Día de Reyes y qué mejor regalo que el regreso del fútbol de primera a
España e Italia. Mientras Inglaterra no descansa, mientras los equipos de la
“Mittel Europe” se refugian en las latitudes cálidas de Andalucía e Islas
Canarias, el balón volvía a rodar de la Península Ibérica a la Península
Itálica. En España volvían a golpear los dos colíderes- Barcelona y Atlético de
Madrid- sólo una jornada antes del duelo de alto voltaje que les enfrentará en
el Vicente Calderón.
El gran partido de este primer espasmo futbolístico de 2014 tenía lugar
en Turín, donde también se medían los dos primeros. La Juventus intratable de
las últimas temporadas, la Roma de
comienzos fulgurante en el presente Scudetto. Dos grandes equipos en un partido
que emocionaba desde sus prolegómenos, con unas gradas repletas y un saludo muy
amistoso entre dos leyendas como Buffon y Totti.
La Juventus presentaba su once más lustroso, en el ya característico
dibujo de Antonio Conte. Tres defensas centrales y dos laterales largos, un
centro del campo bravo y virtuoso, y dos delanteros fenomenales. Es el equipo
de Vidal, de Pirlo, de Tévez, sin lugar a dudas y en época de carestía en los
dos grandes de Milán, el más notable del fútbol italiano.
La Roma apuesta por la más clásica formación de cuatro defensas y un
centro del campo que bascula de tres a cinco hombres. En vanguardia un solo
delantero que este domingo en aras de la máxima cautela fue suplido por un
“falso 9”. Sin estrellas del calado de la Juve pero con un puñado de buenos
jugadores –De Rossi, Ljajic, Gervinho, Pjanic, naturalmente Totti- y un fútbol
de toque y buen gusto, la Roma fue protagonista con todo merecimiento en el
primer tramo de la Temporada.
Y de paso, de los primeros compases de este Juventus-Roma. La Roma
salió fresca y sin complejos, buscando la iniciativa y el balón. Pero a los
quince minutos un movimiento magnífico de Tévez dejaba solo a Arturo Vidal que
batía a De Sanctis: un feliz fin de semana para el fútbol chileno, tras el hat
trick de Alexis frente al Elche. Respecto a Tévez, sonríe poco pero parece más
centrado y sin duda más reconocido que en su doble etapa en Manchester. Su “sociedad”
con Fernando Llorente –uno mira a los cielos y otro a los suelos, uno abre los
huecos y otro los explora- es cada vez más sólida y más productiva.
A partir de entonces, los blanquinegros fueron indiscutiblemente superiores.
Particularmente en la segunda parte, de
amargo desenlace para los capitalinos. En primer término Bonucci culminaba un
golpe franco lanzado por Pirlo y marcaba el 2.0. Poco después el once de la
Roma se convertía en “nueve”, tras las sucesivas expulsiones de De Rossi –brutal
su entrada sobre Chiellini- y Leandro Castán –que con la mano evitó el tercer
gol de la Juventus-. Mala decisión la de Castán, pues su infracción fue
castigada con un penalty que fue transformado por Vucinic: era el definitivo
3.0.
Rudi García, entrenador del Roma, esgrimió en rueda de prensa todos los
tópicos posibles: el gol temprano de la Juve, la presión de la grada, las dos
expulsiones,… Poco que rebatir a una victoria que confirma la superioridad
juventina y que ensancha a ocho puntos la distancia entre primero y segundo a
falta de toda una vuelta. Más parece que el empeño de la Roma habrá de ser
lidiar por el segundo puesto frente al Nápoles, que en su primer partido del
año batió con dos goles de Martens a la escuadra genovesa de la Sampdoria. Como
en Valencia, como en Liverpool, Rafa Benítez ha forjado un equipo combativo que
cuenta con la clase de Hamsik y con la pegada de Higuain.
Para la Juventus, directa a su tercer scudetto consecutivo aunque
frustrantemente eliminada en la primera fase de Champions, el objetivo de la
Temporada puede centrarse en la obtención de la UEFA League cuya final se
celebrará en Turín. Quien conoce la vehemencia y la lealtad de su afición desde
luego se extrañaría de que de concurrir en tal final el título se pudiera
escapar. Buenos tiempos para la Vecchia
Signora.
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