Sangre, sudor y muchas lágrimas le costó al
portugués Cristiano Ronaldo volver a ganar el Balón de Oro FIFA World Player al
mejor futbolista del mundo y recibir, emocionado, el galardón que no conseguía
desde 2008, antes de que Lionel Messi se lo llevara por cuatro años
consecutivos.
Acaso los 69 goles del año fueron parte de la clave
de su premio, junto con un extraño cambio de rumbo de la votación por parte de
los organizadores, que cuando parecía cerrado el proceso -que incluye a los
capitanes y entrenadores de cada federación asociada a la FIFA y a una cantidad
de periodistas acreditados desde la revista France Football- lo reabrió tras el
repechaje que jugaron Portugal y Suecia (con protagonismo de Cristiano Ronaldo,
que logró la clasificación mundialista).
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