrido en el final del ciclo de Guardiola como entrenador y su aparente
disgusto porque su ayudante, Tito Vilanova, continuara como sucesor, algo que
mantuvo callado pero que con los meses, comenzó a ver la luz.
Por estas horas, desde Munich, donde acaba de asumir
como entrenador del poderoso Bayern, campeón de la triple corona (Champions,
Bundesliga y Copa Alemana), y luego de conseguir convencer al volante Thiago
Alcántara para que llegue desde el Barcelona en 25 millones de euros, Guardiola
apareció con durísimas declaraciones contra la junta deportiva del club
azulgrana, diciendo, entre otras cosas, que en este tiempo intentó usar la
enfermedad de Vilanova para atacarlo y que eso “no lo olvidaré jamás”.
Rosell prefirió utilizar el bajo perfil y no sólo
desmintió a Guardiola sino que manifestó que en el caso de que Guardiola se
presentara como candidato a presidente del Barça en el futuro “lo apoyaría” y
que él mismo se siente “guardiolista” y tomó lo que dijo el entrenador como “un
desliz”.
Sin embargo, cuando parecía que las aguas se
aquietarían un poco, fue el propio Vilanova el que habló para admitir que
cuando estuvo internado en un hospital de Nueva York, por un cáncer que se
debió tratar en plena competencia, “casi no nos vimos con Pep. Él es mi amigo y
yo esperaba que estuviera a mi lado pero no ocurrió así. Yo en su lugar habría
hecho otra cosa”.
Estas palabras no son gratuitas y si Vilanova pudo
decirlas y en una conferencia de prensa, a sabiendas de la repercusión que
podían tener, es porque lo ocurrido le dolió demasiado, y no sólo por el hecho
de que Guardiola, que tomó un año sabático en Nueva York, no lo visitara lo
suficiente, sino que también hubo rumores sobre otra declaración del ahora
entrenador del Bayern a partir de su intento por birlarle a Neymar al Barça.
“Guardiola me dijo que Tito no sería capaz de hacer
funcionar a la dupla Messi-Neymar”, dicen los medios que dijo el padre de
Neymar, aunque el brasileño terminó aceptando la oferta del Barcelona, pero es
indudable que entre lo ocurrido (o, mejor escrito, lo no ocurrido) en Nueva
York, y esto de Neymar, Vilanova estaba necesitando hablar.
Las cosas no quedan allí y Rosell, metido en
problemas con su aparente ligazón con negociados con la candidatura de Qatar
2022 junto al ex titular de la Confederación Brasileña de Fútbol, Ricardo
Texeira, dijo también que si bien él es “guardiolista”, “es Cruyff quien dejó
de ser cruyffista”. El holandés, que era presidente honorario del club en los
tiempos de Laporta, declinó seguir en la actualidad.
A su vez, no parece claro lo que va a suceder con el
plantel, más allá de las estrellas de los primeros planos. Carles Puyol y Xavi
Hernández entran en sus últimas temporadas, pero no parece haber recambio en la
cantera. Si Cesc Fábregas estaba en la mira para salir del plantel, el Bayern
se llevó a Thiago y el Celta, a su hermano Rafinha, mientras Jonathan Dos
Santos se fue a la Real Sociedad, y la joya de la cantera, Gerard Deulofeu, a
préstamo al Everton para foguearse. También David Villa fue transferido al
Atlético Madrid, mientras que un triste Eric Abidal, recuperado de un cáncer,
se incorporó al Mónaco cuando el Barcelona le comunicó que prescindía de sus
servicios, aún cuando fue emocionante su trabajo para superar la enfermedad.
Rosell también necesita aclarar, por estas horas,
que no iba a recurrir a los violentos para restablecer la “Grada de animación”
detrás de uno de los arcos del Camp Nou, que anteriormente ocupaban los
llamados “Boixos Nois” y que fracasó como idea.
Por su parte, el director deportivo, el ex arquero
Andoni Zubizarreta, no niega que en su momento llegó a presentar la renuncia
que no le fue aceptada, pero que tiene conexión directa con un equipo que sigue
manteniendo el preciosismo en el juego, pero que fue netamente superado por el
Bayern Munich en la semifinal de la Champions League y que ya había sufrido
hasta el final en cuartos para superar al PSG francés y que depende en demasía
de Lionel Messi.
Todo apunta a un Messi “espectacular”, según
Vilanova, en los primeros dos días de entrenamientos. “Nunca llegó así, como
ahora, gracias a sus vacaciones”, dijo el entrenador, en una buena noticia
pensando en que no habrá otras antes del Mundial de Brasil 2014.
¿Será el argentino y sus genialidades, el encargado
de poner paños fríos en un club que atraviesa un verano caliente?
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