Como año mundialista que es 2014, y por lo tanto tan
especial para los amantes del fútbol en todo el planeta, aprovechamos para
hacer nuestros pedidos en el transcurso de la primera semana:
Que el Mundial de Brasil sea una gran fiesta. Que
haya grandes partidos, en medio de un clima impresionante de aficionados
mezclados de todas partes, en convivencia pacífica y armoniosa, y que el fútbol
retorne a su máximo nivel. Exponentes para eso no van a faltar porque salvo el
sueco Zlatan Ibrahimovic, estarán todas las estrellas.
Que definitivamente sea el año de la consolidación
del uso de la tecnología por parte de la FIFA y que eso baje a todas las
Confederaciones y Federaciones del mundo. No puede ser que el fútbol sea como
es, el deporte más atractivo y que sin embargo esté tan atrasado en cuanto a la
resolución de las principales controversias, como si el balón entró o no a la
portería, si hubo o no infracción o mano dentro de las áreas o si fue o no fue
córner.
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