lunes, 27 de octubre de 2008

La difícil carrera por ser entrenador de la selección argentina (Yahoo)


Desde que el pasado 15 de octubre, Alfio Basile vio terminado su sueño de ganar una Copa del Mundo tras vivir aquellos locos días de Estados Unidos 1994, cuando Diego Maradona resultara descalificado por supuesto doping, ahora renunciando por el mal juego y la irregular campaña de la selección argentina, la carrera por su sucesión ha comenzado tan fuerte, que se está semejando como nunca a una carrera electoral cual si lo que estuviera en juego fuera la presidencia de un país.

Apenas habían transcurrido unos pocos días, cuando algunos medios de comunicación de peso en la Argentina daban por seguro que el nuevo entrenador sería Miguel Angel Russo, a quien el público japonés conoció cuando en 2007 llegó al Mundial de Clubes dirigiendo a Boca Juniors, con el que fue campeón de la Copa Libertadores en ese mismo año, aunque luego cambió a San Lorenzo de Almagro y actualmente es el absoluto líder y dominador del Torneo Apertura.

Pero pocos contaban con la impactante noticia de que el entrenador más exitoso de la Argentina de los últimos veinte años, Carlos Bianchi, aparecía como dispuesto a regresar a su trabajo luego de que entrenara por última vez hasta diciembre de 2006, cuando no tuvo demasiada suerte en un Atlético Madrid que poco respondía al tipo de plantel con el que le gusta moverse. “Yo trabajo con el hambre”, suele decir, en referencia a jugadores que necesiten de alguna motivación especial para triunfar.

Bianchi ya pudo ser entrenador de la selección argentina en dos ocasiones anteriores. Cuando el equipo albiceleste quedó eliminado del Mundial de Francia en cuartos de final, dirigido por Daniel Passarella, el presidente de la Federación Argentina (AFA) y hoy vicepresidente primero de la FIFA, Julio Grondona, le ofreció el cargo, pero Bianchi ya había arreglado todo para dirigir a Boca Juniors y no parece haberse equivocado: fue tres veces campeón de América (2000, 2001 y 2003), dos veces campeón Intercontinental (2000 y 2003), y cuatro veces campeón argentino (1998, 1999, 2000 y 2003), además de perder por penales otra Copa Libertadores (2004).

Para 2004, cuando Marcelo Bielsa renunció a su cargo de entrenador de la selección argentina en medio de dos mundiales y una vez que conquistara la medalla dorada olímpica en Atenas (un viejo anhelo del fútbol argentino), nuevamente la AFA sondeó a Bianchi, en ese momento sin club (arreglaría con el Atlético Madrid un poco después) pero se dijo (ambas partes se mantuvieron en riguroso silencio) que el entrenador no comulgaba con la forma en que se manejan los negocios atinentes al equipo nacional dentro de la Federación, motivo por el que se fue incluso quien sí aceptó el cargo hasta el Mundial de Alemania 2006, José Pekerman.

Esta sería, hoy mismo, la principal razón por la que Bianchi podría no aceptar nuevamente una oferta, pese a ser el entrenador que, por lejos, mayor aceptación tiene entre los hinchas argentinos, no sólo luego de su resonante éxito en Boca sino por su anterior etapa no menos importante, cuando con un Vélez que sólo atesoraba un título local (1968) llegó a ganar tres torneos locales (1993, 1995 y 1996), una Copa Libertadores y una Copa Intercontinental (1994) y una Copa Interamericana (1996).

Los rumores indican que esta vez, Grondona, que el lunes regresaría de Zurich, estaria dispuesto a reunirse con Bianchi para tratar de limar asperezas y para tratar de convencerlo de que ningún dirigente ni acuerdo espurio entorpecerá su trabajo y que es tal la confianza que la AFAS tiene en sus conocimientos, que se hará lo que él disponga.

De todos modos, Bianchi no parece muy proclive a trabajar en medio de situaciones confusas, como la enorme cantidad de partidos amistosos que disputa la selección argentina por año, debido a que la AFA, a través de una empresa privada, vendió los derechos de imagen y organización a una extraña empresa rusa, que no tenía antecedentes en el fútbol, y que necesita organizar partidos para recuperar su inversión, mientras que tampoco son claros los arreglos con equipos como el Barcelona o el Atlético Madrid para no forzar el uso de jugadores como Lionel Messi o Sergio Agüero.

Mientras se suceden los rumores sobre la aceptación o no de Bianchi a la propuesta de la AFA, Diego Maradona y Carlos Bilardo se autopostularon también. Maradona no cuenta con la aceptación popular para semejante cargo, en una notable diferenciación de la gente entre el notable crack que fue, y sus escasas dotes de entrenador por su casi nula experiencia con profesionales. Sólo dos veces tuvo a su cargo planteles, en 1995, cuando una sanción de FIFA le impidió jugar y aprovechó para dirigir a Racing Club y a Deportivo Mandiyú, con pobres resultados.

Bilardo, hoy funcionario político como director de Deportes de la extensa provincia de Buenos Aires, y dedicado al periodismo como comentarista de radio y TV, también ahora parece con deseos de regresar a la dirección técnica cuando ya lleva una década sin ejercer y cuando la distancia generacional parece insalvable con los nuevos jugadores.

Sin embargo, tanto Maradona como Bilardo inundaron el país con carteles cual si fuera políticos en campaña, promocionando sus chances de llegar al puesto soñado, y haciendo lobby en los diferentes medios de comunicación afines.

Finalmente aparece Sergio Batista, campeón mundial en México 1986 junto a Diego Maradona y dirigidos ambos por Bilardo, y quien fuera el entrenador que meses pasados ganara la medalla dorada para Argentina por segunda vez en su historia, y a quien se elogia por el buen manejo de las relaciones entre jugadores tan complicados, y quien seguramente será quien dirija el equipo argentino que debe jugar en noviembre un partido amistoso en Glasgow ante Escocia.

En todo caso, Grondona evaluará bien cada uno de los casos antes de tomar la decisión final y haya fumata blanca y celeste, y termine el show mediático, casi una campaña electoral, para definir el nuevo entrenador argentino que acabe con la crisis, aún cuando jugando mal muchas veces y no obteniendo los resultados pretendidos en las eliminatorias, se sigue encontrando en posiciones de clasificación para Sudáfrica 2010.

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