El gol de Gabriel Pires sacudió el Santiago
Bernabeu. Pocos esperaban que tras el empate de Karim Benzema, el Leganés
pudiera volver a ponerse en ventaja luego de haberla tenido al principio
gracias a otro tanto de Javi Eraso, e incluso con el 1-2, los blancos tuvieron
muchos minutos para emparejarlo porque con apenas un empate, y aún dejando infinidad
de dudas, habrían pasado a semifinales de la Copa del Rey y al menos, habrían
estado en carrera para llevarse un título y no quedar casi fuera de la
temporada y dependiendo ahora sólo de pasar la clasificación de Champions
League nada menos que ante el PSG.
En efecto, el Real Madrid se juega la temporada, y
no quedar totalmente en blanco desde el 6 de marzo y hasta fines de agosto, en
dos partidos muy difíciles por el exigente rival francés y porque además, la
serie de los octavos de final de la Champions League se define en París y esto
se debe también al mal desempeño de los españoles en la fase de grupos, cuando
quedaron detrás del Tottenham de Mauricio Pochettino.
Muchos se preguntan qué le pasa al Real Madrid para
haber tenido una primera parte de la actual temporada en estas condiciones
luego de haberlo ganado todo en la anterior y haber desarrollado un juego
elogiado de manera casi unánime por las críticas.
Lo intentamos explicar en la columna anterior y
sostuvimos que un entrenador que ha conseguido tantos títulos y que ha sabido
manejar un vestuario repleto de estrellas como Zidadine Zidane, no puede
repentinamente volverse inexperto o ineficaz y que algunas otras cosas más
tienen que haber ocurrido en el entorno del club para llegar a una situación
como la extraña eliminación de la Copa del Rey ante el modesto Leganés y en el
propio estado Santiasgo Bernabeu, que hace recordar aquel 4-0 ante el Alcorcón,
que le terminó costando el cargo al chileno Manuel Pellegrini, pese a la enorme
capacidad goleadora de ese equipo y su buen pasar general.
Y visto lo visto el pasado sábado en Mestalla ante
un fuerte Valencia pocos días después de la eliminación copera, queda claro que
el Real Madrid sigue teniendo el mismo potencial de diciembre pasado, cuando
ganó el Mundial de Clubes en Emiratos Árabes Unidos y que fue cuando al
regresar comenzó la caída definitiva, como si ese título hubiera coronado el
final de una etapa, por no decir de un ciclo.
Porque el Real Madrid del sábado, que acabó goleando
al Valencia 1-4 se pareció mucho más al del año pasado que al de los últimos
meses y en buena parte se debe a que acabada la presión de tener que jugar “por
algo”, cuando ya queda claro que en la Liga sólo está en juego conseguir un
lugar en los puestos europeos (un objetivo no demasiado complicado para una
plantilla tan rica), cuando sólo hay que dedicarse a jugar, la jerarquía
aparece enseguida y se nota demasiado.
Hay dos preguntas claves en esta crisis del Real
Madrid y ambas están relacionadas con el tiempo. La primera es cuándo comenzó,
y la segunda es cuándo acabará.
El origen de la crisis puede estar relacionada con
la irregularidad, por algunas bajas por lesiones (Sergio Ramos, Daniel
Carvajal, Gareth Bale, Karim Benzema), o por los conflictos extra deportivos de
Cristiano Ronaldo, al punto de que quienes lo conocen de cerca insisten en que
ahora sí, cuando acabe esta temporada se marchará del Real Madrid y de la Liga
Española, que pudo haber influido de manera notable en sus compañeros por lo
que significa el portugués (basta con observar las imágenes del partido ante el
Valencia), o acaso que al regresar del Mundial de Clubes, el plantel se dio
cuenta de que el Barcelona ya se había alejado demasiado en la Liga y ya no
había forma de alcanzarlo en la lucha por el título.
Lo cierto es que el Real Madrid tiene un compromiso
demasiado fuerte para que éste sea lo único que le queda en la temporada, y
pese a todo, por supuesto que técnicamente está en condiciones de sortearlo y
continuar en busca de la duodécima Champions y su tercera consecutiva.
Lo que queda por ver es lo anímico y lo
futbolístico. Si por algo se ha destacado Zidane, en estos tiempos, es por
haber conducido el vestuario y tiene poco menos de un mes para la puesta a
punto para las dos citas ante el PSG, la del 14 de febrero en Madrid y la de la
revancha del 6 de marzo en el Parque de los Príncipes en París.
Los franceses, aunque lideran cómodamente la Liga de
su país, no se encuentran tampoco en el mejor momento. Lesionado Kylian Mbappé
por un choque de cabezas que lo mantiene en observación, no hay certezas de que
pueda llegar bien a la serie contra el Real Madrid, mientras que crecen los
rumores acerca de la incomodidad del brasileño Neymar, quien no se hallaría del
todo conforme con su vida actual y estaría negociando no sólo su salida, sino
la posibilidad de recalar en el conjunto blanco.
Claro que la necesidad del PSG tras la increíble
eliminación pasada de la Champions justamente ante el Barcelona y en el Camp
Nou hizo que los mayores esfuerzos del club se destinen a ganar por fin el
trofeo y proyectarse en el planeta como una potencia.
De todos modos, el PSG mantiene interés en otros
frentes mientras que para el Real Madrid no hay otra posibilidad. Se juega toda
la temporada en la Champions. De quedar fuera de ella, comenzarán seguramente
los rumores de fichajes y de jugadores que se van. Zidane, en el caso de una
eliminación, estará completamente jugado y su destino está muy claro.
Queda poco tiempo para conocer el desenlace.
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