martes, 26 de junio de 2012

Todos esperan el España-Alemania (Jornada)

www.sergiolevinsky.com


No es un clásico europeo ni Mundial, y sin embargo, el fútbol espera para el domingo una final de Eurocopa entre España y Alemania, hoy por hoy, los dos mejores equipos del continente y acaso de lo más reconocido de la actualidad en todo el planeta, pero para eso, deberán pasar primero sus fases semifinales.

España, campeona de la pasada Eurocopa de 2008 y del Mundial 2010, se encuentra cada vez más cerca de la hazaña del triplete, aunque su entrenador, Vicente Del Bosque, sufre por estos días algunas atendibles críticas de la prensa por empecinarse a jugar un fútbol sin arcos o, al menos, en el que la meta cuenta demasiado poco.

Es cierto que ha obtenido muy buenos resultados con esta fórmula del toque y la posesión del balón hasta el hartazgo y el mundo del fútbol se lo reconoce, pero debería revisar su sistema táctico desde que esos abrumadores dominios de su equipo sobre los rivales (excepto que sean muy débiles, como Irlanda) terminan por un resultado que no indica claramente esa distancia.

Es más, entre colegas pensábamos días pasados si no habría que buscar un coeficiente para determinar la real distancia entre España y sus rivales y el cálculo oscilaba entre 2 y 2,5, es decir, que a los goles que convierte “La Roja” habría que multiplicarlos por esta cifra para tener una certeza de lo que ocurrió en el campo de juego.

Distinto sería si en vez de tocar y tocar con seis volantes, que en algunos casos ocupan posiciones de delanteros, Del Bosque pudiera colocar un nueve de área como Fernando Torres, y punteros como Pedro Rodríguez o Jesús Navas.

Por el lado de Alemania, tal vez la posesión baje la cifra de España, pero le agrega otros elementos importantes para el juego: el ritmo, la velocidad y la eficacia ofensiva, no exentas todas ellas de estética.

No es casual tampoco que los alemanes, desde aquella derrota de la semifinal del Mundial 2010 ante España, nunca más hayan perdido un solo punto en ningún partido oficial hasta hoy, con la continuidad en el juego que le da el haber mantenido a su muy cotizado entrenador Joakim Löw, siempre en la mira del Real Madrid y otros equipos grandes europeos.

Alemania, que tiene como base al Bayern Munich y al Borussia Dortmund (el primero, finalista de la Champions League y el segundo, campeón de Liga y Copa en esta temporada), viene apostando por los hijos de inmigrantes de mejor dominio de pelota que los nacionales y no es casual que en su formación aparezcan Mario Gómez (de origen español), Jerome Boateng (Ghana), Mesut Özil (Turquía), Samuel Khedira (Túnez) o los polacos que ya son un clásico en el ataque, Lucas Podolski y Miroslav Klose.

Los alemanes deben enfrentar a Italia, un equipo que ha sido una de las sorpresas agradables del torneo, dirigido ahora por Césare Prandelli, que ha resuelto abandonar por un tiempo el Catenaccio para tratar de hacer tocar más la pelota a partir del genio de Andrea Pirlo (uno de los sobrevivientes del campeón mundial 2006) y con un ataque especial, con jugadores “locos” como Cassano y Ballotelli.

El problema de Italia es que llega a esta semifinal luego de un durísimo partido ante los ingleses, que debió ganar en los noventa minutos pero al no poder convertir, recién pudo terminarlo en los penales, y sumado a que los germanos llevan dos días más de descanso por cuestiones de inexplicable desorganización-organizada de los europeos, si los de Löw implementan un partido físico, será muy complicado para los azzurri, que ya son bastante menos en el juego mismo.

España tampoco debería tener problemas ante sus vecinos de Portugal, más basados en la potencia y hambre de Balón de otro del gran Cristiano Ronaldo, que en el sistema de juego de un equipo que dirigido por Paulo Bento, jamás encontró un funcionamiento colectivo que respalde al gran crack del Real Madrid.

¿Podrá Cristiano Ronaldo contra el sistema colectivo de toque y posesión de España? Suena difícil. La Roja ya eliminó a Portugal en octavos de final del Mundial 2010 con casi los mismos jugadores en los dos equipos, si bien sufrió más de la cuenta. La lógica sigue estando a favor del campeón.

La expectativa es máxima. Llegamos a la última semana de Eurocopa en Polonia y Ucrania y con ella, la hora de la verdad.

El nivel hasta ahora ha sido más que aceptable y eso nos permite ser optimistas para los partidos definitorios.

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