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Juan Román Riquelme sabe mejor que nadie que en Boca
Juniors no se lo cuestiona. Tanto es así que desde 2011 hay una estatua suya en
la sede del club, que homenajea todos los títulos nacionales e internacionales que
ha ayudado a ganar y tantos gloriosos momentos por su excelso juego y su enorme
capacidad técnica.
Riquelme, con 34 años que acaba de cumplir, también
sabe mejor que nadie que en el fútbol argentino (y tal vez mundial) es uno de
los pocos jugadores que quedan para la posición de organizador del juego (como
Andrea Pirlo, Clarence Seedorf, Xavi Hernández) en un tiempo en el que la
mayoría de los equipos optan por un sistema táctico con cuatro volantes y dos
puntas.
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