miércoles, 30 de noviembre de 2011

El equipo argentino quiere ser punto ante España (Jornada)



Las pelotas son “extrañas”, la base de polvo de ladrillo los favorece por ser locales y haber tenido la posibilidad de decidirlo, ellos “son favoritos, sin dudas” porque son “el equipo más fuerte de la historia del tenis en esta superficie”, son algunas de las frases utilizadas por el equipo argentino para el español, su rival de este fin de semana en la final de la Copa Davis, tratando de revertir todo lo sucedido en Mar del Plata en 2009, cuando tenía todo para ganarla y terminó cediendo. Ahora, el capitán Tito Vázquez trata de que la situación sea la opuesta a la de aquel momento.
Vázquez, que no larga demasiada prenda sobre sus futuras acciones, sin embargo parece tenerlo bastante claro en su interior: quejarse de todos los hechos que rodean al partido en un rol de víctima interesada (como por ejemplo, se puede agregar ahora la luz que se filtra en la cancha del estadio de La Cartuja, que complica la visión) y señalar a su rival como favorito absoluto, lo que agranda con una frase directa: “podemos perder 4-1, 3-2 pero estamos en la época de la globalización”, dando a entender que hoy todos pueden saberlo todo sobre los demás, sin excusas.
Por si faltara poco, al favoritismo de España, al problema de la falta de visibilidad por la luz que se filtra (y que generó que los auxiliares del equipo argentino pusieran lonas para tapar estos rayos), al de las pelotas, también se agrega la queja por la “relativa rapidez” y lo “resbaladiza” de la cancha, para terminar pareciendo resignado. “Es lo que hay”, finaliza.
Pero no es más que una puesta en escena. Vázquez, que bien podría estar ante su último partido como capitán (hay rumores de que podría ser reemplazado por Martín Jaite en 2012 aunque hoy eso parece estar en una segunda y hasta tercera fila), enseguida sostiene que este grupo “está muy unido y me alegro de que estemos conviviendo así”. Todo lo contrario a lo que ocurrió en la final anterior frente a España en Mar del Plata. “En aquel tiempo, ellos tuvieron algunos problemas internos”, prefiere recordar, del otro lado, Rafael Nadal, protagonista desde sus calzones hasta su ausencia en aquella definición.
Vázquez sabe lo que Nadal representa para España y en polvo de ladrillo. Con un impresionante récord en su carrera con 229 partidos ganados y 18 perdidos en esa superficie, parece imbatible y entonces, todo indica que los cañones apuntan al segundo single español y al dobles. “No me extrañaría que ellos entraran con Mónaco ante Nadal y con Del Potro en el segundo punto”.
De hecho, los rumores, luego de una parte de la práctica de ayer con un sol tibio que hace aumentar algo la sensación térmica para una temperatura de 15 grados, en el segundo turno, cuando Vázquez hizo enfrentar a dos parejas de dobles, indican que el capitán argentino podría inclinarse por la dupla Nalbandián-Schwank para el sábado y que el de Unquillo, fresco, juegue el domingo uno de los dos puntos decisivos.
Mientras Nadal prefiere jugar sus cartas con su habitual diplomacia con toques (“todos los que formamos parte del equipo español hemos ganado alguna vez la Copa Davis más de una vez y en el argentino, nadie la ha ganado nunca”), Juan Martín Del Potro opone concentración y trabajo y no quiere excusas.
“Los piques están bien, el polvo es bueno pero con el frío y las pelotas duras, la cancha parece lenta”, sostiene, mientras aparece con una venda a la altura de la rodilla derecha, con signos de dolor. “El primer día acá me la doblé y ahora estoy en tratamiento”, aunque el médico Javier Maquirriaín tranquiliza a todos y cree que al viernes llegará en perfecto estado.
Desde el lado español, se sostiene que el equipo argentino dispuso de más días de entrenamiento, al regresar más tarde del Masters de Londres David Ferrer, aunque Fernando Verdasco y Feliciano López sí hayan dispuesto de más tiempo que sus compañeros.
Todos tienen algo para decir que favorece al rival, y todos esconden sus tácticas. Son los días previos a la final y si Nadal dice que los argentinos “son buenos compañeros del circuito pero en este caso, lo siento, queremos ganarles”, Del Potro prefiere no responder a eso y hasta coloca a su amado Boca Juniors, a punto de salir campeón, en un “segundo plano”, porque “estoy concentrado y metido ahora en la final”.
Cada uno juega al juego que mejor juega y que más le gusta.

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